División 3
—Hola, Kakashi.
Él tragó con fuerza y se desplomó de rodillas al suelo. Noté que sus ojos se aguaban y las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas. Me acerqué a él y lo abracé con fuerza, dejando que se desahogara en mi hombro.
—Lo siento... Lo siento mucho, Rin... Yo no quería...
—No fue tu culpa. Sé cómo te sentiste después de lo que sucedió y me odio por ello. No debería de haberme interpuesto en tu Raikiri, tendría que haber buscado una solución mejor... Pero fui una idiota, y lo siento. De todas maneras, esta no es la única sorpresa que tengo, así que deja de llorar en frente de tu equipo, que tienes una reputación que mantener.
Noté que reía un poco por mis palabras y me separé de él, volviendo de nuevo con mi equipo.
—Lo primero, es que no venimos a atacaros. Estamos aquí para ayudar. Somos pocos, pero algo podremos hacer contra los zetsus, que son nuestros enemigos.
—Pero no entiendo por qué el éjército del enemigo se ha dividido en dos. Aunque estés aquí, Rin, no puedo evitar desconfiar un poco de vosotros.
—Bien, lo entiendo. Así que te explicaré lo que sucedió. Tobi, miembro de Akatsuki, me está ayudando a detener la guerra. Sé que en su día, él mismo declaró la guerra, pero todavía no sabía que estaba siendo manipulado por Zetsu. Cuando le hice ver la verdad...
—Pero Tobi es Madara...
—Sí, pero no... Es algo muy complicado y de lo que no puedo hablar ahora. Bueno, está intentando acabar con Zetsu conmigo. Kabuto fue a la isla Tortuga donde estaban Naruto y el Hachibi, y secuestró a Yamato. Tobi lo salvó, un poco a regañadientes, pero finalmente sirvió de ayuda para mantener atrapado a Kabuto con su Elemento Madera y así evitar que el cara serpiente pudiera controlar a los revividos del Edo Tensei. Hicimos varios escuadrones para ayudar a los demás shinobi contra zetsu y esperamos que no los sellen sin antes intentar que los escuchen. Después supongo que obligaremos a Kabuto a deshacer el Edo Tensei y todos volverán al cielo.
—¿Volverán? ¿Y tú no te irás?
—Oh, vaya. Pareciera que me quieres fuera de tu vida, bakakashi.
—No quería decir eso...—habló apurado.
—Ya lo sé, baka. Y no, me ves como una revivida del Edo Tensei por que así lo quiero yo ahora mismo, pero puedo decirte que yo he resucitado de verdad.
—¿A qué te refieres?
—Eso tendré que contártelo en privado y en otra ocasión. Ahora, espero que no me mates cuando veas mi verdadera forma.
Todos se notaban curiosos por lo dicho y me miraron. Le di la capa a Nagato y liberé la transformación, haciendo que un puf se oyera dentro de una nube de humo blanco. Cuando se disipó, Kakashi volvió a sorprenderse.
—Estás viva y eres... adulta.
—Lo sé, lo sé. Es sorprendente. Pero ahora tenemos que centrarnos en la batalla. Sabemos que hay 100.000 zetsus, pero tienen habilidades. Si succionan vuestro chakra, pueden hacerse pasar por vosotros y crear confusión. Es un juego psicológico que hace que los shinobi desconfíen unos de otros.
Kakashi se puso a pensar en ello. Sabía que el plateado también era un buen estratega, así que dejaría que él organizara todo. No lo habían puesto de general por nada. Mientras, Nagato me tendió la capa de nuevo y le agradecí por ayudarme. Me la puse y miré a Kakashi.
—¿Sabes? Ahora pareces menos aburrido—él arqueó una ceja sin comprender—. Lo que quiero decir es... que ahora no estás siempre con eso de cumplir con la misión en todo momento. Me alegro de que tus alumnos te hayan cambiado.
—Supongo que sí. Les agradezco mucho por ello... Tu muerte y la de Obito me cambió a mal y ellos me trajeron de vuelta al buen camino...
—¡Oye, Kakashi! ¡Mi fuerza de la juventud también ayudó!—dijo Gai.
—Por supuesto, Gai. ¿Cómo se podía haber olvidado? Qué tonto...—habló con notable sarcasmo, aunque Gai no pareció notarlo.
—No pasa nada—rió mientras abrazaba a Kakashi.
Reí por ello y Kakashi sonrió. Entonces, Sakura se acercó a Nagato y a mí. Observó a Nagato con un poco de miedo, pero luego me miró a mí con una sonrisa.
—Buenas, yo soy Sakura Haruno, alumna de Kakashi-sensei—me saludó con una sonrisa tímida.
Kakashi llegó hasta nosotros y puso su mano sobre el hombro de Sakura.
—Yo soy Rin Nohara... Pero puedes llamarme Laura. El nombre de Rin desapareció hace mucho tiempo. Era... la compañera de equipo de Kakashi.
—Oh, yo pensaba que eran novios...—comentó.
Tanto Kakashi como yo abrimos los ojos como platos y nos sonrojamos con fuerza.
—Etto... No. No busco ninguna relación amorosa con él. De hecho... me gusta otra persona. La cuestión es que me alegra saber que os ha educado tan bien. Si lo hubiera hecho el Kakashi de antes, seguro que ya estaríais muertos...
Sakura rió con timidez mientras a Kakashi le entraba la depresión.
—Bien, ya entendí. Mi antiguo yo era horrible. No hace falta que lo digas más veces.
Reí por su cara y miré a Nagato, que estaba un poco incómodo por estar allí sin hacer nada, como los demás.
—Bueno, da igual. Os quiero presentar a Nagato. Él es uno de los fundadores de la verdadera organización de Akatsuki. Se creó para la paz. Querían solucionar los problemas a través del habla y no de la violencia...
—Me das miedo al saber que conoces muchas cosas que no deberías conocer...
—Pues acostúmbrate, pelirrojo. ¿No querías que una vez en tu vida confiara en ti alguien que no fuera Yahiko o Konan? Pues te estoy ayudando, agradécelo. Además, tu Rinnegan no ayuda mucho.
—Oh. Vaya, gracias.
—Pero bueno, el Rinnegan pertenecía al Sabio de los Seis Caminos, que predijo que aquel que naciera con el Rinnegan sería el que llevaría el mundo a la paz.
—Pero me fui por el mal camino.
—No. Te manipularon para que fueras por el mal camino. Así que tú no tienes la culpa. Además, Naruto te hizo verlo, ¿no? Le tienes que agradecer mucho a ese chico.
—¿Naruto?—preguntó Sakura—. ¿Qué Akatsuki eras tú? Nunca te había visto...
—Sí... Solo Naruto me vio en esta forma... Me conocéis como Pain.
Los dos shinobi se quedaron estáticos, aunque al parecer Kakashi lo sospechaba, y lo entendía. No todos los días tenías frente ti hablando amigablemente al hombre que hizo desaparecer tu aldea en menos de dos minutos y que mató y resucitó a todos los afectados.
—¿Y pretendéis que confiemos en ustedes trayendo a Pain? ¡Destruyó nuestra aldea en un abrir y cerrar de ojos!
—Sakura. Lo sé todo. Absolutamente. Hasta que estás colada hasta las bragas por Sasuke Uchiha—ella se puso roja como un tomate—. Incluso sé cosas de algunos de vosotros que nadie más sabe. Así que... espero por tu bien que conozcas a la gente antes de juzgarla.
—Rin... No hace falta que me defiendas, sé perfectamente que yo...
—Cállate, Nagato. O te clavo un kunai en la garganta.
—No me hará nada.
—Lo sé, así que puedo desahogarme si quiero.
Él desvió la mirada sin saber qué hacer y se marchó con Pakura, Chen y los demás. Vi que Kakashi y Sakura estaban un poco sorprendidos por mi comentario, pero lo dejé pasar.
—Además, si no fuera por Nagato... ahora mismo estaría postrada en una cama incapaz de moverme. Yo... tenía que venir a cualquier costo y él me ha ayudado, así que le debo mucho.
—Entiendo. Pues... creo que deberíamos empezar a organizarnos. Por lo que veo nuestros equipos no parecen congeniar, aunque Gai y Lee parecen llevarse bien con el anciano.
—Él fue maestro de Taijutsu de Lee, así que lo conoce. Y, si no recuerdo mal, hay una chica que conoce a Pakura. Y, si no fuera porque hemos encerrado de nuevo a algunos asesinos, habrían venido también los Siete Espadachines de la Niebla. La excepción son Zabuza y Haku, que han ido con Darui. Espero que les vaya bien.
Ninguno dijimos nada, pero nos alertó el hecho de que los revividos y algunos del escuadrón de Kakashi parecían discutir. Intenté no meterme, pero cuando vi que tenían la intención de llegar a las manos, me acerqué a ellos. Se gritaban unos a otros y los participantes de la discusión iban aumentando hasta que me fue difícil caminar entre ellos. Kakashi parecía seguirme algo alterado. Cuando llegamos a los causantes de la trifulca, Kakashi y yo los separamos.
—¿Qué está pasando aquí?—preguntó Kakashi.
—¡Ellos sólo vienen para recaudar información y enviarla al enemigo! Están esperando la oportunidad perfecta para atacar, ¿por qué estamos aquí hablando tan tranquilamente? ¡Se supone que estamos en guerra, no en una fiesta!
—¡Sabemos perfectamente que estamos en guerra y que hemos llegado aquí por medio del enemigo, imbécil! Si nos controlaran y no hubiésemos encerrado a algunos de nosotros, ahora estaríais todos muertos. ¡Podemos mataros cuando queramos! ¡Me parece mentira que queramos ayudar y nos echéis a patadas!
—¡No confiamos en vosotros!—gritó otro de más atrás.
—¡YA BASTA! Ahora no es momento para pelear, si nos desconcentramos, los zetsus se acercarán demasiado a nosotros sin que nos demos cuenta y nos atacarán. Si queréis podemos irnos y matarlos desde otro punto en el que no estemos en contacto con vosotros, pero no vamos a dejar de ayudar. ¡Mi equipo! ¡Vámonos!—grité.
—Rin... Espera, no...
—Lo ha elegido la mayoría—lo interrumpí—. No quiero irme, pero si no tengo más opción, lo haré. Supongo que nos veremos en otro momento.
Él asintió y, junto a Nagato, comenzamos a irnos cuando un grupo deshinobis del grupo de Kakashi empezó a avisar a gritos que llegaban de nuevolos zetsus. Miré al peliplateado y él asintió dándome a entender que nosquedáramos. Seguidamente, les ordené a mi equipo que intentáramos emboscar alos zetsus.
*****
Bueno, esto se está volviendo un poco dramático, creo. Pero bueno, así es, los aliados no confían en los revividos, es completamente normal.
Y eso es todo, aquí se despide Luthien, ciao!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top