chapter nine. If you leave, I leave
.˚ׅ ❛ capítulo nueve
If you leave, i leave ❜𓈒˙
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La señora McCall —o como ella me pidió que le siguiera llamando: Melissa— me recibió de maravilla y mando a Scott a dormir en el sofá para que pudiera tener algo de privacidad.
—De verdad, Scott lo único que no respeta son sus horarios de clases y la privacidad— insiste, haciéndome reír un poco.
—Le agradezco demasiado el recibimiento, pero no me molesta en absoluto que Scott duerma en un colchón individual o en el piso, mejor en el piso— bromeo y es ella quien ríe está vez.
—Se lo preguntaré cuando llegue, ahora mismo tengo que ir a trabajar pero te dejo para que puedas acomodar tus cosas— dicho eso me da un abrazo de despedida, el cual acepto.
Melissa sale de la habitación y de la casa, dejándome sola en la habitación de Scott, una de las tantas maletas están en medio de la cama, así que me dejó caer para empezar a desempacar algunas cosas que traje como mi peine, demasiado de mi maquillaje y la camiseta favorita de papá, aún tiene su perfume, así que cuando siento que no puedo más, me la pongo, como ahora. Es una vieja camiseta de AC/DC que compro en un evento sobre la banda y desde entonces no se la quitaba de encima hasta este último viaje que realizó, pues la olvidó por accidente, aunque creo que la dejo ahí para mí.
Estoy revisando más de mis cosas cuando Scott entra en silencio, como si quisiera averiguar si estoy llorando o algo así.
—¿Está todo bien?— le miró sin entender.
El chico se recarga sobre el marco de la puerta —Mamá dijo que dormiría en el sofá.
Rió —Puedes dormir en el piso.
—Te advierto que ronco mucho.
—Te pondré un trapo en la boca entonces— golpeteo el lugar frente a mi, dándole a entender que se siente y él obedece —¿Estás bien?— le pregunto está vez —No luces bien.
Scott asiente —Mi mamá ya se enteró de todo.
Aquello me toma por sorpresa —¿Hablas en serio? ¿De qué se enteró exactamente?
—Lo que soy, Derek y... creo que más, pero no lo sé, no me habla, no mucho— baja la mirada, bastante desanimado.
—Lo lamento, pero tú mamá lo va a entender— sonrió —Es muy comprensible.
—¿Tu lo crees? Se me hace una tortura estar aquí— rueda los ojos —No debí habérselo ocultado en primer lugar.
Encogí mis hombros —Se iba a enterar en algún punto, Scott, no puedes ocultarle nada a tus padres después de todo.
—¿Y qué se supone que haga ahora? No puede ni mirarme a los ojos— suspira con frustración.
No me imagino en la posición de Scott, yo tuve suerte después de todo porque Margo ya sabía todo antes que yo y me estaba ayudando, incluso cuando no entiendo del todo lo que sucede.
—Creo que deberías darle tiempo, solo dale tiempo de procesar todo— le sonrió un poco —Ya verás que lo aceptará e incluso te va a ayudar, Melissa es del tipo de madre que hace esas cosas, eres afortunado de tenerla todavía, Scott.
Le doy una leve palmada en el brazo, lo cual lo hace mirarme confundido.
—¿Y eso por qué?
Siseo —Shh, es mi forma de apoyo.
Ríe —Oye, deberías venir conmigo al trabajo.
Alzó ambas cejas —¿A la veterinaria? ¿No le molesta a tu jefe?
—No lo creo, le vas a caer bien y además Stiles se la vive conmigo en la veterinaria— se levanta, extendiendo su mano.
En realidad, tardo mucho en decidirme si debería ir o no, además de que no quiero molestarlo en el trabajo, no estoy segura de si realmente quiero salir hoy.
—Y necesito ayuda con unas cosas— insiste, así que termino aceptando su idea.
Cuando ambos llegamos a su empleo, Deaton, su jefe me recibe bastante bien.
—Veo que trajiste amigos— le menciona a Scott.
Extiendo mi mano de manera cortés —Dáire, es un gusto.
Él imita mi acción —El gusto es mío, a Scott no le gusta que conozca a sus amigos, pero si eres amiga de Scott entonces también mia.
Sonrió —Sí, a Scott no le gustan muchas cosas, como hacer mi tarea.
Ambos ríen.
—Eres más inteligente que yo, la cosa debería ser al revés.
Ruedo los ojos, entrando hasta la habitación siguiente, que básicamente es un consultorio con una mesa en medio y muchos estantes y hierbas, además de tres linternas para radiografías. Sin embargo, eso no es lo que me detiene, si no la imagen de Isaac en una esquina, mirándome boquiabierto.
Mi mirada se va a Scott, quién se queda detrás de mi.
—Yo no sabía que estaba aquí— me dice, levantando ambas manos.
Entrecierro mis ojos —Mentiroso.
Scott se encogió de hombros, me cruzo de brazos cuando Isaac parece buscar algo entre todas las cosas que Deaton tiene en el consultorio.
—¿Ya se conocían?— inquiere el jefe de Scott.
—Ah, claro que sí— murmuro entre dientes.
—Creo que ya me voy— propone Isaac.
Me siento frente a la mesa de metal, mientras Scott va tras él.
—Creí que querías aprender más— le dice él.
—Sí, pero ella no me quiere aquí.
—¿Y qué? No trabaja aquí.
Le miró indignada —¿De qué lado estás?
—Escuchen, no sé lo que pasó entre los dos, pero debe parar, al menos por ahora— sentencia Scott.
Cubro mi cara con ambas manos.
—Scott tiene razón, un paciente necesita algo de ayuda y si están peleando todo el tiempo no lo ayudará en nada— menciona Deaton, yendo y viniendo con una reja en la que habita un lindo perro con pelaje blanco.
Mi atención está puesta en aquel ser que se ve tan frágil, siempre he sido fanática de los animales, pero especialmente de los perros tan adorables como el que Deaton deja sobre la mesa. No puedo contar las veces que intenté robarme a Prada, la mascota de Lydia.
—¿Qué es lo que tiene?— inquiero, acercando mi mano con lentitud para tocarlo.
Siento la presencia de Isaac al otro lado de la mesa, también le ha llamado la atención, pero yo no lo veo a él.
—Cáncer— responde Scott, quién se coloca a mi lado.
Deaton le inyecta un par de cosas y lo atiende, pero lo único que puedo hacer es tomar de su patita y eso parece tranquilizarlo, así como a mi.
—¿Por qué huele así?— inquiere Isaac. Deaton ríe —¿Qué?
—Scott me preguntó lo mismo hace un año, entonces supo diferenciar entre los que mejoran y los que no.
Lo miro —¿No está mejorando?
Él niega —No, está desahuciado.
—Ven, Isaac— le pide Deaton y el mencionado obedece —Sabes lo que tus nuevas habilidades pueden hacer por ti, mejor fuerza, velocidad...
—Y sano.
Deaton asiente —¿Y sabes qué puedes hacer por otros?— este le extiende la mano y la coloca sobre el pecho del animal, lo que tarda tres segundos en hacer efecto, porque las venas de Isaac tornan un color oscuro.
—¿Qué hice?— inquiere Isaac.
—Le quitaste el dolor— le responde Scott con una sonrisa.
—Solo un poco, pero eso puede hacer toda la diferencia.
El chico ríe un poco, ocultando su rostro en su muñeca cuando sube la mirada y me sonríe, pero aparto la mirada antes de que pueda ver que también lo hago.
—Esta bien, también llore la primera vez que lo hice— le anima Scott.
El tiempo con el perro lo hace más reflexivo, todo el tiempo sostengo su pata, como si eso fuese a ayudarle un poco, aunque presiento que lo hace. Scott y Deaton trabajan como de costumbre, yendo y viniendo, mientras Isaac y yo miramos con tranquilidad al perro.
Deaton se ocupa demasiado, hay demasiadas citas, así que nos pide a Isaac y a mi llevar a «Canela» hasta la reja donde se queda. Tomo la transportadora, lo llevo con mucho cuidado y con Isaac siguiéndome el paso. Escucho como cierra la puerta detrás de él cuando estamos solos, así que no me muevo.
—¿Podemos hablar de eso?— inquiere, mientras le sigo dando la espalda.
—¿Qué quieres decir?
—Que lo lamento— dice —Y lo sigo lamentando hasta el fin de mis días y, no quería irme sin despedirme.
Entonces me vuelvo a él —¿Te vas? ¿A dónde?
—Boyd y... Erica— pronuncia con mucho cuidado —Se irán está noche, no sé a dónde, pero quieren que vaya con ellos como manada, creen que es mejor huir de los cazadores antes de que vengan por uno de nosotros.
Me cruzo de brazos —¿Y qué pasará con sus familias?
Niega —No tienen a nadie que les importe, así que solo se irán.
—¿Y tú?— hago una pausa —¿Tienes a alguien que te importe en Beacon Hills?
—Sí— responde sin dudar —A ti.
No respondo, dándole a entender que siga hablando.
—Sé que puede ser muy rápido que lo diga, apenas y me conoces, pero sabes lo suficiente de mi y... siempre estás ahí, nunca me juzgaste sobre lo que soy, tu haces que literalmente todo tenga sentido en mi, incluso cuando nada en mi vida lo tiene... eres esa brisa de aire fresco y puede sonar algo raro pero me hiciste sentir que pertenecía en este lugar por primera vez en toda mi vida. Lo lamento, de verdad me gustas mucho y quiero que lo sepas.
Aquello me sorprende, demasiado, pero me cautiva lo suficiente para hacer que me arrepienta de lo dura que pude haber sido.
—No necesito solo promesas, Isaac— le digo, cuando entiendo que es mi turno de hablar —Si realmente te gusto demasiado, no solo quiero que me hagas esas promesas, quiero ver acción, quiero que me invites a cenar aunque sea en un parque, quiero ver que realmente le importo a alguien, especialmente a ti, y...— relamo mis labios —Sabes, solo olvídalo, ¿Sí? No te quiero obligar a hacer algo por mi, no quiero que lo hagas por compromiso. Espero que su plan salga bien.
—Lo haré— sentencia, con su mirada clavada en la mía —Pero no porque me lo pides, lo haré porque quiero hacerlo, quiero que sepas cuán dispuesto estoy por ti.
Niego —No tienes que demostrar nada.
—Tienes razón, no tengo que hacerlo— da un paso al frente, haciendo que retroceda mis pasos un poco, su altura, su simple presencia hace que mi corazón se acelere y no por miedo, si no por algo más —Pero quiero hacerlo, quiero que sepas que no debes ser la segunda opción de nadie, ni que debes pedirme que haga nada que no quiera o no nazca de mis pensamientos, quiero que sepas lo valiosa que eres para mí.
Aquello me hace sonreír ante la ráfaga de emociones que me inunda el corazón.
—¿Soy valiosa para ti?
—Por supuesto, ¿Cómo no lo serías?— sonríe al igual —Y quiero que lo sepas, así que está noche ve al juego y saliendo iremos a una cita, ¿Qué opinas de las malteadas? ¿Crees que es un buen inicio?
—Opinó que estaré encantada de ir contigo.
Esa misma noche acompaño a Melissa al juego de lacrosse de la escuela, así que la sigo hasta sentarme en las gradas junto al sheriff, ambos hablan entre ellos, mientras busco con la mirada a Isaac. Scott y Stiles ya están en las bancas, mientras todos se preparan para jugar, entonces Lydia se sienta junto a mi, por lo que la miró confundida.
—Creí que no vendrías— le digo.
—Jackson va a jugar.
Abro los ojos de par en par y prácticamente grito: —¿Jackson va a jugar?
Lydia me mira confundida y asiente con la cabeza —Sí, sé que ya terminamos y así, pero es costumbre que lo apoye así que— se encogió de hombros.
Creí que después de todo Jackson no volvería ni siquiera a la escuela, pero al parecer eso ha cambiado y me parece algo sospechosa su decisión.
—¿Isaac va a jugar?— interrumpe Lydia mis pensamientos y con ello mi preocupación.
Asiento con la cabeza —Sí, pero no ha llegado.
Mi amiga me toma de la mano —Estoy segura de que va a llegar... ¡Mira! Allí está.
Miro al chico, que me sonríe y yo a él, se sienta junto a Scott cuando Stiles sale al juego. Los primeros minutos de juego son horribles, les están dando una paliza al equipo de la escuela y ya hasta da lástima mirar como va ganando el equipo contrario.
Decido ponerme a pensar en otras cosas ya que ni Scott, ni Isaac están en el juego todavía o al menos no hasta ahora.
—Uh, mira quién entro al juego— informa Lydia, golpeando mi brazo.
Mientras me quedaba mirando a la nada, aquello me hace reaccionar, así que busco a Isaac con la mirada hasta encontrar el número catorce. El chico entra al juego.
—Estamos salvados— le menciono.
Sin embargo, aquello cambia en un flash cuando el chico se dispone a atacar el equipo contrario.
—Olvídalo.
—¿Conoces a ese chico?— me pregunta Melissa y asiento.
—Sí, lo conozco.
—Pues dile que aprenda a jugar— se queja Lydia a mi otro lado.
Encogí mis hombros —Si sabe jugar... creo.
Una nueva ronda empieza y está vez Isaac cae al suelo en un fuerte golpe que asusta a todos y a mí me confunde, así que me levanto por inercia cuando Scott corre hasta él, ambos hablan un poco y el chico se gira a mi.
Los paramédicos ya están trayendo una camilla cuando Lydia me mira como si esperara que hiciera algo.
—Anda ve— insiste —¿Qué estás esperando? Yo te cuido tu lugar.
Formo una línea en mis labios y sigo a los paramédicos en un empujón por parte de Lydia.
—¿Está bien?— me atrevo a preguntar.
—Parece un esguince solamente, estará bien— responde uno de los paramédicos —¿Cómo te sientes?
Isaac se encogió de hombros —De maravilla, creo que puedo caminar— Isaac me toma la mano y me pide que me acerque —Sacame de aquí.
Frunzo el ceño —Creo que es mejor que reposes con hielo antes de que...-
Niega —No, no, te lo explico en el camino, vámonos.
Isaac se baja de la camilla como puede, así que me dedico a ayudarlo ya que lo hace con incomodidad. Me dirije hasta la escuela, donde abrimos las puertas rápidamente y prácticamente corremos por el pasillo.
—¿Vas a explicarme que sucede?— le cuestionó.
—El abuelo de Allison viene para acá— me explica —Viene por mi, Jackson me clavo su veneno en la pierna, no es un esguince.
Eso tiene un poco de sentido, ahora que lo veo, empieza a caminar bastante torpe.
—¿A dónde vamos?
—A los vestidores de lacrosse, vamos, vamos— me apresura.
Como puedo y con la fuerza que tengo llegamos hasta los vestidores, donde dejó al chico sentado antes de irme corriendo a cerrar la puerta. La aseguro con todo lo que encuentro.
—¿Por qué el abuelo de Allison te está siguiendo?— le pregunto, me cruzo de brazos, bastante asustada a este punto.
—Quiere una guerra, odia a los hombres lobo y amenazó a Scott con matar a alguien está noche, supongo que me eligió a mi.
Me detengo —No va a pasar la puerta, te lo aseguro.
—Tiene a Jackson de su lado, dudo que algo como una puerta y sillas lo detengan.
Tomo aire, tiene razón, de hecho, pero no quiero pensar en ello o entraré en pánico.
—¿Cómo llamamos a Scott?— añado.
—No creo que podamos.
—¿Entonces nos quedamos aquí a morir?— respondo con sarcasmo.
—No vamos a morir— señala —Trataré de recuperarme y te aseguro que no vamos a morir.
Empiezo a dar vueltas por el lugar para calmar mi ansiedad, estoy empezando el mal hábito de machacar mi uña de la mano derecha, así que estoy demasiado ocupada en ello cuando algo golpea la puerta y enseguida me noquea, la cara de Gerard Argent es lo último que veo antes de caer al suelo.
Despierto, el dolor de cabeza es insoportable ya que el golpe fue lo suficientemente duro como para noquearme tan rápido.
—¿Estás bien?— inquiere la voz de Scott a lo lejos, conforme empiezo a abrir los ojos lo veo doble —Dáire, ¿Estás bien?
—¿Ella está bien? ¿Ya despertó?— exclama una segunda voz; Isaac.
—¿Dónde está?— miro a mi alrededor —El abuelo de Allison, ¿Dónde está?
—No lo sé, pero tenemos que irnos de aquí, alguien está en peligro allá afuera.
—Esta bien, ve, yo me quedo con ella— le dice Isaac.
Scott me mira un segundo y yo le asiento con la cabeza, solo así se va de los vestidores, dejándome con Isaac, quién recarga mi cabeza sobre su regazo para revisar el golpe en mi frente.
—¿Es muy feo?— le pregunto, mirando su rostro.
Niega —No, de hecho te hace ver más...
—¿Más que?— insisto en saber.
—Mas interesante— asiente con la cabeza, eboza una sonrisa de lado, mientras que con su dedo roza los bordes del golpe en mi cabeza. El toque es mínimo pero hace que el aire se me vaya de los pulmones.
Me quedo en silencio, pero no porque quiera decir algo, si no porque estar con Isaac es demasiado para mi, es como si estuviera viendo todos mis secretos ahora mismo, en la oscuridad, solo los dos.
—¿Si sabes que no tienes que quedarte conmigo, verdad? Deberías ir a ayudar a Scott, yo estoy bien— le digo.
Bufa —Sí, claro, por eso te desmayaste hace un momento, ¿No?— responde con sarcasmo, de algún modo intentando ocultar su preocupación —No me iré hasta ver que puedes ponerte de pie y caminar sin caerte.
—¿Alguna vez te han dicho que eres muy terco?
—Una o dos veces— bromea, haciéndome reír un poco.
Me toma del brazo y entonces intento levantarme hasta poner ambos pies sobre la tierra, y aunque al inicio me mareo un poco, termino durando un minuto de pie.
—Gracias, Isaac— le palmeó el brazo con cariño.
—Siempre— murmura y lo escucho a la perfección.
—Vayamos a ayudar a Scott— le pido —Necesitará mucha ayuda.
Isaac acepta y ambos nos vamos directo al estadio nuevamente, donde el público y jugadores se encuentran confundidos ante el silencio, justo antes de que todas las luces se apaguen y se escuché un grito desgarrador que me hace saltar.
Creo que voy a desmayarme otra vez cuando veo a Melissa tomarme de los hombros junto a Scott, parece que estaba buscandonos porque se ve más calmada cuando las luces se encienden y hay un grupo de personas frente a nosotros.
—¡Un doctor! ¿Hay algún doctor?— grita un hombre, así que Melissa corre directo para ver el accidente.
Me acerco a paso lento con Isaac tomándome de la cintura para no caerme otra vez, cuando vemos a Jackson en medio del campo, su estómago está desgarrado, como si un animal le hubiera clavado sus garras una sola vez, tiene sangre en las manos y Scott —junto a mi— dice lo que estoy pensando.
—Se lo ha hecho él mismo.
→ author's note: holaa, hace siglos que no hablo por acá pero bueno, quería comentarles que quizá alargue el fanfic hasta la temporada 5 de la serie, de esto no estoy muy segura todavía, depende del apoyo que siga teniendo así que mi pregunta es: ¿Seguirían leyéndolo? Obviamente dejaría a Isaac y le daría un papel importante para las siguientes temporadas pero quería conocer su opinión como lectores so
Eso es todo, baii!!
— Izzie
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