──── 027.
Realicé una mueca cuando he sentido una pequeña presión en mi abdomen. Luego de que la policía tomara mi declaración, he sido enviada al hospital más cercano para que así analizaran mis heridas.
Ahora mismo una doctora se encontraba analizando la situación, mientras que una enfermera se encontraba en una esquina anotando todo lo que ella le decía.
—¿Cómo fue provocado esta herida? —preguntó la doctora mientras apartaba sus manos de mi abdomen y me miraba fijamente.
—Oh, eso —dije cuando noté el gran hematoma que tenía—. Creo que fue cuando me caí de la motocicleta.
—¿Qué hay de la herida en tu cuello?
—Eso debió ser cuando Draken me agarró del cuello de mi ropa —respondí con normalidad—. Ese chico sí que tiene una gran fuerza.
—Entiendo —sonrió de manera dulce al momento en que miraba la herida de mi mano—. Esto has dicho que fue causado cuando caíste en los vidrios que rompió tu padre, ¿no?
—Sí. Él me empujó y caí sobre ellos.
La doctora asintió levemente, luego terminó de vendar mis heridas y se levantó.
—He terminado de ver tus heridas —dijo al momento en que se acercaba a la puerta junto a la enfermera—. Espera aquí por un momento. Debo informar tu situación.
—Está bien.
Ambas mujeres salen de la habitación, por lo que iba a quedarme en mi sitio a esperar. No obstante, pude notar que a la enfermera se le había caído algo, así que me levanté de la camilla y tomé aquel papel que se encontraba en el suelo.
Podía esperar a que la enfermera volviera y entregárselo, pero parecía que contenía información importante, así que decidí salir y devolvérselo inmediatamente.
Camine tan solo unos cuantos pasos, pues al doblar he podido oír la voz de mi doctora en una de las habitaciones del hospital. Me dirigí hacia allí con las intenciones de entregar el papel y regresar a mi habitación, sin embargo, detuve mis movimientos cuando oí a la mujer mencionar a mi padre.
—Su padre ha dicho que ella tiene problemas mentales —dijo la doctora—. Dijo que ella se hacía pasar por un chico y que se metía en constantes peleas.
—¿Qué es lo que piensa hacer, doctora?
—La enviaremos con un psiquiatra y que este tome una decisión —dijo la mujer y soltó un suspiro—. Aunque, con los antecedentes que dio su padre y lo que nos confesó esta niña... lo más seguro es que la manden a un centro psiquiátrico.
Me quedé inmóvil cuando oí que querían encerrarme. Imaginaba que mi padre mentiría para salvarse, pero no esperaba que las autoridades le creyeran; después de todo había muchas pruebas en su contra.
—Me encargaré de vigilarla.
Retrocedí y me escondí cuando oí los pasos de la enfermera acercarse a la puerta. La mujer salió de aquella habitación y comenzó a dirigirse al lugar donde se suponía que me encontraba, por lo que rápidamente comencé a alejarme de allí.
Debía salir del hospital antes de que se percataran de que no me encontraba en la habitación. No pensaba dejar que me encerraran. No iba a permitir que mi padre se saliera con la suya y continuara arruinándome la vida.
Salí del hospital cuando nadie se encontraba mirando, entonces, cuando llegué a la calle principal, comencé a preguntarme sobre donde podría ir. Podía ir con Chifuyu o con Mikey, pues ellos no me negarían el quedarme a su lado. Sin embargo, con lo que está sucediendo, podría causarles problemas y no quería que eso sucediera.
Solté un pequeño suspiro e iba a continuar mi camino, pero en aquel momento, alguien me tocó el hombre y ocasionó que pegara un brinco del susto. Primeramente, pensé que se trataba de alguien del hospital o de algún policía, por lo que pensaba alejarme lo más rápido posible. No obstante, al mirar a quien me estaba tocando, he sentido un pequeño alivio al ver a Senju.
—Lo lamento. No era mi intención asustarte.
—Está bien —asentí y relajé mi cuerpo—. ¿Qué haces por aquí?
—Tuve un pequeño accidente en la escuela y vine al hospital —respondió con calma mientras me dejaba ver la venda que tenía en su pierna derecha—. De casualidad te vi y noté que algo andaba mal, así que quería asegurarme de que nada malo te sucediera.
—Tienes buenas intenciones, Senju —dije con una media sonrisa—. Sin embargo, no deberías de ser tan confiada con los extraños.
—Eh, pero no somos extraños —protestó—. Somos amigos.
—Ni siquiera sabes mi nombre o que es lo que hago —dije—. Puedo ser una mala persona y...
—No creo que seas una mala persona —suspiró—. Una mala persona no se preocuparía o me ayudaría si algo me sucediera.
Me quedé en silencio y eso hizo que Senju me dedicara una cálida sonrisa.
—Aun si yo no soy una mala persona, deberías de tener más cuidado.
—Está bien. Lo tendré —dijo sin dejar de sonreírme—. Ahora no hablemos más de mí, sino de ti.
—¿De mí?
—Sí. ¿Por qué has salido tan asustado del hospital?
—Eso es algo que no te concierne —dije sin mirarla—. Solo ignora lo que viste.
—No puedo hacerlo —protestó—. Puedo notar en tu rostro que algo malo sucede y eso me preocupa.
—No puedo contarle a nadie lo que sucede o de lo contrario lo metería en problemas.
—¿Estás en peligro?
—No lo sé.
Senju se mantuvo en silencio y por un momento he pensado que dejaría este tema atrás. Sin embargo, ella sostuvo firmemente mi brazo y me miró con una cálida sonrisa.
—Te ayudaré.
—Senju...
—Sé que no quieres meter a nadie en problemas, pero no te preocupes por ello —dijo con tranquilidad—. Conozco a alguien que te protegerá con solo pedírselo.
—¿Cómo estás tan segura de eso?
—Porque esa persona es mi hermano mayor. Él es muy fuerte y tiene contacto con personas que harían desaparecer a cualquiera que llegara a tocarme un solo cabello.
Un pequeño escalofrío recorrió mi espalda al oírla. No quería involucrarme en nada malo, pero por el momento no tenía nada más que hacer. Mis opciones solo eran: Ir con Senju o dejar que me encerraran.
—Está bien. Dejaré que me ayudes.
—Muy bien —dijo felizmente e íbamos a caminar, pero ella se detuvo y volvió a mirarme—. Sé que dije que no insistiría en saber tu nombre, pero Takeomi querrá saber a quién está ayudando.
—¿Takeomi? —pregunté confusa, ya que recordé que el amigo de Shinichiro se llamaba igual.
—Sí. Mi hermano mayor.
—Oh, eh, bueno... —balbuceé debido a que había una posibilidad de que su hermano fuera la misma persona de mis recuerdos y que él pudiera reconocerme—. Soy Akira. Kisaki Akira, pero no me gusta que me llamen por mi apellido.
Senju pareció sorprenderse al oír mi apellido, pero no dijo o hizo nada. Ella simplemente sonrió y me guío hasta donde Takeomi se encontraba.
Apoyé mi espalda en una pared mientras oía vagamente las palabras que Senju me decía sobre el lugar donde nos encontrábamos esperando a su hermano mayor.
—¡Takeomi! —exclamó felizmente Senju cuando ha visto a su hermano aparecer por la puerta de la habitación donde nos habían dejado esperando—. Por fin has llegado.
—¿Qué haces aquí? —preguntó con desdén—. Te he dicho muchas veces que no te quiero ver rondando por aquí. Este no es un sitio donde deberías venir.
—Lo sé, pero tengo un asunto muy importante que tratar contigo —dijo y me miró para que así Takeomi notara mi presencia—. Te presento a mi amigo, Kisaki Akira.
Takeomi pareció sorprenderse por un momento, entonces, se acercó para mirarme más detalladamente y ante ello, he podido saber que este Takeomi era la misma persona de mis recuerdos.
—Ha pasado un largo tiempo —dijo Takeomi mientras continuaba mirándome fijamente—. Tal parece que las cosas no han mejorado.
—¿Uh? ¿Ustedes ya se conocían? —preguntó confusa Senju.
Su hermano estaba por responder, pero en aquel momento, alguien más ingresó a la habitación e hizo que Takeomi se alejara de mí; se trataba de un hombre de estatura media, cabello largo y rostro fino.
—Este no es un lugar donde los niños deberían estar rondando.
—Lo sé, Waka, lo sé.
—¿Qué sucede aquí?
—Solo un problema del pasado que regresa a nuestras vidas —respondió Takeomi al momento en que se acercaba a él—. Kisaki Akira está de nuevo frente a nosotros.
—¿Esa niña con la que Shinichiro estaba obsesionado en ayudar?
—Exacto.
—Vaya —suspiró—. Eso sí es un problema.
—Vine hasta aquí porque Senju dijo que podrían ayudarme —dije—, pero si esto es un problema para ustedes... Me iré inmediatamente.
He realizado una mueca e iba a abandonar el cuarto, no obstante, Waka se interpuso en mi camino al colocarse frente a la única salida.
—Supongo que no hay otra opción —dijo Waka al momento en que miraba a Takeomi—. Después de todo, hicimos una promesa.
—¿Qué quieres decir? —pregunté.
—¡Un momento! —exclamó Senju, quien había estado apartada en todo momento—. ¿Podrían explicarme lo que sucede? Estoy demasiado confundida. Especialmente por el hecho de que tratan a Akira – kun como una chica y no como un chico.
Solté un pequeño suspiro y le comenté brevemente a Senju lo que sucedía. Ella se sorprendió, pero inmediatamente se puso feliz porque ahora tendría una amiga.
Al final, Senju dijo que podría quedarme en su casa, no obstante, su hermano se negó a ello porque podría haber problemas y sugirió que me quedara en el local que administraba Waka por un tiempo. Solo hasta que las cosas mejorasen un poco.
N.A: Ha pasado un tiempo desde la última actualización. No sé si todavía alguien sigue esperando un nuevo capítulo, pero, por si todavía hay alguien, aquí tienes un nuevo cap. ;)
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