──── 019.
Estaba sentada en la entrada de mi hogar, colocándome mis zapatos para así salir a mi encuentro con Manjiro. No obstante, en ese minuto he escuchado la voz de mi padre llamándome.
—¿Dónde piensas ir? —preguntó mi padre con un tono de voz autoritario que hizo a mi piel erizarse—. No creo haberte dado permiso de salir.
—Pensaba ir a rezar, padre —dije intentando no sonar asustada—. Usualmente, no estás en casa para año nuevo, por lo que nunca pude decirte que me gusta ir a rezar... Lo lamento...
—¿Solo a rezar?
—Sí...
—Lo entiendo —dijo haciendo que me sorprendiera debido a que no esperaba esa respuesta.
—¿Entonces puedo irme? —pregunté, todavía un poco confusa.
—Sí —respondió afirmativamente, ocasionando una mínima felicidad en mi interior—. Solo espera a tu hermano. Él también ha dicho que iría a rezar.
La pequeña felicidad que sentí se rompió en solo segundos cuando he visto a mi hermanastro acercarse con una sonrisa fingida.
—Saldré esta noche con vuestra madre, así que asegúrense de no regresar tan tarde —dijo mi padre con seriedad—. No quisiera que se esparcieran rumores de que mis hijos andan en malos pasos.
—No te preocupes, padre —le dijo mi hermanastro—. No haremos nada que arruine tu reputación.
Mi padre comenzó a alejarse, por lo que mi hermanastro y yo abandonamos la casa para así dirigirnos al festival, o eso era lo que pensaba al principio, pero en mitad del camino él se había desviado y ahora nos encontrábamos caminando en dirección contraria.
Minutos más tarde, nos encontramos a Hanma apoyado sobre unas barandas.
—¿Y esta sorpresa? —preguntó mirándonos con una sonrisa de satisfacción—. Creí que vendrías solo, Kisaki.
—Pensé que su presencia te agradaría —respondió con un tono neutro mientras se acercaba a él. Hanma soltó una pequeña risa—. ¿Has podido averiguar algo?
—Por supuesto.
Ambos comenzaron a hablar sobre su siguiente movimiento contra Takemichi, pero antes de tomarle mucha atención, he sentido como mi celular vibraba en el bolsillo derecho de mi chaqueta. Inmediatamente, lo tomé y miré quien me había mensajeado; una inquietud se plantó en mi pecho al leer que Mikey ya se encontraba en el festival esperándome.
—Ah... —suspiré, y me quedé mirando aquel mensaje por un minuto para luego comenzar a responderle que tal vez llegaría tarde y que era mejor que no me esperara.
—¿Qué es lo que tanto estás mirando? —preguntó repentinamente Hanma, quitándome el celular de las manos e impidiendo que enviara mi mensaje—. ¿Es algo interesante?
—Regrésame mi celular, ahora.
—Vamos. Solamente quiero saber que tanto te tiene distraído —dijo, y soltó una risa de satisfacción antes de mirar a mi hermanastro—. ¿Quieres también saberlo?
—Por su reacción se ve interesante.
El pánico comenzó a apoderarse de mí cuando Hanma estaba por mirar la pantalla de mi celular, así que sin pensarlo le di un manotazo, y el dispositivo móvil que se encontraba en su mano derecha, terminó cayéndose y rompiéndose cuando tocó el suelo.
—Vaya reacción —dijo Hanma con gracia.
—Te he dicho muchas veces que detesto que se metan en mis asuntos—dije seriamente, y miré brevemente a mi hermanastro—. Me iré por mi cuenta. Veo que no tienes ni la menor intención de dirigirte al festival.
Él no me mencionó nada. Simplemente, se limitó a verme con una sonrisa, y eso realmente me perturbaba, porque no tenía ni idea de lo que estaría pensando en este momento. Sin embargo, decidí ignorarlo y continuar con mi principal propósito.
La gente que se encontraba en el festival comenzaba a reunirse en distintos lugares para así presenciar los fuegos artificiales que empezarían en algunos minutos.
Rápidamente, me dirigí hacia el lugar donde se suponía que me encontraría con Mikey. Fue entonces que llegué y lo vi sentado en una banca, sosteniendo firmemente su celular mientras miraba fijamente el cielo con una expresión solitaria.
—Mikey —pronuncié su nombre, captando por completo su atención.
—Has llegado —dijo formando una pequeña sonrisa, mientras se levantaba y se acercaba—. Por un momento pensé que no vendrías.
—Lo lamento. Tuve un percance cuando estaba por venir —dije al momento en que tomaba mi celular—. Pensé en escribirte que llegaría tarde o que tal vez no podría venir, pero como puedes ver se ha roto.
—¿Qué sucedió? —preguntó, y su expresión se volvió un poco sombría—. ¿Alguien intentó hacerte daño?
—Oh, no. Nada de eso —dije, y volví a guardar mi celular en mi bolsillo derecho—. Solo fue un descuido.
—Entiendo —respondió con un tono neutro—. Si algo sucede, no dudes en decirme.
—Está bien.
Ambos comenzamos a caminar hacia otro lugar para así poder disfrutar de los fuegos artificiales. Caminamos en silencio hasta que Mikey vio un puesto de "Ema", por lo que ahora mismo nos encontrábamos comprando dos placas de madera para así escribir en ellos nuestras oraciones o deseos.
Por un momento no supe qué escribir, pero luego de mirar a Mikey, y de recordar los momentos que había pasado con él y los demás, me hizo exactamente que desear.
—¿Qué has escrito? —preguntó cuando me vio terminar de escribir.
—Eh, bueno... —comencé a decir de manera nerviosa—. Desee que en este nuevo año pueda seguir teniendo momentos divertidos con todos ustedes.
—Vaya. Hemos deseado lo mismo —dijo mientras formaba una pequeña sonrisa—. Aunque, también he deseado algo más.
—¿Algo más?
Él estaba por responderme, pero en aquel momento los fuegos artificiales se hicieron presente en el cielo, por lo que brevemente hemos dirigido nuestra mirada hacia ellos.
La gente que se encontraba a nuestro alrededor no tardó en mirar hacia arriba, entonces, aprovechando la distracción de la gente, Mikey sostuvo suavemente mi mano para luego atraerme hacia él y así, finalmente envolverme en sus cálidos brazos.
La inquietud y la desesperación de que alguien pudiera reconocernos comenzaba a hacerse presente en mi cuerpo, pero antes de que me separara de Mikey, he oído suavemente como me decía:
—Desee que no te volvieras a alejar de mí.
Sentí una sorpresa cuando oí sus palabras, pero a su vez, sentí una felicidad plantarse en mi pecho. Él se apartó y me miró fijamente con una expresión que hizo que mi corazón latiera rápidamente, luego acarició suavemente mi rostro con las yemas de sus dedos, entonces, cuando vi su dulce sonrisa, me hizo querer estar siempre con él.
—Mikey —mencioné suavemente su nombre sin dejar de mirarlo—. Yo definitivamente no me alejaré de ti.
Los ojos de Mikey obtuvieron un pequeño brillo, y eso sin duda alguna me hizo sentir especial.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top