Poseída
P.O.V. Laura
Estaba molesta y algo enfadada, sí. Pero no con Kakashi, si no conmigo misma, por no haber sido capaz de imaginar que sucedería todo tan rápido.
Así, nos alejamos de la barrera y los demás ninjas. Kakashi a mi izquierda y Obito a mi derecha. Hacía unos momentos, habíamos podido ver al Equipo 7 con las invocaciones de los Sannin. Todos se habían quedado impresionados, incluso yo.
Pero no era el momento, mientras Madara esperaba que el Hashirama original luchara contra él, nosotros intentaríamos vencerlo, aunque dudaba que lo consiguiéramos. Al llegar hasta Madara, vimos que estaba sentado con las piernas cruzadas y su arma a un lado.
—Madara—lo llamé alarmando a mis compañeros.
—No conseguirás nada hablando, Laura—me advirtió Obito.
—No pierdo nada por intentarlo.
—La vida—me recordó aunque no le hice caso.
Madara nos miraba divertido, pero no se movió de su sitio. Sin mirar a Obito ni a Kakashi, adelanté unos pasos para estar más cerca de Madara, que me miraba curioso.
—Un momento... tú eres la enamorada de Obito, ¿Verdad?—rió—. ¿También te han revivido?
—No exactamente—dije sentándome en frente de él a sorpresa de todos—. No he venido a luchar... al menos no en un principio. Mientras esperas tu lucha con Hashirama, ¿me escucharías con atención?
Él me miró curioso y se cruzó de brazos, dándome a entender que lo haría.
—Vengo de otra dimensión—le revelé.
—¡Laura!—me regañó Obito, pero seguí.
—Una dimensión donde este mundo es una simple historia en un libro. Sé muchas cosas de todos vosotros.
—¿En serio? Eso es interesante... Demuéstrame que dices la verdad.
—De pequeño, te hiciste amigo de Hashirama sin saber que era un Senju, el principal clan enemigo de los Uchiha en aquella época de guerra entre clanes. Os reuníais en un río y jugábais a tirar piedras en el río. Un día supiste era Senju y Hashirama supo que eras Uchiha. Vuestras familias también. Así que os avisásteis con las piedra para que huyérais, pero ellos os siguieron a ambos y os prohibieron volver a veros a no ser que fuera luchando en la guerra. De hecho, desde el actual monte Hokage, decidísteis crear una aldea en el que reinara la paz, pero...
—No sigas... ¿Por qué me dices todo esto? ¿A qué quieres llegar?
—Mi objetivo es evitar el plan Tsuki no me.
Noté que los músculos de Madara se tensaban y detrás de mí, Obito y Kakashi discutían.
—Eres muy directa, niña. A ver, dime, ¿Así manipulaste a Obito para qué fuera contigo? Por muchas cosas que sepas de mí, no voy a ceder a parar este plan.
—¿A pesar de que Zetsu te mate en el proceso para crear él su propio plan?
—¿Hmm? ¿Matarme?
—Cuando consigas ser el Jinchuriki del Juubi y todo ese chakra incluido, Zetsu planea revivir en ti a la diosa Kaguya. ¿Sabes la historia del Sabio de los Seis Caminos?
—Sí—me dijo serio—. ¿Y por qué querría él hacer eso?
—Zetsu negro es hijo de Kaguya... o su odio animado. Pretende revivirla para destruir este mundo, consumiendo el chakra de todos los shinobi. Tu plan Tsuki no me es sólo un paso para su plan.
—Entiendo. ¿Y quién dice que yo lo quiera evitar?—habló con una sonrisa cínica.
Entonces, mi rostro se volvió serio y comencé a levantarme. Noté que él también. Era al menos medio metro más alto que yo y la cara de Hashirama en su pecho no ayudaba mucho.
—¿Vas a pelear?
—Yo al menos, no. Pero Madara... de verdad pensaba que eras una buena persona a pesar de todo.
Le di la espalda y vi que Obito y Kakashi estaban completamente en guardia, hasta que abrieron los ojos al máximo asustados e iban a atacar. Entonces, sentí una mano en mi hombro, pero no sentí dolor. Me giré para mirarlo. Él tenía el ceño fruncido.
—¿Por qué pensabas eso?—preguntó.
—Sé que no robaste los ojos de Izuna, sino que él te los dio por propia voluntad. Su muerte te afectó como a Obito le afectó la mía. Es la maldición de los Uchiha. Aman tanto que, cuando lo pierden, son capaces de hacer cualquier cosa... También sé que de verdad quieres la paz en el mundo, que por eso quieres seguir con el plan... porque todo el mundo tiene rencor por alguien y nunca habrá una verdadera paz, por ello los metes en un sueño eterno, donde tengan lo que quieran para ellos mismos. Así tuviste a Obito, le prometiste que en ese sueño yo estaría viva y podría estar conmigo, pero eso ya no hace falta. Créeme que te entiendo. Posiblemente yo también habría cedido cuando perdimos a Obito en la Tercera Guerra Ninja...
—Laura...—murmuró Obito sorprendido.
—Puede que tú entres en ese sueño y tengas de nuevo a tu hermano—seguí hablando a Madara—, pero me da la sensación de que al verdadero Izuna no le haría gracia... Como a mí no me hace gracia que Obito quisiera meterse en una mentira para estar con una Rin falsa.
Caminando hasta mis compañeros, un kunai se clavó en mi hombro sorprendiéndonos a todos. Gruñí por el dolor y miré en la dirección de donde había venido el arma, pero no veía a nadie. Obito corrió hasta mí, preocupado, mientras que se ponía en guardia, junto a Madara y Kakashi. Alguien nos estaba atacando y, al parecer, venía a por mí.
Obito me puso detrás de él, esperando que volviera a atacar. Yo miré por encima de su hombro, pero seguía sin ver a nadie. Sin embargo, segundos después, sentí un pinchazo en mi espalda. Grité de dolor y, rápidamente, noté que algo estaba tomando mi cuerpo.
—¡Laura!—gritó Obito, aterrorizado.
Una presión fuerte en mi cabeza, me hizo perder la consciencia por un momento, oyendo a Zetsu desde el lado izquierdo de mi cuerpo antes de que todo se tornara en negro.
P.O.V. Obito
Al ver a Zetsu negro en el cuerpo de Laura, mi mente pensó lo peor. Ella pareció perder la consciencia y pude ver que en su pecho había una de las ramas de Zetsu atravesándolo. Gruñí con furia y cerré mis puños con fuerza, sintiendo la sangre caer desde la palma de mi mano.
—Maldito—murmuré con ira.
—Vamos Madara-sama, tenemos un plan que completar—dijo Zetsu con una sonrisa—. Si nos llevamos a la chica, incluso tengamos más oportunidades. Uzumaki Naruto por ella—sonrió.
—¡No vamos a darte a Naruto!—le contestó Kakashi enfadado, viendo a Laura con preocupación.
Volví a mirar a Zetsu en el cuerpo de mi compañera y, seguidamente, observé a Madara. Su rostro no mostraba sentimiento alguno, pero aun así parecía estar pensativo. Mientras, yo no sabía qué hacer. Si atacaba a Zetsu, dañaría a Laura. Si no lo hacía también...
—¡Suéltala!—grité enfurecido.
—¿Estás seguro?—rió Zetsu mientras ponía su mano en la barbilla, pensativo—. Yo la mantengo con vida... Si la suelto, morirá. Aparte, sólo la soltaré retirando mi rama y dándole un poco de chakra, si me dejas poseerte a ti...
Ella me había advertido de eso.
En cualquier situación... Ni se te ocurra dejar tu Rinnegan al equipo contrario...
... Zetsu querrá poseer tu cuerpo para tener el Rinnegan en su disposición y utilizarlo para revivir completamente a Madara. Junto al árbol de chakra, comenzará a hincharse y se convertirá en Kaguya...
¿Cualquier situación...? No podía dejar que la hiriera... Ella era mi punto débil. Mi mente se debatía en si entregarme o no. ¿Hacerle caso a Laura o ser egoísta? No sabía qué elegir. Pero entonces, Madara habló.
—Suelta a la chica, Zetsu.
—Pero, Madara... Si conseguimos su Rinnegan así podrás realizar tu plan a tu gusto.
—Yo se lo quitaré entonces. Pero si de verdad eres mi voluntad, tienes que hacer lo que ordene, ¿cierto?
Zetsu frunció el ceño molesto, pero lo hizo. Miré a Kakashi, que estaba igual de sorprendido que yo. Esto no me lo esperaba. Lancé una mirada curiosa al Uchiha y él me vio de reojo.
—No te acomodes, niño. Luego será la batalla que decidirá todo—habló serio—. Nos vamos, esperaremos a Hashirama en otro lugar.
En cuanto Zetsu dejó ir del todo a Laura, la cogí antes de que tocara el suelo. Un gran agujero en su pecho llenaba de sangre tanto su ropa como mis manos. Ella... parecía estar muerta... de nuevo. Un hilo de sangre cayó de su boca y se formó un nudo en mi garganta.
—Laura... No me dejes... no otra vez... ¡Eh! ¡Despierta, por favor! ¡Laura!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top