22-Enamorada

Me acerqué hasta Sasuke y lo miré con una ceja alzada.

—Como pienses convertirte en Hokage, te pego.

—¿Y a ti qué te importa eso?

—Ese es el puesto de Naruto. Se ha esforzado mucho para que lo reconozcan para que ahora le quites su sueño. Tú ya realizaste el tuyo, no se los vayas quitando a los demás.

—Paso de ti...

—Pisi di ti—me burlé—. Idiota, si Itachi no estuviera aquí te hubiese machacado ya.

—Me gustaría verte intentándolo—sonrió con burla ahora él—. Soy miles de veces más poderoso que tú. Ni siquiera me harías un rasguño en la frente.

—Eres idiota, eso es lo que eres—me enfadé—. Quiero ver el momento en el que Naruto te dé una paliza y dejes de comportarte como un niño mimado.

—Ya quisieras, estúpida.

—¡Ya basta!—nos interrumpió Itachi molesto y cansado—. No hay tiempo para discusiones infantiles, tenemos que pelear en una guerra.

—Lo siento—dije abrumada—. Pero el puesto de Hokage será para Naruto.

—Hmp—murmuró el Uchiha antes de comenzar a caminar.

Comencé a andar cuando una mano se posó en mi hombro. Al girarme, pude ver a Minato, sorprendido.

—¿Rin?—preguntó.

—Minato-sensei—dije con una sonrisa—. Me alegro de verle, pero ahora tenemos que irnos... o Itachi me matará.

—Sí...—confirmó antes de que todos nos marcháramos con prisa.

Mientras saltábamos, eché un vistazo a los Hokages. Hashirama y Tobirama iban por delante. Sasuke, Itachi, Suigetsu y Jugo iban detrás. Luego estaban Hiruzen y Orochimaru, que no decían nada. Minato iba a mi lado y giré mi rostro un poco, viendo a Obito a unos metros detrás. Sabía que si se acercaba a nosotros, Minato haría algo.

Suspiré y miré a mi sensei, que me observaba aún curioso.

—Pregunte lo que quiera—comenté.

—¿Cómo es que estás viva?

—Reviví hace... dos o tres días. Han pasado muchas cosas en muy poco tiempo, Minato-sensei.

—Ya veo...—susurró—. Y parece que conoces a Naruto.

—Sí... hoy lo conocí. Es... un gran chico y tendrá mucho por delante. Me hubiera gustado estar ahí cuando necesitaba a alguien que estuviera a su lado en su infancia...—comenté, aun sabiendo que, si yo no hubiera muerto, él aún seguiría teniendo padres.

—Me alegro—sonrió, pero luego se puso serio—. ¿Y me puedes explicar por qué el enmascarado que provocó el ataque del Kyubi está aquí con vosotros?

Mi expresión se tornó seria. Giré mi rostro para ver a Obito y luego suspiré entre culpable y nostálgica. La mirada de Minato me ponía un poco nerviosa y sólo pensé en esquivar el tema.

—Es... una larga historia. Pero sólo te digo que... está de nuestra parte, o al menos de la mía. Vamos a luchar contra Madara y el Juubi. Espero que acabemos con esto antes de que empeore.

—Y si está de nuestra parte... ¿Por qué no se acerca?

Siguió preguntando y yo pensé en una respuesta rápida para que dejara el tema y no me hiciera revelar la identidad de mi compañero.

—No quiere que le veas.

—¿Yo? ¿Por qué?

—Por que no te hará ninguna gracia, Minato-sensei. ¿Podemos dejar el tema? Si él no quiere, no voy a decir nada más... Él será el que le diga quién es si está preparado.

El rubio asintió sorprendido por mi forma molesta de hablarle. Entonces suspiré arrepentida.

—Lo siento, sensei. No pretendía hablarle así. Es solo que hay muchas cosas por detrás que tendría que saber para que entendiera lo que pasó y además estamos en guerra... Estoy un poco nerviosa y alterada.

—No pasa nada, Rin. Lo entiendo...

—Bien... Entonces, voy con él un rato. No quiero dejarlo solo en esta situación.

—De acuerdo. Me adelantaré junto a los demás.

Así, me paré esperando a Obito mientras los demás seguían. Cuando el pelinegro llegó hasta mí, desvió la mirada. Sentía que estaba arrepentido de lo que hizo. Al fin y al cabo era su maestro.

Sin decir nada, entrelacé mis dedos con los suyos y tiré de él para seguir corriendo detrás de los demás. Al principio sentí tensión en su mano, pero seguidamente, apretó la mía con fuerza.

—Gracias—susurró.

—No tienes por qué darlas. No quería dejarte sólo y menos ahora... Supongo que será difícil para ti ver a Minato-sensei...

—¿No me odias por todas las muertes que he causado?

—No... Estoy un poco enfadada por el hecho de que te dejaste llevar por la oscuridad... aunque el Sharingan tenga esa maldición, pero no te odio.

—Porque te odias y culpas a ti misma, ¿verdad?

—Yo no...

—Sé que lo piensas—me interrumpió—. Y eso es lo que me duele. Que te culpes por todo lo que yo hice...

Sí... dentro admitía que me sentía así y, sin quererlo, apreté mi mano con la suya, haciéndole entender que tenía razón. Él se tensó por ello y paró, haciéndome parar junto a él.

—¡Por eso quería que me mataras! ¡Me lo merezco por todo lo que hice y lo que te estoy haciendo a ti ahora!

—¡Me da igual! ¡No voy a dejar que mueras! ¡No me lo perdonaría! ¡Por muchas cosas que hicieras sigues siendo una persona importante para mí!

—¿¡Por qué!? ¡Sólo te hago daño!

—¡Porque...! ¡Porque te quiero, joder! ¡Te quiero!—grité con los ojos llorosos, haciéndole saber mis sentimientos.

Tapé mis ojos con mi mano libre, intentando que Obito no viera mis lágrimas.

—¿Me... quieres?—susurró y yo levanté la vista, viendo sus ojos abiertos de par en par.

—¿Por qué crees que te estuve observando? No te lo iba a prometer por nada. Tenía fe en que te convertirías en Hokage por tu esfuerzo. Cuando... cuando te aplastó aquella roca... mi mundo se vino abajo pero intenté seguir adelante, por ti. No quería que desde donde quiera que estuvieses, me vieras derrumbada.

—Entonces... ¿Por qué mirabas tanto a Kakashi?

—Me había enterado del suicidio de su padre. Necesitaba atención y apoyo, y yo, como su amiga, quise dárselo. Pero también estaba pendiente de ti... Siento si te hice pensar equivocadamente.

Él no dijo nada, sólo estaba serio. Desvié la mirada y respiré hondo.

—Pero todo eso ya es pasado... No soy la misma Rin de la que te enamoraste.

Al intentar separar mi mano de la suya, él lo impidió, así que lo miré. Justo cuando giré mi cabeza, sentí sus labios posarse sobre los míos. Abrí los ojos de par en par, pero, segundos después, mi cuerpo actuó solo y correspondió su beso con fuerza.

Rodeé su cuello con mis brazos y lo acerqué a mí para profundizarlo, mientras que él rodeaba mi cintura. Noté que estábamos llorando, los dos. Jugué con su pelo y él siguió besándome. Entonces, a los dos nos dio por parar.

—Entonces, yo tampoco soy el mismo Obito del que te enamoraste...

Lo miré sorprendida y sentí mis lágrimas caer.

—De-deberíamos... seguir adelante.

—Con mi kamui será más rápido—sonrió y yo sonreí por ello, asintiendo.

En un vórtice, los dos desaparecimos llegando al lugar donde estaban Sasuke y los demás. Sin que Obito se percatara de ello, vi que Minato le había visto la cara y estaba paralizado. Cuando Obito se dio cuenta de ello, se tensó y desvió la mirada.

—Así que eras tú... Obito—susurró Minato bastante decepcionado, pero luego, al verme mirándolo con advertencia, intentó suavizar su mirada pero no lo consiguió.

—Laura, no hace falta que me defiendas. Sé perfectamente lo que hice y, aunque me arrepienta el resto de mi vida, el tiempo no volverá atrás.

—Obito...

—Ese día mataste a mucha gente de la aldea... Y atacaste a mi hijo recién nacido—habló el Cuarto Hokage furioso—. No puedo negarte que estoy completamente enfadado y decepcionado contigo. Pero tú no eras así, por lo que pienso que algo tuvo que pasar para que lo hicieras.

—Pasaron muchas cosas, Minato. No quiero hablar del tema. Ahora tenemos una guerra que parar.

Apreté con fuerza la mano de Obito y él me correspondió, comenzando acorrer. Teníamos que llegar cuanto antes.    

****

Buenas, aquí otro capítulo que no pude subir ayer. Como ya dije, esta historia ya está acabada. Son 35 capítulos en total. Faltarían 13 capítulos para el final de esta historia. Así que la tendré completa dentro de poco. Espero que haya más gente que le guste este fic y que vote y haga comentarios.

Para agradecer a quien me llena de alegría con sus ánimos y votos, quiero dedicarle este capítulo a @TashaHatake21 .

Y eso es todo, aquí se despide Luthien. Ciao!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top