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Después de retirarse del comedor, Soobin sentía que un peso había sido retirado de sus hombros. Ahora mismo, iba camino a su clase, sí, pero antes quería asegurarse de que Yeonjun recibiera sus más sinceras disculpas. Cuando llegó al salón de la clase que les correspondía, encontró a sus tres amigos juntos, cosa que le sorprendió porque tenía algo de tiempo que Heeseung no se aparecía. Aún tenía ese mal sabor de boca sobre la mentira que le dijo a Beomgyu, pero ya tendría tiempo de hablar con él.

Se acercó a los tres y saludó con la mano.

– Hola chicos, extrañaba verlos juntos.

– ¡Miren quién apareció! Ni siquiera un gracias nos das por haber incitado tu acercamiento a tu nuevo mejor amigo – habló Taehyun en su usual tono pasivo-agresivo.

– Ya, perdón chicos... de hecho me gustaría hablar con ustedes de eso, pero en este momento tengo que decirle algo a Yeonjun, ¿nos permiten un momento?

Heeseung en ningún momento dijo nada, pero asintió y se fue a sentar junto con Taehyun a otro lado. En cuanto estuvieron solos, Yeonjun lo miró enarcando una ceja y cruzando los brazos.

– ¿Y luego?

– No me mires así... quería pedirte perdón por no hacerte caso.

– ¿Sólo por eso?– reprimió una sonrisa, se le hacía muy divertido ver a su amigo apenado.

– Bien – rodó los ojos– perdón por ser un tonto, por ser necio, por enojarme contigo, por ser mal amigo, por-

– Ya, ya. Basta, tampoco era humillarte– comenzó a reír finalmente y luego extendió sus brazos. – Ven aquí.

Entendió el gesto y lo abrazó con poca fuerza mientras que Yeonjun le daba algunas palmaditas en la cabeza.

– Eres un tonto, pero te quiero mucho. Te perdono, sobre todo porque me doy cuenta de que estás aprendiendo mucho– limpió una lágrima falsa – ¡Estoy tan orgulloso!

– Hyung, ya. Muchas gracias... la verdad es que me empecé a dar cuenta de muchas cosas gracias a las conversaciones que hemos tenido.

– ¿Qué te puedo decir? Soy el mejor amigo del mundo– se separaron del abrazo y entonces Soobin bajó un poco la voz.

– Lo eres... y por eso quiero hablar contigo de algo sobre Hee, pero ya será luego – Yeonjun lo miró extrañado.

– ¿Sobre Hee?

– Sí, pero shh, ya vienen de regreso.

– Ya tardaron mucho, ¿se estaban confesando o qué? – bromeó Taehyun mientras tomaba su asiento previo junto a ellos.

– Sólo les faltó el beso – finalmente habló Heeseung, tomando asiento junto a Taehyun. El comentario que hizo le pareció algo fuera de lugar a ambos, pero decidieron ignorarlo.

Todos tomaron sus respectivos asientos y la clase dio inicio con normalidad, mientras tanto Soobin pensaba en cómo confrontar a Heeseung sobre el asunto de Beomgyu.

Las clases terminaron un poco más temprano que de costumbre porque el clima se había puesto algo feo y la clase que seguía era al aire libre, Soobin decidió que aprovecharía ese intermedio para hablar con Heeseung. Lo buscó por un rato hasta que lo encontró, frunció el ceño al notar que estaba en el pasillo camino a la biblioteca de nuevo, aunque su expresión cambió a una de confusión cuando notó que estaba junto a otros dos chicos y una chica.

Caminó hacia ellos en silencio, acercándose de a poco para ver si lograba escuchar su conversación, para su desgracia, la chica notó su presencia y llamó la atención de los otros, haciendo a Soobin pretender que sólo caminaba por ahí.

– ¿Soobin?– lo llamó Heeseung.

– Eh, hola Hee, qué coincidencia, justo quería hablar contigo– sonrió falsamente y luego se giró hacia los presentes, notando entonces que la chica de antes era sólo la hermana de Taehyun– Oh, Haerin, hola.

Hizo una breve reverencia hacia ella y a los demás, todos se la devolvieron, pero no pudo evitar notar sus expresiones de desprecio, eran sutiles, pero las podía notar.

– Hola, hace tiempo no me topaba contigo.

– Digo lo mismo, ¿quienes son sus amigos? – habló lo más amable que pudo, aunque sólo quería que se fueran ya para hablar con Heeseung y luego ver a Beomgyu.

– Es cierto, fue muy grosero de mi parte– habló Heeseung al fin, se le veía algo irritado– Ellos son Sunghoon, Jaeyun y Jongseong– señaló a cada uno y estos saludaron con la mano, pero en ningún momento le dirigieron la palabra, cosa que al final agradeció porque no tenía muchas ganas de entablar una conversación.

– Ya veo, mucho gusto, probablemente ya me conocen, soy Soobin.

– Vaya que sí, eres muy popular por aquí. En fin, ¿qué te trae por aquí?

– Podría preguntarte lo mismo– murmuró para sí mismo.

– ¿Eh?

– Que pues, justo te buscaba porque quiero hablar contigo – miró a los presentes– ¿nos permiten un momento?

Ellos asintieron y se fueron caminando, los chicos por un lado y Haerin por otro. Heeseung los miró irse y luego miró a Soobin.

– ¿Y entonces?

– ¿Desde cuando te llevas con ellos?– dejó que su curiosidad le gane, se le hacía muy raro verlo hablando con otras personas, sólo lo había visto convivir con la hermana de Taehyun mucho antes fe conocerse, pero hasta ahí.

– ¿Importa? Sólo los conocí en el taller de adivinación, nos hicimos cercanos de forma inesperada– se encogió de hombros.

– Ya veo. Bueno, no es para lo que te buscaba.

– Ajá.

– ¿Por qué le mentiste a Beomgyu?

– ¿Perdona?

– Tú sabes de lo que hablo, ¿por qué le dijiste que no iba a verlo?

– Ah, eso – se rió un poco– ¿era mentira? Disculpa, habré visto mal. Según yo, cuando te vi estabas hablando muy a gusto con Yeonjun, tal vez me equivoqué. Discúlpame.

Soobin no le creía ni un poco, pero tampoco tenía ganas de pelear con él– Está bien, pero no vuelvas a decir cosas de las que no estás seguro, Beomgyu es... es fácil de engañar y no quiero que le causes problemas, ¿sí?

– Claro – sólo le sonrió despreocupado, pero de forma arrogante, entonces notó que detrás de él se acercaba una figura familiar– hablando de tu principito.

Soobin se giró confundido y notó que Beomgyu se acercaba– Genial. Bueno esta conversación no ha terminado, Beomgyu y yo tenemos cosas que hacer.

– Como digas.

El menor llegó donde ambos estaban, con una sonrisa en su rostro.

– ¡Hola chicos! Qué raro verlos aquí juntos, ¿estaban platicando?

– Hm, sí, pero no te preocupes. Los dejo solos, ya debo irme– empezó a caminar mientras se despedía con la mano– Adiós, Beomie.

El más alto frunció el ceño ante el apodo que su amigo había usado con Beomgyu, pero intentó cambiar su expresión rápidamente.

– ¿Beomie? – le preguntó fingiendo confusión, porque definitivamente no era nada más.

– ¿Sí? – respondió, hasta que se dio cuenta de a qué se refería y su cara enrojeció – ¡Perdona! Sí, empezó a usar ese apodo de repente, es raro.

– Ya veo... pero el mío es mejor, ¿verdad?– sonrió y empezó a caminar hacia la puerta de la biblioteca, siendo seguido por Beomgyu.

– Claro que sí – pero no le dijo que en el momento en el que el mismo apodo salió de sus labios, sintió su corazón dar un vuelco en su pecho.