Problemas
Narrador
Las cosas no estaban saliendo como se habían planeado. Los problemas iban aumentando y, en cada parte, tenían que lidiar con uno de ellos. No todas las divisiones luchaban ahora con los zetsus, sino que también se habían añadido los revividos del Edo Tensei. Los kages reflexionaban una y otra vez lo ocurrido en todas las divisiones. En el mismo momento, en todas las divisiones, los revividos se habían quedado paralizados durante varios segundos, para luego comenzar a atacar a la alianza.
—Según los pergaminos que nos entregaron cada escuadrón de Edo Tensei, decían que Yamato-san tenía apresado a Kabuto y que por eso mismo conservaban su voluntad—habló Shikaku—. Algo debió salir mal. ¿Y si Kabuto se ha escapado y a retomado el control del jutsu? Los revividos no tienen la culpa de esto.
—Pero en la División de Kakashi, nos han comunicado que ha aparecido Madara... el enmascarado—habló el Raikage furioso—. Él declaró la guerra.
—Pero al parecer, Madara ayudó al escuadrón de sellado a pararle los pies a los revividos—respondió el Tsuchikage sorprendido.
—Así es. De hecho, una persona que apareció con los revividos es alguien importante para Madara. En la División 3 creen que esa chica es la que permite que Madara sea así y no el enemigo principal. A parte de eso, nos ha asegurado que están en contra de Zetsu y que él es un enemigo en común que debemos evitar—siguió Shikaku.
Dos hombres entraron al Cuartel General a la vez. Los kage miraron hacia ellos, esperando que hablaran.
—Uno de los escuadrones del Edo Tensei tenía un pergamino especial que va dirigido a Shikaku Nara—dijo uno de ellos—. Otra noticia es que Killer B y Naruto han dejado la isla tortuga para entrar en batalla.
Tanto el Raikage como la Hokage se levantaron de la mesa asustados por la noticia. No podían dejar que ellos dos entraran en la guerra, cuando el objetivo eran ellos. Mientras tanto, Shikaku abría el pergamino y comenzaba a leer.
—¿Y tú qué noticias tienes?—preguntó la Mizukage al otro mensajero.
—Se requiere a la Hokage con urgencia en el Cuartel Médico. Es de parte de Sakura Haruno, Hokage-sama.
—¿Sakura? Espero que sea importante... A, tendrás que ir a buscar a Naruto y Killer B. En cuanto termine con lo mío, iré también.
—Bien.
Cada uno, se marchó a sus respectivas responsabilidades.
Mientras tanto, Itachi y Sasuke seguían peleando. El pequeño un poco reacio a hacerlo, pero al menos tenía que defenderse si no quería que lo matara. Hasta que llegó un momento de lucidez en Itachi.
—Sasu...ke... Vete...
—No, no me voy a ir... ¿Qué te pasa?
—Estoy bajo control de Kabuto... Pero parece... que lo ha dejado a un lado ahora...—habló haciendo el jutsu de invocación.
Un cuervo negro llegó volando. Una particularidad era que llevaba un sharingan en su ojo. Itachi usó en si mismo el Kotoamatsukami y respiró hondo aliviado. Ya no sentía esa presión en la cabeza.
—¿Qué has hecho?
—Usar el Kotoamatsukami de Shisui... para deshacerme del control del Edo Tensei...
—Entiendo...
—Tengo que ir a pararlo...—habló antes de empezar a correr hacia la salida de la cueva.
—¡Espera!—gritó Sasuke saliendo detrás de él—. ¡Itachi!
Al salir de la cueva, sintió dolor al darle la luz del sol en los ojos, así que tuvo que parar. Aun así, los abrió sin remedio y siguió a su hermano antes de perder su rastro. Saltó de rama en rama, siguiendo a Itachi, hasta que llegaron a una cueva.
Allí, Kabuto se encontraba sentado al lado de un tablero parecido al de ajedrez. Tenía esa sonrisa sádica que lo caracterizaba. A un lado, se encontraba Yamato, inconsciente, con una brecha en la cabeza y una serpiente rodeándolo mientras le introducía veneno en su interior.
—Vaya... qué sorpresa—rió—. Los dos hermanos Uchiha juntos. Itachi... ¿De verdad pensábais que me íbais a controlar a vuestro antojo? Esa niña... ¿Cómo se llamaba? ¿Laura? ¿Rin? Se piensa que puede hacer lo que quiera y le saldrá bien.
—Ella al menos está intentando salvar a los demás.
—Qué ingenuos—volvió a reír—. Una lección. Nadie puede remover este jutsu, así que nunca me preocuparé por eso. Espero que tengas alguna idea, porque aun muerto, el Edo Tensei seguirá funcionando. El único que puede detenerlo soy yo. ¡Así que no puedes matarme!—gritó y volvió a reírse, ésta vez a carcajadas—. Bien, como persona tímida, no me gusta que me miren a la cara.
Habló antes de enviar varias serpientes, provocando que los dos hermanos se pusieran en guardia.
En el Cuartel Médico, Tsunade entró rápidamente, buscando a Sakura. La pelirrosa se encontraba aplicando ninjutsu médico a una chica que no conocía, junto a Shizune y algunos ninjas médicos más. Lo más sorprendente no era que la llamaran para curar a una persona con urgencia, teniendo a miles y miles de personas de heridos graves, sino la presencia del enmascarado en una esquina de la habitación.
—¿Qué está pasando aquí?
—Tiene que ver esto, Tsunade-sama—le dijo Shizune—. Además, es un asunto importante. Al parecer ella es la que llegó con los revividos del Edo Tensei.
—¿Ella? ¿Entonces por eso está Madara aquí?—preguntó Tsunade un poco molesta, acercándose a la camilla.
La observó fijamente. Había algo raro en ella. No sólo estaba sudando por la fiebre, sino que en su piel podía ver pequeños puntitos extraños por todo su cuerpo. A parte, estaba demasiado pálida.
Comenzó a utilizar el ninjutsu en ella, para ver qué tenía, cuando, a medida que iba observando su cuerpo, abrió los ojos completamente aterrada. ¿Qué le había pasado? ¿Cómo había acabado de aquella manera? Tsunade miró al enmascarado con el ceño fruncido.
—¿Desde cuándo está así?
—Dos días.
—¿Fue de repente?
—Sí. Según una ninja médico que estuvo cuidándola el primer día, sus huesos crecieron tan rápido que sufrieron el cambio.
Tsunade confirmó lo dicho y revisó mejor intentando calcular cómo era de grave el problema de aquella chica.
—Esto es muy grave, la operación puede llevar horas y horas. No tenemos suficientes ninjas médicos. ¿Me puede explicar por qué esta persona es tan importante?
—Ella conoce lo que pasará en la guerra. Está intentando evitarla. Sin embargo, lo que había hecho hasta ahora, se ha desmoronado... Kabuto ha escapado y ahora controla a los Edo Tensei. Ella quiere ayudar a la alianza contra Zetsu.
—Me he enterado que no eres tú el peor enemigo, por lo que veo.
—No. Como Laura me dijo, Zetsu planea destruir el mundo por completo. Quiere llevarse el chakra de todas las personas del planeta para resucitar a la diosa Kaguya. Eso es todo lo que sé. No sé ni qué pasará, ni cuándo ni cómo.
La Hokage asintió, entendiendo la situación. Miró a la chica y suspiró. Iba a hacerlo. Si de verdad ella podía ser una solución a la guerra, tenían que sacarla adelante.
—Está bien, lo haremos. Pero tendrás que esperar fuera, quiero máxima concentración.
El enmascarado se incorporó y se fue en un vórtice de su kamui, dejando a las kunoichi y los demás ninjas médicos.
—Comencemos. Tenemos que terminar cuanto antes.
En el campo de batalla, cerca del País del Viento, se encontraba la Division 4, de Gaara. La aparición de Asuma y los demás revividos del Edo Tensei habían causado un poco de desconfianza y rechazo, pero finalmente, habían congeniado. Cuando Asuma sintió que había algo mal, avisó a Shikamaru antes de quedarse paralizado. Shikamaru avisó a los shinobi que se alejaran de ellos. Así comenzó la batalla entre ellos.
Lo peor de todo, fueron los kages. Los rivales eran bastante duros de roer, por lo que los ninjas se comunicaron con el Cuartel General para avisar de la necesidad de ayuda. Incluso llamaron al Raikage para luchar con su predecesor, sin embargo, estaba demasiado ocupado deteniendo a los jinchuriki.
—¡No irán a ninguna parte!
—Hermano, debes dejarnos pasar. Estaremos bien, promesa de Killer B que lo habré de vigilar—rapeó el jinchuriki.
—¿Has perdido la cabeza? ¡Esta guerra es para protegerlos a los dos! Si son capturados...
—¡...el enemigo completará su técnica y será el fin del mundo!—gritó Naruto—. ¡Eso ya me lo había dicho Iruka-sensei!
—¿Si lo sabes ya por qué ir a pelear? ¡No hay duda de que sois idiotas!
—¡NO LO ENTIENDES!—gritó Naruto cabreado—. ¡No puedo quedarme aquí sin hacer nada mientras los demás exponen sus vidas por la mía! ¡De que sirve ganar esta guerra si todos morirán!... ¡No tiene sentido! ¡No lo permitiré!
—¡Eso es preferible a que el mundo se acabe! ¡Todos piensan lo mismo, por eso están preparados para morir defendiéndote!
Sin embargo, el llamado de urgencia de Inoichi Yamanaka explicándole lo que sucedía, hicieron que gruñera molesto. Simplemente les estaban diciendo que dejara ir a los jinchuriki y que marchara con rapidez a la División 4.
—Está bien. Pero tendréis que luchar con los demás jinchuriki que han sido revividos por el Edo Tensei. Eso es lo que me han dicho desde el Cuartel General.
—Estoy de acuerdo. ¡Vamos, dattebayo!—gritó Naruto con una sonrisa, mientrascomenzaban a correr en dirección al campo de guerra.
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