it's cold outside, like when you walked out my life

Nunca pensó que doliera tanto.

De hecho, nunca pensó que pudiese encontrarse en una situación como esta.

Estaba en su cama, observando como se repetía aquella que en algún momento fue su película favorita, con los ánimos por el piso y sin ganas de hacer algo por mejorar.

¿En qué momento pasó?

Creía que estaban en su mejor instante, todo marchaba bien entre ambas, si, tenían algunos problemas como toda pareja, pero su segundo aniversario estaba muy cerca y había hecho planes para celebrarlo por todo lo alto.

"Lo siento, Chae."

Las mismas palabras se repetían en su cabeza, atormentandola y haciéndola querer olvidar todo por al menos unos segundos. Ya no quería pensar. Ya no quería recordar.

Acariciaba su lado de la cama, aún podía sentir el olor de su shampoo en ella... miraba algunas de sus pertenencias, que la observaban de vuelta como recuerdos. Una de sus cámaras estaba ahí, también su reloj favorito y aquel collar que compartían con sus iniciales.

Estaba destrozada y no sabía por cuánto tiempo más podría lidiar con tanto sufrimiento; tenía el corazón roto y no había manera de recuperarse, no creía que el tiempo la ayudara y otra persona, mucho menos.

Solo la quería de vuelta.

Solo quería al amor de su vida de vuelta.

—Vamos, te hará bien tomar un poco de aire. —su mejor amiga entró a la habitación, había olvidado por un momento su presencia en el departamento.

Desde la ruptura, Lisa estuvo ahí con ella, negándose a dejarla sola ni siquiera por unos minutos. Sabía lo dolida que estaba, entendía perfectamente por lo que estaba pasando, así que la única manera de ayudarla, era apoyándola.

—Su collar está aquí. —le dijo, casi sin aliento. —Definitivamente ya no quiere nada que la una a mí.

Lisa se acercó y la abrazó, mientras la rubia dejaba escapar algunas lágrimas.

—Sé que es difícil para ti, Chaeng. —se separó un poco. —Pero no puedes estar más tiempo así, la vida continúa.

—A la mierda con eso. ¿Cómo se supone que voy a continuar sin Jisoo? ¡Ella es mi vida, Lisa!

—Lo sé. —suspiró. —Pero puedes intentarlo. Anda, vamos, paseemos a Hank y tomemos un poco de aire.

Rosé pasó las manos por su cabello y tomó una bocanada de aire. Sabía que Lisa no se iba a dar por vencida, tendría que ir con ella. Mientras más rápido mejor— pensó, así regresaría a su cama pronto y abrazaría aquella almohada que aún desprendía el olor de su ex novia.

Buscó un sweater mucho más grande que ella, un abrigo y jeans desgastados, esa era su única vestimenta desde hace tres semanas ya, desde que Jisoo decidió terminar con ella.

Tomó a Hank y sus llaves y así, salieron los tres del departamento al parque más cercano. El frío era casi insoportable y eso solo la hacía sentir más deprimida.

Chequeaba su teléfono mientras Lisa cuidaba de su cachorro, enfocándose en las conversaciones con Jisoo, que habían pasado a ser monólogos porque la pelinegra no había respondido a ninguno de los últimos mensajes.

"Por favor, ¿podemos vernos?"
"Te extraño demasiado."
"Te amo tanto."

Eran los que había enviado en las últimas dos horas sin recibir respuesta alguna, solo podía ver que Jisoo los leía y eso la hundía un poco más.

—Ya deja el teléfono. —le reclamó Lisa. —Se supone que esto era para distraerte.

—Lo siento, no creo que nada me haga dejar de pensar en ella. —Lisa pasó su brazo por los hombros de su amiga, atrayéndola a su lado. —¿Qué crees que esté haciendo?

—Bueno, es domingo; seguramente Jennie y ella estén viendo una película o algo parecido.

—No la he visto desde ese día. —dijo encogiendo sus hombros. —Se siente tan extraño. Un día como hoy estaríamos comiendo como si no hubiese un mañana, pasando el rato viendo películas y series, y si teníamos ánimos, saldríamos por la tarde.

—Era su rutina.

—Lo era. —afirmó, mirando al cachorro. —¿Crees que ella me extrañe?

—Estoy segura, Chaeng.

...

Luego de un rato en el parque con Rosé perdida en sus pensamientos sobre su reciente ruptura, Lisa decidió que hicieran una parada en el starbucks más cercano antes de regresar al departamento.

Ambas ordenaron y se sentaron en las mesas que estaban afuera del local, abrigadas, con sus pedidos en mano y Hank cerca. Lisa trataba de distraerla mostrándole algunos vídeos de sus más recientes entrenamientos de baile, pero aunque Rosé quería concentrarse en lo que su mejor amiga le mostraba, era imposible.

Todo parecía insignificante si no tenia a Jisoo a su lado, hasta lo más simple, como tomar un café y pasear a Hank.

—¿Podemos irnos ya? —le preguntó a Lisa, ya deseaba regresar a su cama.

—Supongo que sí. —se levantó de la silla, pero antes de que pudiera tomar a Hank, este se escapó de sus manos, ladrando hacia el otro lado de la calle.

Rosé palideció por unos instantes cuando vio como su cachorro se acercaba a la figura de una pelinegra que conocía bastante bien.

—¡Hanky! —aquella pelinegra lo recibió en sus brazos con una sonrisa.

Lisa le dio una palmada en su espalda para que saliera del trance, y cuando lo hizo, las dos fueron al lado de la calle donde se encontraban Hank y Jisoo.

—Hola. —saludó, sin saber qué más decir. —Se emocionó mucho al verte.

Jisoo sonrió tristemente.

—Tan eufórico como siempre. —dijo mientras lo acariciaba.

Rosé decidió tomar la oportunidad, no sabía que podía pasar luego así que no la iba a desaprovechar.

—Jisoo, ¿crees que podamos hablar? —preguntó tímidamente.

La mayor se removió un poco incómoda, pero asintió lentamente. Rosé le pidió a Lisa que llevara a Hank al departamento y ésta entendió que debía dejarlas a solas.

Caminaron un poco de vuelta al parque en donde hace un rato estaban las menores.

Jisoo pasó sus manos por sus propios brazos, tratando de buscar un poco de calor aparentemente.

—¿Tienes frío? —la menor no dejó que respondiera, ya se estaba deshaciendo de su abrigo para entregárselo a la mayor.

—No, está bien Chae.

—Tienes frío, te conozco. Tómalo. —le extendió el abrigo, pero Jisoo no lo aceptó.

—Solo... solo dime de qué quieres hablar conmigo. —Rosé bajó su mirada.

—Yo... te extraño muchísimo. —seguía cabizbaja. —No puedo dejar de pensarte y no quiero dejar de hacerlo, Jisoo...

—Por favor, ya esto lo hablamos... —unas lágrimas amenazaban con salir. —Tienes que entender.

—¿Qué quieres que entienda? —preguntó en un grito-susurro.

—Ya no funcionamos juntas.

—¿Y tú decides por ambas?

—Es lo mejor para ambas. —ya las lágrimas caían por sus mejillas. —Es mejor cortar por lo sano, no quiero que me tengas rencor a mi, ni yo a ti.

—Nunca podría, te amo demasiado como para sentir algo que no sea amor por ti. —no podía evitar sollozar un poco.

—Chae...

—Dijimos que sería para siempre. —dijo con una sonrisa amarga. —No cumpliste tu promesa.

—Por favor, no hagas esto. —sollozaba de forma desconsolada.

—¿Esos te amo solo duraron un año para ti? —le reclamó. —Venían con fecha de caducidad.

—No te atrevas a decirme ese tipo de cosas. ¡Yo te amo! —le gritó. —Solo estoy cansada de toda esta mierda, estoy cansada de no ser una prioridad para ti. Me cansé.

—Siempre has sido mi prioridad.

Jisoo negó.

—¿Sabes qué es lo que más me duele? —mantuvo sus ojos fijos en los de Rosé. —Que todavía no te das cuenta.

—¿De qué hablas? ¡Sabes que te amo! —respondió frustrada.

—El amor a veces no es suficiente. —volteó su rostro, claramente afectada. —Solo deja de enviarme mensajes y olvídate de mi, yo haré lo mismo.

—No... —trató de detenerla pero ya era muy tarde.

Jisoo se había ido definitivamente de su vida.

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