──── 005.
Avancé por las calles en dirección hacia mi hogar, pero como todavía me quedaba tiempo antes de volver me detuve en un parque cercano donde me puse a esperar sobre unas barras, y mientras me encontraba esperando he sentido como alguien se subía por el otro lado de la barra.
Al mirar hacia allí me encontré con Mikey y al verlo aquí llegué a asustarme e incluso pensé que me estaba teniendo alguna emboscada con su pandilla. Tal vez quería hacerme algo por estar cerca de Emma.
—Este es un bonito lugar, ¿verdad? —preguntó repentinamente dejándome confundida—. Cuando era un niño pequeño solía jugar en estas barras con Baji y todo lo que hacíamos era pelear... Pero hacíamos las paces inmediatamente gracias a una persona en especial.
—No comprendo a que va todo esto —dije firmemente mientras de manera cuidadosa intentaba buscar mi celular para así marcarle a Hanma, pero al no sentirlo conmigo me preocupé, ya que recordé que lo dejé sobre la cama de Emma cuando me estaba cambiando de ropa.
—No tienes que estar a la defensiva. No te haré nada —dijo con tranquilidad mientras buscaba algo en su bolsillo—. Esto es tuyo, ¿no?
Mikey me extendía mi celular mientras me dedicaba una sonrisa.
—Sí... Gracias... —agradecí mientras tomaba mi celular y al rozar mi mano con la suya sentí un pequeño cosquilleó—. Si esto es todo me debo de ir.
Bajé de las barras para así poder irme, pero antes de hacerlo logré oír a Mikey decir:
—Realmente no quiero pelear con ustedes.
—Supongo que lo dices porque crees que nos vencerás fácilmente y te aburrirías —mencioné mientras recordaba todo lo que se mencionaba en las calles con respecto a él—. En Valhalla hay muchas personas fuertes, así que, estoy seguro de que podremos derrotarte.
—Ya veo. Así que piensas así.
—Solo espera. Nosotros iremos con todo a por ustedes —mencioné con seguridad—. Especialmente yo. Iré especialmente a por ti y espero que esta vez no dudes en golpearme.
—No prometo nada.
Mikey me miró con una sonrisa que por alguna razón transmitía tristeza, pero antes de que pudiera mencionar algo apareció un miembro de la Toman y al verlo pude saber que se trataba de Hanagaki Takemichi.
—Me gustaría hablar contigo sobre algunas cosas, Mikey —mencionó mientras me miraba fijamente con algo de inquietud—, pero si interrumpo algo puedo esperar lejos de aquí.
—No es necesario, Takemicchi —dijo Mikey tranquilamente—. Ya terminé de hablar con él.
Me quedé mirando a Mikey por un corto tiempo para luego comenzar a alejarme de ellos. Avancé hacia mi hogar a un paso lento mientras pensaba acerca de cómo vino a mí esa repentina motivación de querer vencer a la Toman.
—Tal vez juntarme con Hanma está afectándome —suspiré mientras llegaba a mi hogar y antes de ingresar me aseguré de que no tuviera nada que pudiera provocar a mi padre—. Estoy en casa.
Cuando mencioné esas palabras no tardé en oír la voz de mi padre, quien me decía que me acercara al comedor y por el tono de voz que estaba empleando pude saber que se encontraba feliz por lo que me relajé, ya que al encontrarse de esa forma no me haría nada mientras yo no lo provocara.
Caminé a un paso lento, entonces, cuando llegué me encontré con la sorpresa de que no estaba solo. Normalmente no me sorprendía el hecho de que trajera alguna mujer a casa, ya que lo hacía cada vez que conocía a alguien nueva, pero siempre evitaba que nos conociéramos y por ello me había sorprendido cuando me ha llamado.
Aquella mujer era alta de cabellera castaña y un cuerpo bien formado. Ella me miraba con una sonrisa que a primera vista parecía ser de amabilidad, pero podía sentir un toque de falsedad y eso me incomodaba, pero lo que más me incomodaba era el hecho de que aquella mujer no se encontrara sola, sino que a su lado se encontraba un muchacho de estatura mediana, cabellera rubia y piel que parecía estar bronceada.
—¿A qué se debe esta repentina reunión, Padre? —pregunté confusa al no comprender la situación repentina en la que me encontraba.
—No te los presenté con anterioridad porque quería que fuera una sorpresa —mencionó con tranquilidad mientras sostenía firmemente mis hombros—. Te presento a quienes ya forman parte de nuestra familia.
—¿Qué...?
—He escuchado algunas cosas sobre ti. Estaba esperando conocerte —dijo la mujer sin dejar de sonreír—. Espero que no te moleste esta repentina unión y que tú con mi hijo se lleven bien.
—Estás sorprendido. Tal como lo imaginaba —decía mi padre felizmente para luego acercarse a quienes serían mi nueva familia—. Desde hoy ustedes serán Kisaki Yuriko y Kisaki Tetta. Espero que nos llevemos muy bien.
Kisaki. Un apellido que tenía demasiado respeto y poder en Japón por el gran negocio que tenía.
Se supone que debería de sentirme orgullosa de llevar aquel apellido, pero al enterarme de lo que va en realidad los "negocios" de mi padre me causaba simplemente repulsión y por ello fuera de casa utilizaba el apellido de mi madre biológica.
—Llevémonos bien, hermano mayor.
La forma en que mencionó esas palabras y la mirada que me lanzaba mi nuevo hermano me hizo sentir un escalofrío que no me daba buena espina.
N.A: ¿Se esperaban esta revelación? ¿Qué creen que pasará?
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