CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO
pov's baek narae

En la hora del receso aún no salía del salón, JungKook me retiene con sus preguntas estúpidas. En literatura dieron la tarea de poder darle un final alternativo al cuento que nos leyó, pero mi ex novio no comprende cómo hacer aquello, y debido a que me ubico en la fila a su derecha no tengo la posibilidad de huir, no puedo dejarlo ahí parado. Arrastre mi silla a su lado, con el cuaderno abierto y unas palabras escritas para tomar de apoyo. La redacción se me da fácil, es pensar y escribir todo aquello que quieres sacar de tu cabeza. He leído varios libros de papá cuando era pequeña, uno no era de mi edad, pero lo terminé y me agradó.

JungKook es una cabeza hueca, aunque le diera un libro no sabría cómo utilizarlo. Es sorprendente su manera de pasar la escuela, y estar a nada de ir a la Universidad, tiene el enorme talento de ser bueno en todo menos en sus notas.

Exhausta escuché sus quejas por la materia, hasta que el ruido de mi móvil me hizo despejar. Lo tomé del bolsillo, me llegó un mensaje de Yui a través del grupo donde estamos todas, sonriendo apreté el globo del mensaje. Necesitaba despejarme, estar con Jeon es arduo, más de lo que recordaba. Sin embargo, las comisuras de mi labio bajan con lentitud, el castaño me vio y luego a la pantalla del móvil.

Lima junto a TaeHyung saliendo del salón de clases.

—¿Vovieron a ser amigos? —preguntó escribiendo en la hoja de papel.

—Ocúpate de tus asuntos. —dije guardando el móvil.

Yui, Jian y MiYoon se encuentran en la misma clase que TaeHyung, ellos hablan seguido, me agrada la idea de que mis mejores amigas sean cercanas a mi pareja, me transmite confianza pues nunca antes sucedió con JungKook. La foto que me enviaron es agria, como si acabará de morder un trozo de limón con sal, mi ceño se frunció y no quise seguir viendo los detalles, pues empecé a hacerme la cabeza, ideando escenarios ficticios donde ellos dos…

No, no es posible. Tae no es un muchacho malo, y Lima ha sido pasada desapercibida durante éste tiempo.

Luego de un incómodo silencio donde mordía mis uñas, lastimandolas, escuché su voz decir:

—Lima y yo… Hum, no hablamos tanto como antes.

—¿Por qué me cuentas ésto? —lo vi hostil, con el cuerpo tenso.

—Lo siento, creí que…

—Mira, no quiero saber nada sobre ustedes dos juntos. Acepté ayudarte porque somos compañeros, y soy estúpida —me llamé de esa manera, porque lo soy—, pero mi intención no es ser amiga tuya o saber si sigues hablando con la persona que fue tu amante. Respetame un poco, Jeon.

Me deslicé fuera de la silla y salí dando pasos firmes. La primera vez que tuve una emoción similar a ésta me volvía loca, al borde de ser una psicópata en busca de la verdad, y de venganza.

Entre respiraciones entrecortadas por la ansiedad, llegué a una de las puertas del salón 3ro B.

—Narae. —MiYoon me vio desde adentro, dejó su bebida y esperó a que me acercara. Mirando a los costados, no los halle— Ah, ellos no han vuelto aún.

Joder.

— ¿Qué opinan hasta ahora? Los leo!