CAPÍTULO DIECINUEVE
pov's baek narae

Estaba a su lado, en vez de estar en frente, así podría hablarle más tranquila. El joven come de los fideos con una hermosa tranquilidad que hasta a mí me relajaba, es alguien reservado, recuerdo que en la última fiesta del Jeon a la que fui él estaba sentado en el sofá con un vaso en su mano, a su lado estaba otro chico que le hablaba ya ebrio, sin embargo, nunca lo vi beber hasta desmayarse como los demás, mantenía la compostura para ayudar a sus amigos a llegar a casa. Yo, en ese entonces, estaba con Lima bailando, mi novio era el centro de la fiesta por sus interminables gritos apasionados hacía la música, era su cumpleaños, merecía un poco de atención.

Cuando las chicas se sintieron atraídas a TaeHyung, quien fue levantado por su amigo ebrio y llevado al centro del baile, pude ver un destello de envidia en el pelinegro.

—Lamento lo del otro día, JungKook no debió tratarte así.

—Está bien, no es tu culpa tener un novio idiota.

Es su amigo, ¿No quiere defenderlo como los demás?

—Es mi culpa por dejarme llevar, no tendría que haberme puesto a su nivel.

—No es ponerte a su nivel, es tomar revancha por lo que hizo. Y eso es justo, merecen ser tratados de la misma forma.

El TaeHyung que está aquí es muchísimo más hablador que el de la escuela, se muestra libre y… guapo.

Trague los fideos, era hora de explicar sobre lo que vengo pensando desde ese día. No soy una chica vengativa, durante muchos años la gente ha dicho que soy inocente, serlo no es igual a ser estúpida, ¿No? Mi intención no es continuar con JungKook, el golpe bajo que me dio fue suficiente para darme cuenta la clase de persona que es, un patán de autoestima susceptible y egocentrismo en las nubes. La belleza de Lima supera la de cualquier otra chica, es la clase de muchacha a la cual los hombres buscan con intenciones de doble puntada. Y yo, muy al contrario, soy la clase de chica a la que sus novios engañan, y como venganza, buscan destruirlo.

—A Lima le gustas, he pensado en aprovecharme de eso para jugar con sus sentimientos, como una pequeña mariposa atrapada en mi enredadera. —él mastica, mi puño se frunce alrededor de los palillos— Si estas enamorado de ella o…

—Ven aquí.

—¿Eh? —no creí que el brazo de un adolescente que sólo juega al soccer pudiera tener tanta fuerza como para arrastrarme sin dificultad a su lado en la mesa— TaeHyung… —su mano se deslizó hasta mi cintura, ¿ya está loco?

Me silenció en lo bajo, no pude comprender lo que ocurría hasta que la melena rubia y ondulada de mi hermanastra se presentó ante nosotros. Ese rostro sonriente es tan falso que hasta las extensiones de su mejor amiga detrás de ella se ven más reales y auténticas, el atrevimiento del Kim me volvió feliz, él estaba dentro de este juego, y no fue necesario decir mucho para acordar un plan, porque esto es sencillo. Se trata de verlos sufrir. Dio un último paso hasta estar frente a la mesa bajo la enorme sombrilla de la tienda, jugando con las tiras de su mochila.

—¿Qué hacen en la tienda tan tarde? Pueden ser mal vistos estando aquí juntos.

Muere de celos, a Lima le gusta lo imposible.

—No son tus asuntos. —dijo TaeHyung, su mirada dura más el agarre sobre mi cuerpo produce una sensación extraña muy dentro mío. Inhale apenas esa mano traviesa seguía bajando.

—Hum, entiendo. —asintió, dio una mirada atrás donde sus amigas están, y sonrió— Disfruten de su salida como amigos.

Verla doblar en la esquina para ir a casa me alivianó, suspiré en alto mientras hacía mi espalda contra el respaldo. TaeHyung en ningún momento se separó.

—Gracias. Pero, ¿No te importa perder sus amistades?

—No cuando puedo tenerte a ti.