──── 011.
Luego de conversar con Mikey he podido recuperar algunos recuerdos que me hicieron comprender la razón por la cual él y Baji actuaban de manera amable conmigo, pero también me llegó una duda.
—Dime... ¿Cómo lograron reconocerme? —pregunté mientras me encontraba subida en su moto dirigiéndonos hacia mi casa—. No nos hemos visto en mucho tiempo y yo no estoy utilizando mi verdadero apellido.
—El día en que mi hermano falleció encontré una carta donde explicaba lo que había sucedido contigo —mencionó con un tono de voz que me hacía doler el pecho—. Realmente no sé cómo es que supo todo lo de tu situación familiar o por qué dejó una carta con todo ello escrito, pero gracias a eso he podido reconocerte en nuestra primera pelea cuando me enfrente a Moebius.
—Entiendo —asentí—. Entonces, tú le contaste a Baji sobre esto y por ello él también supo reconocerme.
—No. Yo no le conté a nadie sobre la carta de mi hermano —dijo y aquello me dejó confusa—. Él te reconoció por otra razón.
—¿Otra razón?
—Sí, pero eso es algo que no me concierne mencionar —decía con un tono tranquilo—. Lo siento, pero tendrás que esperar para saber de ello.
Simplemente mencioné un "Está bien" para así concentrarme en otras cosas. Entonces, cuando hemos llegado a la calle que quedaba cerca de mi casa no tardé en bajarme de su motocicleta.
—Gracias por contarme todo —mencioné mientras arreglaba un poco mi cabello que fue movido por la brisa del viento—. Ahora puedo comprender algunas cosas.
Él se me quedó viendo fijamente mientras formaba una pequeña sonrisa. En ese momento pensé que Mikey se iría en su motocicleta al terminar nuestra conversación, pero repentinamente él se bajó de allí para luego acercarse y envolverme en sus brazos.
Un acto que me tomó totalmente desprevenida por lo que no supe cómo reaccionar.
—Todavía no puedo hacer mucho —decía aferrándome fuertemente—, pero si necesitas de mi ayuda no dudes en decírmelo... Yo vendré a rescatarte las veces que sean necesarias.
Sus palabras sinceras, pero a la vez dulces me hicieron sentir una agradable sensación en mi pecho, por lo que no tardé en corresponder a su abrazo como una forma de que aceptaba sus palabras.
—¿Qué mierda estoy viendo?
Sin esperarlo fui apartada bruscamente de Mikey y al ver a mi padre me quedé completamente helada.
—Padre...
—¿Qué significa todo esto? —preguntó con un tono que me hizo espantar. Entonces, cuando él vio a Mikey se quedó sorprendido por un momento—. ¡¿Eres tú de nuevo?! ¡Te dije que te alejaras de mi hijo!
—¿Padre? —pregunté confusa al oírle—. ¿A qué te refieres?
Mi padre hizo que me colocara detrás de él para que así dejara de estar cerca de Mikey.
—La advertencia que te di hace un tiempo no fue lo suficientemente buena, ¿no? —mencionó con un tono aterrador—. Si no quieres que algo malo suceda te recomiendo que te mantengas alejado de los asuntos de mi familia.
—No comprendo a lo que se refiere —mencionó Mikey mientras demostraba una expresión sombría—. Esta es la primera vez en que lo veo.
Mi padre se mantuvo callado mientras miraba a Mikey como si estuviera analizándolo.
—Tienes razón. Te he confundido —dijo seriamente—. Aun así. Aleja tus manos de mi hijo.
Él sostuvo fuertemente mi muñeca para así alejarme del lugar del cual nos encontrábamos. Y mientras nos alejábamos he mirado hacia atrás por un momento, y al ver la expresión atemorizante que realizaba Mikey me ha sorprendido. Una expresión totalmente vacía que me hizo recordar a cuando estaba golpeando sin piedad a Kazutora.
Avancé junto a mi padre hasta llegar a casa, donde él me lanzó fuertemente al entrar y al verlo alzarme su mano he cerrado los ojos esperando a que me golpeara, pero extrañamente no recibí nada por lo que inmediatamente abrí mis ojos con algo de temor.
—¿Qué ha sido ese estruendo? —preguntó la voz de Yuriko mientras se acercaba a la entrada—. ¿Qué sucede?
—Nada —mencionó mi padre mientras se alejaba de mí—. Solo mi hijo se ha tropezado.
—Ya veo —respondió con un tono dulce—. ¿Te encuentras bien, Akira – kun?
—Sí. Lo estoy... —respondí todavía anonadada con lo que acaba de suceder—. Yo iré directo a mi cuarto.
—¿No piensas cenar?
—Ha comido fuera de casa —respondió mi padre mientras me miraba seriamente—. Se irá directo a dormir.
—Así es —asentí mientras me levantaba y dejaba mis zapatos en la entrada—. Hasta mañana.
Yuriko me dio las buenas noches de manera amable, mientras que mi padre me susurraba que luego iría a hablar conmigo sobre la escena que hice fuera de casa y eso realmente me atemorizaba, pero no por el hecho de que algo me sucediera a mí, sino porque él podía hacerle algo a Mikey, ya que tenía el poder suficiente como para deshacerse de alguien si así lo deseaba.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top