£ Separados por paredes £
Narra Lancelot
Me obligaron a quitarme la armadura y pornerme ropa de reo para luego quitarme la camisa. Me amarraron a un poste con cadenas.
-Ahora te va a doler más con esas heridas.- me susurro uno al oido. -Y vete despidiendo de la chica que vino contigo porque una vez que dejes este mundo nosotros nos divertiremos con ella.-
Esas palabras trajeron mi enojo, pero no lo podia descargar en él. Mis manos estaban amarradas al poste, sin poder soltarme. Ahora tengo mas que claro que fue un error no haber contradicho a Skylar cuando dijo que ella era la princesa. Sabia que su hermosura le iba a traer problemas severos, pero nunca imagine que llegarian a tal grado de hasta violarla. Solo espero que Loweyn me hay hecho caso de sacarla de las mazmorras y ponerla como sirvienta porque a mi no me importa lo que hagan con mi cuerpo siempre y cuando sea por el bienestar de ella.
-¿Y tu crees que yo voy a dejar este mundo tan facilmente?- le rete a lo que me lleve un latigo de cuero en la espalda.
-Te vamos a facilitar el viaje.- gruño uno y volvieron a darme con el latigo.
Callaba mis gritos lo que hacia que ellos se enojaran más. Querian escucharme gritar desgarradoramente, pues, de esta manera no lo van a conseguir.
-¡Grita!- me rugio uno y me dieron más fuerte.
Si se los complazco, saciaran su sed de escucharme gritar todo lo que les de la gana y eso ya lo he visto. Matan a la persona por esa sed.
-Vamos a ver si con esto grita.- dijo uno cogiendo una navaja.
Ya venia caminando hacia mí cuando el otro lo detuvo.
-La reina dejo bien claro que eran latigos, no podemos usar los demás.- le dijo este en un susurro.
-Parece que le reina aún le tiene afecto.- gruño.
-Eres tan estupido.- me dijo el otro. -Mira que negar a una reina que siempre estuvo enamorada de ti. ¿Sabes a lo que eso te conllevaria? A dinero, riquezas, tierras, muchas sirvientas como la chica que traiste. Me imagino que es virgen, ¿no?- pregunto con una mirada llena de lujuria.
-Lo siento por romper tus iluciones, pero alguien se te adelanto.- le dijo en tono burlón.
-¡¿Que?! No me digas que fuistes tú.-
-El que fue no importa. Solo el hecho de que ya no es virgen.-
-Ok, eso signifuca que...-
-... la violaremos mas duro.- termino el otro, ganandose las risas de los demás... Malditos...
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Desperte en una habitación acostado en el piso boca abajo. Un dolor inmenso me recorrio toda la espalda. Mierda, los latifazos que me dieron...
Solo recuerdo que Travis entro y dijo que ya era suficiente, pero ya estaba por caer inconcsiente.
La puerta se abrio y Lewis entro por ella preocupado. Una sonrisa se poso en mis labios. Recuerdo cuando desobedeciamos a Clarissa, la madre de Loweyn, en no escapar del palacio, pero nunca nos cachaban. Eramos como nuestros compañeros de travesuras.
-¿Que haces aqui?- le pregunte.
-Me entere que regresaste.- dijo y miro mi espalda. -Senda pela que te dieron, amigo.-
Deje escapar una risa ronca, sin ganas.
-Todo por ella.-
-¿Quien? ¿La chica que vino contigo?- pregunto incredulo.
El nunca me habia escuchado hacer algo por una mujer que no hay sido mi madre y esas palabras lo asombraron.
-Si, ella no tiene porque estar aqui.- dije tratando de incorporarme, pero no podia.
-Lance, estas mal.-
-No lo estoy, mierda...- gruñi cuando mi espalda crujio y abrio una que otra herida.
-Dejame curarte. La reina no se enterara.-
-Claro que se enterara, ¿no entiendes que esa bruja tiene oidos hasta en las paredes? Solo espero que...- iba a decir que esperaba que no lo cacharan, pero me interrumpio.
-Si vas a hablar de la chica, ella esta bien. La reina te hizo caso y la saco de las mazmorras para ponerla como sirvienta. Veo que esa, la reina Loweyn, esta muy clavada por ti...- en eso invoque un lanza chaos y se lo tire, pero no muy fuerte ya que podria matarlo. -¡Auch! ¡Solo decia!-
-Pues, no lo hagas.-
-Ninguna chica caera rendida a tus pies si sigues con ese humor de perros...- volvi a tirarle el lanza chaos. -¡Carajo! ¡Calmate, hombre! Ese lanza chaos es muy fuerte.-
-Callate que nadie puede saber lo que corre por mis venas también.- le adverti. -Ahora vete. Antes de que ella se entere que estuviste mas tiempo aqui.-
-No, no hasta curarte esas heridas.- dijo curzandose de brazos.
Resople. Cuando a Lewis queria algo hay que complaserlo.
-Ok, pero rapido.- le informe.
-¡Yupiiiii!- dijo saltando como un niño chiquito para luego salir corriendo a buscar las vendas, las gazas y el maldito alcohol.
Narra Skylar
La muchacha me trajo un vestido blanco.
-Gracias.- le dije y cerre la puerta.
Me fui al baño y me cambie. Mierda, en este tampoco hay espejo... Solte un resoplido, sali y me encontre con el mismo muchacho que me habia amenzado.
-¿Que haces aqui?- gruñi.
-Uy, se te estan pegando las malas mañas de aquel erizo.- comento. -Bueno, toma.- me tiro algo y luego salio sin mas.
Lo habia cachado, pero no me atrevia a abrir las manos.
-Abralo, no es nada peligroso.-
Le hice caso, encontrando como con el collar de la marca de Lance.
con un poco de sangre. Mis ojos se volvieron cristalinos y lo lleve a mi boca. Mire a Skaar.
-Tenemos que salir ya de aqui.-
-No, tenemos que encontrar evidencias para poder derumbar este reino sin matar a sangre fría.-
Asenti, me coloque su collar luego de limpiarlo con mi traje y lo escondi dentro del vestido ya que era de cuello largo junto al de Skaar y el de mi padre. Cambie las sabanas de la habitación y Skaar decidio que ya era tiempo de su siesta por lo cual entro al collar dandole ese tipico tono azul con contrates claros moviendose.
Sali de la habitación hacia el lugar que me dijeron que seria la mia. Las paredes estaban demacradas, no habia cama en su lugar habia heno, ni mesita de noche y una sola ventana.
Me acerque a ella y vi que mas allá el cielo era azul mientras aqui siempre era de noche con truenos y relampagos. Vi algo azul moverse, pero cuando iba a mirar mejor una voz me llamo desde atrás.
-Mire, muchacha, necesitamos que cure a un reo. La muchacha que lo hacia se enfermo, pues, como no tenemos muchas, tu lo haras.- dijo un zorro grande y de mirada sombria. -Venga o la arrastrare.-
Camine hacia él y me llevo atraves de los pasillos.
Narra Lancelot
Mas caballeros entraron al lugar en donde yo estaba porque esto no se llama una habitación. Me obligaron a levantarme y volvieron a llevarme a La Celda del Dolor en donde me dieron más latigazos con diferentes latigos.
-Esto lo prohibio la reina, pero tenemos que estrenar nuestras armas.- dijo con una sonrisa llena de malicia, Thorn.
Mierda, ¿que él hacia aqui?
-Esto es por haberme abandonado, Lance.- dijo areglandose unas garras en los nudillos.
-Yo no te abandone, sino que tu me traicionaste, me dijiste que la reina no estaba que podiamos salir.-
-¿Y sabes porque lo hice? Porque te odio. Siempre te llevabas los alagos y a mí no me daban ni la cuarto parte de lo que hacias.- dijo arodillandose junto a mí. -Ahora, disfrutare de la chica que traiste, me llevare los alagos que tu te llevabas y tu pasaras a ser una leyenda...- dijo mientras clavaba las puntas de las garras en mi costados y rasguñaba todo el camino hacia la espalda, yo solamente gruñia. -...seras un mito, una historia que los abuelos les cuentan a sus nietos sobre cosas grandiosas que los niños se preguntaran "¿sera eso cierto o mi abuelo me quiere meter una feca?".-
Alejo las garras de mi cuerpo el cual estaba tensado. Eran tres garras. Sentia como la sangre se escurria por mi cuerpo y Thorn carcajeo.
-Enviales saludos a tus padres de mi parte.- me dijo y salio.
-¡Mierda!- gritaron los demás mientras venian corriendo a quitarme las cadenas. -¡Ve por una sirvienta!- le grito a un zorro y veia como jalaban a un camaleón bastante herido también. -Thorn se paso.- susurro mientras sus amigos lo ayudaban a llevarme al lugar en donde estaba.
Me aventaron al heno y gruñi luego de que cerraran la puerta.
Habia perdido mi collar la primera vez que me arrastraron hasta aqui. Veia como la sangre, mi sangre, manchaba el heno y se escambullaba entre el. Gruñi. La habitación estaba en completa oscuridad, pero por los rayos de la luna que se colaban por la ventana alumbraban el lugar en donde estaba.
Mierda...
Rose... espero que estes bien. Vi como aventaban al camaleón a unos metros de mí. Lo oi gritar degarradoramente.
-No grites o te pegaran más.- le dije y él se volteo a verme. Sus ojos se abrieron como platos y me miro con, ¿admiración?
-¿U-usted es Lancelot?- pregunto atonito.
-El mismo.- gruñi por el dolor.
-Pero, ¿como? ¿Cuando? ¿Donde?-
-Escape. Traicione a muchos aqui y estan cobrando sus enojos.-
-Usted, el magnifico Lancelot, él que derroto al oso más grande del mundo por su familia, él que se escapaba de noche con su amigo...- rio. - El que negaba que la princesa estaba perdidamente enamorada de él, él que no temia en arriesgar su vida, él que...-
-Wow, wow... No me recuerdes esa parte de mi vida. Fue mi peor error.- gruñi.
-¿Porque?-
-¿Sabes cuantas personas fueron destrozadas por mis pateticas hazañas?-
-Bueno...-
Se extendio un silencio que no era para nada incomodo para mí, no se para él, pero no queria saber de mi estupida vida como un caballero de Antorchas. Siempre que hacia una hazaña mucho más grande que la anterior me sentia más solo, mis amigos me daban la espalda por envidia, las chicas ya dejaban de verme como un amigo sino como un trozo de carne que anhelan devorar algún día. Mas sin embargo, nunca pense que los encantos de la princesa de Athens me hechizaran. Sus ojos jade que envolvian, tan expresivos que son, su melena larga rosada y sus pequeñas orejas que la mayoria del tiempo estan agachadas.
¿Como olvidarme de ella? ¿Como olvidarme de la chica que le entregue mi corazón? ¿Que anhelo estar junto a ella en este momento y no aqui? ¿Que solo deseo que ella este bien y que ninguno de los hombres que me dijo que se divertirian con ella no la hubieran tocado?
¡Ja! No saben cuanto deseo que todas esas cosas pasaran, pero estoy atrapado en estas paredes sin saber si ella esta bien del otro lado. Que Loweyn se fuera tan mala con ella, que tratara de tenerla como amiga, que simplemente abriera su corazón. He escuchado que tiene a su hijo aqui, dentro del palacio, pero prohibe que alguien lo vea o lo toque, que ella es la única que puede llevarle comida, pero que hay veces en el que a ella se le olvida que ese niño tiene hambre y que por ello él se escapa para ir a buscar comida... Que bueno que ya le haya entrado lo maternal a ella...
En eso la puerta se abrio, pero como tenia mi cabeza hacia la pared no sabia quien era.
-No, a él primero.- le dijo. -No me tocaran hasta que lo hagan con él.-
Escuche unos pasos que se acercaban a mí, tan sigilosos, parecia que no quisiera hacer ruido.
Una presencia estaba detrás de mí y pude escuchar un jadeo. Se nota que la persona que mandaron a curarnos no tiene experiencia en ello o la persona que lo hacia no esta.
Senti como una mano timida recorria mi espalda haciendo que mis heridas rugieran de dolor. Seguia esa mano fría, pero a la vez tan fría que quemaba, por las últimas heridas recientes. Corriendo por la piel abierta, tome su muñeca y se la voltee a punto de rompersela cuando senti como unas cadenas debajo de mis dedos. Escuche como solto un grito asombrado. Me voltee y vi... No puede ser...
-¿R-Rose?- tartamudee mirando fijamente sus enormes ojos jade.
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No me maten... Y tranquilas que lo de Rose llegara en poco tiempo...
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