EXTRA ┆ 001.
【RECUERDOS DE LA INFANCIA】
Como todos los días Shinichiro se iba directo a casa luego de sus clases para así pasar tiempo con sus hermanos pequeños antes de tener que reunirse con su pandilla.
Sin embargo, ese día fue distinto y todo se debió a que mientras pasaba por una calle logró ver a un grupo de chicos rodeando a alguien que se encontraba en el suelo aferrado así mismo como protegiendo algo.
—Solo danos lo que queremos y no te haremos nada —mencionó uno de ellos mientras colocaba su pie sobre la espalda de la pequeña persona—. Si no haces caso a lo que te pedimos te irá muy mal.
—¡No me importa! —exclamó fuertemente sin moverse un centímetro de su posición—. No le tengo miedo a unos tontos que se creen superiores por golpear a una chica.
—¡¿Ah?! ¡¿Cómo has dicho?! —exclamó furioso el mismo tipo de antes mientras alejaba su pie para así tomar impulso para patearla.
Tan solo hicieron falta unos cuantos centímetros para que este lograra su cometido, pero fue obstruido por el cuerpo de Shinichiro y en consecuencia de su acto él terminó golpeado.
—Golpear a una niña no será nunca aceptado —mencionó Shinichiro mientras lo miraba seriamente—. Si ustedes no quieren sufrir alguna consecuencia será mejor que se vayan de aquí ahora mismo.
—¡¿Quién demonios te crees?!
—¡Espera! —exclamó repentinamente otro del grupo de chicos—. Conozco ese rostro... ¡Es Shinichiro!
—¿El líder de los Black Dragon? —preguntó otro de ellos—. Demonios... será mejor irnos o nos meteremos en serios problemas.
Shinichiro pudo ver como aquel grupo de matones huía del lugar por miedo a que este llamara a su pandilla y les hicieran algo. Entonces, cuando ellos se alejaron por completo se acercó a la chica que todavía se encontraba protegiendo algo.
—Ya está todo bien —mencionó Shinichiro con un tono de voz relajado que hizo que la chica alzara su vista—. No hay peligro.
—¿No? —preguntó mientras miraba a su alrededor y al no ver a ninguno del grupo que la molestaba se alivió para así levantarse de su lugar mientras alzaba sus pequeñas manos para así dejar ver a un pequeño pájaro que reposaba en ellas—. Ya puedes regresar con tu familia.
El pequeño pájaro comenzó a elevarse por lo que la chica sonrió al verlo a salvo. Entonces, cuando ya no logró verlo ha dirigido su mirada a quien la ayudó.
—Gracias por ayudarme.
—No necesitas agradecerme —mencionó tranquilamente mientras se agachaba a su altura y con suavidad colocaba su mano sobre la cabeza de la chica—. Si algo como esto vuelve a suceder, intenta no provocarlos.
—No prometo nada.
Shinichiro no pudo evitar soltar una risa al oírla, ya que la actitud de la niña lo hizo recordar a sus pequeños hermanos.
—Muy bien —dijo acariciando una vez más la cabeza de la niña—. Regresa a casa con cuidado.
—Todavía no puedo regresar a casa —respondió tranquilamente ocasionando que el chico la mirara confundido—. Si regreso ahora se enfadará.
—¿Quién se enfadará?
—Mi padre —respondió inocentemente—. Siempre que trae a alguna mujer me dice que salga de casa y como no quiero que se enfade conmigo le debo de hacer caso.
El estómago de Shinichiro se revolvió tanto al oírla que sentía que en cualquier momento vomitaría todo lo que comió en la hora del almuerzo, pero afortunadamente logró controlarse y miró a la niña con una sonrisa.
—¿Qué te parece venir conmigo? —preguntó amablemente—. En mi casa hay niños de tu edad con los cuales podrás jugar.
—¡¿De verdad?! —exclamó alegremente al oírlo—. ¡Finalmente podré jugar con alguien!
—¿Vamos? —preguntó mientras le extendía su mano para que la niña la sostuviera, la cual sin siquiera dudarlo la sostuvo—. Por cierto. ¿Cómo te llamas?
La niña se mantuvo un momento en silencio, pero luego respondió en voz baja como se llamaba y Shinichiro al escuchar su apellido se ha sorprendido bastante, ya que el apellido Kisaki era muy mencionado entre la gente, pero lo que más lo sorprendió fue el hecho de que él tenía entendido que dicha persona tenía un hijo y no una hija.
¿Acaso se habían equivocado? ¿O tal vez ella era la menor de los Kisaki?
No comprendía muy bien la situación, pero prefirió no indagar en aquel asunto por el momento.
—¡Hermano! —escuchó mencionar Shinichiro cuando llegaron finalmente a su hogar. Su hermana pequeña, Emma, lo iba a recibir como siempre con un abrazo, pero al ver la pequeña figura que lo acompañaba se detuvo en mitad del pasillo.
—Ella es mi hermana menor Emma —le presentó Shinichiro con calma—. Espero que se lleven bien.
—Es un gusto conocerte —dijo Akira mientras le extendía su mano de forma educada—. Mi nombre es Akira.
—¿Una chica? —preguntó Emma y al ver como su hermano mayor asentía, sus ojos comenzaron a brillar—. ¡Finalmente tendré una mejor amiga!
Sin siquiera dudarlo Emma se lanzó a abrazarla y debido a ello casi terminan en el suelo si no fuera porque Shinichiro logró sostenerlas.
—Te he dicho que no te abalances sobre la gente, Emma —la regañó su hermano—. ¿Mikey está en el Dojo?
—Como siempre.
—¿Dojo?
—Un lugar donde se practica artes marciales —respondió Shinichiro y al ver la emoción en su rostro ha sonreído—. ¿Quieres conocerlo?
—¡Sí!
Shinichiro no tardó en salir de su casa junto a Emma y Akira para así dirigirse al Dojo donde su abuelo se encontraba entrenando a quienes querían aprender Artes marciales. No tuvieron que caminar mucho, ya que el lugar se encontraba a tan solo unos metros de donde vivían por lo que ninguno se cansó.
—¡Ah! ¡Shinichiro! —exclamó felizmente la voz de un niño de cabellera negra al verlo, pero su expresión cambió totalmente al ver a Akira—. ¿Y esta persona?
—¿De nuevo recogiendo gatos callejeros, hermano?
—¡Mikey! —exclamó avergonzado al oírlo—. Ella es Akira. Espero que se lleven bien con ella.
—Hace unas semanas trajiste a Baji y ahora traes a esta chica —comenzó a mencionar Mikey mientras veía fijamente a su hermano—. ¿Acaso tienes un problema con los niños?
Un suave golpe en la cabeza se le propinó a Mikey por sus palabras.
—No hables tonterías —dijo Shinichiro cruzándose de brazos—. Llévense bien con ella. Yo debo de irme.
Shinichiro comenzó a abandonar el Dojo, pero por un momento se dio la vuelta para ver a los pequeños niños y al verlos compartir alegremente no pudo evitar sonreír.
Akira caminaba hacia la casa Sano cuando ha visto a Shinichiro ingresar a un callejón, por lo que no tardó en dirigirse hacia él con las intenciones de saludarlo.
—Shinichiro – san —mencionó de manera alegre, pero su alegría desapareció al ver a una persona bastante alta mirándola con una expresión aterradora.
—¿Y este niño qué hace aquí? —preguntó el chico que la miraba de forma aterradora—. ¿Te has perdido, niño?
—La estás asustando Benkei —le mencionó Shinichiro mientras se acercaba a la chica para así agacharse a su altura y acariciar suavemente su cabeza—. Te he dicho muchas veces que vayas directo a mi casa cuando no puedas volver a la tuya.
—Lo sé, pero te he visto y no pude evitar querer saludarte —mencionó de manera calmada para luego mirar a las demás personas que lo acompañaban—. ¿Son tus amigos, Shinichiro – san?
—Sí. Lo son —respondió con una sonrisa mientras se alejaba de ella para así mirar a sus compañeros—. Te presento a Takeomi —dijo presentando a un chico de cabellera larga y negra—. Este es Waka —Esta vez presentó a un muchacho de cabellera corta—, y el que te ha espantado es Benkei.
—Tiene un rostro aterrador, pero es agradable con los niños —mencionó Waka tranquilamente—. ¿Es esta la niña de la que nos hablaste la última vez?
—Sí. Es ella.
—Debemos de irnos, Shinichiro —le mencionó Takeomi—. Hay problemas con una pandilla.
—Entendido —respondió el mayor de los Sano para luego mirar a la chica—. Ve con Mikey y Emma. Luego nos vemos.
—¡Sí!
Shinichiro acarició nuevamente el cabello de la chica para así alejarse con sus compañeros. La niña los vio irse por un corto tiempo para luego dirigirse al Dojo donde practicaba artes marciales junto a sus nuevos amigos mientras esperaba que se hiciera la hora para volver a casa; aunque, ahora se divertía demasiado al estar fuera por lo que no le agradaba demasiado la idea de irse.
—¡Llegas tarde! —exclamó Emma cuando la vio llegar al Dojo—. Normalmente llegas temprano. ¿Qué ha sucedido?
—Emma pareces de esas novias celosas que ve mi Madre en la televisión —dijo Baji soltando una risa y haciendo que Emma se enfadara—. ¡Ah! ¡Mikey tu hermana me quiere golpear!
—Como sea —respondió sin importancia Mikey mientras se acercaba a Akira—. ¿Todo bien?
—Sí. Solo me retrasé porque me encontré con tu hermano mayor —respondió con una sonrisa—. Shinichiro – san es una persona genial.
—Lo será, pero no es tan genial como yo —dijo Mikey con orgullo, pero su expresión cambió al oír la risa de Baji—. ¿De qué te ríes?
—Es que es obvio que aquí el más genial soy yo.
—Se equivocan. Yo soy genial —mencionó Emma para luego mirar a su amiga—. ¿Para ti quién es genial, Akira?
La chica se mantuvo callada mientras veía como sus amigos la veían con ojos brillantes esperando a su respuesta. Entonces, sin siquiera pensarlo se abalanzó sobre ellos mientras les mencionaba que para ella todos eran geniales, lo cual ocasionó que los niños soltaran unas risas.
Mikey y Baji se encontraban peleando cerca de unas barras que había en el parque en el cual se encontraban, pero al oír una voz femenina regañándolos se han detenido inmediatamente.
—¡Les he dicho que no pelearan! —exclamó Akira, mientras se cruzaba de brazos y los veía seriamente—. Quiero que me expliquen cuál fue la razón por la cual comenzó esta pelea.
—Baji me quería quitar mi postre.
—¡Era mi postre y te lo has comido!
—Lo has dejado tirado por ahí —dijo señalando una silla cercana a las barras—. Eso indica que no lo querías.
—Lo dejé ahí porque no quería que se me cayera al jugar.
—Solo son excusas.
En ese momento Mikey y Baji volvieron a pelearse, pero se volvieron a detener cuando su amiga se colocó entre medio de ambos.
—Si van a pelear tendrán que golpearme.
—Eso es jugar sucio —dijo Mikey mirándola fijamente—. Sabes que yo nunca te golpearía.
—Lo dices como si yo si pudiera golpearla —mencionó Baji molesto—. Para tu información yo tampoco la golpearía.
—Muy bien. Si ninguno me va a golpear... Tendrán que hacer las paces inmediatamente —dijo seriamente a lo cual los dos niños se quejaron rápidamente—. ¿No lo harán?
—Sí. Sí, lo haremos —dijo Mikey con un puchero mientras se acercaba a su amigo—. Lamento comerme el postre que claramente abandonaste.
—Pues yo lamento intentar golpearte por comerte el postre que claramente no abandoné.
Ambos sostuvieron sus manos como una muestra de paz, y entonces no tardaron en ser abrazados por su amiga.
—Ahora que hicieron las paces juguemos —dijo felizmente, pero en ese momento comenzó poco a poco a llover—. Oh no... Así no podremos jugar...
—Supongo que tendremos que volver cada uno a nuestras casas —mencionó Baji decepcionado—. Es lamentable, pero no quiero empaparme o mi madre me regañará.
—Al parecer se acerca una tormenta —dijo Mikey mirando el cielo—. Volveré a casa para ver cómo se encuentra Emma.
—Es una pena —suspiró Akira para luego ver a sus amigos—. Entonces, nos vemos otro día.
—¿Por qué colocas esa expresión? —le preguntó Mikey al verla entristecida—. Puedes venir a mi casa cada vez que quieras. Nosotros siempre te aceptaremos.
La chica al oírlo no pudo evitar sentirse conmovida por lo que no tardó en abrazarlo fuertemente, y aquello hizo que Mikey sintiera una bonita sensación en su pecho; algo que había estado sintiendo desde que comenzaba a compartir más con Akira.
—Ustedes dos parecen de esas parejas que ve mi madre en televisión —mencionó Baji, ocasionando que ambos se avergonzaran—. Incluso se han avergonzado... ¿Acaso se gustan?
—¡¿Qué dices, Baji?! —exclamó Akira mientras por inercia le daba un golpe al chico en su rostro—. Oh... Lo siento.
—Tus golpes cada vez se vuelven más fuertes —dijo Baji mientras se levantaba e iba a mencionar algo, pero su atención se la llevó un hombre de traje refugiándose en un paraguas—. ¿Y esa persona por qué nos está viendo?
Mikey y Akira no tardaron en mirar hacia donde indicaba su amigo, entonces, cuando la niña vio a su padre, su cuerpo se paralizó por completo.
—¿Qué acabo de oír? —preguntó el hombre mientras se acercaba a los niños—. Explícame esto, hijo.
Tanto Baji como Mikey se quedaron confundidos al oírle referirse de esa forma a su amiga y querían mencionar algo, pero el rostro aterrador del hombre les hizo mantenerse callados.
—Ha sido un malentendido, padre.
—Ya veo. Un malentendido —respondió con un tono de voz que hizo a los tres niños asustarse—. Está bien. Volvamos a casa.
—Sí... —respondió con un tono de voz bajo para luego mirar a sus amigos—. Adiós, chicos.
Baji y Mikey se despidieron de ella y así luego irse cada uno a su respectiva casa esperando a que pronto llegara el siguiente día para poder preguntarle a su amiga lo que sucedía. Sin embargo, desde ese día, ella no volvió a aparecer frente a ninguno de ellos.
N.A: He leído algunos comentarios e incluso recibí mensajes acerca de que hay confusión con lo del apellido/nombre Kisaki, así que para no estar repitiéndolo siempre lo escribo aquí. Yo busqué información acerca de Kisaki Tetta y me salía que Kisaki era el apellido por eso lo coloqué así en la historia. Además, también me guie con el hecho de que en Japón se menciona el apellido primero y luego el nombre. Realmente no sé si Kisaki es el apellido o el nombre, pero aquí en este fanfic será el apellido, hahahaha. ♡
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