O25
CAPÍTULO VEINTICINCO
pov's jeon jungkook
Mierda.
TaeHyung es un bastardo, han pasado al rededor de seis días desde la excursión al parque, desde entonces Narae me ignora más que antes. Asumo que la culpa es de mi ex mejor amigo, pues caminando por el pasillo en la vuelta del receso, pude llegar a verlos juntos, caminaban entre risas silenciosas, en un estado de complicidad. Mi novia, la chica más dulce e inocente de la escuela es atada a las garras de ese imbecil con cara de ángel, la mira como si fuera una princesa de cuentos, sus ojos brillan. Siempre lo he sabido, tiene cierto gusto por ella.
—Hermano, ¿Qué te sucede? —JungYeon golpea mi pecho cuando me detengo a medio camino, no le prestó atención, mi mirada está sobre esos dos.
La esencia natural que los rodea me causa comezón, inquietud. ¿Por qué Narae toca su brazo? ¿Por qué sus mejillas se sonrojan con cada palabra y risa? Mi novia, quien por mucho tiempo ha estado enamorada de mi parece depositar sus ilusiones en otro hombre. Hago el ademán de acercarme, mucho antes de eso mi mano es tomada y hecha hacía atrás, Lima me sujeta, su mirada clava en mi con desesperación. Me ruega a que esté ahí, a su lado.
—Vamos a la cafetería. —me pide— Perdamos esta hora de clase.
—El profesor…
—¡A perder el tiempo! —nuestro grupo de amigos, entusiasmados, me rodean para empujarme a por donde vinimos.
Mire por sobre el hombro a la 'pareja' –es repugnante denominarlos de tal manera, cuando no son nada parecido a ello– permanecen en su mundo, viendo a una de las ventanas que da a la cancha de afuera. Los estudiantes hablan en alto, adolescentes gritan sobre lo buenas que son sus vidas, escuchan música en volúmenes aturdidores, hay tantas palabras que son soltadas al viento, tantas personas a mi par. Pero, yo sólo quiero saber que le dice ella a él, porqué se volvieron tan unidos, qué es eso que tiene TaeHyung para encantar a todos. Cuál es esa cosa que a mi me falta.
( … )
Dudé en hacerlo. Era como si volviera a tener catorce años, las manos me temblaban mientras sostenía en teléfono en éstas, el estómago me pide que baje la ansiedad, y mi frente suda. Luego de la escuela llegué a casa tan rápido como cualquier otro estudiante, sólo que nunca había llegado a una hora perfecta, suelo quedarme vagando por ahí, porque nunca hay nadie en éste hogar frío. Son cerca de las nueve, no he cenado, pero pienso pedir delivery.
Suspiré.
'Deberíamos vernos, no hay nadie en casa.' fue enviado, y visto a los segundos. Sin embargo, un mensaje de Lima llega, el universo se burla de mi valentía. '¿Nos vemos? Hoy te fuiste corriendo, estamos en casa de JungYeon.' decidí ignorarla.
Narae llega media hora después de haberle enviado ese mensaje, lo hermosa que se ve esta noche me vuelve un hombre pequeño. Traté de verme masculino, usando la colonia que ella me obsequio en mi último cumpleaños y utilizando un jersey que le gusta, la dejé pasar por la puerta directo a mi habitación. No recibí comentarios sobre mi aspecto, mucho menos un beso o abrazo, era la nada.
Se acostó, quitándose las pantuflas.
—¿De qué querías hablar? —me pregunta.
—Sólo necesitaba tiempo contigo. —no lo entiendo, ¿por qué se tensa cuando la toco? mi mano se estaba deslizando por su muslo descubierto, a ella siempre le ha gustado…— Narae —susurré, el corazón se me acelera cada vez que me acerco más a su rostro, me ve fijo—, te amo.
Una declaración sorpresiva en el tiempo de crisis que llevamos, pero no es más que la verdad desesperada de mi corazón. Me tire a por sus labios, suaves y con dulce sabor a fresa que la caracteriza, sus ojos se cierran por un santiamén, parecen querer dejarse llevar.
—Mmh, no. —se separa a lo brusco, levantándose de la cama— N-No, no quiero.
—Pensé que nosotros… —íbamos a hacerlo, hoy sería el día al fin.
—JungKook —negó—, quiero terminar.
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