Strawberries
Advertencias: Universo alterno ll Mundo moderno ll Día 1: Flechazo. ll Están en un centro deportivo ll Ambos tienen como 23-25 años correspondientes ll K+ ll Romance-vida diaria.
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Colocó una caja encima de otra antes de limpiarse las manos. Se inclinó de nuevo tomando la tabla donde estaba anotando el número de insumos.
Era su labor como encargada de la tienda el realizar el inventario una vez por semana para realizar los pedidos de insumos. Estaba a cargo de la cafetería dentro de un centro deportivo, trabajo en el que estaba hace un año, sus mañanas eran duras cuando toda la gente que estaba en el club asistía por algún jugo o un desayuno ligero antes de entrar a trabajar. Por lo que era por las tardes donde podía realizar las demás actividades como surtir productos, dejar todo listo o cualquier otro pendiente.
Suspiró pesadamente, estaba por terminar. Solo quedaba contar las cosas del refrigerador y algunas cosas ahí en la bodega.
—Hey, Nejire, te buscan. —La voz de Toru desde la cocina.
Sin poder evitarlo una sonrisa escapó de sus labios al entender el significado de esas palabras. Se arregló la camisa que tenía y peinó un poco su fleco antes de salir fe la bodega e ir al mostrador.
Encontrando a Tamaki Amajiki ahí de pie.
Su corazón de agitó y se acercó quedando enfrente suyo. Él simplemente desvío su mirada hacia la máquina que tenía en sus manos, una especie de celular antiguo, pero era para realizar pedidos. Él era el proveedor de las bebidas de la cafetería. A pesar de estar un año en ese trabajo, su trabajo se había vuelto realmente interesante seis meses atrás cuando el anterior proveedor fue cambiado de ruta y llegó alguien nuevo. Lo cual la tomó por sorpresa al salir y llamarlo por su nombre, por Aizawa.
Si sorpresa fue cuando él levantó el rostro y Nejire quedo totalmente paralizada. No era Aizawa, era un hombre más joven pero mucho más atractivo. Se presentó como Tamaki Amajiki y lejos de eso ella no escuchó nada más. Jamás se había visto atraída físicamente por ningún hombre y los de su universidad eran torpes y para nada su tipo. Pero ese hombre, con uniforme de la empresa y aquella mirada que rehuía de ella, era lo que quería. Le gustó a simple vista, fue un flechazo inmediato. Por lo que esa primera vez se dio a la tarea de intentar hablarle lo más posible.
Descubriendo de inmediato que era tímido, demasiado, siempre cortando sus frases o respondiendo de forma torpe. Todo con un sonrojo en sus mejillas, cosa que le encantaba ¿ Lo estaba poniendo nervioso? Él la ponía nerviosa a pesar de no hacer nada fuera de lo normal. Con solo ver sus grandes manos escribiendo o escuchar su voz profunda, se sentía nerviosa pero aún así quería más cercanía. Y por eso mismo le preguntaba sobre su día, su color favorito o que cuál era su clima favorito y sobre todo cuanto tiempo estaría en esa ruta. Su edad y cuando media.
Él contestó lo mejor posible antes de dirigir la plática nuevamente al pedido para finalmente ir a traer el encargo.
Y ese comportamiento se repitió en cada semana que iba. Al inicio pensó que porque era nuevo en esa ruta pero con el tiempo entendió que él era asi. Pero no le importaba, realmente le gustaba el que fuera tan tímido, era sumamente adorable.
Pero ella quería más que un simple acercamiento de cliente- proveedor. Por lo que luego de unas semanas le hizo la pregunta más importante cuando el cargaba su pedido hasta la bodega.
Ella lo siguió con el carrito que usaba para transportar el refresco y no perdió de vista lo varonil que se veía su espalda al mover las cosas.
—¿Cuál es tu fruta favorita? —Empezó con algo leve.
Él pareció pensárselo un poco antes de responder.
—Fresas
El silencio inundó la bodega lo cual le dio las pautas a la Hadō para preguntar lo que realmente le interesaba.
—¿Tienes novia, Tamaki?
Él simplemente se quedó estático e inclinado. Hasta que siguió descargando las últimas cajas y dejó salir un claro no.
Al levantarse Nejire simplemente le sonrió de forma insinuante.
—En ese caso es una muy buena noticia.
El Amajiki simplemente de quedó de pie observándola para finalmente salir de ahí. Y a partir de ese punto Nejire se dio a la tarea de dejar bastante claras sus intenciones con el proveedor. Desde comenzar a utilizar labial cuando él llegaba a arreglarse más los viernes que iba. Pero más que nada a lanzar comentarios bastante claros.
"Hoy te ves muy bien" "Es viernes, si no tienes planes y yo tampoco tal vez podríamos salir" "Me gusta mucho tu cabello, me gusta mucho tu uniforme, todo de ti me gusta"
Y llegaban a ese punto, donde después de seis meses, el Amajiki no había captado ninguna de sus indirectas tan directas. Él parecía tan inocente o estaba ignorando sus comentarios. Quería pensar en la primera opción al verlo sonrojarse encantadoramente cuando decía cada una de sus cumplidos o comentarios. Por lo que tocaba ser un poco más directa para que entendiera.
—Hola Tamaki
—Hadō -san ¿Tendrás la lista?
Evidentemente se fue hacia la zona del trabajo, por supuesto. Siempre tan profesional.
Ella asintió mientras le entregaba la lista ya echa y el comenzaba a registrarlo en la máquina donde levantaba el pedido. Ella vio algo en su camisa de botones con el logo de la empresa que llamó su atención. Curiosa estiró la mano y la tomó, una pluma. Al retirarla logró rozar la ropa del hombre y este miró su mano antes de desviar la mirada con el rostro rojo. Cómo le encantaba verlo de esa forma.
No podía enumerar todas las cosas que le gustaban de Tamaki. Que fuera siempre tan cortes y amable, siempre tan compresivo cuando lo hacían dar doble vuelta cuando ella olvidaba algo. Que a pesar de ser tímido tenía un gran corazón y que era honesto con sus acciones y palabras. Siempre tan respetuoso aunque lo que menos quería Nejire era respeto. No era una mujer atrevida, jamás lo fue porque no hubo hombre que le interesará antes. Pero con Tamaki le costaba controlarse, quería tanto de él.
—Esta es nueva, ¿Te la han dado en el trabajo?
—Si, hace unos días, por mi tiempo en la empresa.
Nejire garabateo algunas cosas en un papel para probar lo fino de la punta.
—¿Cuándo llevas trabajando en la empresa?
A pesar de que sería una de las cosas que debería saber hace meses, era difícil arrancarle información al chico. Tenía que hacerlo directamente o no decia demasiado. Además que de había enfocado en saber otras cosas como que le gusta comer, en mayoría mariscos o comida oriental. Que le gustaba hacer en su tempo libre, quedarse en casa a descansar o cocinar algo. Que le gustaba de una mujer, algo que evadió al decir que nunca lo había pensado...
—Tres años
—Si tienes un tiempo ¿Y has tenido muchas rutas?
—Solo dos, obtuve esta porque Aizawa pidió su cambio porque quería una ruta más corta porque se casará pronto.
Nejire se llevó la pluma a los labios pensativa, quien diría que Aizawa se casaría. No lo hubiera pensado o no vio pista al respecto.
—Y en tu ruta... ¿Tratas con muchas mujeres?
Era su mayor miedo, que hubiera alguien más que estuviera detrás de él. Infló los cachetes ante esa idea. Tamaki simplemente dejó de teclear en su máquina y la miró.
—Algunas —Dejó en claro.
Había unas mujeres en algunas tiendas a las que pasaba ese día, unas mayores ya casadas pero había otras de restaurantes que eran de la misma edad o algo así, realmente no se había fijado demasiado.
Y eso acrecentó la inseguridad de Nejire ¿Serían bonitas? ¿Alguna se había fijado en él? No podía saberlo a menos que preguntara.
—¿Y alguna es más bonita que yo? —Mencionó con las cejas inclinadas y las mejillas inflada.
—¡No! —El respondió con prontitud.
Pero en unos segundos se dio cuenta de su error al ver la sonrisa sugerente en los labios femeninos y su rostro se tornó carmesí al entender el peso de sus palabras.
—Iré por tu pedido —Tartamudeó.
Dio la vuelta y salió de ahí dejando a Nejire totalmente fascinada
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La siguiente semana Nejire se había puesto un broche en el cabello. Lo había comprado pesando que tal vez a Tamaki le gustaría.
No estaba segura si lo notaría, pero después de que indirectamente le había dicho bonita estaba realmente del avance de su relación. O al menos del inicio de su interés por ella. Con eso ella podía trabajar. Estaba realmente confiada de lo que sucedía. Pero su compañera y amiga de cocina no estaba del todo segura.
—Nejire ¿No crees que te está entusiasmando demasiado? —Toru la vio acomodar su cabello.
—¿Por qué lo dices?
—Bueno... él no ha dicho si le gustas o ha mostrado algún indicio de que lo haga.
Nejire torció la boca, por supuesto que lo tenía muy presente pero lo atribuía a que fuera tímido. Si a él le disgustara lo que hiciera o decía se lo hubiera dicho ¿No?
—Solamente necesita un poco de confianza, es todo.
Toru no quiso decir nada al respecto pero le preocupaba que fuera lo que pasaría si él no le correspondía. Nejire se disculpo para ir al baño y la chica se quedó en la cocina. Hasta que lo escuchó al otro lado y curiosa al comprobar su teoría se acercó ella al mostrador.
Lo vio levantar el rostro de su móvil y con una sonrisa en los labios, gesto que desapareció al verla.
—Buenas tardes, vine por su pedido de esta semana.
La chica lo observó mientras rebuscaba entre los papeles. Cosa que Tamaki observó, estaba realmente confundido. En todo este tiempo la que lo había atendido era Nejire, lo cual lo hizo pensar que tal vez no asistió ese día o lo tenía libre. Realmente quería verla y mas por la charla con su amigo Mirio al respecto, cuando le pregunto dónde había quedado la pluma que la empresa le entregó.
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—Creo que ..una cliente se la quedó.
—¿Cómo, se las has dado?
—Solo la tomó...ella hace ese tipo de cosas sin sentido. —Él miraba su vaso de refresco.
Tales palabras confundieron al rubio.
—¿Cosas sin sentido?
—Acercarse demasiado, tocar el logo de mi camiseta, decir que le gusta mucho, darme de la comida que venden ahí, jugar con su cabello y con el mío diciendo que en combinación saldría un color lindo, preguntar demasiadas cosas..
Mirio escuchó atentamente sin poder creerse lo que escuchaba.
—¿Qué cosas pregunta?
Tamaki de quedó viendo su vaso algunos segundos.
—Cosas vergonzosas como si atiendo a otras clientas mujeres o si estoy libre los viernes o si tengo novia...—Dejó la frase al aire y dio un trago a su bebida.
Hasta que vio a su amigo rubio a su lado con los labios por completo abiertos en un gesto de total sorpresa. Mirio no podía creer lo que escuchaba y como aquella chica parecía estar detrás de su tímido, atolondrado y reservado amigo. Quiso saber muchas cosas como desde cuándo estaba pasando esto, pero habia algo mas importante que saber.
—Y tú... ¿Qué le has dicho?
—Que los viernes salgo a cenar o me quedo en casa.
Mirio soltó una carcajada l escuchar la respuesta de su amigo. Sintió pena por la chica que debía sentirse frustrada de tener que lidiar con alguien tan despistado como su amigo.
—Tamaki ¿Eres consciente de que ella está coqueteando contigo, no?
El Amajiki se quedó de piedra al escuchar eso, como si no hubiera escuchado bien o lo estuviera imaginando.
—¿Por qué haría algo así?
Mirio sonrió para si mismo preguntándose cómo sería la chica.
—Por que le gustas. —Giró los ojos. — es suficientemente claro, el problema es ¿Te gusta?
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Y por esa siempre pregunta Tamaki quería verla ese viernes. Porque su corazón latía muy rápido cuando estaba con ella y no había mentido al decir que no había una mujer más bonita en su ruta. Aunque la realidad es que no había ninguna mujer que hubiera llamado su atención como ella. Tan vivaz, energética y amable. Él jamás se había visto interesado a nadie del sexo opuesto, además que su personalidad no le daba oportunidad de conocer demasiada gente. Pero Nejire, ella era tan diferente, desde el primer momento.
Pero en su lugar estaba aquella chica y fue cuando le surgió la duda de si tal vez le sucedió algo.
—Aquí está —Toru encontró la lista.
Tamaki la tomó tecleando en su máquina. Pero el silencio ahí era tan extraño que se sintió en la necesidad de llenarlo.
—¿Hadō -san está bien? —Soltó pero se arrepintió, no quería sonar de esa forma.
Toru sonrió divertida al comprobar con aquella única pregunta los pensamientos del chico.
—Si, ella...—Pero fue interrumpida.
—¡Amajiki-kun!
Nejire llegó rápidamente hacia el mostrador y Toru se esfumó a la cocina.
Él le sonrió cuando un aleteo en su estómago se animó al verla de pie ante él, detectó el broche en su cabello pero no lo mencionó mientras ella hablaba sobre el día difícil que ha tenido, que había demasiado calor y que debería querer algo refrescante.
Por lo que una vez que Tamaki regresó con su pedido, ella le dio un frappé. De igual forma le entregó la pluma que se había quedado la semana pasada.
Tal hecho le hizo entender que ella le gustaba desde la primera vez que hablaron y la vio sonreír tan dulcemente. Porque ella parecía a gusto con él a pesar de que mucha gente lo consideraba no apto para ese puesto por su falta confianza al hablar. Y que por su tartamudeo inicial o su incapacidad de hablar se dificultaba relacionarse pero hablar con Nejire era tan...sencillo y esperaba cada semana con impaciencia el poder verla de nuevo y cada día deseaba poder verla o saber que era lo que estaba haciendo.
Si preparado alguna baguette como le había preparado, cobrando algún pedido o simplemente en la universidad. Porque ella se había encargado de contarle cosas de ella y hasta le había dado su número por "cualquier emergencia" aunque él jamás de atrevió a mandar un mensaje. Aunque ganas no le faltaban.
No entendía como ella se había fijado en alguien como él, poco interesante. Sin embargo, el que él estuviera enamorado de alguien como ella, con esa dulce sonrisa y la calidez envolviéndola, era totalmente inevitable.
Se llevó la pluma a los labios una vez que estuvo en el camión y su mente imaginó tantas cosas vergonzosas con los labios rosados de la fémina.
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Ingresó a la cafetería con el carrito lleno con el pedido hasta la parte trasera, la bodega. Sintió a la mujer siguiéndolo de cerca y se sintió nervioso. Comenzó a descender la mercancía en el lugar donde siempre lo dejaba.
—Tamaki, una duda
Escuchó la voz femenina y dejo lo que estaba haciendo para enderezarse y mirarla, invitándola a seguir con una mirada.
—¿Tú quieres casarte?
Él se quedó quieto en su lugar ante esa pregunta de repente pero al ver esos ojos azules encima de él los nervios vinieron a el y desvío la mirada. Claro que quería hacerlo pero todo fue tan de pronto.
—Aunque más que nada... —Ella de acercó desde su posición en la puerta.
Toru había descansado ese día por lo que estaban solos ahí. Tamaki la vio avanzar más y luego detenerse, mirando a otro lado con un sonrojo en las mejillas algo extraño en ella pero que le gustó en demasía.
—¿Hay alguna mujer que te interese?
Él trago saliva al verla acercarse aún más e instintivamente dio un paso hacia atrás cayendo encima de las cajas de refresco. Ella se acercó más y más hasta quedar enfrente y se inclinó, esperando su respuesta.
—Yo, yo...— Él no podía armar una respuesta correcta.
Nejire vio el rostro sonrojado en extremo. Había decidido ese día ser lo suficiente directa para que no quedarán dudas con respecto a sus intenciones. Se inclinó hacia él y entreabrió sus labios, estaban a tan corta distancia que sus alientos chocaban entre si.
—¿Te gusta mi labial?
La Hadō había elegido un tono rosado ligero junto con la falda de flores que tenía.
Fue en ese momento que el Amajiki se dio cuenta que tenía labial y observaba los labios femeninos sintiéndose tan avergonzado. Si corazón latiendo tan fuertemente que podía jurar que ella lo escuchaba.
—Es sabor fresa ¿Quieres probarlo? —Habló con cierta seducción y una ligera sonrisa.
Eso era todo, ahí se definiría lo que sucedería. Si él no le daba una respuesta concreta, si él se iba, todo ese tiempo se hizo ideas de ser correspondida. Así que dependía de eso. De una señal del hombre.
Él abrió los labios y los cerró de nuevo incapaz de pensar en nada más que el ligero aroma a fresas de los labios que estaban a unos centímetros de los suyos. Todo su interior en completo caos ante la posición de él sentado y ella de frente, inclinándose ante el. Sus palpitaciones desesperadas.
Debía responder, decir algo, se lo repetía una y otra vez en su cabeza.
—Si
Nejire con el corazón emocionado se inclinó un poco, quedando tan cerca que solo faltaba un pequeño impulso. Una sola distancia. Tamaki con el corazón latiendo desenfrenado e incapaz de actuar viéndolo esos ojos azules expresivos, cerró los ojos y se impulsó, presionando sus labios contra los femeninos en un beso torpe.
Ella sintió los fuegos artificiales cuando sus labios se tocaron e impulsada por la sensación abrasadora que la dominaba, se abalanzó sobre el, pasando sus brazos por su cuello y presionando más sus labios, abriéndolos desesperados para sentir el aliento masculino.Él le siguió el paso delicado y a al mismo tiempo intenso del beso, escuchando su interior ronronear de lo placentero que se sentía el contacto femenino.
Comprobando que efectivamente aquel labial si sabía a fresas.
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¡Animandome una actividad de esta pareja que es tan infravalorada! Necesitan muchas más escritos y material, que son tan adorables. Estaré participando todos los días y voy un día tarde por la falla de Wattpad ayer, por lo que publicaré dos días hoy.
Espero sus comentarios y votos <3
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