C3. Westfield.


—¿Aarón?—me giro sobre mis talones y mis ojos se encuentran de inmediato con los ojos verdes de Yanelis que me observan con fijeza y una mueca de incredulidad instalada en los labios.—¿Qué haces aquí?

—No, la verdadera pregunta es, ¿qué haces tú aquí…?—pregunto.

Estira sus labios un segundo y luego niega lentamente.—Eso no importa.—decide.—¿Estás bien?

—Estoy bien.—respondo.—Yan…

—Aarón...

—¡Yanelis!—la chica se gira sobre sus talones y cuando mis ojos se topa con los de Levi Firshman, la sangre hierve dentro de mis venas.—Oh, no sabía que estabas con tu amigo…

—¡Es mi hermana!—le recuerdo y él se encoge de hombros.

—Lo que sea.

—Creo que deberías a ir a casa, Yan…—murmuro y sus cejas se fruncen automáticamente.—No creo que sea una buen lugar para que alguien como tú esté a esta hora…

—¿De verdad estás bien?—pregunta ignorando mis palabras.

—Sí.—asiento.—Lo digo de verdad, enana. Ve a casa.

—Ella está conmigo.—interrumpe Levi.—No va a pasarle nada malo, yo la cuidaré.

—Precisamente por eso es que debería ir a casa.—decido.

—Vamos, cuñado…no seas amargado.—se ríe él.

—No soy tu cuñado.—reclamo de inmediato.—No digas tonterías.

—No es culpa mía que estés de mal humor, cuñado.—se burla.

No puedo controlar el impulso que se apodera de mi cuerpo pero cuando me doy cuenta de lo que estoy haciendo, el cuerpo de Levi está sobre el capote de mi auto, sus ojos marrones me miran como si fuesen dos fuegos en todo su esplendor y puedo sentir la furia que recorre  sus venas. Mis manos están sujetándolo por el cuello de su camisa y estoy tan cerca de él que casi puedo sentir su miedo.

—¡Te dije que no soy tu cuñado, pequeña mierda!—exclamo entre dientes.—Podrías nacer mil quinientos millones de veces y en ninguna de ellas merecer a Yanelis ¿me entendiste?

—¡Aarón!—exclama la voz de Yan a mis espaldas pero no me importa.

—No eres digno si quiera de voltear a mirarla, no la mereces y nunca vas a merecerla…

—¡Aarón!

—¿De qué hablas?—se burla.—¿Sabes que si te digo cuñado es por Khai, no?—pregunta sin dejar de mirarme. Mi agarre en el cuello de su camisa pierde fuerza pero la sonrisa socarrona sigue instalada en sus labios. Inspiro con fuerza y me alejo lentamente.—¿Qué mierda pasa contigo, Silvetti?

—Tu hermana y yo no somos novios.—le explico sin más.—Por lo tanto tú y yo nunca vamos a ser cuñados…

—Yo no estaría tan seguro.—se mofa.

—Cómo digas.—respondo sin más.—Yanelis, nos vamos a casa.

—De acuerdo…—susurra. Le lanzo una última mirada a Levi y pasando mi brazo derecho por encima de los hombros de Yan la conduzco hasta el auto. No dice ni una sola palabra cuando arrancamos pero aunque se mantiene en silencio, estoy completamente seguro que está enfadada, porque la conozco como la palma de mi mano y también lo estoy.

—¿Entonces…?—comienzo finalmente.—¿Vas a decirme que hacías con ese idiota allí…?

—Aarón…

—Lo digo de verdad, Yan.—ella suspira.

—Sólo queríamos hablar…—susurra finalmente.

—Yanelis, por favor.—reclamo.—Puedes hablar en cualquier lugar del jodido mundo ¿Por qué tiene que ser en medio de la noche en el jodido mirador?—le espeto.—¿Qué no lo entiendes? No confío en ese chiquillo…y tú tampoco deberías confiar en él…

—¿Por qué no?

—¡Porque no!—respondo como si fuese lo más obvio.—Escúchame…sólo quiero que estés bien, Yan…sólo quiero que nadie te haga daño, mucho menos Levi Firshman…

—Yo me sé cuidar sola.

—Dime una cosa, Yan…—comienzo.—¿si este chico te hubiese pedido que hicieran algo más que hablar, habrías accedido?—cuestiono pero Yanelis se mantiene en silencio total.—Yan…

—No.—bufa.

—Enfádate todo lo que quieras conmigo pero siempre que esté en mis manos, voy a salvarte de las garras de ese niño. Y cuando digo siempre, me refiero a siempre…

Sus ojos verdes me miran un breve segundo, frunce sus labios y niega.—Ni al caso…

(…)

—¿Y esa cara?—pregunta Ben.

Detengo mis pasos de golpe y me quedo en silencio contemplándolo fijamente, entre sus arrugadas manos sostiene un libro de pastas duras y sobre sus pómulos descansan los cristales de sus anteojos.—¿Qué haces despierto a esta hora?

—Estaba hablando por teléfono con tu hermana.—respondo lanzándome una pequeña sonrisa.—Se quedó dormida así que estuve velando su sueño y después su pantalla se volvió negra… ¿tienes idea de por qué…?—suspiro.

—Tal vez su celular se ha quedado sin batería…—comento encogiéndome de hombros.

—Parece ser que el celular de tu hermana no es el único que se ha quedado sin batería…—levanto la mirada un momento y suelto un largo suspiro.

—¿Qué significa eso?

—¿Qué es lo que te pasa?—pregunta directamente.

—No entiendo…

—Pareces bastante apagado…—pausa.—aunque no como el celular de Danna…—me rio ante su ocurrencia y él también lo hace.—¿Ves? Ya, dime que es lo que te pasa….

—Sólo pensé que tendría una buena noche con mis amigos y terminó siendo una mierda…la más grande de todas…—le cuento.

—¿Puedo saber por qué?—cuestiona alzando una ceja.

—No me gusta cuando me doy cuenta que las personas se acercan a mí para conseguir algo ¿sabes?

—¿Te refieres a…?—niego.

—No sólo a ella, me refiero a todo en general.—suspiro.—En verdad es una gran mierda, no me gusta, lo odio. Y…me gusta una chica, es preciosa pero parece estar demasiado interesada en quedar bien conmigo y hoy hemos estado a punto de…bueno, creo que no te tengo que contar todo con lujo de detalles...

—Fui joven alguna vez, Aarón.—me recuerda.—Hice las mismas cosas que haces tú… ¿recuerdas?

—Sí, lo sé.—asiento.—¿Pero cómo se supone que me dé cuenta cuando…—niego.—déjalo, creo que iré a dormir…

—De los mil amores o mil parejas que puedas llegar a tener a lo largo de tu vida, hijo, sólo va a hacer uno que te va a marcar para siempre…—mis ojos lo miran un largo momento y puedo sentir las comisuras de mis labios elevándose cuando una pequeña sonrisa a formarse en mi boca.—tal vez no ahora pero cuando llegue esa persona especial; vas a saberlo…con una sola mirada, Aarón…porque tu corazón va a latir desenfrenadamente y vas a querer protegerla de todo mal…

—Ben…—comienzo pero su voz me interrumpe de nueva cuenta.

—Pues esconderte de lo que queras pero nunca del amor…—pausa.—y no importa dónde lo intentes, va a encontrarte siempre…

—No necesito una novia…—susurro pero lo cierto es que no sé si quiero convencerlo a él o a mí mismo.—¿te das cuenta cómo está Chris? ¡Está hecho mierda!

—Porque ha encontrado a esa persona…

—Mira yo no cuestiono las cosas que dices, mucho menos las cosas que sientes porque eres tú quién tiene toda la experiencia…pero es que yo los veo y realmente no me dan ganas de darle el poder a alguien para que me haga mierda con la mano en la cintura a la hora que se le dé la gana… ¿eso es egoísta?

—El amor es algo hermoso, Aarón

—¿Crees que soy una mala persona por el hecho de que me gusta conocer chicas?—pauso.—¿Eso me convierte en alguien mujeriego o algo parecido?

—No.—niega.—No lo eres y deja de decir esas cosas…si hay alguien que te las dice y te las hace creer, entonces esa persona no es buena para ti…—pausa.—mira, Aarón…la persona que realmente te quiera de verdad, no va a juzgarte…y sé que tienes el mundo en la palma de tu mano pero hijo…eso no te convierte en eso que dices…

—A veces lo siento así…

—Pues entonces sientes mal.—declara sin más.—¿Recuerdas lo que te decía Marge…?—mi corazón se hunde.  Porque lo recuerdo perfectamente bien pero fingir que no lo hago, eso duele menos sin duda alguna.

—Ben…

—¿Qué era lo que te decía?—me interrumpe.

Me quedo en silencio un largo momento tratando de ahuyentar los pensamientos de mi cabeza, porque pensar en Marge es abrir una herida que creía estar comenzando a sanar, porque odio sentirlo así, es jodido. Pero es mucho más jodido no poder hacer absolutamente nada para poder calmar ese dolor, porque no se va, es algo que de alguna manera llevaré conmigo por el resto de mis días.

—Que el valor de una persona no se mide  por quién es o por la apariencia que le muestra al mundo—recito;—…sino por sus pensamientos, sus ideales y lo  que lleva en el corazón…

—Exactamente, me alegra que lo recuerdes bien.—pronuncia.—Ahora, trata de creértelo y ponerlo en práctica.—me sonríe.—Creo que Marge le gustaría…

—¿La echas de menos?—pregunto y al segundo me arrepiento.—Sé que suena como una pregunta estúpida pero…

—Le echo de menos con cada latido de mi corazón y con cada segundo de mis días…

Asiento lentamente.—También la echo de menos, no tienes ni idea de cuánto…—pauso.—y sé que era mi abuela, pero ella era tu esposa y ustedes pasaron tanto tiempo juntos que…

—Todos perdimos a alguien especial en ella, Aarón…—me interrumpe.—tú perdiste  una abuela y a la más fiel de las amigas y confidentes que tuviste alguna vez, yo perdí al amor de mi vida…

 —¿Se supone que algún día nos encontraremos con ella otra vez, no?—pregunto.—Mamá dice eso...

—Y ese día, Aarón, será el día más feliz de toda mi existencia…
 
 


—¡Lo siento, había mucho tráfico!—me excuso apenas llego hasta la mesa en la Gala se encuentra sentada. Coloca sobre la mesa la taza de café que sostiene entre sus manos y tras dedicarme una sonrisa amable, niega lentamente.

—No te preocupes, no hace mucho que llegué justamente por la misma razón.—anuncia.—¿Cómo estás?

—Yo bien.—respondo tomando asiento.—Pero tú no te escuchabas demasiado bien ayer por la noche cuando hablaste conmigo…—pauso.—¿todo bien?

—Todo bien.—asiente.

—¿Entonces…?—pregunto en voz baja.—¿Qué es lo que pasa?

—¿Lucah quiere terminar conmigo, cierto?—pregunta directamente y sin rodeos. Mis ojos se abren con algo de sorpresa pero mi cerebro es capaz de enviar las indicaciones correctas para poder responder a eso.

—¿Qué?

—Bel, por favor…—susurra.

—Gala…yo no puedo hablar de estos temas contigo porque son cosas de mi hermano y tuyas, no mías. No me incumben sus temas de pareja…—respondo amablemente.—No voy a abogar contigo por Lucah y tampoco voy a abogar por ti con él… ¿entiendes eso?

—Es que estoy desesperada…—confiesa.—lo amo y no quiero perderlo…

—Yo…—comienzo lentamente.—lo siento pero no puedo hablar de esto contigo porque como dije, no me incumbe…

—Bel…

—No.—decido.—Eres mi amiga y te quiero pero no debo hacerlo. Si él quiere terminar contigo, sus razones debe de tener ¿no crees?

—Belenn...

—¿En verdad lo amas?—pregunto. Sus ojos marrones me observan fijamente.

—Demasiado.—hace una pausa.—Pero no sé qué es lo que pasa últimamente con él, está distante, frío…

—¿Y crees que toda la culpa es de Lucah?

—Yo…no lo sé.—susurra lentamente.—Se supone que somos una pareja, ¿no?—asiento.—Entonces creo que los problemas son de los dos pero también es verdad que soy la única que pone de su parte para arreglarlo…Lucah pareciera que cada día está más alejado de mí y...

—Como dije antes, eso es problema de ustedes dos.—respondo sin más.—Y los problemas de pareja se arreglan en pareja…y no quiero sonar grosera o algo que se le parezca pero si en verdad sólo querías hablarme sobre esto entonces yo no…—pero ella me interrumpe.

—No sólo es por eso.—anuncia.—También es porque quería hacerte una invitación...

—¿Invitación a mí?—repito lentamente.

—Sí.—asiente lanzándome una pequeña sonrisa.—El hermano de mi mamá acaba de ser ascendido en un puesto importante de la política en Nueva Jersey, él no vive allí pero…mi tía está organizando una fiesta para celebrarlo este fin de semana en su casa y quería invitarte…es un viaje pequeño pero mamá ha estado un poco loca desde que su hermana se lo dijo…

—¿Un pequeño viaje a Nueva Jersey?—pregunto y ella niega de inmediato.

—No. A Westfield. Es un pueblo, por llamarlo de algún modo, a las afueras de Nueva Jersey…

—Westfield…—musito en voz baja. Gala asiente.

—Sí.—me sonríe ampliamente.—Es sólo el fin de semana, incluso estaba pensando en invitar a los chicos y a Sharyl…

—Yo…no lo sé…—susurro.—supongo que tendría que hablarlo con mis padres antes de dar una respuesta ¿no?

—Piénsalo, Bel. Explorar puede ser una cosa divertida, Khailani dice que es muy cool en verdad…

—¿Khailani?—repito sin dejar de mirarla directamente a los ojos.

—Mi prima.—asiente.—Pero es irrelevante, lo que quiero decir es que no creo que tus padres se opongan, conocen a mis padres y además; si Noah y Lucah van también, realmente no creo que digan algo, ellos saben que los gemelos te cuidan con su vida entera ¿no crees?

—De todos modos necesito hablarlo con ellos, no puedo tomar decisiones apresuradas y mucho menos puedo tomar decisiones por mis hermanos…sobre todo si dices que las cosas entre Lucah y tú están…extrañas...

—Lo entiendo.—acepta.—De todas maneras trataré de hablarlo con él…

—Realmente espero que las cosas entre ustedes se arreglen…—ella asiente.

—De todas maneras, Bel, deberías considerar la idea de venir conmigo a Westfield, Shar y tú quiero decir, las tres somos amigas y creo que sería divertido, además también estoy segura que Khai va a caerles de maravilla…

—No lo dudo.—respondo sincera.

—Piénsalo, Bel…—me sonríe.—Quién quita y en Westfield encuentras al amor de tu vida…

—El amor de mi vida, claro...
 
 
 

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