C6. Buenas competencias.


—¿Entonces…?—pregunta Aarón. Levanto la mirada del menú que sostengo entre mis manos y nuestros ojos se encuentran un breve segundo.

—¿Entonces qué…?

—¿Hay algún novio por el cual me tenga que preocupar?—cuestiona. Inspiro con fuerza ignorando su pregunta y me muero los labios para no tener que responder.—¿Hice una mala pregunta?

—No.

—¿Entonces por qué no me la respondes?—niego un poco.—¿Es un tema sensible?

—No.—repito.

—No lo pregunto porque quiera incomodarte, Hazel.—explica.—Sólo lo pregunto porque sería realmente una lástima que hubiese alguien que quisiese poner en riesgo mi integridad física y mi rostro… ¿no crees?

—Aarón…

—Sólo tienes que decir sí o no.—presiona. Lo miro fijamente por largos segundos y luego aprieto mis dientes.—Ay, que feos tratos.—se queja.—¿Se puede saber qué es lo que pa pasado a usted está increíble mañana, señorita Hazel, que hace que su entrecejo esté fruncido y opaque el día tan increíble que está haciendo allá afuera con ese humor tan deplorable contra mi persona…?—mis cejas se fruncen de golpe y niego un poco.

—Belenn. Me llamo Belenn.—le informo.--¿Cuántas veces te lo tengo que decir?—pauso.—¿Y qué te has desayunado un diccionario en lugar de comida o algo así…?

—Pensé que éramos amigos.—murmura sin apartar sus ojos azules de los míos.—Pareciera que te caigo mal…—susurra como si no pudiese creérselo.—Espera, ¿te caigo mal?

—No…

—¿Entonces por qué me tratas así…?—niego un poco.—Vamos, me merezco saberlo ¿no?

—Eres el hermano de Danna.—señalo y él asiente un poco.—Me imagino que compañía femenina no te ha de hacer falta ¿cierto?—Aarón se encoge de hombros inocentemente.—Vamos, no tienes que fingir conmigo, sé muy bien cómo funciona esto…

—La verdad es que no estoy entendiendo tu punto, Hazel.—responde sin apartar sus ojos de los míos.

—¿Por qué yo…?—pregunto finalmente. Sus ojos me miran fijamente pareciendo que no planea dejar de hacerlo por un largo rato y brillan con tanta intensidad que hacen que mi torpe corazón se acelere dentro de mi pecho. Siento las puntas de mis dedos hormiguear un poco pero me mantengo completamente quieta.

Querer tocarlo o hacerlo, simplemente no es correcto.

—¿Por qué tú…?—repite lentamente.—No lo sé…

—Aarón…

—No lo sé.—susurra.—¿Nunca te ha pasado que conoces a una persona, llama tanto tu atención y luego sientes la necesidad de volver a verlo…?

—Sólo me pasa con personas que sé que nunca más volveré a ver; lo cual es jodido, sí, pero es como el típico chico lindo que ves en un transporte público o caminando por la calle y sabes que la posibilidad de volver a verlo es completamente ridícula porque es punto uno dentro de mil millones de posibilidades…—expongo y él asiente lentamente.—supongo que sí…

—Pues me pasó eso contigo.—responde lentamente.—Y sí, soy el hermano de mi hermana y tú eres su amiga así que la posibilidad de volver a verte no es punto uno dentro de mil millones…—murmura encogiéndose de hombros.—pero en mi defensa, Hazel, no hago esto siempre…

—¿No?—él niega.

—No.—pausa.—No me aprovecho de la fama de mi hermana para conocer chicas aunque las personas tengan ese concepto equivocado de mí…la fama es de Danna, no mía. Es mi hermana y la apoyo y si ella es feliz dentro de esa mierda, pues yo soy feliz por ella pero realmente no tengo nada que ver con ello…

—No quise sonar grosera…—me disculpo.

—No lo fuiste.—responde de inmediato.—Pero lo que dices es un punto valido y yo quería aclararlo así que está bien…

—¿Querías aclararlo…?—pregunto de nueva cuenta.

—Sí.—asiente.—Porque obviamente quiero que seamos amigos y no podemos ser amigos si tienes un concepto erróneo sobre mí…

—¿Quieres que seamos amigos…?—mi voz sale por lo bajo. Aarón aparta la mirada de mí un breve segundo, uno muy breve, antes de volver a mirarme.

—Por supuesto que quiero que seamos amigos, Hazel.

—¿Me puedes llamar Belenn…?—pregunto.—O Bel.

Él asiente.

—Puedo llamarte Bel.

—Gracias.—susurra.

—Pero no ahora, Hazel.—Aarón se echa a reír y niego firmemente al tiempo que dejo escapar un largo suspiro.

—Madre mía, por favor dame paciencia, Dios…

(…)

—¡Ay, papá!—exclama la voz de uno de los gemelos al mismo tiempo que atravieso la puerta de la entrada de mi casa.—¡Eres un perdedor!

—Eso no significa nada.—reclama otra voz.

—¿Estás jugando conmigo?—habla Noah.—¿¡Te estoy dando una paliza y me dices que eso no significa nada…!?—se burla.—Eso significa todo y significa que eres un jodido perdedor…

—¡Tarado!—exclama la voz de otro chico.

Detengo mis pasos de golpe en el umbral de la sala y me quedo en silencio un par de segundos. Tres figuras masculinas sentadas en el sofá más grande mientras en la pantalla plana se disputa un partido de fútbol.

—¡Gol!—exclama Thomas poniéndose de pie. Hace un par de movimientos extraños que me hacen reír, él se gira sobre sus talones y nuestros ojos se encuentran de inmediato.—Bel…

—¡Hola!—saludo.

—¡Bel!—exclama y un segundo después, sus brazos están rodeando mi cuerpo. Sus labios dejan un beso sobre mi mejilla –demasiado cerca de la comisura de mis labios- y una amplia sonrisa se abre paso en su rostro cuando se aparta de mí y me mira directamente.—¿Cómo estás…?

—Muy bien.—susurro.—¿Cómo estás tú? ¿Cuándo volviste…?

—Hace un par de semanas.—responde encogiéndose de hombros.—Perdona que no haya venido a verte antes pero ciertamente…bueno, no había encontrado el momento adecuado para hacerlo, hoy me encontré con Noah y me ha invitado a jugar videojuegos…así que…—alarga.—espero que no te moleste…

—¡Para nada!—respondo sincera.—Al contrario, me da mucho gusto volver a verte…

—Sigues igual de preciosa…—siento mis mejillas calentarse ante sus palabras y niego un poco.

—Gracias, Tommy…—murmuro.

Un carraspeo de garganta se hace presente, llevo mis ojos más allá de él y me encuentro con la mirada burlona de Noah que permanece de pie del otro lado del sofá y en sus manos están ocupadas con los controles del videojuego, Lucah a su vez me observa con una sonrisa genuina en los labios.—Oigan tortolos recién reencontrados…—se burla el primero.—¿quieren ir a comer?

—Sí, no veo cual es el problema con eso.—responde Thomas a mi lado.

—¿Belibú?—me llama Lucah.—¿Quieres venir a comer con nosotros?

Mis ojos lo miran fijamente por lacónicos segundos y asiento un poco.—Sí, es una idea increíble.

—¿Invitamos a Shar y a Gala?—pregunta Noah.

—Sí, es una idea increíble.—repito.—¡Entre más seamos, mejor!

—¿Estás bien, Bel?—cuestiona Tommy.  Llevo mis ojos hasta él y asiento debilmente.

—¡Más que bien!

—Iré a ponerme zapatos.—anuncia Noah atrayendo mi atención.—¿Me acompañas, Lucah?

Lucah me mira un momento, eleva sus cejas y niego disimuladamente.—Sí.
¿Qué es de tu vida sin hermanos traidores? Me pregunto mentalmente.

—Ya volvemos.—inquiere Noah y luego con pasos apresurados los dos se marchan escaleras arriba dejándome sola con Thomas. Sus ojos vuelven a mirarme y mi corazón late a toda prisa dentro de mi pecho.

—¿Y entonces…?—susurra atrayendo mi atención.—¿Qué ha sido de tu vida?

—Lo dices como si hubiese pasado hace mucho tiempo que terminamos…—Thomas se ríe en voz baja al tiempo que juega con sus manos.

—Pasaron dos años.—me recuerda.

—Bueno sí…—comienzo.—pero…

—Está bien, preciosa.—musita sin dejar de mirarme.—Estos dos años en lo que no nos vimos realmente tuve tiempo para terminar mis estudios y comenzar a trabajar, quería hacer algo de provecho así que…eso fue lo que hice…

—¿Eres abogado ahora?—pregunto.

—Sí.—asiente.—Y estoy comenzando a montar mi bufete de abogados, mi papá me ha estado apoyando, no lo voy a negar pero en sí, el proyecto pinta muy bien y si todo sigue así en un par de meses vamos a estar completamente instalados…—anuncia encogiéndome de hombros.—mamá está organizando una inauguración súper espectacular, en sus palabras no en las mías, así que realmente espero que puedas y que quieras venir cuando eso pase porque de verdad me encantaría verte allí…

—Allí estaré.—prometo.

—Te amo, Belibú.—inquiere sin dejar de mirarme.—Es decir, todavía te amo y te voy a amar siempre, estés o no estés conmigo, mi corazón siempre va a ser tuyo…

—Te amo, Tommy…
 

—¡Hola!—saluda la voz de Naylea. Levanto la mirada de mi café y una amplia sonrisa se abre paso en sus labios. Me pongo de pie de inmediato y mis brazos rodean su pequeño y delgado cuerpo con fuerza.—Cuanta efusividad, Silvetti…ya sé qué hace mucho tiempo no me veías pero oye…tranquilo.

—Te he echado de menos.—respondo tirando de la silla para que ella pueda tomar asiento.

—Gracias.—susurra.—Y también te he estado echando de menos, Adler.—hace una pausa.—¿Ahra me puedes decir qué es lo que pasa…? Porque me enviaste un mensaje muy contundente así que me encantaría que me explicaras como es que pasó y mi mejor amigo, el dios griego del Olímpo de Westfield se ha enamorado...

—Oh, deja tu sarcasmo.—me burlo y ella se ríe.—Estabas enamorada de mí en la universidad, yo lo sé.

—Ups, me has atrapado.—repone encogiéndose de hombros.—Te conozco como la palma de mi mano, casanova.—se ríe.—Y no eres el tipo de chico que encuentra al amor de su vida cada dos semanas pero ahora estás haciendo esto y…diablos, ella debe ser realmente especial si tú crees que estás enamorado… ¿Por qué no me pediste un café?—reclama frunciendo sus labios.

Me echo a reír.—Me miró a mí.

—¿Y no a Danna…?—asiento.

—Es amiga de Danna.—repongo.—Pero no es el tipo de chica que intentó conquistarme en el mismo momento en el que me vio…

—¿No?—niego.

—Joder, no.—suspiro.—Me miró una vez y después se dedicó a ignorarme…—Naylea suelta una carcajada y luego niega lentamente.

—¿Te gusta porque te ignoró?—cuestiona alzando una de sus cejas.—Dios, Aarón... ¡Qué raro eres! ¡Y qué desesperado debes estar!

—Lo sé, suena demasiado loco.—le concedo.—Pero es realmente diferente, no es como el resto de todas las chicas que he conocido y no sé qué mierda me hizo pero desde que la vi no he la podido sacar de la jodida cabeza, además de eso, tienes los ojos más jodidamente preciosos que he visto en mi puta vida, te lo juro por la memoria de Marge…

—Jurar por la puta vida de uno mismo es la señal más clara que existe para darte cuenta que una persona te tiene en la palma de su mano.—exclama.—Y tú acabas de jurar por tu puta vida por si no te has dado cuenta…

—Me he dado cuenta.—respondo sin más.

—¿De verdad estás enamorado de ella…?—suspiro.

—No lo sé, pero nunca había sentido esto y para ser sincero, me da un poco de miedo…—susurra.—porque no la conozco bien y aun así me quiero pasar el rato entero junto a ella ¿estoy muy mal, verdad?

Naylea suelta una risita divertida tomando mi café intacto y luego se encoge de hombros.—Demasiado mal, amigo mío…

—Nay…

—Es broma.—se burla.—No tiene nada de malo que te guste una chica, Aarón; de hecho, ya era hora de que te gustase una chica en verdad, así que deja de pensar que estás mal o algo así porque no estás mal en absoluto…

—Bel  parece ser que me odia…—suelto.

—Espera, espera, espera…—susurra.—¿Te has enamorado de una chica de que te odia? ¿En serio?

—Sí…

—¿No querías algo más cliché…?—se ríe.

—Deja de reírte de mis desgracias.—me quejo frunciendo mis cejas.—No es que Bel me odie…es decir, no me dijo, “te odio, Aarón”, pero es más que obvio que no se siente tan cómoda a mi alrededor…

—¿Qué no es lo mismo…?—pregunta.

—No.—exclamo y ella suelta una risita de diversión.—No es lo mismo…

—Bueno, el punto es que esta chica, Bel, no eres de su agrado…—niego.—¿Y cómo rayos piensas hacer para que eso cambie? Porque mientras sigas sin ser de su agrado, no vas a poder pasar más allá de la amistad con ella…

—Ya lo sé.—exclamo lleno de frustración.—Lo que pasa es que no sé cómo hacerlo…—suelto un prolongado suspiro y cuando mis ojos van más allá del cuerpo de Naylea delante de mí, mi corazón da un vuelco dentro de mi pecho.

A unas cuántas mesas en la distancia se encuentra nada más y nada menos que Belenn en compañía de algunos chicos pero lo que más llama mi atención es cuando un chico pelinegro toma su mano y la lleva a sus labios depositando en el dorso de su mano un beso. Siento mi corazón acelerarse a sobre manera y casi puedo escuchar la manera en la que la sangre corre por mis venas, la furia embarga mi cuerpo y niego un poco.

—¿Te pasa algo?—pregunta Naylea atrayendo mi atención una vez más.

—¿De qué hablas…?

—Es que de repente pareciera que has visto un fantasma… ¿Qué es lo que pasa, Aarón?

—Es ella…—susurro y los ojos de mi amiga se abren con sorpresa.

—¿La chica está aquí…?—asiento lentamente.

—Joder…dime cuál es…—responde.

—A cinco mesas de aquí…—murmuro sin dejar de mirar a Belenn y su preciosa sonrisa. Su sonrisa que no está siendo dirigida a mí, sino a él.

—¿La chica que está con su novio…?—cuestiona.

—Ella dijo que no tenía novio.—le espeto y Naylea inspira con fuerza.

—Dios mío, Aarón…—susurra lentamente.—creo que tienes una competencia realmente buena…

—Cierra la boca, Culpo.—me quejo y ella se ríe.

—Que cierre la boca no significa que ese bombón vaya a desaparecer… ¿verdad?

—Naylea…—le advierto.

Entonces finalmente los ojos hazel de la chica que no ha salido de mi cabeza  un solo segundo me miran, me miran con tanta fijeza que mi corazón se estremece de golpe dentro de mi pecho.

—Eso pensé….

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top