15. El descubrimiento

- Tengo que irme.

- ¿Dónde?- se extrañó Cezare.

- He quedado con Dave para llevarle el diario de su hermano.

- ¿Puedo acompañarte?

Anne se quedó pensando en qué decirle. No pensaba que Dave quisiera verles juntos. No sería buena idea.

- No tardaré casi nada, se tiene que ir luego a América y...

- ¿Quieres que te vaya a recoger?

- Sí, eso sí. A las once y media ya pienso que me iré- decidió Anne.

Poco después, Anne y Dave estaban intercambiando información en la biblioteca de la casa de Dave.

- ¿Dónde están tus padres?- preguntó Anne.

- Han salido, vuelven en una hora o así.

Dave extendió un sobre a Anne y ella le dio el diario.

- En ese sobre hay fotos de mi hermano. Me ha costado mucho no mirarlas.

- A mí también me ha costado no leer el diario.

- ¿Qué miramos primero?- preguntó Dave.

- Leamos el diario, estoy intrigada.

Para su sorpresa, en la traducción vieron que había menos de lo que habían pensado. Al parecer escrito en griego ocupaba más. Al cabo de una hora terminaron de leer. Estaban atónitos. Al principio del diario, el hermano se presentaba como Ed, contaba cómo le iba en la universidad y que ninguna chica captaba su interés aunque muchas le admiraban. Además, contaba que una vez en un sueño, se le apareció un libro que le propuso ir a un mundo diferente si firmaba al pie de la página. Él así lo hizo y quedó atrapado en el mundo de los sueños. Tenía la misión de encontrar a los reyes del mundo de los sueños en un año. En la última página contaba cómo ese era el último día que estaría en el mundo real, dado que esa noche desaparecería para siempre, quedándose en el mundo de los sueños.

" Lo único de lo que me arrepiento es de no haber vuelto a casa por navidad para ver a mi familia una vez más"

En la postada, ponía: " Perdóname, Dave, por no estar ahí para tí cuando necesites a un hermano mayor. No podré verte crecer y seguro que tú olvidarás de que existía. Pero que sepas que tu hermano te quiere".

Dave trataba de reprimirse. Pero era muy difícil. Anne empezaba a emocionarse y abrazó a Dave.

- Mira, de esta forma no nos veremos llorar- le animó ella a desahogarse.

A Dave ya no le importó nada por un momento y sólo pensó en la tristeza que sentía. Y en su hermano.

Lloró.

Era la primera vez que Anne veía llorar a un chico desde que tenía 5 años. Pero la situación no era para menos. Se alegraba de que no se contuviera por el orgullo. Quería devolverle el favor de estar ahí para él cuando lo necesitaba. Dave se calmó y se secaron las lágrimas. Entonces se dispusieron a ver las fotos.

- ¿Estás preparado?- quiso asegurarse Anne.

- Sí.

Abrieron el sobre y las fotos cayeron al suelo. Creyeron que les afectaría verlas pero más que eso, casi les dio un infarto. Tenían los ojos abiertos como platos y casi no podían articular palabra.

- ¡¡¡Es él!!!

Ambos gritaron a la vez. No podían creérselo.

- ¡Pero cómo no nos dimos cuenta antes!- exclamó Anne-. Tu hermano se llamaba Ed... Y su nombre completo coincide...

Edward.

- Su nombre es Edward... - murmuró Dave-. Su nombre es... Edward...

- Atrapado en el mundo de los sueños porque sólo cumplió la mitad de su misión, descubriendo que él era el rey pero faltaba la reina...

Anne se echó para atrás, golpeándose contra la estantería. Los libros comenzaron a caer y Dave reaccionó, sacándola de ahí a tiempo. Comenzaron a recoger los libros, todavía afectados.

- Quiero quedarme con él en ese mundo...- dijo Dave embobado, casi en trance.

- El príncipe nos dijo claramente que no podíamos quedarnos...

- Eso explica que yo tenga esa habilidad también, porque soy su hermano... Espera. ¿Y él lo sabrá?- se preguntó Dave, empezando a hablar como un psicópata- Todo este tiempo apenas me ha mirado... ¿Me ignora? ¿Sabrá quién soy?

Anne dejó los libros y empezó a preocuparse por Dave.

- Tranquilízate, por favor...

- A ver si al final tú también eres mi hermana y no lo sabía... Y de paso también Cezare... Luisa también... Todos fuimos llamados...

Dave empezó a reírse. Claramente había perdido la razón.

- Dave, me estás asustando...

Anne se levantó, preguntándose si era seguro quedarse ahí.

- ¡Todo este tiempo estuvo ahí!- gritó Dave- ¡Estuvo ahí!

Y se reía. Derramaba lágrimas de rabia. Y se reía.

Anne empezó a retroceder, asustada. Nunca había visto a nadie así.

- ¿Qué sucede? ¿Tú también me vas a abandonar? ¿Te veré en sueños como a él?

Dave comenzó a caminar hacia ella con los brazos extendidos.

- Ven.. No temas... Ven...

La espalda de Anne chocó con una pared y se dio cuenta de que no había escapatoria. Estaba aterrada. Tragó saliva. Dave se había vuelto loco. Le había afectado más de la cuenta lo de su hermano. Por dentro, Dave estaba triste y soltaba cosas sin pensar, ya no le importaba nada, todo era un engaño. ¿Qué era verdad y qué no? ¿Qué era real y qué no? Todo le parecía confuso hasta tal punto que ya no sabía lo que decía. Sólo sabía que Anne se alejaba de él aunque la necesitaba más que nunca. No se daba cuenta de que la estaba asustando.

Quería abrazarla.

Pero Anne no lo veía así. Para ella era como si un zombi la atacara. Con los brazos extendidos hacia adelante, la mirada perdida, caminando lentamente y habiendo perdido la razón, no se le ocurría otra comparación. Dave estaba a menos de un metro. Anne se echaba contra la pared como si pudiera atravesarla. En un paso, Dave se plantó delante de ella y se le echó encima, provocando un grito agudo que se oyó en todo el barrio y quizá más lejos.

Cezare, que estaba llegando, al oír el grito fue corriendo a la puerta, que estaba cerrada y empezó a golpearla sin éxito. Entonces llegaron los padres de Dave, que también oyeron el grito y abrieron la puerta. Cezare salió disparado como una bala.

- ¡Anne! ¡Anne! ¿Dónde estás?

Fue puerta por puerta hasta que llegó a la biblioteca y ahí la vio, contra la pared, acorralada por los brazos de Dave. Cuando Anne vio a Cezare, se sintió aliviada. Sintió las piernas débiles, quedándose sin fuerzas tras el susto y finalmente resbaló de entre los brazos de Dave, cayendo al suelo y perdiendo la consciencia. Cezare fue hacia Dave, preparado para darle una bofetada pero entonces Dave se dio la vuelta y entonces Cezare se dio cuenta de que Dave estaba ausente, con la mirada perdida en el vacío. En estado de shock.

- Dave, ¿qué haces?- le preguntó mientras iba a llevarse a Anne.

Dave la miró a ella y luego miró a Cezare. Poco a poco recuperaba la razón. Cezare cogió a Anne en brazos y la llevó a un sofá en el salón. Dave le siguió para ver cómo estaba Anne. Cuando ella abrió los ojos de nuevo, al verle se asustó y dio un salto en el sofá, cayéndose de él. Dave se entristeció y se dio cuenta de cómo había actuado. Sus padres estaban en la biblioteca, recogiendo.

- Lo siento... No sé qué me ha pasado, estaba en estado de shock y necesitaba tu abrazo, pero creo que estaba actuando como un psicópata.

Se marchó hacia su cuarto y se encerró ahí. Anne se levantó y fue corriendo a la habitación de Dave. Se quedó en la puerta y le dijo:

- Perdóname tú, nunca había visto a nadie así y no sabía qué ibas a hacer... Me asusté. Lo siento. No te odio. No lo pienses. Y espero que tú a mi tampoco. Es hora de que te vayas... Y yo también. Espero que nos veamos cuando vuelvas de América.

Anne se dio la vuelta para volver al salón. Dave no contestó y no salió de su habitación. Cezare miró la escena con rabia porque nada podía hacer. Volvieron a casa sin decir nada. Pero tarde o temprano debían hablar. Lo que pasó en casa de Dave no podía quedarse ahí. Anne sabía que nunca nada volvería a ser como antes. Y Cezare temía lo mismo, pero desde la perspectiva de que no quería que Anne perdiera el brillo de sus ojos.

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