──── 042.
La «Tokyo Manji Gang» se iba fortaleciendo con cada día que pasaba, pero a pesar de que nuevos miembros se iban uniendo a la pandilla, una inquietud persistía en mi interior. Todavía no encontrábamos a Takemichi, por lo que mi posible regreso a mi tiempo se veía muy lejano.
Manjiro había notado la inquietud que tenía y es por ello por lo que me invitó a salir una tarde donde ninguno de los dos tenía algo importante que hacer. Al principio, creí que me invitaría al parque que siempre frecuentábamos para alejarnos de las tensiones y responsabilidades que teníamos a nuestra corta edad. Sin embargo, esa tarde fue diferente.
Mikey me invitó a salir a un nuevo café que abrió cerca del trabajo de Shinichiro.
—Hoy invito yo. Así que puedes pedir lo que quieras —dijo Manjiro mientras nos sentábamos en una mesa que tenía vista a la calle—. Shinichiro me dio mi mesada por adelantado, por lo que no habrá problemas con pagar.
Solté una pequeña risa, pues en ese momento recordé a la vez en que Mikey me invitó a comer a un lugar cercano al santuario. Él estaba muy emocionado por nuestra cita de esa vez, pero la emoción se le esfumó en el momento en que llegó la cuenta y no teníamos el dinero suficiente para pagar.
Esa vez, Shinichiro tuvo que salir de su trabajo e ir en nuestro rescate.
—Todo se ve delicioso y no sé qué pedir —dije mientras observaba el menú que la mesera nos había dado para que pudiéramos ver todo lo que disponía el café—. ¿Qué vas a pedir tú, Mikey?
—Pues pensaba pedir unos Taiyaki y tal vez un frappé —respondió con una sonrisa—. Emma dijo que el frappé es muy bueno aquí.
—Oh, así que Emma ya ha venido aquí.
—Sí. Draken la invitó cuando este lugar inauguró —dijo al momento en que realizaba un puchero—. Yo pensaba invitarte, pero no tenía el dinero suficiente.
—Si me hubieras dicho, podríamos haber compartido la cuenta.
—No. No quiero que gastes tu dinero —dijo Manjiro mientras se cruzaba de brazos—. El dinero que consigues a través de Waka lo estás ahorrando para tu futuro, así que es mejor no gastar nada de allí a menos que sea muy importante.
Quería decirle que nuestras citas también eran importantes y que debía de contribuir, pero sabía que él estaría en negación, por lo que decidí no discutir sobre el tema y en su lugar me centré en disfrutar esta pequeña tarde con él.
Realizamos nuestro pedido y esperamos a que este comenzara a ser preparado. Mikey me habló sobre todo lo que me he estado perdiendo por mi búsqueda de Takemichi. Me dijo que Emma y Draken estaban cada vez más cerca el uno del otro, por lo que no dudaba que en el futuro terminarían juntos, también me contó que Baji y Kazutora se encontraron con Chifuyu, así que les pidió, o más bien exigió, que él se uniera a la pandilla y así yo pudiera acercarme a él sin que todo se volviera incómodo.
—Me pregunto como estará mi madre —dije cuando terminó de hablar de Chifuyu—. Supongo que deberé de averiguarlo a través de Chifuyu. Solo espero no arruinarlo.
—No vas a arruinarlo —dijo Manjiro, mirándome fijamente a los ojos—. ¿Piensas contarle que son hermanos?
—No lo sé. Me da un poco de miedo de que él se lo tome a mal.
—Pero me has dicho que en las otras líneas de tiempo él estaba feliz de tener una hermana.
—Lo sé, pero ¿Qué tal si ahora es diferente? —pregunté—. ¿Qué sucede si ahora él termina odiándome?
Manjiro sonrió tiernamente y colocó una mano sobre la mía.
—No creo que eso suceda. Cualquiera estaría feliz de tenerte a su lado.
Sonreí y agradecí el apoyo que me estaba dando. Continuamos nuestra conversación mientras esperábamos nuestro pedido. Hablamos sobre nuestro futuro, donde pensamos sobre lo que haríamos para nuestra futura boda y sobre a que nos dedicaríamos cuando seamos mayores. Mikey quería ser corredor de motocicletas, mientras que yo, todavía no había pensado sobre lo que quería hacer, pues estaba demasiado centrada en cambiar todos los malos futuros.
Luego de un par de minutos, nuestro pedido llegó y con Manjiro comenzamos a disfrutarlo.
—Bienvenido, Tetta – kun —oí mencionar a una mujer desde el mostrador—. ¿Qué tal te ha ido en la escuela? Veo que hoy has traído a un amigo.
—Sí. Su nombre es Takemichi y nos hemos convertido en buenos amigos.
Por un momento, mi cuerpo se paralizó al oír aquellos nombres. Giré mi cabeza hacia la entrada del local, fue entonces que mi mirada cruzó con la de un joven Takemichi.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza al ver a Takemichi y a Tetta, quien fue mi hermanastro en las antiguas líneas de tiempo.
—¿Está todo bien por allí? —preguntó la mujer desde el mostrador, donde al verla más detalladamente, he podido ver que se trataba de Yuriko, mi antigua madrastra—. ¿Necesitan algo?
—Eh, yo, yo...
Mis palabras no salían, pues todavía no sabía como reaccionar ante la presencia de Takemichi.
—Tranquila, Akira —dijo Mikey mientras sostenía suavemente mi mano—. Todo saldrá bien.
—¿Akira? —preguntó Takemichi, quien no tardó en verme con sorpresa—. ¿Eres «esa» Akira?
—Sí, Takemichi, soy yo —respondí con una mezcla de emociones en mi voz.
—¡No puedo creerlo! —exclamó al momento en que se acercaba y me abrazaba con fuerza—. ¿Cómo es posible todo esto?
—No lo sé. Para mí también ha sido una sorpresa.
Takemichi se separó y pudo notar como las lágrimas habían comenzado a brotar por sus ojos. Él iba a mencionarme algo más, pero al notar las miradas curiosas de los que nos rodeaban, se quedó callado y me sugirió hablar en otro lugar.
Miré a Manjiro, quien asintió y le pidió a la mesera la cuenta para así poder irnos. Takemichi fue donde Tetta y se disculpó con él por no poder pasar la tarde allí, pero que mañana en el colegio lo recompensaría llevándole un nuevo videojuego para que pudieran jugarlo juntos.
Una vez Mikey pagó nuestra cuenta, salimos del café y caminos por el lugar hasta llegar a un parque cercano. Allí comencé a contarle a Takemichi sobre todo lo que había hecho desde que llegué a este tiempo y que tenía la teoría de que podría volver si me volvía a encontrar con él.
—¿Sabes? Yo tengo la misma teoría —dijo Takemichi, viéndome con una sonrisa—. En este tiempo yo todavía vivía con mi madre en otra ciudad. Es por ello por lo que, cuando nos mudamos por aquí, comencé a buscarte y a hacerme amigo de las personas con las cuales alguna vez nos relacionamos.
—No puedo creer que esto haya sucedido. Ambos viajando en el tiempo —dije—. He cambiado varias cosas y por lo que vi, también tú. ¿Crees que el futuro que nos espera sea el bueno?
—Bueno. Solo hay una forma de averiguarlo —dijo Takemichi al momento en que observaba su mano—. ¿Quieres intentar?
Takemichi extendió su mano para que así la sostuviera y pudiéramos ver si algo sucedía. Me quedé mirando su mano extendida por unos segundos, luego miré a Mikey y noté su expresión melancólica.
—¿Qué sucede, Mikey? —pregunté, a lo cual él se sorprendió por un momento.
—Oh, no sucede nada —dijo Mikey, intentando formar una sonrisa—. Solo estoy pensando en lo que sucederá si esto llega a funcionar.
—Al igual que tú, estoy preocupada sobre lo que sucederá si esto funciona —dije mientras me iba acercando a él—. Si esto llega a funcionar y yo puedo regresar al futuro... Confío en que harás un buen trabajo mientras no estoy y que en el futuro nos volveremos a encontrar.
Mikey me miró fijamente, su expresión era una mezcla entre preocupación y determinación. Él procesó mis palabras y, finalmente, me abrazó con ternura.
—Yo me encargaré de que todo vaya bien —dijo Mikey—. Así que, Akira, nos vemos en el futuro.
—Nos vemos en el futuro, Manjiro.
Manjiro besó mi frente y se alejó de mí para que así pudiera volver al futuro. Takemichi y yo miramos una última vez al pequeño Mikey antes de sostener nuestras manos, fue entonces que, cuando nuestras manos hicieron contacto, sentí una pequeña descarga recorrer mi cuerpo y todo se volvía negro.
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