O17

CAPÍTULO DIECISIETE
pov's baek narae

Al otro día, el pote de leche sabor fresa fue colocado sobre mi pupitre. Dejé la mochila en el respaldo de la silla y me di la vuelta, sentado unos asientos más atrás tiene una sonrisa ladina, mi pulso tiembla sin yo poder controlarlo. La postura que toma es arrogante, como si tuviera el poder sobre cualquiera, las piernas estiradas y la espalda encorvada. Juega con un lápiz en sus dedos, me visualiza sin perder detalle de mi rostro o cuerpo. ¿Qué haré? Anoche lloré mucho en casa, me dolió haber visto su defensa hacía ella, sentí que yo estaba mal.

Lima no cenó, se mantuvo encerrada en su habitación y hoy en la mañana se fue más temprano, sin embargo no la veo aquí.

—¿Qué quieres?

Mi plan es simple, hacerles sentir lo mismo que yo sentí con sus engaños. JungKook golpeó su regazo con una de sus manos, sin palabras me indica que debo sentarme allí. No lo he hecho desde hace meses, pues parece estar ocupado todo el tiempo como para poder hacer cosas de pareja. Las piernas me temblaron como unas jodidas inútiles, se supone que soy su novia aún, debo ir.

Mis padre no son personas estrictas, más bien, nos dejan hacer lo que queramos con tal de que ellos sepan. Excepto con una cosa, es una regla sencilla: 'Nada de embarazos.' Con esto se llega a un paso, y es que no debemos tener ningún acercamiento con el sexo masculino que pueda llevar a el peor error de nuestras vidas. Pero claro, Lima no sigue esa regla, y yo tampoco del todo, pues mi novio ya fue presentado a mis padres. Aunque… JungKook no ha tenido intenciones de segunda base conmigo, no hemos pasado de los besos inocentes, jamás me tocó como la tocaba a ella.

Verlo tan decidido a tener un gesto romántico como hablarme mientras estoy en su regazo me hace doler el corazón, lo hace porque mi hermana no está en el salón. Yo soy su segunda.

Caminé al pupitre de la fila del medio, el último en ésta.

—Ven. —sujetó mi muñeca sin nada de delicadeza y me obligó a sentarme en sus piernas, me quejé por lo bajo— Pareces molesta estos días.

—Hum. —desvíe los ojos.

—Yo debería ser el molesto, ¿Por qué eres tan cercana a TaeHyung? —agradecía que él llegue tarde— Eres mi chica pero todo el mundo murmura de ustedes, dicen que…

No le prestes atención a lo que ellos dicen, ¿No es eso lo que siempre me repites? —una chispa interna despertó en mí, era ese gramo de engaño que me faltaba. Sonreí, subiendo mis manos a su rostro, la suave piel se estremeció con mis roces— Confía, Kook.

—No quiero verte cerca de él. —sentenció, bajando mis manos, las sujetó con su ceño fruncido— ¿De quién eres, Narae? ¿Quién es tu novio?

—Tú.

La puerta del salón siendo abierta por alguien más me asustó, apenas mi cabeza vio hacia allá, me arrepentí. Kim no se mostró sorprendido por la escena, pasó de largo hacía su asiento al lado de la ventana e ignoró nuestro momento lleno de falsedad. Quise decirle con la mirada que ésto no es real, y que no quiero seguir con JungKook, pero no fue posible. Sus labios me tomaron a la fuerza, con mucha más brusquedad que antes, me besaba para marcar un notable territorio.

Debo hablar con TaeHyung.

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