Pt. 2

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– ¿Qué?

Beomgyu estaba en duda, no le creía tanto, pero tampoco pensaba que fuera mentira del todo. Incluso Heeseung se veía sorprendido.

– No pienso explicarte frente a ese idiota.

Beomgyu frunció el ceño. No estaba convencido, mucho menos le parecía que insultara a su amigo sólo por contarle algo que no sabía a ciencia cierta si era verdad.

– No le creas, Beomie, seguro quieren aprovechar tu preocupación para usarte otra vez.

— ¿Usarlo? Pareces saber mucho de eso, Lee. ¿Algo que quieras contar?

La expresión de Heeseung se endureció– Eres un...

– ¡Cállense! No pienso hablar con ninguno de ustedes ya, se están comportando como tontos – dicho esto se fue corriendo lejos de ellos.

– Esto no se queda así, Yeonjun.

– ¿Qué tramas, Lee?

– Eso no te importa – al igual que Beomgyu, se fue corriendo a otra parte, dejando a Yeonjun frustrado y preocupado.

Beomgyu había decidido huir a la biblioteca, lugar que alguna vez había sido su refugio y lugar seguro, aunque claro, ahora no sentía más que dolor estando ahí. Al llegar ahí fue al pequeño rincón que Soobin y él utilizaban para pasar el rato y leer. Apenas se sentó, se abrazó a sí mismo y sintió sus ojos picar. Se sentía tan solo a pesar de tener algunos amigos, deseaba que no le hubieran mentido... o que no le hubieran dicho la verdad, aunque todo fuera una mentira, al menos había sido una hermosa mentira.

Antes de que las lágrimas cayeran por sus mejillas, sintió una mano en su hombro y se exaltó.

– Lo siento, no quería asustarte– Beomgyu suspiró aliviado al notar que sólo era Kai que se había sentado junto a él.

– No te preocupes...

– Sabía que estarías aquí, raro porque hace muchísimo que ni siquiera mencionas la biblioteca – notó cómo su amigo desviaba la mirada y suavizó su voz – ¿lo extrañas?

– Como no tienes idea – suspiró y se obligó a no llorar, Kai le dio algunas palmadas en la espalda y miró a otro lado para no cohibirlo.

– Hoy hablé con Taehyun – soltó repentinamente y Beomgyu lo miró confundido.

– ¿De verdad?

– Sí... y me explicó todo – antes de que Beomgyu dijera algo, volvió a hablar – Antes de que preguntes, no lo he perdonado, no me corresponde sabiendo que tú no has escuchado nada y tampoco te voy a obligar a hacerlo.

– Yo... no lo sé, Yeonjun me dijo algo y no estoy muy seguro de que sea real. Tengo miedo, Kai.

– Oh, ¿ya te dijo? – Beomgyu asintió.

– ¿Lo crees?

– Las miradas no mienten, Tae no es la persona más expresiva del mundo, pero sus ojos me dijeron la verdad.

– ¿Realmente arreglaron las cosas así nada más?

– Nada es más fuerte que un corazón que ama – Beomgyu bajó la mirada– Beom, yo sé que estás herido. Hay muchas cosas que no me corresponden decirte, pero intenta escuchar. No lo hagas por nadie más, sino por ti, hay muchas cosas de las que necesitas respuesta y creo que saberlas te ayudará a decidir mucho mejor qué hacer.

– No quiero que sea cierto.

– Yo tampoco.

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Después de hablar con Kai, decidió buscar a Yeonjun otra vez. Lo encontró sentado fuera de la habitación de Soobin. Se veía devastado, cosa que lo puso nervioso.

– Yeonjun Hyung.

El mayor se sobre saltó al oír su voz, pero se sintió muy aliviado al notar que era su menor.

– Beomgyu... viniste.

– ¿Qué le pasó a Soobin? – Yeonjun volvió a su mirada preocupada y se levantó del suelo.

– Por favor no pienses que esto es para hacerte sentir culpable. Nunca había pasado algo así – le hizo señas con la mano para que lo siguiera, Beomgyu hizo lo que le decía. El mayor abrió la puerta con cuidado– Después del... incidente, Soobin comenzó a llorar.

Los ojos de Beomgyu se abrieron grandes. ¿Llorar? ¿Soobin?

– Sé lo que piensas, ¿cómo puede ser que Soobin llore? – finalmente abrió la puerta de la habitación y entró, Beomgyu le siguió.

Apenas entraron notó cómo el lugar estaba cubierto por una especie de neblina color magenta, brillaba mucho por lo que asumió que era magia. Su vista siguió la niebla que parecía marcar el camino hacia...

– ¡Soobin! – corrió hacia la cama en donde se encontraba el mayor, inconsciente, no parecía muerto. Era como si estuviera en un sueño muy profundo. Lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. No era mentira.

– El hechizo se rompió de repente. Nunca habíamos visto a Soobin triste por obvias razones, pero estaba devastado. Primero no quería levantarse, ni comer. No salía para nada, hasta que un día llegamos y lo encontramos... así.

Beomgyu tuvo que cubrirse la boca para no sollozar.

– La emoción fue muy fuerte para él, de repente sentir todo lo que en su vida había sentido parece haberlo llevado a un estado de fuera de servicio o algo así, lo que ves en el cuarto es su magia, supongo que es lo que lo mantiene vivo, pero no tenemos ni idea de qué hacer. Entiendo si no nos perdonas, pero realmente eres la única persona que tiene la habilidad suficiente para ayudarlo. Yo sé que igual tienes muchas preguntas, te prometo que en su momento estamos dispuestos a darte las respuestas.

Beomgyu podía ver la desesperación de Yeonjun, claro que lo entendía, era su mejor amigo. Podrá estar enojado, pero ama demasiado a Soobin como para verlo simplemente desvanecerse. Debía salvarlo.

– Lo intentaré.

– Gracias, Beomgyu, realmente muchas gracias – Beomgyu no respondió, sólo bajó la mirada y Yeonjun suspiró.

– Esto no es tu culpa, es la nuestra.

– Lo sé.

Beomgyu sabía que no iba a ser fácil, pero al menos tenía una idea de qué hacer.

Tocó cuidadosamente la puerta del salón y enseguida una voz le indicó que pase.

– Buenas tardes, profesor Kim.

– Buenas tardes, joven Choi, ¿en qué puedo ayudarle? – la voz grave y seria del maestro resonó en sus oídos, causándole más nervios.

– Soy amigo de su hijo, yo... necesito su ayuda – dijo en voz baja mientras caminaba hacia su escritorio. El maestro alzó una ceja.

– ¿De mi hijo? ¿Y qué cosa puede ser tan importante como para requerir mi ayuda? ¿Acaso se metió en problemas?

– No... ojalá fuera eso – murmuró para sí mismo cabizbajo, luego tomó una bocanada de aire y se armó de valor – Su hijo se encuentra en este momento sumido en un sueño temporal debido a la sobre carga de emociones dentro de su ser, necesito de su apoyo para proporcionarme los ingredientes para poder hacer la poción que me ayudará a hacerlo despertar.

– ¿Sobre carga de emociones dices? Claro, cómo si eso fuera posible – respondió el mayor con ironía y se levantó de su lugar, parecía no estar interesado en el asunto a pesar de decirle que su hijo se encontraba en un estado alarmante.

– Sí, el hechizo al cual estaba sometido de alguna forma se ha roto. Por favor, profesor, es de suma importancia, ¿no le importa su hijo siquiera un poco? – su voz se notaba ligeramente irritada, ¿cómo podía importarle tan poco?

– ¿Y quién te ha dicho de ese dichoso hechizo? – aunque intentaba intimidarlo, Beomgyu se mantuvo firme.

– Él mismo, señor. Entiendo que esté enfadado, pero ¿Por qué enojarse con él por algo que a fin de cuentas ni siquiera es su culpa? Él no pidió ser hechizado, mucho menos que no haya hecho lo mínimo por apoyarlo en ello. Soobin se ha esforzado mucho por aprender a sentir, y todo eso lo ha hecho con nuestro apoyo, de sus amigos. ¡Deje de actuar como un simple tutor suyo y compórtese como un padre! – habló con notorio enojo, poco le importaba si le mandaban algún reporte, o que lo reprobaban, en este momento Soobin era su prioridad.

El mayor se veía irritado por sus palabras, pero sabía que había dado en el clavo.

– ¿Y quién eres tú como para venir a pedirme que te ayude?

Beomgyu lo miró confundido. Dudó un momento sobre qué decir, hasta que decidió ser sincero.

– Señor yo amo mucho a su hijo, y daría lo que fuera por verlo bien de nuevo. Si no le interesa, ¡perfecto! Pero por lo menos deme la oportunidad de salvarlo – decirlo en voz alta le causó sentimiento, por lo que borró cualquier rastro de lágrimas.

El mayor lo miró con la misma expresión firme y le dio la espalda. Beomgyu sintió que se le iba el aire hasta que volvió a hablar.

– Toma todo lo que requieras, el salón es tuyo.

Cosas mejores vendrán dicen por ahí jeje😸