A través de la pantalla
Advertencias: Universo alterno ll Mundo moderno ll Día 5: Iktsuarpok: ansias por ver a alguien. ll Ambos tienen 24 años ll Basado un poco en el anime de Wotakoi, aunque no es un juego en especifico ll K+ ll Romance-vida diaria.
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Observó por décima vez el reloj en su muñeca a la par que su pierna se movía inquieta al estar sentando en la banca más cercana de la plaza principal. Mientras una sola idea atravesaba su mente una y otra vez: Necesitaba salir de ahí.
Se incorporó inquieto de su asiento y se pegó en la pared de la columna cercana, mientras cerraba los ojos intentando pensar porque estaba en ese sitio en primer lugar y que lo retenía de salir corriendo a la primera estación del tren que viera y regresar a casa, a la quietud y silencio de su habitación. Donde el nerviosismo y temor no lo invadían hasta la médula.
¿Qué era lo que estaba haciendo en la plaza principal de la ciudad?
Mordió su labio interior por nerviosismo, había ido a conocerla, a Nejeide. El usuario que había conocido meses atrás en el juego en linea donde solía pasar sus horas libres. Un juego de estrategia y peleas medievales, que en ocasiones jugaba con Mirio. Pero que en muchas otras noches entraba para jugar a solas, pasando algunos logros del juego individuales o recolectando objetos poderosos. Siempre había sido un solitario y eso mismo le ayudó a tener un buen nivel.
Hasta que cierto día al estar en el bosque del sur buscando una espada mística, otro usuario se atravesó en su camino. Decía atravesó porque vio a su avatar salir volando hasta estrellarse con un árbol al estar peleando con un monstruo nivel 55, siendo ella del nivel 10. Algo imposible que le llevó a pensar como se había enfrascado en esa pelea. Y sin pensarlo la ayudó, destruyendo al monstruo. Y esa ayuda, además que él le cedió parte del botín al ya tener los objetos en su baúl, hicieron al usuario agradecerle efusivamente en el chat del juego.
Presentándose con efusividad y él se dio a la tarea de explicarle sobre los niveles ed poder y como podía pasar la misión que el jugador pretendía. Y antes de darse cuenta aquel encuentro casual se convirtieron en encuentros frecuentes, de dicho usuario pidiéndole consejos sobre misiones, o cual debería tomar o que ruta era la adecuada. Él no tenía problemas con ayudarle y pronto estaban combatiendo contra el mismo monstruo para obtener el botín y ella era de gran utilidad al sanar la energía vital de los avatares, además de tener ataques ofensivos.
Con el paso del tiempo aquel compañerismo se reforzó hasta que Nejeide le pidió su Discord, para poder hablar mucho mejor. Al inicio Tamaki lo pensó demasiado, debido a que jamás había entablado una amistad con otro jugador. Sin embargo, terminó aceptado ya que de alguna manera Nejeide le daba una buena señal. Por lo que apenas la aceptó, una llamada en su pantalla se materializó. Y ante tal acto sorpresivo él simplemente apagó su micrófono, incapaz de poder hablar tan pronto. Dio una excusa vaga por medio del chat, que Nejeide se creyó pero ella comenzó a hablar y hablar sobre el juego, una misión que quería y como debería abordarla.
Fue la primera vez que Tamaki escuchó su voz por primera vez, dulce, amable y energética, casi como si pudiera verla de frente. La gran mayoría de sus platicas en Discord eran por mensaje, de forma convencional y podían hablar aún cuando no jugaban. Y eso llevó a que ambos pudieran conocer más allá del avatar y el jugador. Descubriendo que vivían en la misma ciudad y que sus trabajos estaban por el mismo área.
Ambos hablaban todo el día, sobre cualquier cosa que les sucediera, ella siendo más abierta a contar sus cosas sin miedo. Una de las reglas de relacionarse en internet era no confiar demasiado en la persona detrás de la pantalla y no dar demasiada información. Pero de alguna manera...Tamaki confiaba en la chica detrás de la pantalla. Tal vez por la forma de expresarse o al escuchar su voz.
O tal vez era porque de alguna manera, en algún momento que no recordaba, esperaba ansioso sus mensajes y no podía evitar sonreír cuando llegaba una notificación de ella. Mirio mismo, al estar al tanto de dicha amistad en linea se lo dijo en el trabajo.
—Ella te tiene muy mal ¿no?
Y aquellas palabras hicieron que Amajiki notara como su estomago se agitaba al ver una notificación de ella y escuchar su voz era una canción relajante en su interior. De alguna manera le gustaba y aquello se hacía presente en su buen humor de cada día y en sus sueños su silueta se formaba, sin un rostro especifico. Porque no se habían visto físicamente, él había escuchado su voz y ella había logrado arrancarle un par de palabras cuando él se animó a hablar. Pero para ambos era evidente que él podía expresarse mejor por mensaje y Nejeide dejó de insistir en llamar.
Hasta que un día, Tamaki vio una notificación en su Discord muy concisa.
"Quiero verte en persona"
A pesar de que él intentó buscar mil excusas para tan mala proposición, ella no quitó el dedo del renglón, insisitiendo una y otra vez. Desechando cada una de las ideas negativas o fatalistas de Suneater, hasta que finalmente...él aceptó.
Y ahí estaba, de pie en la plaza principal, junto a la fuente donde habían quedado en verse. Con la camisa roja con una imagen de pulpo estampado y unos jeans negros. Tenía las manos metidas en el pantalón. Eso era una mala idea. Su amistad funcionaba en el anonimato, porque ella no podía ver la clase de persona que era; tímido, inseguro y muy diferente a su avatar. Aunque...no podía negar que él quería verla, conocer quien estaba detrás de aquel avatar de hada y de esa voz dulce. Las ansias de verla de frente lo habían hecho ir hasta ahí y no podía controlar los aleteos desenfrenados de su estomago.
Mirio lo había molestado al respecto.
—Jamás pensé que tendrías una cita a ciegas.
—¡No es una cita?
A pesar de decirlo Tamaki no había podido olvidar esa platica con Mirio. Los nervios habían formado un nudo en su garganta y su corazón agitado secundaba el hecho de que era un mar de nervios.
El temor se alzaba con fuerza en su interior y más cuando habían pasado veinte minutos de su hora de entrega y ella no se había aparecido. Lo último que le había dicho era hace tres horas, que lo vería en la fuerte a las 3, con un vestido azul. Y Tamaki simplemente le había escrito:
"Tal vez no me encuentres"
Refiriéndose a que había demasiada gente en la plaza y a pesar de eso ninguno de los dos quiso mandar una foto para que pudieran reconocerse.
"Estoy segura de que podré reconocerte en cualquier sitio, Suneater"
Esa fue su respuesta, haciéndolo sonrojar al recordarlo y sacar su móvil para juguetear, pero finalmente lo guardó de nuevo en su bolsa y se movió inquieto. Ella no iba a venir, tal vez ella se confundió de sitio o aún peor, él estaba en otro lado. O quizá ella lo reconoció y no quiso acercarse. Tantas ideas iban y venían a su cabeza, una peor que la otra. Observó las monedas en la fuente, tal vez había deseado demasiado, pensando que eso saldría bien.
—¿Suneater?
Un estremecimiento sacudió la boca de su estomago al escuchar una voz decir el sobrenombre que usaba en el juego. Subió la mirada por inercia, visualizando a una mujer delgada, con un vestido azul con caída libre, el cabello del mismo color que caía por toda su espalda y como aquella chica respiraba agitadamente.
—¡Siento la demora! Ha habido un accidente y mi móvil se ha quedado sin batería, de verdad temía que no estuvieras y...
Dio un par de pasos hasta quedar enfrente de él, quien se había quedado por completo pasmado, siendo consciente de los latidos frenéticos de su pecho.
—¿Suneater? —Por un momento ella pensó que se había equivocado de persona.
—Si, no te preocupes. —Su voz salió con fuerza y tartamudeando hasta que pudo regularla hasta que se apagó.
Bajó la mirada hasta sus pies, realmente no quería ni imaginar que tipo de cara tendría en ese momento. Tenía que decir algo, no podía quedarse callado, pero no podía pensar en nada que pudiera decir. Estaba extremadamente nervioso y tal sentimiento no lo dejaba pensar. Los latidos de su corazón ensordecían sus orejas. Hasta que una mirada azul entró en su campo de visión, parpadeando perpleja.
—¿Quieres que siga llamándote Suneater o prefieres Tamaki?
Por supuesto que en sus platicas una de los temas a tratar fue su nombre real de ambos. Ella siempre le dijo que fue más creativo con su sobrenombre. Él de ella era un juego de palabras entre su nombre y una hada mitológica.
—Tamaki o Suneater, como prefieras. —Sus palabras salieron atropelladas y eso lo hizo avergonzarse aún más.
Su corazón se detuvo al sentir los brazos de la fémina rodear su cuello y abrazarlo con fuerza, mientras su risa resonaba en sus orejas.
—Tamaki, no sabes las ansias que tenía de verte...de que fueras real.
Ella se alejó un poco para observar su rostro sonrojado, con esa mueca avergonzada en su rostro. Nejire se recordó que sería inapropiado besarlo en ese momento. Pero era difícil controlarse cuando había soñado con conocerlo desde sus platicas o la primera vez que escuchó su voz donde todo su interior reaccionó al escuchar decir su nombre. Fue en ese momento que Nejire supo que lo quería en su vida, en su vida real y que quería mucho más que solo jugar juntos.
—Estas...demasiado cerca.
—Y quiero estar de esa forma, Tamaki. —Su nombre sonó tan bien en sus labios y el aliento acariciar su rostro que Tamaki no podía pensar con claridad. —¿O acaso te disgusta?
Él tragó saliva mientras observaba los ojos grandes y expresivos de la chica bastante cerca, sus largas pestañas por el sol filtrándose en ellas y una sonrisa dulce pero sagaz en sus labios. El hablar con ella en linea no le permitió saber que Nejire fuera tan...directa. Y eso estaba a punto de lograr que su corazón se saliera de su lugar.
—No. —La palabra salió de sus labios.
A pesar de que estaba a punto de desmayarse, él no quería esto fuera diferente. Tamaki quería eso, estar con ella y tomar lo poco que Nejire le ofreciera.
Lo que Tamaki no sabía era que Nejire estaba dispuesta a darle todo con tal de estar a su lado.
Hado se alejó de él y entrelazó su mano con la del masculino sintiendo su calidez y como él se estremecía. Por supuesto que sabía que el chico detrás de Suneater era tímido, debido a sus negativas para llamar. Sin embargo, el verlo temblar cuando lo abrazó o en ese momento, con las mejillas sonrojadas...era tan adorable.
El color del carmín en sus mejillas y como jugaba tan bien con su piel, le gustaba tanto. Que no podía imaginar el no ver aquel rastro de vergüenza cada día de su vida. Ella sonrió mientras tiraba de él para avanzar por la gente que estaba por la plaza.
—Tenemos una cita por delante, es hora de irnos.
Tamaki se estremeció mirando a la fémina caminar hasta que desaceleró el paso al salir de la plaza y abrazó el brazo de Tamaki con ternura. Pero la palabra cita no dejaba de resonar su cabeza. ¿Él era el único que no había visto ese encuentro como una cita? Posiblemente.
Contempló la mano de Nejire contra la suya y como ella se esforzaba para eliminar la cercanía entre ambos. ¿Cómo iba salir de esa cita sin que terminara escupiendo su corazón? No tenía ni idea.
Estrechó la mano femenina y se prometió esforzarse para lograrlo. Él que ambos estuvieran juntos parecía tan...natural, como si ambos encajaran entre ellos. Y no quería que esa sensación desapareciera.
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He demorado más de la cuenta pero al fin traigo esta historia, utilizando los dos prompt, sobre la cita a ciegas y las ansias de ver a alguien y nada mejor que la primera vez que la conoce en persona.
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