£ Copo de Nieve £
Narra Shadow
Me teletransporte nuevamente hacia la casa de Blake quien me esperaba con los brazos cruzados en la oscuridad.
-Algo me dice que estabas viendo a tu amada.- dijo sonriente.
¿Qué tenía que cada vez que decían esa palabra presentía que lo nuestro no duraría para siempre? ¿Nuestro amor no rompería las barreras? De eso me temía...
No conteste y me sente en una de las sillas del comedor con el primer libro en mano, no habia terminado de leerlo.
£ "Copo de nieve:
Se le llama a si a la otra cara de la rosa de los Rose o "rosa de cristal". Su nombre fue otorgado por que desde antes estaba predicho que una eriza tan fuerte como un tempano de hielo nacería, pero que esta sería tan frágil como los pétalos de la rosa. Tan transparente como el agua cristalina, su otra mitad la haría sufrir como suspirar..." £
Cerre el libro de golpe... ¿La haría sufrir? ¿Suspirar? Jale mis espinas. Esto no puede estar pasando, no soportaría verla derramar una láfrima por mi culpa, pero... ¿Como? ¿Como la haria sufrir si todo lo estaba haciendo por ella? Este viaje era para saber de mi pasado, pero desde que he sabido que su familia tiene varios secretos me he encaminado a descubrirlos, dejando a un lado mi vida, ¿eso esta mal? Sentia como las dudas invadian mi mente obstruyendome el paso para pensar...
Tengo que buscar mas sobre el "copo de nieve" o querré decir Rose.
¿Cómo una chica de tan hermoso aspecto puede tener tantas cosas corriendo por sus venas? ¿Porqué se habra fijado en mí habiendo tantos por el camino?
-«¿De verdad te estas preguntando eso, Shad? ... Porque siempre estuviste entre las sombras protegiendome...»-
Sonreí... Siempre tan atenta.
-Ya se volvio hasta loco.- dijo Blake alzando los brazos al cielo, dramatizadoramente.
Mi sonrisa se borro.
-¿Qué rayos te pasa, gelatina negra?- gruñi.
-Eh, mas cuidado que tu también eres una gelatina negra.- susurró lo último. -Lo digo porque los locos son los que se ríen solos.-
-Bueno, tienen que tener una razón para reírse, ¿no?-
-¿Así? Y, ¿cuál es la tuya?- dijo cruzándose de brazos.
Me cruze de brazos mientras inclinaba la silla para atrás.
-¿Te importa?-
-Lancelot, tenemos que ser un grupo... Tengo que saber cuales son tus planes y...- lo interrumpi.
-Lo acabas de decir, entonces... ¿Porqué he de yo tener que contarte mis mas íntimos pensamientos?- gruñi.
-Tal vez lo puedas esconder de los demás, pero... ¿de mí? No.- dijo con una sonrisa pícara. -Se que estabas pensando en tu amada.- dijo alzando y bajando las cejas. -Y debo de admitir que esta bueni...-
No logro terminar la oración porque le tire con un sartén dejándolo inconcsiente.
-Bastardo.-
Narra Amy
Shadow me habia dejado excitada por sus caricias... Eso no es justo.
En eso unos golpes en mi puerta me sacaron de mis pensamientos, borrandome de la mente aquellos ojos carmesí gélidos. Corrí a abrir la puerta encontrandome con unos ojos violetas y un equidna rojo.
-Tenemos que hablar.- dijo un poco triste y con su mirada gacha.
-Pasa...- dije abriendo camino algo confundida.
Knux no dudo entrar y sentarse en el sofá para posicionar su cabeza en sus manos y tirar de sus espinas.
-¿Qué suce...?- pregunte, pero fui interrumpida por este.
-Rouge me esta pegando los cuernos.- dijo sacando un poco su cabeza, pero sin mirarme.
-¡¿Qué?!- rugi. -¿Desde cuándo?- esta vez me sente junto a él para sobar su espalda.
-Desde hace unos meses.- dijo con la voz un poco quebrada. -No se si es que ya no la complazco o es que el otro le da mas placer. ... Ya ni se que pensar, Amy.- dijo mirándome con los ojos cristalinos.
Los míos se cristalizaron igualmente. Nunca había visto a Knux tan corrompido como lo estaba aquí, en mi casa, en mi sofá. ¿Cómo Rouge se había atrevido a romperle el corazón estando casados? ¿Teniendo un hijo en común? ¿Alguien más sabía de esto?
Abraze fuertemente a Knux y escuche varios sollozos en mi honbro. Una gotas saladas comenzaron a mojar mi traje proveniendo de los ojos violaceos de el equidna.
-Todo ira bien, Knux.- le dije con la voz quebrada miebtras la apretaba mas contra mi.
Rouge me iba a escuchar tarde o temprano y esta vez no me iba a quedar callada.
----****----
Knux se habia quedado dormido en el sofá luego de horas de puro llanto. Lo observaba desde el umbral de la puerta con los brazos cruzados. Comenzó a roncar sonoramente.
Suspire.
¿Qué podía hacer yo en un matrimonio que había comenzado con tanta pasión y amor? ¿El mío terminaría así también?
Se me encogió el corazón de tan solo pensarlo y mis ojos se cristalizaron.
-«Eso nunca pasara, pétalos de rosa.»-
-«¿Cómo puedes estar tan seguro, Shad?»-
-«Porque yo me encargaré de eso.»-
Sonreí mientras un ligero color carmesí teñia mis mejillas. Agache la mirada unos momentos y sentí como un ligero viento revolvía mis mechones de cabellos y una respiración comenzó a soplar en mi rostro. Alce la mirada y me encontre con Shadow, una Chaos Esmerald roja en su mano y sus ojos rojos clavados en mí.
La guardo en su bolsillo y me agarró desprevenidamente del cuello para besarme acaloradamente. El sonido de nuestros labios rozar, separarse y volverse a unir se escuchaba por toda la sala. Unió nuestras frentes mientras yo mantenía los ojos cerrados y sentía como su mirada gélida me quemaba el rostro, sonrojandome en el acto.
-Preciosa.-
Lo jale por el vello y comencé a besarlo devoradoramente y él me correspondía la misma manera.
-«Para, Rose, que me va a reventar el pantalón por mi erección.»- pensó entre gruñidos.
Escuchamos unos quejidos que provenían del sofá y ambos nos sepramos como resoltes para toparnos con un Knux todavía dormido en el sofá.
-He de irme.- dijo sacando nuevamente la esmeralda roja que tenía orita. -Solo venía para ver como estabas... Control Caos.-
Y desapareció enfrente de mí al mismo tiempo que lo celular comenzaba a sonar despavoridamente. Corrí antes de que despertará a Knux quien ya se removía en el sofá.
-¿Hello?- contesté sin mirar a la otra persona con mi mirada clavada en Knux. Del otro lado solamente se escuchaba una pesada respiración. -¿Hola?- volví a repetir, pero con la voz temblorosa. -¿Hay alguien ahí?- nadie respondió. Mi corazón se estaba parando por el miedo y por la irritación al seguir escuchando claramente aquella respiración tan pesada en la bocina. -Si no me contesta colgaré.- le amence, pero antes que lo hiciera yo, lo hizo la otra persona.
Narra Cream
Corría por el bosque hullendo de Mephiles ya que le habia derramado en su camisa, boca y pelo un jugo ya que le estaba pegando la boca al galón.
-¡Cream!- rugió a unos metros detrás de mí lo bastante furioso, pero a mi solo me dio risa. -Dejaras de reírte cuando te atrape.-
Corrí más rápido trepando en un árbol que se cernio enfrente de mí. Lo vi como se detuvo enfrente del árbol y clavo sus ojos verdosos en mi mientras yo reía sin parar. Chasqueo la lengua varias veces.
-No debiste subir ahí... Ahora no tienes escapatoria.- y comenzó a trepar el árbol.
Mis mejillas se tornaron de un color carmesí al ver sus sonrisa pícara.
Trate de busca una manera de bajarme al árbol sin que él lo notará, pero siempre que me movía hacia un lado, él lo hacía. Estaba acorralada.
Llegó hasta mi rama y me posicionó entre sus piernas.
-¿Se te tosto el cerebro, cereza?- preguntó burlón mientras me apretaba por la cintura.
-N-no...- tartamudee al sentir como mi corazón impactaba contra mis costillas.
-¿Segura?- preguntó remarcando una ceja, apretándome más.
-Ah, okay, se me tos...- no termine la oración cuando sentí algo suave y cálido impactar contra mis labios.
Mephiles me estaba besando. Aunque llevaranos un año de noviazgo, seguíamos sintiendo ese fuego, esa pasión que nos volvía locos con tan sólo una mirada sin un Hola.
Lo amaba.
Estaba segura de ello y que haría cualquier cosa para estar a su lado aunque eso debiera de implicará irme con él a otra dimensión. Este amor no se daba todos los días yo no quería perderlo, ni él a mi ni a este amor que tanto en mi vida había soñado y que ahora lo tenía en mis manos.
Lo cogí por el cuello y profundise el beso sorpresivo que me había tomado desprevenida. Separamos nuestros labios y unimos nuestras frentes.
-Te amo, Cream.- susurró mientras acariciaba mi mejilla.
-No más que yo, Mephy.- dije con una sonrisa.
Rió.
-¿Mephy? -
-Se escucha bien y en gusta... Para mi novio.- Mis mejillas se tiñeron de un color carmesí a la misma vez que él se separaba de mi para mirar mis ojos chinitas.
-Mi conejita.- dijo entre risas.
Lo bese.
Me correspondió. ¿Esto podía ser mejor? No. Yodo sería perfecto con la simple presencia de él junto a mi.
Al menos mi mamá había aceptado nuestro amorio, la pequeña llama que se había encendido en silencio en mi corazón. Me separe de él al recordar algo.
-¿Crees que no me había dado de cuenta en la forma que me mirabas, Mephy?- pregunté con una sonrisa.
-Veo que eres buena observadora, doña.- le pegue en el hombro por haberme dicho "doña".
-¡Yo no estoy vieja!- hice un punchero.
-¿No? Entonces, ¿que son esas arruguitas que le están saliendo debajo de los ojos?- preguntó sonriente. Creo que le gusta hacerme enojar.
-Esas son ojeras, Mephyles.- gruni cruzándome de brazos y alejándome de el.
Si querías hacerme enojar, lo había conseguido.
-Ah, no te enojes, conejita.- dijo jalandome hacia el en un abrazo. -No me gusta verte así, y menos si es conmigo.- esta vez pellizco mi mejilla.
-Pues, tendrás que dejar de llamarme "doña".-
Me besó la mejilla mientras acariciaba la otra.
-¿Es un trato, no?-
-Trató.-
Cerramos nuestro pequeño trato con un beso apasionado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top