〖TRES〗
❀dedicado a: -Bippxr❀
Dipper estaba cruzado de piernas en su cama, viendo cada objeto que estaba en la caja.
Tomó un no tan viejo álbum de fotografías en sus manos, pasando cada una de las hojas con cierta nostalgia.
—¿Cuanto a que puedo hacer que la maestra de Química se vaya? —enarcó una ceja juguetón el rubio.
Dipper viró los ojos y soltó un bufido. —No lo sé, Bill. Pero me sería bueno tu ayuda con ésto. —dijo sin apartar la vista de la balanza.
—Vamos~ No seas aburrido. —hizo un puchero mientras tomaba un par de sustancias en matraces.
Comenzó a moverlas en sus respectivos portadores aburrido, odiaba Química, claro que lo hacia.
—¿Qué sucede si tiro uno de estos en tu cabeza? —murmuró con su cara en la palma de su mano y moviendo peligrosamente la sustancia arriba de su compañero de clases.
—Seguramente te mataría de ocho maneras posibles. —lo miro de reojo. —Asi que no lo hagas.
Bill soltó un gruñido y tomó un bowl del laboratorio, vertió la primera sustancia y luego la última.
Enarcó una ceja al ver que la misma estaba burbujeando.
—Eh... Dipper. —pinchó su mejilla izquierda con su dedo, y cuando el mencionado volteó señaló al bowl. —¿Esto es normal?
Dipper se alejó de la balanza y miró lo que se supone era lo que Bill creó.
—¡Eres un idiota, Cipher! —el menor golpeó el pecho del rubio y tomó la sustancia para vertirla en el lavabo.
Pero fue muy tarde, ya que aquello había creado una mini explosión en la mesa de los chicos.
Rió al recordar aquello, era un tonto al decirle idiota a quien iba a ser la persona más importante en su vida.
Rebuscó entre todas las cosas, solamente topándose con imágenes, algunos objetos de sus citas y varias y varias hojas.
No le llamó la atención ninguna, pues la mayoría de éstas eran sólo bocetos de Dipper y de él mismo, con algunas frases pequeñas como "El mejor novio de todos" "Lo más importante en mi vida" "Pino Pasiva Pines"
Ninguna capturó su atención, no sin antes haber acabado de mirar nostálgico las cosas en la caja.
—Tal vez... —negó. —No, no serias capaz de eso.
Bill era tonto, pero no cobarde, no para suicidarse de manera tan atroz, alguien debió impulsarlo, alguien debió haberlo ahorcado con ese propósito, él no pudo haberlo hecho, no cuando eran felices.
Bill se acostó en el pasto, miró de reojo al Pines y le sonrió.
—Ven, no voy a morderte. —rió ronco. —A menos que quieras. —movió sus cejas de una manera graciosa, logrando que Dipper riera e hiciera caso a su petición.
—Mas te vale cumplir eso. —se cruzó de piernas en el pasto tocando la nariz del mayor. —No toleraré preguntas tontas de mi mamá diciendo "¿Pir qii tiinis isis mircis in ti ciilli?"
Bill soltó una fuerte carcajada mientras gateaba donde Dipper, hasta acostarse en sus piernas.
—Debería saber que es por un Sexy rubio que a estado siempre acosandote. —se volteó a mirarlo. —Así nadie preguntara otra cosa tonta. —rió levemente.
Dipper sonrió y se acerco al rostro del rubio para plantarle un beso en sus labios.
—¿Debería? Cuando saben que estoy contigo, me dejas marcas. —lleva una mano a su mentón. —Si no les digo, no me dejarás marcas. —rió torpemente y acarició el cabello del rubio.
Bill soltó un bufido y se cruzo de brazos molesto.
—Te amodio, Pino. —dijo con una voz estúpida.
—Yo también te amodio, Illuminati. —Bill rió y entrelazó sus dedos con los de Dipper.
Los toques en la puerta lo habían regresado a la realidad, quitó las lágrimas que corrían por sus mejillas y fue a la puerta para abrirla.
—¿Qué sucede? —preguntó Pines mientras veía del otro lado a sus hermanos.
—Queriamos... Decirte que mamá y papá saldrán, nosotros los acompañaremos ¿Quieres ir? —preguntó Tyrone mientras pasaba sus manos por el saco.
Dipper negó. —Estoy... Ocupado, me quedé de ver con alguien. —sonrió a medias. —Ustedes vayan... Sólo no regresen tan tarde.
Mabel rió. —Claro que Dip Dop. —besó su mejilla y se fue junto a su hermano menor, antes de que se fuera miró de reojo a Dipper. —Saluda a Bill de mi parte.
Dipper se contuvo para no llorar nuevamente.
Los últimos dos días había estado visitando con frecuencia a Bill en el cementerio, cada día le había dejado un ramo nuevo en la tumba del chico, y se quedaba a platicar con él por horas.
Cuando estaba con él no había tiempo predeterminado.
Al escuchar el auto de sus padres irse, tomó una chamarra de su armario y se colocó su simbólica gorra con un Pino.
Abrió su ventana y comenzó a bajar por las enredaderas que habían en la pared blanca, usualmente utilizadas para escapar de su casa y perderse con Bill en algún punto de la ciudad.
Era extraño bajar y no encontrarse con los labios del rubio encima de los suyos.
Se abrigó más mientras miraba a los lados, evitando que algún auto le atropellara en el transcurso del camino.
Aunque no era tan mala idea.
Escasos minutos después, estaba frente a la Floreria que frecuentaba siempre.
Entró a la tienda y se quitó la gorra mirando con una pequeña sonrisa a la mujer en la registradora.
—Buenas noches, Lucía. —saludó en voz baja el castaño.
—¡Mason! Un gusto verte siempre. —sonrió dulcemente la mujer y le dio la espalda para tomar el ramo de rosas blancas. —Siempre está aquí preparado. —rió.
Dipper sonrió un poco. —Muchas gracias, Señora. —sacó su cartera y le extendió un billete de veinte dólares.
La pelinegra negó y puso su palma en la mesa. —Tomalo como un regalo, sé que a tu novio le gustaran.
—Gracias. Nos vemos mañana. —sonrió y salió de la tienda, encaminándose de nuevo al cementerio.
Diez minutos después de cargar las flores, llegó a su destino, el sombrío y tenebroso cementerio.
Aunque para él ya era normal venir desde hace ya tiempo.
—¡Yo no pienso entrar ahí! —chilló Dipper zafándose del agarre de Bill.
—¡Vamos, Pino! —hizo un puchero. —Será divertido~ ¡Siempre lo es! —tomó a Dipper de la cintura antes de que saliera huyendo.
El castaño se removió en los brazos de Bill. —¡P-Por favor, Bill! ¡No me obligues a entrar ahí! Es tenebroso y sombrío. —arrugó su nariz.
—Yo te protegeré. —lo bajó. —Siempre voy a protegerte Pino, de cualquier cosa, y no me importa si es un hombre armado o un maldito fantasma, no dejaré que te hagan daño. —besó la marca de nacimiento en su frente.
Un sonrojo apareció en las mejillas del Pines, quien trato de ocultarlo escondiéndose en el pecho del rubio.
Bill rió ronco y aceptó el abrazo del chico.
Se sentó en el frío y sucio suelo lleno de tierra y pequeñas piedras que le incomodaban.
Dejó el ramo de rosas blancas a su lado y tomó una de ellas. Soltó una risa leve y miró a las inscripciones de la tumba.
—Mabel te manda saludos. —comenzó a jugar con la flor en su mano. —Tyrone y ella fueron a cenar con mis padres, no quise ir porque quería hablar contigo.
Como siempre, el triste silencio era lo que le recordaba lo sólo y loco que se sentía al hablarle a la nada.
—Will me entregó la caja que siempre estaba en tu armario, nunca quise abrirla cuando estabas aquí, pensé que te enfadarias. —rió un poco. —Jamás pensé que esos dibujos míos los seguías teniendo, pensé que se habían perdido cuando comenzaron a vaciar tu cuarto. —ahogó un sollozo.
Talló sus ojos mientras dejaba la rosa en la tumba y tomaba otra.
—A pesar de que mis padres no querian que viniera, estoy aquí. Nada me va a alejar de ti ¿Comprendes eso, Bill? —las lágrimas ya corrían por sus mejillas. —¡Respóndeme por favor!
Era en vano, lo único que se escuchaba eran los sollozos del Pines en el silencio del lugar.
—¡Te extraño, Bill! —enredó sus dedos en su cabello desesperado. —¡No tengo la fuerza para volver a la escuela y soportar esas miradas de pena o asco! —cerró sus ojos. —¡Yo necesito a mi amarillo, necesito a mi mejor amigo, necesito a mi Cipher, necesito a mi novio! —sus sollozos comenzaron a aumentar. —Lo necesito... Te necesito...
Una punzada en su pecho hizo hacerle una mueca de dolor. No era la primera y última vez que le había sucedido.
Sus ojos pesaban, llorar le había dejado agotado, y más si lo hacia cada oportunidad que tenía y que nadie le mirara con pena y una falsa comprensión.
Gateó, como pudo, al lado de la inscripción de Bill, con un poco de fuerza logró mirar hacia arriba junto con una sonrisa de lado.
❝Quizás no se haya suicidado, quizás si se haya suicidado, es una de las muchas dudas que rondan hacia la muerte de Dipper Pines.
La pérdida de su pareja, Bill Cipher, lo llevó a un estado de crisis, sin la atención de sus padres en la noche de su muerte, logro su cometido justo en el sepulcro del difunto rubio. Quien había muerto hace ya más de 2 meses, por un disparo en la sien derecha ocasionada por él mismo.
Los forenses aún no pueden afirmar nada. Después de todo, el chico no tenía alguna enfermedad terminal en lo que nos comentan sus padres.
Suicido o no, esto a conmovido a todo el estado de Oregon. Trágicamente hermoso.❞
¡Y BAM! TERMINÓ~
UNA HISTORIA QUE PODRIA SER UN THREE-SHORT BUT NAH :v
#BollNoCeSuisido.
#¿DopperCiCeSuisido?
¦ -madxfangirl ¦
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