──── 041.

El tiempo continuaba avanzando, y mi relación con Mikey se fue fortaleciendo con el pasar de los días. Waka, Benkei y yo continuamos nuestra búsqueda de alguna señal que nos llevara a Takemichi, mientras que Manjiro se encargaba de cambiar los eventos trágicos que producirían las pandillas en el futuro.

De esa forma, Mikey creo su nueva pandilla y se fue ganando el respeto y la admiración de muchas personas, las cuales poco a poco comenzaban a unírsele.

Las cosas parecían ir bien, pero todavía había cosas de lo que debíamos encargarnos. Es por ello por lo que durante unos días estuve deambulando por las calles donde ha habido rumores de una persona peleándose con distintas personas.

—De alguna manera, este callejón se me hace conocido —dije mientras observaba el callejón al cual llegué—. ¿Acaso ya he estado aquí?

Observé el callejón por unos cuantos segundos para luego continuar mi camino. Sin embargo, en ese momento, unas personas se interpusieron en mi camino.

—Oye, pequeña, ¿te has pedido en el camino? —preguntó uno ellos con una risa burlona.

—¿Quieres que llamemos a tus padres? —preguntó otro mientras me miraba fijamente—. O podríamos acompañarte. No tenemos problemas con ello.

Se trataba de un pequeño grupo de delincuentes, todos con miradas intimidantes y expresiones hostiles.

—Gracias, pero estoy bien sola —dije de manera borde mientras intentaba apartarlos de mi camino—. ¿Podrían dejarme pasar? Todavía hay cosas que tengo que hacer.

Desafortunadamente, los delincuentes no parecían dispuestos a dejarme ir. Uno de ellos se acercó amenazante, sosteniendo mi brazo y haciendo que lo mire fijamente.

—Este tipo de lugares son peligrosos para las chicas como tú —dijo esa persona mientras me observaba—. Nunca sabes con lo que te puedas encontrar.

—Tengo una pequeña idea de lo que podría encontrarme —dije intentando mantener la calma—. Pero eso no me importa. Ahora, suéltame y déjame ir.

—¿O qué? —preguntó mientras aferraba el agarre de su mano en mi brazo—. ¿Qué sucede si no te dejamos ir? ¿Acaso vas a golpearnos?

Las pequeñas risas no se hicieron esperar cuando aquella persona ha dicho eso. Mi paciencia comenzaba a agotarse, por lo que pronto terminaría haciendo algo que no debería.

—¿Intentando buscar pelea con una chica? —preguntó una persona detrás de mí—. Sabía que eran unos cobardes, pero no esperaba que atacaran a una chica.

Nuevamente, la sensación de que ya había estado aquí se había plantado en mi pecho. Giré mi cabeza y vi a un chico alto, con una expresión divertida en su rostro.

—¿Desde cuándo te importan los demás, Hanma? —preguntó el chico que me sostenía—. Siempre has ignorado lo de tu alrededor.

Mi rostro demostró sorpresa cuando he oído el nombre de la persona que había estado buscando durante estos días.

—¿Quién sabe? —dijo Hanma con una sonrisa divertida mientras se acercaba y me liberaba del agarre de la persona frente a mí—. Ahora, ¿Quién desea pelear?

Los delincuentes no tardaron en huir cuando han visto la expresión de Hanma.

—Agradezco que intervinieras —dije—, de lo contrario sus rostros ahora mismo estarían marcadas por mis puños.

—Eso hubiera sido interesante de ver —sonrió Hanma con arrogancia—. ¿Y bien? ¿Qué es lo que te trae por aquí?

—¿Uh?

—Te he visto deambulando por estos lugares durante varios días, así que el decirme que te has perdido no funcionará.

—Bueno. Yo estaba buscando a alguien —respondí con calma mientras lo miraba fijamente.

Hanma arqueó una ceja con curiosidad, y después de unos segundos, soltó una risa burlona.

—¿Buscando a alguien por estos lugares? ¿Acaso estás jugando a ser detective?

—No. No estoy jugando —dije seriamente—. Tengo un asunto muy importante con esta persona.

—¿De verdad? ¿Y quién es? —preguntó curioso—. Te podría ayudar a buscarlo.

—¿Por qué lo harías? No pareciera que seas de las personas que ayuda a los demás.

—Tienes razón. Yo no ayudo a los demás —dijo—, a menos que esto me resulte divertido. Y tú, chica, me estás dando eso.

—Oh, bueno, eso es agradable de oír —dije, ocasionando que él sonriera—. Sin embargo, no hará falta que me ayudes a buscar a esta persona.

—¿Sabes que este lugar es peligroso? Aunque es posible que seas fuerte, no podrás enfrentarte a muchas personas peligrosas.

—Lo sé, pero no hay de que preocuparse porque ya encontré a la persona que buscaba —dije mientras sostenía el brazo de Hanma—. Es un gusto conocerte, Hanma. Mi nombre es Akira y quisiera que escucharas una propuesta.

Hanma me miró con sorpresa y curiosidad, y en ese momento, recordé la primera vez en que él y yo nos conocimos. Había sucedido algo como esto, pero esa vez era él quien me reclutaba para su pandilla y cambiaba por completo el rumbo de mi vida diaria.

Al principio, Hanma no parecía estar interesado por unirse a la pandilla de Mikey. No obstante, luego de oír las propuestas de todo lo que se estaba planeando, él pareció más interesado y aceptó encontrarse con Mikey para ver que sucedía.

Le mandé un mensaje a Manjiro de que quería encontrarme con él, por lo que me respondió que nos veamos en el santuario donde siempre realizaba las reuniones con su pandilla. Tardamos aproximadamente 20 minutos desde el lugar donde me encontraba hasta el santuario, pues en el camino me iba distrayendo con las personas que se parecían un poco a Takemichi.

—¡Akira! —exclamó la voz de Mikey cuando me vio llegar. Él se acercó a mí y me abrazó con delicadeza para no causarme daño—. Te has tardado. Dijiste que llegarías en 15 minutos.

—Lo lamento. Me he distraído por el camino —dije mientras correspondía a su abrazo.

—Te tardabas unos 5 minutos más y Mikey se iba a ir corriendo a buscarte —dijo la voz de Draken, ocasionando que Manjiro reprochara.

—No es así —dijo Mikey mientras se alejaba de mí—. Solo iba a esperar 1 minuto más.

Solté una pequeña risa, la cual se apagó cuando oí un ligero carraspeo detrás de mí.

—Oh, cierto. Casi lo olvido. Permítanme presentarlos —dije al momento en que me acercaba a Hanma—. Mikey y Draken, él es Shuji Hanma —dije mientras acercaba a quién en las anteriores líneas de tiempo fue mi compañero de pandilla—. Hanma, ellos son Mikey y Draken; actuales líderes de la pandilla «Tokyo Manji Gang».

—He oído varias cosas sobre ustedes —dijo Hanma mientras sonreía con arrogancia—. Akira dijo que aquí encontraría esa diversión que tanto ando buscando. Veamos que sucede.

—Últimamente, Akira es la que más miembros trae a la pandilla —dijo Draken para luego golpear suavemente el hombro de Manjiro—. Cuidado, Mikey. Un día de estos alguno te la robará.

Mikey le dedicó una mirada seria a Draken, pero luego soltó una pequeña risa.

—Nadie puede "robar" a Akira. Ella está aquí por elección propia —dijo Manjiro con una sonrisa—. Además, si alguien intenta algo, se las verá conmigo.

Todos compartimos unas risas mientras la atmosfera se volvía más ligera. Manjiro no tuvo problema en incorporar a Hanma a la pandilla, pues él ya sabía acerca de los futuros que quería cambiar y que Hanma estaba incluido en ellos.

Poco a poco todo comenzaba a ser diferente y con ello traía la esperanza de un buen futuro para todos nosotros.

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