£ Ikne y Lancelot £

Narra Ikne

Mi padre acaricio la oreja de Lancelot y ambos nos pusimos a llorar.

-¿Que le hicieron?- pregunto con la voz quebrada.

-Le pegaron con un latigo, pero debo admitir que él no es nada fácil.-

Ambos reimos.

-Vamos tenemos que escapar de aqui.- dijo levantandose y mirando las rejas.

-¿Pero, como?-

-¿Que no tienes el poder del caos correr por tus venas?- pregubto con una sonrisa. -Pon a Lance en aquella esquina y, Ikne...- me llamo, lo mire. -No dejes salir al demonio.-

Asenti y pise a Lance en una esquina. Se preguntaran por nos dicen ahora Ikne y Lancelot, pues, esos son nuestros nombres despúes de los primeros que solamente los denuestra raza conoce.

Convoque un Chaos Blast y rompi las rejas que nos tapaban al igual las de mi padre. Entre los dos cargamos a Lance ya que poco a poco iba despertando.

Salimos y pusimos a Lance entre los arbustos muy escondido y nos quitamos nuestros anillos. Aunque nuestro poder no alcance el poder de Lance, nos podemos defender con ello. Comenzamos a quemar a los guardias ya que la reina era protegida por un ser lo bastante fuerte para no morir por nuestros ataques de caos.

Acabamos con los guardias y regresamos a donde estaba Lance. Estaba despertando.

-Lancelot, hijo.- lo llamo papa mientras yo me ponia los anillos.

-¿Padre?- pregunto con su voz ronca.

-Hijo.- dijo estrechando sus brazos y con las pocas fuerzas que Lance tenia lo abrazos. -La encontraremos.-

Lance asintio y con la ayuda de los dos lo levantamos.

Silbe llamando a nuestros caballo y luego lo hizo papa. Se escucharon sus relinchos y el sonido de sus pezuñas. El primero en llegar fue Noiz, el caballo negro de Lance, despúes Drink mi caballo gris y por último Lornz, el caballo piel de papa.

-----*****-----

Cabalgabamos adentrando en la senda del Bosque Oscuro de Antorchas.

Lance estaba muy debil, pero no se detenia. Ibamos hacia nuestro antiguo hogar, antes de que nos llevaran al palacio por huerfanos.

-¿Y como la encontraremos?- le pregunte a mi padre, Bern.

-Se supone que Lance siga el olor de su sangre.-

Ambos lo miramos y él maldijo por lo bajo.

-Mierda, odio usar a mi demonio.- dijo reguindandose de la melena del caballo.

-Lance, ¿que te decia tu madre de las palabrotas?- pregunto nuestro a lo que yo me rei entre dientes.

Lancelot habia sacado sus ojos rojos. Ella era una eriza negra como la noche, pero sus ojos rubí destacaban de esa piel. Mi padre se enamoro de ella al verla por la noche bagubundeando por el bosque. Todo paso antes de que Black Doom, apareciera en este reino y se uniera con el Cabellor Oscuro de Antorchas.

-Que las palabrotas son de groseros y bagabundos.- dijo.

Y ambos nos murimos de la risa. Escuchamos pasos y Noiz relincho al igual que Drink y Lornz. Galoparon rapidamente.

-¡Vayan a casa!- nos grito Lance.

-¡No, hijo!- le grito papa, pero ya era tarde. Lance habia doblado y los caballeros no tardaron en ir detrás de él.

-«Buena suerte, Lance.»- pense mientras papa y yo dabamos la vuelta adentrarnos en las Zarzas.

Narra Lancelot

Noiz esquivaba los árboles mientras los caballeros sacaban sus armas y mi espalda quemaba

-Noiz, muchacho, es hora de enseñarles quienes mandand por estas areas.- dije palmeando su cuello y él asintio con la cabeza. Me voltee con cuidado dejando el lomo de Noiz por entre mis piernas. -Suave en las curvas.- dije asiendo una bola de Chaos.

Los caballeros estaban a punto de jalar gatillo cuando les mande el ataque caos.

Elimine uno.

Los otros cuatro caballeros sobre el lomo de esos caballos negros trataband de alcanzar el galope de Noiz.

Me volvi havia al frente, jalando la melena de Noiz hacia la derecha ya que estabamos lo suficiente cerca del acantilado. Al doblar un solo caballero cayo por este.

Seguimos corriendo por las raros lugares por donde desaparecian las personas y poco a povp fueron desapareciendo.

-Vamonos a casa.- le dije a Noiz y él feliz dio la vuelta.

Caminaba lentamente mientras mi espalda ardia por los latigazos... Skylar... Me duele haberla echo llorar con mis palabras, pero tenia que hacerle abrir los ojos sobre su verdadera historia, pero la pregunta es ¿una niña concebida en secreta la dejaran reinar?

La reina Hayde no tuvo mas hijos que su hijo, el principe Malois, padre de Rose.

Sin darme de cuenta llegamos a la acogedora cabaña que nos vio nacer a mi y mi hermano. Lastima que mi padre no estuvo en mi parto, pero me dejo una carta, diciendome que si habia tenido un padre. Que pasaba el mayor tiempo del día con su oreja pegada en la barriga de mi madre cuando los caballeros no venian por él a que cumpliera las misiones.

La gente de Athens cree que los Antornianos no tenemos una vida llena de felicidad y amor, pero si se rebajaran de su nivel de riquezas pudieran ver que si tenemos esa vida.

Me baje del lomo de Noiz y le dije que se fuera al establo. Entre caminando cojo por mis heridas. El olor a pasto y humedad inundo mis fosas nasales. Y de las escaleras bajo mi padre feliz dwe que haya vuelto a casa. Gemi de dolor al sentir algo metalico rozar mis heridas.

-¿Que hacen en mi cabaña?- dijo una voz temblorosa.

Me quede estatico... ¿Sera? No piede ser, estaba muy enfermo cuando nos fuimos. Me voltee lentamente y lo vi, mi abuelo. Con su tipico cabello blanco con esos flecos grises que lo caracterizaban junto a sus ojos gris-verdoso.

-¿La-Lance?- pregunto bajando la espada. -Hijo, ¿que te paso?-

-Hola, abuelo.- le dije con una sonrisa. Es bueno volver al nido luego de un buen viaje.

Se me tiro encima en un abrazo para luego alzar su mirada y encontrarse con la verdosa de su hijo.

-¿Benz?- pregunto atonito.

-El mismo.- dijo papa con su tipico tono egocentrico a lo que mi abuelo volco los ojos y se fundieron en un abrazo.

-Ya, ya.- dijo mi abuelo empujandolo. Oye, el viejo tiene fuerza. -Mi nieto esta herido, ¿me diran en donde estuvieron todo este tiempo?- pregunto cruzando los brazos.

En ese Ikne bajo las escaleras y se topo con la mirada de Vylon, mi abuelo.

-Ah, estan invadiendo mi casa, Señor.- dijo alzando los brazos al cielo.

-Ya dejese de tonterias, viejo, y deme esos abrazoa que solo usted sabe usar.- le dijo Ikne.

-Uy, el chamaci se volvio maricón.- dijo mi abueko poniendose una mabo en el pecho.

-¡Abuelo!- gritamos Ikne y yo.

Se preguntaran de donde aprendimos tantas palabras soeces, pues, la respuesta solo tiene un nombre, Vylon.

-¿Ah, con que usted es el acusado que le enseño esas palabrotas a mis hijos?- prehubto Benz camiando hacia mi abuelo lentamenye y es que cuando Vylon se siente amenzado no duda en usar su bastón.

-¿Tiene algún problema?- pregunto Vylon sacando el bastón y Benz dio unos pasos hacia atrás.

-Ya, ya.- dijo Benz. -Tenemos que encontrar a Skylar, la princesa de Athens.

-¿Que?- pregunto Vylon. -Tu sabes muy bien que Athens no nos quiere, ¿para que entonces iremos a buscar a su princesa?

-Tenemos que hacerlo, abuelo.- hable. -Sin ella Ikne ni yo estuvieramos aqui. Ella fue rechazada por la realeza y la trataron de asesinar a filo de espada.

-Alto ahi, ¿esa fue la niña que yo salve? ¿La hermosa eriza de ojos jade y de la melena rosa?

-Si.- dije bajando la cabeza.

Me recuerdo ese día yo iba con mi abuelo, apenas tenia 6 años.

* Flashback *

-¡Lancelot! ¡Apresurate!- me grito mi abuelo.

Me vesti con mi tipico collar que mama me habia dado, es la misma marca que tengo en mi caderas y el rubí que me dejo.

Fuimos a casar, cuando escuchamos sollozos de una niña pequeña.

-¿Escuchas eso, Lance?- me pregunto.

-Si.

-Ven, vamos.- dijo.

No todos los Antornianos somos malos. A los lejos vimos como obligaban a una niña de ojos jade a arodillarse frente al rio que era compartido por Athens y Antorchas. Y vimos las banderas de ellos sobre los guardias que rodeaban a la niña.

-Yo los distraigo y tu te llevas a la niña.- dijo sacando su espada.

-¡Por oden de la reina se nos ordeno a asesinar a Amelia Skylar Rose, hija bastarda del principe Malois Rose y de Victoria Lonrad.- en eso el guardua saco su espada.

Estuvo a punto de decapitar a la niña cuando otra espada aparecio. Con mis propulsores corri hacia la niña y la cargue en mis brazos.

Nos escondimos detrás de unos arbustos. La niña se limpiaba las lágrimas mientras mi demonio se volvia loco por el olor a su sangre. Nos pasarom muchos minutos cuando mi abuelo regreso manchado de sangre y con un rollo en la mano.

-Hay que llevarla a Athens.- dijo decidido.

Asenti cogiendola de la mano y jalandola hacia la gugante caja de madera que era jalada por dos caballos... Asi le decia yo...

Me sente con ella atrás mientras mi abuelo manejaba los caballos.

Unos pasos luego de que pasaramos la fuente, estaban los padres de la niña con guardias detrás de ellos. AL vernos sacaron sus eapadas y comenzaron a atacarnos. Me hierieron en el costado y la nila salio corriendo gritando que no nos atacaran que eramos buenos. En ese mi abuelo tiro el rollo y cabalgamos de vuelta a casa.

Queriamos hacer una obra de caridad por primera vez, pero eso casi nos cuesta mi vida.

* Fin del Flashback *

-Si no quieres ir, lo entenderemos.- dijo Ikne.

-¿Crees que soy capaz de abandonar a mi única familia en las manos de una princesa Atheneana?

-Ok, pero primero tenenos que curar las heridas de Lance.- dijo Mephiles.

-Sube a tu habitación.- me dijo mi padre.

Subi las escaleras y la primera habitación a la derecha era la mia. Abri la puerta y pude inhalar un poco de polvo. La cama estaba en el medio, a su izuierda habia una lampara roja encoma de una mesita de dos gabetas.

Abri la primera nada, pero al abrir la seguando mis ojos captaron el collar que llevaba siempre de pequeño. Fue el regalo de mi abuela antes de morir. Unos días de antes de que yo naciera.

Habia dicho que yo iba a ser un erizo de vetas rojas. Mis padres no habian pensado en un nombre para mi ya que estaban muy asustados de que los caballeros nos encontraran. Entomces ella fue la que dicidio por el nombre que me dicen ahora y por el anterior. Me lo coloque y mis espinas se erizaron al recordar aquella eriza de ojos jade y lo que hicimos en el baño. En eso la puerta se abrio y mi abuelo aparecio con un botiquin en manos. Se acerco a mi y cohio en su palma el collar.

-Veo que volviste a ponertelo.- esbozo una sonrisa amarga. -A tu abuela le hubiera gustado ver en todo el muchacho que te has convertido.

-Abuelo, no exageres apenas tengo 15 años.

-Si y ya Mephiles me dijo que tu demonio fue domado por olor de la sangre de ella, pero el de Mephiles fue por...

-La conejita... Me asombro que ella tan chiquita lo domara.- rei entre dientes.

-Lancelot, acuestate en la cama boca abajo.- me ordeno.

Lo hice como según él habia dicho. Mi espalda se tenso al sentir como las heridas ardian.

-Esto dolera.- dijo cogiendo alcohol y vertiendolo en mi espalda.

-¡Mierda!- grite.

-Las palabrotas, Lance.- me reprocho Ikne.

-¡Vete a la...!- pense, pero me calle.

Luego mi abuelo em vendo la espalda y cai dormido en la cama que era mia desde pequeño.

Narra Ikne

Luego de que las palabrotas de Lance cesaran, Vylon bajo las escaleras con el botiquin en una mano.

-Hablame mas de esa tal Skylar.- dijo.

-Bueno, es dulce, es muuuy terca y tiene un tacto raro.- dije recordando lo de las espinas de Lance.

-¿A que te refieres?

-Hablo de que siempre tiraba las espinas de Lance estas se erizaban y tenseban rapidamente.

-Mmm... Raro...

Iba a decir algo mas cuando mi padre entro por la puerta asustado.

-Ya vienen.- dijo y no necesitamos otras palabras.

Corri hacia la habitación de Lance encontrandolo dormido con unas vendas en la espalda.

-¡Lance!- grite tirandole una almohada.

Le dio en la cara y se cayo de la cama.. Uppps...

-Espero que tengas una buena excusa para esto.- gruño.

-¡Corre, ya viene los caballeros!

-¡Mierda!- grito buscando su espada y la armadudara.

Corri a mi habitación y también la busque. Nos la pusimos rapidamente y vi como los ambos collares de Lance colgaban de su cuello y del mio uno solamente.

Cogi mi espada y corrimos hacua la sala a la mimsa vez que nuestro padre y abuelo salian con sus armaduras. Nos pusimos los paños que cubrian nuestras bocas. El de Lance era rojo, el de Vylon era gris, el de mi padre rojo con gris y el mio era verde para que contrastara con mios ojos.

Corrimos hacia nuestros caballos y emprendimos la huida hacia las montañas Pico de Oro hacia donde nos guiba el olor de Skylar.

-----*****----

Los animlaes salvajes ya se habian acostumbrado a nuestros olores, pero no a los de los guardias por lo cual cada vez que tenian la oportunidad de desmembrar a uno de ellos, la aprovechaban.

Quedamos en reunirnos en La Fuente de la División. Nos separamos los cuatro y tres guardias me persiguieron. Uno alcanzo el galope de Drink. Chocamos espadas, pero no me di de cuenta que el segundo caballero se detuvo al lado mio apunto de apuñalar mi pecho con su espada cuando una espada traspazo su abdomen y tumbandolo del caballo.

Empuje al otro caballero haciendo que también se cayera del caballo y voltie a ver a Lance. Asentimos con la cabeza y él se puso a la cabeza de mi.

Su esppda descansaba hacia un lado del lomo del caballo mantiniendola lejos de este.

Narra Lancelot

Ikne iba detrás de nosotros cuando otro guardia aparecio por mi lado y embistio el lomo de Noiz con su caballo.

Noiz por poco pierde el balance, pero logro estabilizarse mientras yo peliaba contra el caballero. Mando a volar unos cuantros metros más al frente d enosotrso mi espada ya que mi espalda no cooperaba con los movimientos que estaba acostumbrado a hacer.

Convoque un ataque Chaos formado una pequeña bola en mi mano, peor lo suficiente mortal para atravesar esa armadura y matarlo. Me miro con los ojos grandes implorando que no lo hiciera, perp no me importo y se la mande. Mandandole a los arboles donde escuche un rugido.

Extendi mi mano para alcanzar mi espada clavada en la arena y lo logre.

A unos pocos metros de nosotros logramos ver La Fuente de la División. Y junto a ella logramos ver a Benz y Vylon.

Nos detuvimos junto a ellos.

-¿Y ahora que?- pregunto mi padre.

-Lance, ¿a que dirección?- prehunto Ikne.

Respire el aroma. Pasto, hojas secas y humedo respire a la primera. Respire por segunda vez, pero dejando que inhalara unos aromas mas profundos cuando lo senti. Provenia del norte, alejandose del palacio de Athens.

-Hacia el norte.- dije y galopamos havia alla, hacia el horizonte, hacia Rose.

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Gozenlo porque es el único que voy a escribir de estos cuatro viajeros.

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