──── 038.
Parpadeé un par de veces, mientras intentaba comprender lo que sucedía. Hace solo unos minutos estaba muriendo en los brazos de Manjiro, pero ahora me encontraba en una calle, agachada y rodeada de varias personas.
—Solo danos lo que queremos y no te haremos nada —dijo una de las personas que me rodeaban, colocando su pie en mi espalda y haciendo presión sobre ella—. Si no haces caso a lo que te pedimos te irá muy mal.
En ese momento, he tenido un deja vu y debido a ello pude comprender lo que estaba sucediendo. No sabía cómo o por qué, pero había logrado viajar en el tiempo y ahora mismo me encontraba en la época en que tenía 10 años.
La época en la cual mi destino se cruza con la de la familia Sano.
—¡Oye, niño! ¡¿Estás escuchándonos?! —exclamó el mimo tipo, mientras volvía a hacer presión en mi espalda—. Te advierto que no estoy bromeando.
—No le tengo miedo a unos tontos que se creen superiores por golpear y amenazar a una chica —dije con seriedad, ocasionando que ellos se molestaran—. No importa lo que digan o hagan. Yo no les tengo miedo.
—¡Maldita mocosa!
Aquel chico se molestó y se alejó para así tomar impulso para patearme. En ese momento, he mirado hacia atrás y he podido observar como Shinichiro corría hacia donde me encontraba para así ayudarme. Aquello me hizo entrar en pánico, pues solo me indicaba que todo se repetiría.
Así que, con un movimiento rápido, me escabullí de entre mis agresores y comencé a huir para no tener que relacionarme con Shinichiro. Corrí y corrí, hasta que mi pequeño cuerpo chocó con algo, o más bien alguien.
Caí al suelo y la pequeña ave que había protegido se liberó de mí, por lo que comenzó a elevarse por los cielos hasta desaparecer de nuestra vista. Cuando la pequeña ave se fue, miré a la persona con la cual había chocado y mi cuerpo se paralizó al ver el rostro de Benkei.
—¿Qué sucede niño? —preguntó Benkei, mientras me observaba fijamente con una expresión aterradora—. ¿Te has perdido?
—Yo... Yo solo...
—Lo estás asustando Benkei —dijo una voz detrás de él, quien, al acercarse, he podido percatarme de que se trataba de Wakasa—. Oye, niño. ¿No te enseñaron tus padres a no correr por las calles? Es peligroso estar corriendo así sin mirar por donde vas.
—Lo lamento...
—Ahora tú lo estás asustando, Waka —dijo Benkei, quien se agachaba a mi altura y me extendía su gran mano—. Levántate. Te estás ensuciando.
Sostuve la mano de Benkei y él me ayudó a colocarme de pie.
—¿Uh? ¿Ese es Shinichiro? —preguntó Waka mientras observaba a alguien detrás de mí—. ¿Qué está haciendo?
—Pareciera que estuviera buscando a alguien —dijo Benkei—. Deberíamos llamarlo y ver que sucede.
Aquello me hizo volver a entrar en pánico, por lo que intenté deshacerme del agarre de Benkei y así poder huir de Shinichiro.
—Por favor, suéltame —supliqué mientras forcejeaba—. Por favor, él no debe encontrarme. ¡Por favor, suéltame o todo se repetirá!
Benkei y Waka intercambiaron miradas de confusión al escuchar mis súplicas.
—Benkei. Escóndete —dijo Waka.
—Está bien —dijo Benkei, quien, de un movimiento rápido, cargó mi cuerpo y se ocultó en el callejón que había cerca de nosotros—. No hagas ningún ruido, niño. Waka se encargará de Shin.
Lo miré confundida, pero en ese momento, logré oír las voces de Wakasa y Shinichiro hablando.
—¿Qué haces por aquí, Shin? —preguntó Waka—. Creí que irías directo a casa.
—Sí. Lo iba a hacer, pero me distraje con algo —dijo Shinichiro—. Dime, Waka. ¿No ha visto a una niña huir por aquí?
—¿Una niña? —preguntó Waka con sorpresa y eso me hizo sentir nerviosa, pues estaba la posibilidad de que me delatara—. No. No he visto a ninguna niña. ¿Por qué? ¿Sucedió algo?
Shinichiro, con un tono de preocupación, comenzó a explicarle a Wakasa lo que había sucedido. Mientras él le explicaba la situación, yo me quedé quieta, escondida entre los brazos de Benkei, tratando de controlar mi respiración y de no hacer ningún ruido que pudiera delatarme.
Finalmente, Shinichiro suspiró y dijo:
—Supongo que me equivoqué de camino. Espero que esa niña esté bien, la vi muy asustada cuando me vio.
—Si llego a saber algo te avisaré —dijo Waka con un tono de tranquilidad—. Ahora ve a casa. Tus hermanos deben estar esperándote.
—Gracias, Waka —dijo Shinichiro—. Nos vemos esta noche en nuestra reunión.
Wakasa esperó a que Shinichiro se fuera, entonces, cuando se marchó, se acercó a Benkei y a mí.
—Ya se ha ido —dijo Waka mientras me observaba fijamente con seriedad—. Ahora, niña. ¿A qué te referías con «todo se repetirá»?
Debido al pánico del momento no me había percatado de lo que había dicho y eso solo complicaba más las cosas.
—Lo lamento. Eso no puedo responderlo —dije mientras intentaba no mirarlo a los ojos, pues creía que al hacerlo confesaría otra cosa—. Por favor, déjenme ir. Les prometo que no volverán a verme.
Waka y Benkei volvieron a intercambiar miradas. Fue entonces que, ellos me dejaron ir, por lo que comencé a dirigirme a casa y así intentar comprender mejor la situación en la cual me encontraba.
Caminé un par de minutos, entonces, una vez llegué, ingresé a mi hogar y me dirigí al comedor. Debido a todo lo que había pasado hace unos momentos, había olvidado por completo el hecho de que mi padre se encontraba en casa con una mujer desconocida y que me había pedido, o más bien exigido, que me quedara fuera de casa hasta que ella se fuera.
—¡Lo lamento! —exclamé cuando los vi en una situación comprometedora—. ¡Lo olvidé por completo!
Cerré la puerta del comedor e iba a salir de casa, pero mi padre, furioso por haberlo interrumpido, se apresuró a llegar a mi lado y sostenerme fuertemente del cabello.
—¡¿Qué fue lo que te pedí, Akira?! —exclamó mi padre, mientras me jalaba del cabello—. ¡Responde!
—¡Que no volviera a casa hasta más tarde! —exclamé mientras sentía un dolor punzante en mi cabeza—. ¡Lo lamento! ¡No volverá a suceder, así que, por favor, déjame ir!
—¡Siempre arruinas todo, Akira! —exclamó mi padre—. ¡Nunca aprendes!
—¡Suéltame, suéltame! —supliqué mientras pataleaba e intentaba liberarme.
Pero mi padre no me soltaba. La mujer desconocida, que estaba visiblemente tranquila con esta situación, observaba la escena con mucha atención.
—Cariño, creo que ese niño necesita una lección —dijo la mujer—. Si lo dejas así nada más, nunca aprenderá.
Mi padre, influenciado por las palabras de la mujer, me lanzó al suelo y se acercó con el puño alzado. Debido a que me encontraba en mi cuerpo de 10 años no podía defenderme, por lo que no me quedaba más opción que recibir las palizas de mi padre y esperar a que eso no me afectara.
Cerré mis ojos a la espera de recibir sus golpes. Sin embargo, al no sentir nada volví a abrirlos y ante eso, he podido observar como Wakasa sostenía fuertemente el brazo de mi padre.
—Oye, niña. No deberías dejar la puerta abierta —dijo Waka, quien me miraba fijamente con seriedad—. Bueno. Ese despiste te ha salvado.
—¡¿Quién demonios eres tú?! —exclamó mi padre, quien intentaba deshacerse del agarre de Waka—. ¡Largo de mi hogar si no quieres sufrir las consecuencias!
—«Sufrir las consecuencias» —repitió Waka sin soltarlo—. Me gustan esas palabras. ¿Qué tal a ti, Benkei?
Benkei, quien había estado lejos de nuestra visión, apareció en la entrada y observó fijamente a mi padre, ocasionando que este se tensara ante su mirada aterradora.
—Sí. Me gustan.
—¿Quiénes son ustedes? —preguntó mi padre con un ligero tono de miedo—. ¿Qué es lo que quieren?
—Bueno, señor... Kisaki, ¿verdad? —preguntó Waka, a lo cual mi padre asintió—. Digamos que somos cobradores.
—¿Cobradores? —preguntó mi padre, confundido—. ¡Yo no le debo nada a nadie!
—No. Usted no —dijo Waka al momento en que me miraba fijamente—. Esa pequeña persona en el suelo si nos debe algo. Así que agradecería que no arruinara nuestra mercancía.
—¿En que te has metido, Akira? —preguntó mi padre, visiblemente nervioso—. ¿Mercancía? ¿De qué demonios está hablando esta persona?
—Tal como lo oye. Esa persona ahora nos pertenece —dijo Waka, seriamente—. A menos que usted quiera tomar su lugar. A Benkei le encanta la carne fresca, pero con usted podría hacer una excepción.
—Oh, sí. Puedo hacer una excepción —dijo Benkei mientras observaba fijamente a mi padre—. No se preocupe. No lo haré doloroso.
Mi padre, completamente aterrado, se soltó del agarre de Waka y se alejó de nosotros.
—¡Llévenselo! —exclamó mi padre con terror—. ¡Pero a mí déjenme en paz!
—Claro. Lo dejaremos en paz —dijo Waka, quien me ayudaba a colocarme de pie—. Solo manténgase alejado de nosotros.
—Si me entero de que está detrás de nuestra mercancía... No tendré piedad y lo cortaré en pedacitos —dijo Benkei con una expresión aterradora.
Mi padre asintió y suplicó que nos retiremos. La mujer desconocida que estaba en la casa se fue al mismo tiempo en que Benkei, Waka y yo abandonamos mi hogar, como si nunca hubiera estado allí.
Los tres caminamos por las calles en silencio. Yo todavía intentaba comprender lo que acababa de suceder.
—¿Qué ha sido todo eso? —pregunté mientras detenía mis pasos—. ¿Por qué estaban ustedes allí?
—Oh, solo te hemos seguido —dijo Waka, observándome fijamente—. Benkei estaba preocupado de que algo te sucediera en el camino.
—Pensábamos irnos cuando entraste en casa, pero luego oímos gritos y Waka no tardó en entrar en acción—dijo Benkei—. Su entrada ha sido genial, ¿no? Tu padre estaba aterrorizado.
—Diría que lo aterrorizó esa cara de maleante que te traes —dijo Waka con una pequeña sonrisa de arrogancia—. Como sea. Ese tipo lo pensará dos veces antes de acercarse a uno de nosotros.
—Agradezco vuestra ayuda —dije mientras los miraba fijamente—, pero lo mejor sería que no se involucren conmigo.
Benkei y Waka intercambiaron miradas antes de responder.
—Es debido a que «todo se repetirá», ¿verdad? —dijo Waka, observándome fijamente con seriedad—. ¿A qué te refieres exactamente?
—Yo... Lo lamento, pero no puedo decirlo —dije.
—¿Por qué? —preguntó Waka, acercándose y tocando suavemente mi cabeza—. ¿Qué es lo que tanto te atormenta?
—Puedes confiar en nosotros —dijo Benkei—. Si nos cuentas lo que pasa, tal vez podamos ayudarte.
Me quedé en silencio, observándolos fijamente mientras intentaba pensar en que hacer. No quería involucrar a nadie para que así no hubiera consecuencias en su futuro, pero sabía perfectamente que esto no podría hacerlo sola.
—Esto será algo complejo de explicar, así que presten mucha atención —dije una vez tomé una decisión—. ¿Ustedes creen en la posibilidad de viajar en el tiempo?
Waka y Benkei me observaron confundidos, pero no tardaron en adaptar una expresión de concentración mientras me oían hablar sobre los viajes en el tiempo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top