──── 020.
La primera reunión del año del Tokyo Manji Gang se realizaba esta noche, por lo que todos sus miembros se encontraban ya formados detrás de sus respectivos capitanes.
Lo primero que se mencionó en la reunión fue el asunto de los Black Dragons, donde Hakkai Shiba pidió disculpas por el enfrentamiento que hubo en Navidad. Él esperó la decepción de los demás, pero afortunadamente, nadie lo culpó.
Lo siguiente que se mencionó fue el hecho de que miembros de los BD se unirían a la pandilla bajo el mando del capitán de la primera división; Hanagaki Takemichi.
Y por último...
—Kisaki Tetta —mencionó seriamente Mikey, mientras miraba en dirección a la tercera división—. Estás fuera.
La sorpresa no tardó en presentarse en los rostros de los demás miembros, pero quienes nos encontrábamos más sorprendidos éramos mi hermanastro, Hanma y yo.
—¿De qué estás hablando, Mikey? ¿Es esto una clase de broma?
—No estoy bromeando. Estás fuera.
—Espera un momento —habló repentinamente Hanma, mientras daba unos pasos hacia adelante—. Si echas a Kisaki, entonces yo también estoy fuera. Lo que significa que los exmiembros de Moebius y de Valhalla se irían... Eso dejaría solamente con 100 miembros a Toman. ¿Estás realmente seguro de lo que dices?
—No me interesa —respondió Mikey con un tono de voz completamente sombrío—. Toman se estaba haciendo demasiado grande.
—¿Haciendo demasiado grande? —preguntó mi hermanastro con incredulidad—. ¿Qué demonios dices? ¡¿Acaso ese no era el objetivo de Toman?!
—¿Acaso el que instigaras el conflicto de Navidad fue para hacer más grande a Toman? —preguntó, ocasionando que los demás presentes se sorprendieran—. Tú provocaste a Takemicchi y a los otros... Le diste un cuchillo a Yuzuha para que asesinara a Taiju... Ya me lo han contado todo, Kisaki Tetta.
—¡Te estás volviendo débil, Mikey! —exclamó desesperadamente—. ¡Taiju era una amenaza para Toman! ¡Todo lo que hice fue por tu bien!
Kisaki comenzó a subir las escaleras que llevaban a Mikey, pero por un breve tiempo fue detenido por Draken. No obstante, Hanma se lanzó a golpearlo para alejarlo, y así dejar que mi hermanastro se acercara al líder de la Tokyo Manji.
—¿No querías llevar a Toman hasta la cima? —preguntó mi hermanastro con un tono desesperante—. ¡Toman va a crecer y se convertirá en una organización que hará que cualquiera se arrodille! Pero para que eso sea así, me necesitas de tu lado... Así que, reconsidera esto, Mikey. No puedes lograr tus sueños con pura palabrería.
—Se acabó, Kisaki Tetta —pronunció Mikey con total seriedad—. Tu arbitrariedad arruinará mi sueño.
Mikey comenzó a alejarse, entonces Kisaki cayó al suelo de rodillas, derrotado.
—¡Esta reunión ha finalizado! —gritó Draken, y se alejó por el mismo camino que su líder había tomado.
—Vámonos —me dijo Hanma cuando me ha visto parada en medio de la confusión—. Nosotros ya no tenemos nada que hacer aquí.
—¿Qué es lo que piensas hacer a partir de ahora?
—Ya veremos —dijo, y formó una sonrisa siniestra cuando miró a mi hermanastro—. Seguramente ya debe de estar pensando en su siguiente movimiento.
Una inquietud se plantó en mi pecho al tan solo pensar en el caos que podría armar mi hermanastro por sentirse traicionado.
—Se acabó —dije firmemente, y Hanma me miró confundido—. Renuncio a la pandilla.
—Oye, oye, no puedes abandonar justo ahora.
—Te dije que si las cosas se complicaban, lo dejaría.
—Lo sé, pero las circunstancias han cambiado.
—No me interesa —dije, y fruncí levemente el ceño—. Hasta aquí he llegado y si quiere detenerme, tendrás que pelear conmigo.
—Bien, bien, si así lo quieres —dijo, y soltó una pequeña risa cuando me vio alzar mis puños—. Por esta vez te dejaré ir. Pero sé que no tardarás en volver a unirte a la acción.
Él volvió a soltar una risa, y se alejó de mí para así acercarse hasta donde mi hermanastro se encontraba. Inmediatamente, me alejé del lugar para así dirigirme a mi casa y así aprovechar de descansar porque hoy mi padre no llegaría a casa.
No obstante, cuando estaba caminando, he visto la motocicleta de Mikey detenerse a mi lado, por lo que inmediatamente detuve mis pasos y lo miré.
El chico se quitó el casco, me sonrió levemente y dijo:
—¿Tienes algún plan ahora mismo?
—Ninguno. Solo pensaba en regresar a casa.
—Entiendo —continuó sonriendo—. Como todavía no tienes un celular, Emma me pidió que te preguntara si querías cenar con nosotros.
—¿Está bien para mí ir?
—Por supuesto. A Emma y a mí nos agrada tu compañía.
Mi corazón comenzó a palpitar rápidamente cuando he oído sus palabras.
—Está bien. Acepto cenar con ustedes —dije, y tomé el casco que Mikey me extendió para luego subirme a su motocicleta.
Luego de cenar, Emma se llevó los platillos hacia la cocina para así lavarlos, y a pesar de que me ofrecí a ayudarle, ella se negó diciéndome que hoy era su invitado y que no podía permitirme eso.
Al final, he ido con Mikey a su habitación porque él tenía algo que entregarme.
—Debe de estar por aquí —dijo mientras rebuscaba en una antigua caja que tenía las iniciales "S.S." escritas en el centro.
Durante unos pocos minutos estuvo rebuscando dentro de la caja, hasta que finalmente encontró lo que quería. Fue entonces que, Mikey se acercó y me entregó una antigua fotografía.
Cuando sostuve la fotografía y la miré, me sorprendí bastante al ver a Shinichiro cargándome en sus hombros mientras Emma y Mikey se encontraban sentados en el suelo; los cuatro sonreíamos felizmente.
—Esa fotografía era tu favorita. Siempre decías que al verla te sentía más segura cuando te encontrabas en tu casa.
—No recuerdo mucho, pero sé que mis momentos más felices fueron en este lugar —dije, y me acerqué a él para sentarme a su lado—. Gracias, Mikey.
Mikey me dedicó una pequeña sonrisa para luego apoyar su cabeza en mi hombro mientras me decía que lo dejara descansar un rato a mi lado. En ningún momento me negué a su petición, entonces, minutos más tarde, él se durmió y al verlo tan relajado me hizo sentir tan tranquila.
—¿Uh? ¿Se ha dormido? —preguntó la voz de Emma, quien ingresaba al cuarto de su hermano y nos miraba con una pequeña sonrisa—. Es la primera vez que lo veo tan relajado sin que esté abrazando su desaliñada manta.
—¿De verdad? ¿Acaso duerme mal sin ella?
—Cuando nuestra mejor amiga desapareció, él comenzó a tener pesadillas —dijo sin dejar de mirar a su hermano—. Pero desde que comenzó a usar esa manta ha dicho que esas pesadillas desaparecían, por lo que no la deja por nada en el mundo. Al parecer es como un amuleto para él—Emma continuó mirando a su hermano, pero luego me miró con una pequeña sonrisa—. ¿Puedo pedirte un favor? —preguntó repentinamente.
—¿Uh? Sí, claro.
—Puedo notar que le agradas mucho, así que... ¿Podrías prometerme cuidar de él?
Su repentina petición me sorprendió, pero no tardé en formar una pequeña sonrisa y extenderle mi mano como una forma de concretar algo.
—Lo haré. Te lo prometo.
—Gracias, Matsuno – kun —dijo con una pequeña sonrisa mientras sostenía mi mano, y al oírle usar aquel apellido me hizo dudar si debería de contarle mi verdadera identidad o no.
—Tal vez otro día —musité cuando ella abandonó el cuarto—. Te contaré la verdad. Solo espera un poco más, Emma.
Apoyé mi cabeza con la de Mikey y miré nuevamente la fotografía que él me había entregado para luego cerrar mis ojos e imaginar lo que posiblemente habría olvidado.
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