♡parte tres

—¡Yoongi sal de ahí, todos llegaron ya!—gritó Sun desde fuera de la habitación—¿Qué tanto haces?

—Bajaré en un rato... Estoy a mitad de algo importante.—respondió junto a la puerta, intentando ocultar su voz rota.

—Tus hijos y nietos te están esperando, no puede ser que sigas con tus actitudes idiotas, ¡nada es más importante que tu familia!—regañó ella, tratando de entrar.

Pero Min le había puesto seguro.

—¡Déjame solo Hee, te dije que es algo importante!—explotó, dando un golpe algo fuerte a la pared.

Escuchó como su esposa dijo entre dientes algún insulto poco entendible, para luego irse.
Él regresó a la cama, pues aún faltaban un par de cosas por ver, y sabía que quizá esas serían las más dolorosas.

Tomó la joyería que había allí, pulseras y anillos.
Eran dos brazaletes de metal, cada uno con las iniciales "Y&J" grabadas en ellos; estaban hechos a la medida para sus delgadas muñecas, y Yoongi recordaba haberlas comprado justo cuando cumplieron 2 meses como pareja.
Fueron juntos a pedirlas en una joyería, y había sido uno de los mejores días de su vida.

Las tomó y se las puso, una en cada mano, viendo como éstas aún le ajustaban bien. Por supuesto que aquello le provocó más lágrimas, pues jamás había compartido nada con nadie antes... Ni después de Jimin.

También se colocó ambos anillos, los cuales eran una imitación de oro.
El de Park tenía un pequeño corazón de pedrería fantasía, simulando un diamante; el de Min, era más grueso y con diminutos brillos incrustados.
Claro que se acordaba cuando y porqué los había comprado, y eso le dolió en lo más profundo.

Porque había sido un regalo de parte suya, se los había dado en Navidad, justo aquella ocasión cuando sus padres le dieron una única oportunidad de llevar a Jimin a su casa. Cuando el rubio estaba tan preocupado por el estado de Taehyung, que no dejó de llamarlo y enviarle mensajes en todas las vacaciones.

Yoongi se los regaló por la fecha festiva, y porque con ellos le hizo un juramento.
"Éstos son anillos de promesa, y si me lo permites, en un futuro los cambiaré por anillos de matrimonio. Te amo Minnie". Recordó las lágrimas de felicidad que su novio soltó, y podría jurar que sintió aquel apretado abrazo que Jimin le dio al aceptar el obsequio.
Y eso, lejos de hacerlo sentir mejor, lo empeoró todo.

—No pude cumplirlo... Lo lamento tanto...—sollozó con la mirada baja, quitándose por un segundo los anteojos para limpiar su llanto.

Desearía haber realizado cada sueño y promesa, pero desgraciadamente, el destino no quiso que aquello pasara.

Tomó un respiro profundo, y cuando se sintió lo suficientemente listo para seguir, se colocó nuevamente los lentes, y sujetó la última cosa de la caja.
Ese sobre se veía muy gastado, y se notaba que sólo había sido abierto una vez; por supuesto, ésto no le dio buena espina a Yoongi, pero quería acabar con lo que él mismo había empezado.

Con la vista algo nublada, y escuchando los ruidos provenientes de sus nietos desde fuera de la habitación, se dispuso a sacar la carta que dicho sobre contenía.
Y ahí, cuando leyó la frase "lo siento mucho" en la parte delantera de la hoja doblada, supo de qué se trataba.
Su cabeza y pecho punzaron al mismo tiempo, debido al recuerdo que le llegó de golpe; era una serie de escenas demasiado vívidas, que rápidamente reconoció como las peores de su vida.

Esa carta, había sido dejada por Jimin en su departamento. Con ella se había despedido de Yoongi, justo antes de quitarse la vida, de la misma forma que su mejor amigo Taehyung.

El peli negro recordó perfectamente el momento en que la encontró; llegó a casa de Jimin gracias a que éste no le respondía los mensajes ni llamadas, y por la situación que estaban pasando, se preocupó bastante. Por suerte, siempre cargaba su juego de llaves para emergencias, así que entró sin avisar.

La carta estaba en una pequeña mesa junto a la puerta del departamento, de ese modo, pudo verla antes de hallar a su novio en el baño del lugar. La leyó rápidamente, y para cuando terminó, corrió por el pasillo hasta dar con el chico, pues ya sabía por sus propias palabras lo que había hecho.
En ese entonces, por un instante, conservó algo de esperanza de que encontraría a Jimin aún consciente. Pero claro, no fue así.

Esa carta jamás se la reveló a nadie, ni siquiera a Jungkook antes de su muerte, o a su mejor amigo Seokjin cuando éste lo fue a ver a su casa después de todo lo ocurrido.
Ni su familia, ni mucho menos Hee se enteraron de la existencia de ese papel, y él poco a poco, se obligó a olvidar su contenido, pues de otro modo, quizá no hubiera seguido adelante por tanto tiempo.

Tenía las últimas palabras de Jimin de nuevo en sus manos, y sólo pudo tragar duro antes de comenzar a leerla por segunda vez en su vida.

Yoonie, si estás leyendo ésto, de verdad lo siento. Quizá ya es demasiado tarde.

Perdón por haberte hecho perder tu tiempo conmigo, sé que te robé muchas horas de estudio, sueño y trabajo por mis cuidados, y no era esa mi intención.
Sobre todo, perdón, porque todo fue en vano...

Trataste de cuidarme, de hacerme sentir mejor, incluso llevaste flores a la tumba de Taehyung por mi, ya que yo no podía ir a ese lugar sin acabar llorando fuertemente. Tenías toda la disposición para ayudarme... Y yo no logré pagártelo como merecías. Querías una sonrisa como recompensa, y ni siquiera eso pude darte.

Perdóname. Te juro que lo intenté, me esforcé en aprovechar para bien todo lo que estabas haciendo por mi, traté de ganarle a la depresión que me azotó... Quizá no te diste cuenta, pero en verdad, luché con todas las fuerzas que me quedaban, con tal de que tú estuvieras orgulloso de mi por haberlo logrado.

Pero no pude. Ya no puedo más Yoonie.

Taehyung era mi mejor amigo, mi alma gemela... ¿Y sabes?, las almas gemelas no pueden sobrevivir una sin la otra. Si la primera muere, la segunda eventualmente lo hará también... Así funciona.

No me mal entiendas cariño, porque hay una diferencia entre él y tú, aunque no lo creas.
Tú eres el amor de mi vida, la persona que más he amado en el mundo.
Taehyung fue la mitad de mi alma, el mejor amigo que pude tener, al punto de que me complementaba en todo sentido.

Lo adoraba, y yo de verdad esperaba poderlo salvar. Me siento demasiado culpable por su muerte, porque pude haber hecho más por él, y no lo hice... Porque confié ciegamente en que Tae era fuerte y podría superarlo. Desgraciadamente, cuando me di cuenta, ya era muy tarde.

Tengo un dolor que no puedo siquiera describir, ya ni siquiera sé en qué parte duele más... Creo que todo mi interior está roto, agonizando, tan sólo esperando un poco de paz... Sólo quiero que todo termine.

Si no puedo dejar de sentirme así... Entonces ya no quiero sentir nada Yoonie... No lo soporto más...

Por favor perdóname...

No quiero seguir siendo una carga para ti, ni mucho menos amargar tu vida con mi tristeza. Prefiero irme... De la misma forma que Tae, así quizá logre reencontrarme con él en algún lugar. Espero puedas tratar de entender el porqué lo hice.

Quizá todos pensarán que mi suicidio es sinónimo de cobardía... Pero, a mi parecer, no cuenta como eso. Sólo quise descansar... Quise ver a Taehyung otra vez... Y la única manera de hacerlo es irme.

Te amo, te amé desde el primer momento en que te ví. Y te prometo, que te amaré por toda la eternidad... Ojalá en nuestra siguiente vida, podamos cambiar nuestros anillos de promesa, por unos de matrimonio... Te voy a extrañar mucho Yoonie.

Sé feliz, yo confío en ti... No apagues tu hermosa luz por mi. Quiero verte sonreír desde el cielo...

Hasta pronto mi amor... Tal vez un día nos volvamos a encontrar.

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