𝟬𝟰: parece que quiero verte.
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capítulo cuatro. pt. 1
Fui a la escuela al día siguiente, hice lo mínimo posible, fui a casa por la tarde y deambulé por las calles hasta que oscureció, luego prendí mi música de forma intermitente durante la mayor parte de la noche, solo para enojar a JungKook. Los malditos viejos estaban hasta el final del pasillo, por lo que no me escucharían.
La sincronicé para que JungKook tuviera tiempo suficiente para irse a dormir, y entonces hacerlo volar con la música más molesta posible, esperando a que golpeara la pared varias veces, lo que por supuesto ignoraría. Entonces vendría finalmente a gritarme. La apagaría por un momento y comenzaría de nuevo cuando pensara que estaba dormido. En algún momento del mes siguiente, se cansó y comenzó a usar tapones para los oídos y a encender un ventilador ruidoso entre su cama y la pared contigua a mi habitación. Hice nota mental para encontrar algo más que lo enojara. Quiero decir, ¿para qué más tenía vivir? ¿Cierto?
Pero, de todos modos, la rutina aburrida continúo, todo eso durante la semana y el voluntariado en el hospital en el fin de semana entre el mediodía y las cinco de la tarde.
El único punto brillante de mi vida era SeokJin.
Sin importar cuántos tratamientos tuviera, o qué tan mal se sintiera, se disfrazaba de payaso tanto como podía y actuaba para un grupo de niños u otro.
Le había preguntado a Jihyo ─quien me dijo que la tuteara sin pena─, si se me podía asignar para ayudarlo con todas sus actuaciones. Se lo presentó a Tofu ─Dahyun─ y ambas estuvieron de acuerdo en que "sería bueno para mí", así que eso es lo que hacía la mayor parte del tiempo.
Me estaba acostumbrando a los pequeños monos y en realidad comencé a desear tenerlos cerca. Durante el resto de agosto, durante todo el mes de septiembre y parte de octubre, llegué a conocer a cada uno por su nombre y aprendí algunas de sus metas de TF gracias a Jin. Ayudé más y más con sus objetivos, así como a estar en el show con SeokJin. Algunos de los niños en la unidad de quemados todavía me llamaban carne fresca, y juré que nunca perdonaría a Jin por eso.
Traté de decirle que prefería los otros dos pabellones porque no me llamaban así, pero creo que SeokJin sabía que no era cierto. Tenía un poco más de vínculo con los niños en la unidad de quemados. Después de todo, fueron los primeros que conocí, y me pareció que hacíamos los shows de payasos allí, un poco más a menudo. Jin decía que todo salía bien, y que los shows eran igual de frecuentes en cada sala. No discutí con él... pero todavía pensaba que se inclinaba un poco más hacia los niños quemados.
(...)
Mientras tanto las cosas se estaban yendo al infierno rápidamente en casa. Yunho parecía odiarme solo por gusto propio. Nada de lo que hacía era bastante bueno. No hacía las tareas lo suficientemente rápido, o no hacía suficientes tareas, o no las hacía bien. No comía lo suficiente o comía demasiado. No le decía a mi madre que me gustaba lo que cocinaba ─que no me gustaba por cierto─ o lo agradable que se veía la casa. O bien, mis cumplidos no eran sinceros.
No me llevaba bien con JungKook, lo cual era verdad, pero todo no era por mi culpa. Él tampoco se llevaba bien conmigo. Y no apreciaba los esfuerzos de Yunho en mi nombre. Lo cual también era cierto. No lo hacía, pero solo porque nunca vi ninguno, de hecho.
Pero cuando traje a casa todas F en mi reporte académico a mediados de octubre, se desató la bomba.
─ ¿Qué haces todo el día en la costosa escuela que pago? ─gritó esa última parte.
Él siempre mencionaba que usaba su salario ganado con tanto esfuerzo, para asegurarse de que fuera a las mejores escuelas para poder hacer algo de mí mismo. ¿Cómo me atrevía a pagarle siendo un inútil delincuente juvenil que no podía obtener calificaciones aprobatorias, aunque fueran dadas gratis?
No era que se le hubiera pedido que me enviara a esa escuela de mala muerte. Tener a mi "hermano" más joven en la misma clase, en una escuela relativamente pequeña en donde todos se conocían, era bastante malo, pero todo el mundo allí sabía de mi expediente juvenil también, y por supuesto, era una gran noticia que me hubieran mandado al servicio comunitario para trabajar, y nadie me dejaba olvidarlo nunca, tampoco.
Pero, mi querido padrastro estaba esperando una respuesta.
─ Respóndeme, maldita sea. ¿Qué haces todo el día?
─ Duermo. ─Bueno, quería una respuesta sincera. Por supuesto que dormía todo el día. Odiaba la escuela y no tenía la intención de hacer un esfuerzo más de lo que necesitaba hacer... lo cual, en mi opinión, era nada.
Golpeó el techo. No del todo literalmente, pero lo bastante cerca. Atravesó con su puño el panel de yeso que estaba cerca de donde estaba parado.
Me lancé hacia él.
Yo era más alto, pero delgado. Él era un tipo fornido y todo músculo. No sé qué fue lo que me hizo atacarlo, excepto mi prolongado y permanente odio hacia el hombre, pero supe que fue un error tan pronto como lancé el golpe.
Él esquivó el tiro, pero le di varios puñetazos en el estómago. Puede que me haya dado cuenta de que toda la pelea era una mala idea, pero ya estaba comprometido, e iba a ganar o morir en el intento. Él simplemente se quedó allí y se río. Bloqueó la mayoría de mis golpes con facilidad, pero los que aterricé no parecieron desconcertarlo.
Escuché a mi madre gritar, algo sobre llamar a la policía, que sabía que me devolvería a la juvenil, pero no le presté mucha atención.
Hasta que me golpeó con un bate.
Probablemente iba destinado la parte posterior de mi cabeza o mis hombros, pero me volví hacia ella en el momento incorrecto, y me dio el golpe en la mandíbula. Afortunadamente para mí, era una mujer pequeña, de 1,57 metros y 41 kilos. Así que no hubo mucho poder detrás del impulso. Sin embargo, fue suficiente para detener la pelea.
Corrí a mi habitación, cerré la puerta de un golpe y le eché llave, y esperé a que la policía viniera y me arrastrara fuera.
Nunca llegaron.
Creí que mamá dijo que había llamado a la policía. Pero debió haber estado diciendo que iba a hacerlo si no nos deteníamos. En realidad, no estaba prestándole toda mi atención en ese momento. En cualquier caso, los policías no aparecieron.
El día siguiente resultó ser sábado, así que me quedé en mi habitación toda la mañana. Alrededor de las diez, mamá comenzó a hablar sobre levantarme y estar listo para ir al servicio comunitario.
La ignoré.
Había pensado en ignorar todo y permanecer encerrado en mi habitación indefinidamente, pero había varias cosas mal con ese plan.
En primer lugar ─los carceleros, también conocidos como padres─ llamarían a la enana, y probablemente me meterían en la juvenil por violación de una orden judicial. De alguna manera había esquivado la bala por la pelea de anoche. Si iban a presentar cargos, lo más probable es que ya hubiera sido arrestado, así que no quería arruinarlo por algo tan estúpido como no presentarse para el servicio comunitario.
Segundo, tenía hambre, y si salía de la habitación para conseguir comida, sería más difícil encontrar una razón para "olvidar la hora" y no ir a la parada de autobús.
En tercer lugar, el servicio comunitario no estaba resultando tan malo, y me sacaba de la casa.
Y cuarto, pero lo más importante, realmente disfrutaba pasar tiempo con Jin. Él me había estado haciendo ayudarlo cada vez más, en todas las unidades, y yo estaba conociendo a los niños. No eran tan malos realmente. Estar cerca de ellos en realidad me hacía olvidar, durante un corto tiempo, cuán enojado estaba por todo lo demás en mi vida. Y era simplemente imposible estar enojado con Jin.
Entonces, me preparé justo en el último minuto, agarré una salchicha de la sartén, un pan y un paquete de oreo, bebí jugo del cartón, solo para provocar a mi madre y salí corriendo de la casa sin un "hola", "adiós", o aunque sea un "besa mi trasero".
Llegué a la parada del bus justo cuando el autobús se detenía. El Sr. Nadie me saludó con esa voz suya exasperantemente alegre, y lo ignoré, como siempre, y encontré mi asiento habitual.
Oye, el tipo debería estar contento de que hubiera abandonado la parte de sacarle el dedo medio a la rutina.
(...)
Cuando llegué al hospital, me registré con Tofu y me registré en la estación de enfermeras como se suponía que debía hacer, a pesar de que no había nadie allí en ese momento para decirme que lo hiciera. ¿No me estaba convirtiendo en un niño obediente?
Luego fui a la sala de juegos, esperando que SeokJin ya estuviera allí, preparando todo. Por lo general estaba los sábados.
Pensé que estaba llegando tarde, así que puse las sillas en un círculo como él normalmente las quería. Había pasado mucho tiempo con Jin en los últimos dos meses y casi no había sabido que llegara tarde, pero nunca me había enterado de que se perdiera un show, así que eso tenía que ser.
Solo había movido tres o cuatro cuando entró Jihyo.
─ Jin no vendrá hoy, cariño ─dijo con su dulce voz.
Se me ocurrió, en los últimos dos meses, que ella era la única persona en la que podía pensar ─aparte de Jin─ que no solo toleraba, sino que me gustaba en cierto modo. Mucha gente usa el "querido" o "cariño" o algo por el estilo, pero a diferencia de todos los demás que conocía, ella no sonaba falsa. Realmente parecía preocuparse por todos los niños, por Jin... incluso por mí.
Pero eso no respondía por qué SeokJin no vendría hoy.
─ ¿Por qué? ─Sabía que estaba programado para un tratamiento el día anterior, pero eso nunca lo había detenido para alejarlo de los niños antes. Hubo momentos en que parecía que todo lo que podía hacer era sentarse y leerles, pero siempre hacía tiempo para ellos. Por supuesto, solo lo había conocido por dos meses, pero eso era obvio─. ¿Qué pasó?
Ella intentó sonreír.
─ Esta ronda de tratamientos parece estar dándole un poco más duro.
─ ¿Tanto como para decepcionar a los niños? ─Todavía estaba incrédulo─. Eso no suena como SeokJin.
─ No es él mismo ─ella estuvo de acuerdo─. Pero hoy pasó. ─Miró las sillas─. Puedes continuar y poner esto de vuelta, y comenzar con la lista que tenía para que hicieras después de que Jin terminara sus shows aquí y en el pabellón de neuro. —Allí había niños con tumores cerebrales y distrofia muscular y un grupo de otras cosas que me habían dicho pero que no recordaba. También había estado yendo allí con Jin, y por lo general él trataba de llegar al menos a dos salas los sábados y a la otra el domingo. Dijo que quería que yo conociera a todos los niños. No sé por qué, pero eso pareció ser importante para él.
─ ¿No puedo ir a verlo? ─Solté─. Sé que técnicamente estoy asignado a esta sala, pero he ido a las otras con Jin para ayudar con los otros pacientes. Él es un paciente, así que ¿puedo ir a ayudarlo?
No sabía por qué era tan importante para mí, pero realmente lo era. Tenía que verlo. Tenía que saber que estaba bien, o al menos que estaba o iba a estar bien.
─ No creo que quiera que alguien lo vea en este momento, cariño.
─ ¿Puedo ir a verlo? ¿Por favor? Por favor... —No recordaba la última vez que había usado esa palabra y no quise decirla sarcásticamente—. Si él no me quiere ahí, me iré. Pero al menos tengo que comprobarlo.
Aceptó a regañadientes, pero me dijo que volviera directamente aquí si él no quería compañía.
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