PRÓLOGO
pov's baek narae

Conocí a Lima cuando teníamos cinco años, no tengo muchos recuerdos de ese día, pues era muy pequeña. Pero algo que no sale de mi mente, es esa expresión en su rostro, con tan sólo cinco años, ella podía demostrar muchas cosas, esos ojos redondos parecían amables, dulces… inexpresivos y falsos en cierto punto. Mamá era buena amiga de su madre, ella le tenía gran aprecio, por lo cual, el día de su trágica muerte, fue la única persona que pudo hacerse cargo de la pequeña que dejó en un mundo tan cruel. Nadie nunca supo del paradero de su padre, o puede que sí hayan sabido, y creyeron que era mejor mantenerse lejos. No lo sé, el mundo adulto en ese momento para mí era abrumador.

Crecimos juntas a partir de ese momento, se convirtió en mi hermana, nunca sentí celos de compartir el amor de mis padres, de mis cosas, o mi novio, a quien llamaba su mejor amigo. Lima para mi era lo mejor, pasábamos el tiempo juntas cada vez que podíamos, la defendí siempre de la gente que abusaba de su amabilidad en nuestra niñez. Entonces, ¿Por qué lo hizo? Por más que busco una razón exacta a ese problema, no la encuentro, y es que di todo de mi para que ella pudiera ser feliz, incluso aunque su vida no fuera del todo normal. Aquella vez en el parque a unas dos calles de casa, cuando un grupo de niños del vecindario la tenían rodeada en los columpios, fui quien se acercó. La –en ese entonces– pelinegra, subió su vista de entre sus brazos y me observó desde el suelo, yo grité a los niños:

'¡No la molesten, es mi hermana menor!'

Ellos se reían de la muerte de su madre, eran crueles. A Lima le afectaba mucho lo que los demás podrían decir de ella, su inocencia era algo que yo anhelaba resguardar de las crueles palabras de los demás. Ese día consolé a mi hermana, y jure protegerla, había sido honesta, siempre lo fui.

Incluso a pesar de que se metió con JungKook.

Su cabello rubio cae en cascada hacía atrás, él la toma de la cintura, la tiene acorralada contra mi pupitre. El atardecer afuera refleja la hermosa escena que ellos viven, y es doloroso. Mucho, tanto que no me atrevo a detenerlos, a intervenir, a ser consciente. TaeHyung tiene la intención de decir algo, pero lo detengo, y con una fuerza que jamás creí poder tener lo aparté de allí para encerrarnos en el salón de al lado, atrás de la puerta.

—Shh. —le suplico con la mirada.

Puedo ver su lástima, esos ojos con pena me ven nuevamente. Siente simpatía de mi dolor.

—¿Por qué? —me pregunta en un susurro.

—No… ahora no. —le contesté— Yo… —mi garganta duele, mis ojos también, creo que quiero llorar.

Bastó nada más ser tomada por él en sus brazos para largarme a llorar, es infantil, lo sé. Me duele no poder haberlo notado antes, todas esas veces que ellos caminaban juntos, dejándome atrás sin siquiera notarlo, yo pude haberlos detenido, yo pensé que estaba bien porque Lima no es esa clase de persona. Mi hermana no es mala.

—Deberías hacer algo. —acarició mi cabello.

—Sí, debería.

No comprendo cómo llegué a esta situación.

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