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CAPÍTULO TREINTA Y TRES
pov's baek narae

El amigo de Lima era cruel, sus palabras no estaban siendo lindas en ningún aspecto. Tales como 'inútil' o 'estúpida' fueron más leves que cualquier otra, me levanté del suelo y me incliné por haber roto su móvil, sé que son costosos, debería pagarle el arreglo. Quise hablarle, pero recibí otro empujón, oí risas burlescas.

—Ah, en serio eres una niña aún. ¿No sabes defenderte? No pareces hermana de Lima, ella es bonita y fuerte, tú… —rió— ni siquiera hace falta que lo diga.

—DongBo. —la rubia lo había llamado, como regañandolo de sus dichos.

Toda acción fue interrumpida cuando mis hombros fueron tomados y jalados hacía atrás por otra persona que me colocó detrás suyo. La camisa del chico, mucho más enano que él, estaba siendo tomada con fuerza. Aterrorizado levantó las manos en signo de paz, balbuceando idioteces.

—¡¿No les da vergüenza?! —gritó— ¡¿Cómo se atreven a intimidar a Narae?!

Mis hombros decaen con un suspiro, no quiero ser defendida por él, no lo necesito, estos chicos no me dan miedo, sé que puedo irme de aquí tranquila, porque éste chico gordinflón con un puñetazo en sus bolas dejará de joder.

Lima lo vio.

—JungKook, no hace falta que…

—Eres su hermana, ¿Cómo puedes permitir esto? —lo soltó, y caminó hacía ella en la tenue luz del callejón— ¡Responde!

El rostro de la femenina se puede percibir con lágrimas cayendo. Ella susurró algo que no comprendí, pero sus amigos sí, y estos mismos jadearon. JungKook se alejó negando.

—Vete de mi vista si no quieres que te golpee, DongBo. —le dijo.

—S-Sí. —se inclinó repetidas veces en mi dirección, casi temblando, y volvió con el grupo de simios.

Mierda, ¿Acaso no merezco un día de tranquilidad?

La mano del pelinegro me jaló hasta alejarnos de la vista de ellos, un poco más cerca de la puerta del karaoke.

—¿Estás bien? ¿Te hizo daño? —me examinó con atención, negué en un suspiro— Narae, yo… me preocupe.

—Hum, pero estoy bien. No era necesario que intervengas.

—Siempre me preocuparé por tí. —aseguró, sus manos viajan a mis mejillas— Tu mano debe doler por la caída. —volví a negar, no soy débil, estas cosas triviales no me afectan en nada. El chico suspiró— Mmh, ¿Eres tan fuerte?

—Lo soy. —sonreí.

Es hasta irónico, durante el último año de nuestra relación no me dio un mínimo grado de afecto. Y ahora que ya no somos pareja, busca que caiga a sus pies, se acerca.

—Narae… —tiene las mejillas rojas— Te amo, perdóname.

¿Cómo podría?

Lo separé de mi cuerpo tan rápido como pude, queriendo llorar, golpearlo, ¡Hacer algo! Es injusto, en serio. Juega con mis sentimientos, con mi corazón.

—No me amas, JungKook. —detuve sus palabras antes que negara a mis dichos— Odias pensar que puedo ser de otra persona, sientes que te pertenezco como cualquier otra cosa, pero no es así. No eres mío, nunca lo has sido. Ya no te amo.

—¿Es por TaeHyung? —vio a un costado, pasando la calle.

Joder. ¿Qué hace aquí? ¿Cómo me encontró? ¿Por qué nos está viendo? Tengo varias preguntas por hacerles, y estoy dispuesta a hacerlas rápido, por lo que intenté irme a su lado, si no fuera gracias a JungKook y sus celos, tal vez habría llegado a tiempo.

El rubio se fue.

—¡Suéltame! —le grité.

—Te estoy rogando, Narae. Y aún así te atreves a dejarme, ¡¿Sabes cuantas chicas piden por mi?!

—¿Crees que no lo sé? Eres un mujeriego con todas las letras, Jeon. Y Lima… no sé qué vio en tí, ni yo, eres un idiota.

Bien, dejarlo con la boca abierta y resentido, paso hecho. Siguiente nivel, buscar a TaeHyung.

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