Sharingan Eterno
P.O.V. Obito
A pesar de haber dejado marchar a Laura, seguía pensando que no debía ir sola. Aunque estuviera acompañada de Nagato, pensar que podría salir malherida si algo pasaba, me ponía demasiado nervioso.
Sentía a Itachi seguirme, pero seguía habiendo esa incomodidad de estar solos. Él aún desconfiaba de mí, recordando el día de la masacre Uchiha. Sabía que Laura pensaba que todo saldría como ella quería, pero no era así. Era demasiado complicado. Cuando el mundo sabe todo lo que has hecho, es muy difícil cambiarlo. Lo decía tanto por Itachi como por mí.
A Itachi lo habrían echado aunque supieran que lo hizo por el bien de la aldea, pero murió. Mientras que conmigo... he causado muchos desastres. Está claro que no me van a perdonar tan fácilmente.
Finalmente, llegamos a la cueva. Le ordené a Itachi que me siguiera tras unos metros, por si se diera el caso de que Zetsu siguiera acompañando a Sasuke. Él asintió de acuerdo y comencé a entrar en la cueva, buscando a Zetsu. Cuando llegué al final del pasillo, vi a Sasuke sentado en un escalón y a Zetsu vigilándolo.
—Zetsu, Sasuke—los llamé.
—Tobi... ¿No deberías estar en la guerra?
—Sí, debería. Quería saber cómo estaban las cosas por aquí antes de despreocuparme. Zetsu, quiero hablar contigo a solas.
—Bien—habló no muy convencido.
Salió de la tierra y me miró desconfiado, pero decidí no hacer caso de su mirada oscura. Nos adentramos por otro pasillo y dejé que Itachi hablara con su hermano a solas. En cuanto estuvimos solos, giré mi cabeza para verlo de reojo.
—¿Cuál es tu verdadero plan, Zetsu?
—¿A qué te refieres?—preguntó Zetsu Negro.
—Es la voluntad de Madara, su plan es el mismo que el suyo. Hay que conseguir completar el Tsukuyomi Infinito y lograr la paz eterna—siguió Zetsu Blanco.
—Hay algo que no me estás diciendo. ¿Qué es? ¿Por qué desconfías tanto aun sabiendo que voy a seguir con el plan hasta el final?
Pude notar su mirada fría hacia mí y, rápidamente, comenzó a meterse en el suelo pero lo cogí del cuello. Apreté con fuerza ahogándolo y lo levanté sacándolo de la tierra. Había conseguido de la capa de Kabuto un pequeño frasco de veneno, así que lo inyecté en él. A los pocos segundos, sentí cómo empezaba a tiritar por el dolor.
—Cuéntame lo que pretendes hacer. ¿En qué te beneficia a ti esta guerra?
—Maldito... ¿Qué vas a hacerme?
—Matarte.
—No lo vas a conseguir—dijo Zetsu Negro sonriendo cínicamente.
Fruncí el ceño enfadado y apreté aún más mi agarre, pero sentí que algo subía por mi brazo. Al saber que Zetsu Negro intentaba poseer mi cuerpo, lo dejé caer, haciendo que se metiera en la tierra antes de que pudiera volver a cogerlo. Maldije por eso y salí de la habitación.
P.O.V. Itachi
Cuando vi que Madara y Zetsu se adentraron aún más en la cueva, comencé a caminar hasta encontrarme con Sasuke. Él estaba sentado, apoyando sus brazos en sus rodillas, molesto. Me acerqué a él y escuchó mis pasos. Tenía que admitir que estaba nervioso. Aquella chica me había dado un pequeño empujón para que le contara la verdad, pero visto lo visto, seguía pensándolo.
—¿Quién hay ahí? ¿Eres tú, Zetsu?
Suspiré.
—No, Sasuke... No soy Zetsu...
Él se sorprendió al escucharme y levantó la cabeza en mi dirección.
—¿Itachi? ¡No! ¡Mi hermano está muerto!, así que, quién quiera que seas, no me gusta esta bromita.
—No es ninguna broma... Pero piensa lo que quieras. Venía a hablar contigo pero veo que no estás en condiciones.
Él se levantó un poco torpe por su pequeño tropiezo, pero alargó el brazo, llegando unos centímetros de mí.
—Espera, no... no te vayas. ¿De verdad eres tú?—preguntó entrecortado.
—Me han revivido por el Edo Tensei. En un principio no iba a venir, pero me hicieron cambiar de opinión...
—¿Quién?—preguntó, demandante.
—Eso no importa ahora...
El silencio apareció. Ninguno de nosotros hablaba, quizás estábamos demasiado nerviosos como para decir algo sin saber cómo reaccionaría el otro. Noté que dejaba caer los hombros, afligido, y levantaba la cabeza.
—Yo... ¡Tengo un montón de cosas que preguntarte!
Respiré hondo. Precisamente por esto no quería hablar con él, pero se lo debía. Al parecer, Madara le había convencido para trasplantarle mis ojos.
—¿¡Por qué me mentiste!?¿¡Por qué no tienes el valor de decirme la verdad!?
No contesté.
—¡Ya lo sé todo sobre ti! ¡Ese es el motivo por el que he decidido destruir Konoha!
—Ya te lo dije cuando luchamos... La gente vive dentro de sus convicciones... Si piensas de esa manera, si tu verdad es sólo una ilusión... Entonces la verdad sobre mí es...
—¡Ya no estoy en una ilusión! ¡Puedo ver a través de tu genjutsu! ¡Porque éstos son tus ojos!—dijo señalando a la venda.
Recordé las palabras de Laura. Mi hermano iba a tomar venganza contra Konoha, por mi culpa.
—Tu confianza cuando hablas no ha cambiado, pero... ella me dijo lo que has hecho hasta ahora. Has cambiado...
—¡No es cierto! ¡Tú eres el que me cambiaste! Yo debería de estar muerto...—habló mientras apretaba los puños con fuerza—. ¡Se suponía que tenías que matarme a mí y a nuestros padres! Y entonces...
Sentí mis ojos aguarse ante las palabras de mi hermano. No me gustaba recordar mi pasado, la causa de mi marcha... el odio de mi hermano. Tenía que hacerlo...
—¿¡Por qué fui yo el único en sobrevivir!? ¿¡Por qué soy diferente a nuestro padre o madre!?
—No sabías nada de lo que estaba pasando en esos momentos. No sabías nada sobre la falsa idea del clan Uchiha... Eras sólo un niño. Además, no sólo fue por tu bien, también pensé que algún día yo sería juzgado por los crímenes que cometí... por un Uchiha como tú. Por eso mismo usé el odio dentro de ti y... ese es el motivo por el que fallé. La única cosa que hice fue darte todo el odio y hacer que abandonaras la aldea... Te convertí en un criminal...
>Deseaba que hubieras caminado por el camino correcto y desde que morí, estás caminando por el incorrecto. Te metiste en un camino sin posible salida. Quería reescribir las indicaciones en tu camino con mis mentiras y esfuerzos...
—¡No quiero ir por ese camino! ¡No necesito tus indicaciones!—dijo enfadado.
—No son precisamente las indicaciones las que te guían, Sasuke—dije recordando a Naruto.
Él se sorprendió por ello, pero parecía aún enfadado. Levantó sus manos y comenzó a quitarse las vendas de sus ojos. Iba a decirle que no lo hiciera, pero seguramente no me haría caso. Pestañeó un par de veces, intentando enfocar la vista, hasta que la levantó mirándome a la cara. Suspiré.
—Itachi... Tu siempre solías decirme "Más tarde, más tarde" y al final eran solo mentiras. Al menos esta vez... quiero que me digas la verdad.
Iba a decir que lo haría, pero mi mente se quedó bloqueada. Y en un momento, sentí que ya no tendría el control de mi cuerpo.
P.O.V. Obito
En cuanto llegué con Sasuke e Itachi, me di cuenta de que estaban hablando. Sin embargo, tenía un mal presentimiento. Noté que Itachi tenía la intención de hablar, pero se quedó quieto de repente.
—¿Itachi?—le preguntó Sasuke extrañado.
En un abrir y cerrar de ojos, Itachi le dio con el puño en el estómago a su hermano, enviándolo a la pared y haciendo que chocara con fuerza. Continuamente se disponía a hacer un jutsu de fuego, cuando volvió a quedarse parado.
Al verme, me miró preocupado.
—Kabuto...—habló con un ojo cerrado y el otro entreabierto por el dolor—. Parece que ha escapado...
¿Kabuto? ¡No! ¡Mierda, mierda, mierda! ¡Laura! Sin preocuparme por ellos, utilicé el kamui para llegar a la posición de Laura. Nagato alzaba su mano en su dirección y, en menos de un segundo, se llevó el pendiente de Laura y ella abrió los ojos de par en par antes de desmayarse.
—¡Laura!—grité.
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