Capítulo 19

Esperen... ¿Qué dijo?, ¿era posible?

—Jane, ¿recuerdas lo que te estoy diciendo?—preguntó Jenny al teléfono.

Antes no, antes, aquello me parecía que era un imposible. Una loca imaginación, un eterno y trágico sueño. Pero, si alguien compartía lo mismo... ¡Lo hacía real!

Y así fue como un torbellino de recuerdos y memorias llegó a mi cabeza, omiti la tortura que pasé en el hospital y volví a sentir a Paul. ¡Era real! Él no era ningún fantasma. Y yo no estaba loca ni enferma.

Eso me hizo sentir muy enojada por toda la mierda que me hicieron durante cuatro años.

—S-sí, lo recuerdo muy bien—dije pesadamente.

—Escucha, yo sabía que efectivamente había un fantasma. Lo sé.

—Y... ¿Dejaste que me jodería yo solita?

—Jane, no es nada normal que grites por los mil vientos que ves a un fantasma.

—Lo sé... Pero, ¿cómo puedes asegurar que Paul es un fantasma?

—Jane, lo siento. Es que... Es algo que apenas vi.

—¿Qué?

—Me lo dijeron apenas.

—Apuesto a que sabías que Linda asesinó a Paul...

—¡Sí! Pero yo, al igual que tú, no tenía pruebas. Solamente que yo no podía hacer todo un circo mediático como tú.

—Yo defendí lo correcto.

—A costa de tu vida.

—No me importa en lo absoluto, ya dime lo esencial. ¿Cómo sabes que Linda asesinó a Paul?

Dijiste que tenías pruebas, ¡habla!

—Escucha...

"Yo sabía eso, porque Paul me lo dijo desde antes. Pero no hice nada por él. Por décadas creí que no había ninguna prueba a su favor. Así que accedí a callar por eso mismo. Fue una idiotez hacerlo.

Como sabrás, Linda mandó a destruir y estallar la casa. Pero todos los objetos me los dieron a mí, más bien, yo luché para obtener esos objetos. Me los dieron sin problemas ni complicaciones, pero no tenían un valor real para mí. Así que las dejé en mi ático. Esto sucedió después de que te condenaron, y lo lamento tanto por haberlo hecho así, pero no tuve oportunidad para revisarlo, hasta hoy.

Recuerdo y nunca fui inconsciente del problema que tenías. Así que busqué en esas cajas, y encontré lo más impresionante. ¡La prueba definitiva de que tenías razón en todo!"

¿Era posible lo que Jenny me decía? Mi corazón latía a mil por hora, era tan impresionante y repentino. ¿Cuál esa era prueba? Debía saberlo ¡Ya!

—¡Habla! No me dejes con esta tensión, te lo pido y ruego.

—Muy bien, yo nunca había sabido que los dueños de la casa, los que estuvieron antes de Linda y Paul...

—¿Ellos qué?

—Ellos... Eran muy devotos de la seguridad y tecnología. Murieron en un accidente automovilístico, así que nunca me dijeron ni comentaron que...

—¿Qué?

—Que pusieron cámaras en la casa. Y una de ellas captó el momento en que Linda ahogó a Paul.

Eso me erizó la piel, ¿podía ser cierto? Me limpié los oídos tan sólo para asegurarme de que estaba escuchando atentamente.

—¿Es de verdad?

—Totalmente, ven para que lo veas tú misma.

—Voy para allá.

Colgué el teléfono, me puse mis zapatos negros, no tomé nada más. Corrí hecha una furia hasta la salida de mi casa.

—¡Madre! Tengo que salir, vuelvo en un momento.

—¿Qué pasa?

—¡La verdad volvió a resplandecer! Es maravilloso, vuelvo en seguida. Voy a la casa de Jenny Boyd.

—¡Jane!

Fue lo último que alcancé a escuchar antes de correr histéricamente hasta la casa de Jenny.

(...)

—¡Déjame verlo!

Fue lo primero que exclamé al entrar y al ver a Jenny.

—Ven, lo veremos en el VHS.

Y así, en su pequeña y pesada televisión, pude contemplar lo que Paul me había dicho. La cámara estaba escondida en el rincón más lejano de la pared, pero se podía ver perfectamente todo. Era terrible e impresionante a la vez, mis ojos se hacían cada vez más grandes al momento en que se seguía transmitiendo todo.

Desde que Paul prepara la ducha, pone el tocadiscos. ¡Hasta suena la canción de "Georgy Girl"! Es increíble ver cuanta precisión detallo Paul todo.

Y sí, llegó el triste momento en el que Linda empezó a ahogar a Paul, puso sus dos manos sobre su pequeño pecho. Ella se fue, y el cuerpo de Paul quedó flotando.

Unos momentos después, volvió Linda a escena, tenía unas jeringas y más cosas. Inyectó unas en el brazo de Paul, ¡que desgraciada! El vídeo quedó así, hasta que se escucharon los gritos y sollozos de Linda, que decían que su esposo había tenido una sobredosis.

—¡Mentirosa!—dije al ver esto último.

Jenny adelantó la cinta, y sí, se escuchó también como ella quedó de acuerdo con ese desgraciado doctor que hizo el peritaje y dijo que esa había sido la causa de muerte, la sobredosis.

Y la cámara también captó a Paul fantasma, pero ya no se pudo ver en mejor calidad.

—Es claro que eso no se puede mostrar, no lo creerían—dijo Jenny—, pero tenemos lo vital, se ve clara y perfectamente como Linda mató a Paul.

—Sí, lo sé—expresé desesperada.

—Es un colmo esa mujer, ¡con esto la vamos a refundir!

—No... No puede pagar sólo con la cárcel, ¡ella le quitó la vida a Paul!

—¿Qué quieres decir?

—Que es hora de que alguien le quite la suya.

Salí antes de que Jenny me dijera algo, sostuve el cuchillo que encontré en su cocina, y estaba dispuesta a ir a cualquier lado del mundo con tal de hacer pagar a Linda todo lo que me hizo. Todo lo que nos hizo, está será la manera en la que Paul tendrá justicia.

Justicia divina, no será ningún problema para mí hacer que los dioses la hagan pagar.

(...)

Cyntha Lennon's POV

Nos sentimos muy decepcionados y deprimidos cuando Paul no nos dio ninguna buena respuesta a nuestro favor. Era absurdo, ¿qué podíamos hacer por Jane? ¿Llorar todo el tiempo? Imposible.

Ninguno de nosotros quería admitir que Jane estaba en un pozo profundo y sin solución, era algo que no queríamos hacer, así que permanecimos callados hasta que llegamos a la casa de Margaret Asher, para dejar a Peter.

—¿No quieren ver a Jane? —nos preguntó cuándo bajó del auto.

—Peter, por supuesto que queremos. Pero nos sentimos algo deprimidas, mejor venimos después.

Justo cuando ya iba a seguir conduciendo, salió la señora Margaret, se veía nerviosa, y caminaba con movimientos precipitados.

—Chicas, hola.

—Mamá, ¿cómo está Jane?

—No lo sé, ella fue a casa de Jenny Boyd.

—¿Qué?—pregunté sorprendida— ¿Por qué?

—No lo sé, todo fue muy extraño. Ella dijo que la verdad al fin sería descubierta, fue muy extraño.

—Esto no me huele bien—Peter volvió a entrar al auto—, ¡vamos a la casa de Jenny! Algo malo pudo haber sucedido.

Yo también apoyé la decisión de Peter, así que conduje hasta la nueva casa de Jenny. Yo no sabía en donde vivía, pero las instrucciones de Pattie fueron más que suficientes.

—Yo voy—dijo ella y bajó del coche.

Tocó firmemente la puerta, y no esperó mucho para que ella abriera.

—Jenny, ¿está Jane aquí?

—Chicos—nos miró a todos en cuanto salimos del auto—, tengo algo muy importante que decirles.

—Te oímos—especifiqué.

—Encontré antiguas cámaras en la casa, ¡Jane estaba en lo correcto! Linda asesinó a Paul, y hay pruebas.

Todos sentimos una tremenda felicidad al oír esto, fue como si me hubiera quitado un peso de encima. Es fenomenal, nunca había sentido tanta paz.

—¿De verdad?—preguntamos al unísono.

—¡Sí!

Todos celebramos dando brinquitos por toda la acera, era maravilloso. ¡Increíble! ¿Cómo pudieron cambiar las cosas de esa manera? Maravilloso.

—P-pero... Jane se fue, y acabo de revisar que se llevó un cuchillo gigante.

Eso arruinó nuestra felicidad.

—¿Qué?—cuestionó Maureen.

—Sí, y creo que me dijo indirectamente que quería matar a Linda.

—No, no—dije horrorizada— ¡Eso podría ser fatal!

—¡Tenemos que detenerla!—gritó Pattie.

—Maureen, quédate en casa—le di a Julian—, quédate aquí. Peter y yo iremos inmediatamente a la casa de Linda.

—Jenny, ¡vamos! Tenemos que mostrar las pruebas a la policía, ¿tienes los vídeos? —dijo Pattie

—Sí, sí—respondió ajetreada.

—Muy bien. ¡Vamos para allá!

Conduje, conduje sin despegar mi vista de en frente. Peter se veía preocupado por mí, pero eso no importaba. ¡Íbamos a enloquecer si Jane hacía algo en contra de Linda! Llegamos casi volando a la casa de Linda, Peter hasta estaba mareado, la noche ya había caído en la ciudad. Nos concentramos en buscar a Jane, ¡ahí estaba!

Salimos corriendo del coche, y la detuvimos. Estaba viendo y vigilando la puerta de Linda, Peter la tomó de la espalda, efectivamente, ella sí tenía un cuchillo.

—¡Detente! No lo hagas, por todo lo que quieras, ¡no lo hagas!—gritó Peter.

—No... No... ¡Suéltenme! Debo hacerlo, ella le quitó la vida a Paul, ¡y yo haré lo mismo!—gritaba y quería soltarse.

—No, no, escucha...—dije para tranquilizarla, la miré de frente y le tiré el cuchillo— ¡Se hará justicia!

—¡La única justicia es que ella se muera!

—Mira, mira. ¡Tranquila!—exclamó Peter.

Justamente, iba llegando la policía. Pattie y Jenny estaban a su lado.

—¡Observa!—señalé.

Exacto, el comandante Gilmour ya estaba haciendo su esperada acción.

—Señora McCartney, está detenida por el presunto asesinato de su esposo, Paul McCartney.

—¿Qué?—preguntó impresionada— No... No, debe ser un terrible error. ¡Ya he demostrado que se equivocan!

—Ya la verdad está presente, arréstenla—ordenó.

Fue algo impresionante, Linda forcejeaba y no quería que la detuvieran. Pero todos contemplamos como entraba a la patrulla, entre gritos y somnolencia.

Jane no podía creerlo, se puso de rodillas y empezó a llorar. Pero descuiden, eran lágrimas de victoria.

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