C23. ¿Quién putas dijo...?

No puedo recordar la última vez que mis ojos se apartaron de Sofía –si es que lo hicieron alguna vez a lo largo de la noche, quiero decir- pero a estas alturas, estoy seguro que cree que soy un acosador. La sonrisa que lleva en los labios no ha desaparecido y ese brillo tan especial en sus ojos azules la han acompañado en todo momento. Es preciosa. Es demasiado irreal para ser real.

—¿Ya me vas a decir por qué me estás mirando de ese modo?—pregunta.

—No te estoy mirando de ningún modo en particular...—respondo en voz baja.

—Claro que sí—asiente.—¿Qué es lo que pasa?

—No pasa nada tampoco...—musito y luego suelto todo el aire que he estado conteniendo en mis pulmones y que no me di cuenta que lo hice hasta este momento. Ella coloca su copa y la mía sobre la mesilla de la sala y centra su atención en mí. Acaricia mi mejilla con la palma de su mano y acercándose un poco a mí, deja un pequeño beso sobre la punta de mi nariz. Automáticamente mi piel se eriza y una pequeña sonrisilla aparece en sus labios porque si lo he notado yo, ella también lo ha hecho y eso está bastante claro.—Preciosa...

—¿Confías en mí?—pregunta.

—Claro que confío en ti—replico de inmediato.

—Entonces cuéntame qué es lo que pasa...—pide sin dejar de mirarme.

Inspiro con fuerza y luego niego lentamente—Hace un par de meses, justo antes del accidente de Yanelis, conocí a alguien y no te voy a mentir, me enamoré casi al instante...—asiente pero no aparta sus ojos de los míos—después pasaron algunas cosas y...

—No, Aarón...—niega—, a las cosas llámalas por su nombre—repone en voz baja.

—Me enamoré como un loco y te juro que por un momento pensé que estaríamos juntos por el resto de mi vida...—confieso lentamente pero ella ni se inmuta. Y por alguna extraña razón que no lo haga, me gusta. Me genera confianza en querer seguir hablando—, incluso Danna pasaba todo el rato jodiendo con que quería un sobrinito y me gustaba la idea pero...¿te ha pasado que haces algo y después te sientes como un completo idiota?—asiente—Pues creo que pasó algo así en esto, un día estaba buscándola y cuando fui a su habitación; me abrió un tipo; estaba ahí con ella y ella parecía feliz y me ganaron los celos, no lo voy a negar, y sé que dirás que tendría que haber confiado en ella pero en ese momento yo no estaba pensando con claridad. Después buscando un poco más sobre ella, me di cuenta que era su ex novio y joder, creo que no debería estar contándote esto porque estoy quedando como un verdadero cabrón...

—Hey, no.—replica.—No quiero que creas que te estoy juzgando porque no lo estoy haciendo; al contrario, que me cuentes estas cosas solo me hace ver que no eres el príncipe azul que todo el mundo piensa que eres solo porque tienes una cara linda y unos ojos de infarto—me río y ella también lo hace—pero hablando en serio, eres un ser humano perfectamente imperfecto y eso hace que me gustes todavía más...

—¿De verdad?—cuestiono.

—De verdad—asiente y deja otro pequeño beso sobre mi nariz.—Ahora sigue, cuéntame que fue lo que pasó...

—Me enfadé muchísimo y me llené de celos, no te voy a mentir; sentí celos como no había sentido nunca antes en la vida, estaba desahogándome con Dan y fue cuando llamaron para avisar sobre el accidente de Yan. Con las prisas, el coraje y el susto, terminé perdiendo mi celular, traté de recuperar mi número al menos pero no se pudo. Cuando mi hermana comenzó a ser quien es, tú sabes, con toda la locura que tiene detrás de ella, su agente le recomendó a mamá que en caso de que cualquiera de nosotros extraviase su teléfono móvil de inmediato el número se diese de baja por cuestiones de seguridad y privacidad y eso fue lo que mamá hizo, así que cuando me di cuenta que lo había perdido Marion dijo que era mejor que consiguiese un número nuevo y aunque no la soporto, confié en ella...

—No entiendo a que viene esto...

—Que hasta esta mañana pude recuperar mi número telefónico y con él, un mensaje de Belenn donde me pide que me reúna con ella porque tiene algo importante que decirme...—murmuro sin dejar de mirarla—dijo que después si quiero puedo volver a desaparecer de su vida; pero que es urgente...

—¿Y qué es lo que haces aquí entonces?—niego.

—No, Sofí... —comienzo—, no estás entendiendo lo que quiero decirte; escúchame, no quiero que pienses que el tiempo que he estado contigo no ha significado algo especial para mí porque eso es una vil mentira, eres la persona más especial que tengo en mi vida ahora mismo y no sé en qué jodido momento, o la razón o el día en el que te metiste en mi corazón y luego ya no tuviste la intención de salir de ahí nunca más aunque para ser honesto, no quiero que lo hagas...—hago una pausa cuando me doy cuenta que estoy siendo Danna cuando deja de hablar un solo momento.

—¿Pero?

—No hay un pero.—respondo sincero.—Quiero que me acompañes.

—No.

—Sofía...

—No, Aarón—decide en voz baja.—Confío en ti con los ojos cerrados pero no quiero que me pidas que te acompañe a que te reúnas con tu ex novia porque sería extraño ¿no crees?—me encojo de hombros lentamente.—Además, yo para ella puedo ser una persona no grata y prefiero evitarnos problemas de cualquier tipo que esto pueda ocasionar, te puedo acompañar a Los Ángeles pero no me pidas que te acompañe a su reunión...

—¿Y lo que te acabo de decir?—pregunto y por un breve segundo me siento como un nene hablando con su madre.—¿No cuenta?

—Mírame—me pide al tiempo que apoya su frente en la mía.—Claro que cuenta y claro que confío en ti y no tienes ni idea de lo significa para mí que me digas todas estas cosas porque respecto a ti me siento de la misma manera, Aarón...—pausa—pero creo que esto tienes que hacerlo tú solo y yo voy a estar ahí para ti cuando vuelvas ¿de acuerdo?—asiento lentamente.—Así que ve ahí con toda la seguridad del mundo de que no me iré, habla con Belenn y sé completamente sincero con ella porque me imagino que sino le respondiste jamás debe haber pensado cualquier cosa y no eres nada de lo que los demás personas digan ¿me entendiste?—asiento de nueva cuenta—Eres Aarón Silvetti, un chico con un corazón increíblemente grande y lleno de amor, ese sí eres tú ¿y sabes porque lo sé?—niego.

—¿Por qué?

—Porque esa fue una de las razones más fuertes por las cuales me enamoré de ti...—confiesa y mi corazón da un vuelco dentro de mi pecho. Y por primera desde aquel día, siento que nada puede ser más perfecto. Que la vida puede ser una hija de puta pero que cuando tienes a personas especiales a tu lado, todo es más fácil. Por primera vez me permito pensar en Belenn como parte de mi pasado y por primera vez veo a Sofía en mi futuro. Por primera vez pensar en Hazel no duele. Por primera vez pensar en Sofía me emociona a tal manera que siento que en cualquier momento el corazón se me va a salir por la boca.

—¿Lo estás...?—me atrevo a preguntar. Sus cejas medio rubias se fruncen un segundo y una risita escapa de mi garganta antes de que mis labios atrapen los suyos. Sofí se ríe sobre mi boca pero no se aparte. Corresponde a mi beso.

—¿Eso responde a tu pregunta?—cuestiona cuando finalmente el aire –hijo de puta- nos ha faltado y nos ha obligado a separarnos. Ladea un poco su cabeza y dejando otro pequeño beso sobre sus labios asiento.

—Pero no tengo problema con volver a cerciorarme...

(...)

Tamborileo mis dedos sobre la superficie de la mesa y por primera vez me molesta que las personas sepan quién soy. Las miradas lascivas de las mujeres me hacen sentirme sucio por un par de segundos muy breves. Los susurros de las personas a mi alrededor –que para nada son discretos- inundan mis oídos y entonces me doy cuenta que tal vez este lugar fue una mala idea. Reviso la hora en la pantalla de mi celular y termino lo que queda de mi café pensando en que debería pedir otro y justo cuando voy a hacerlo, ella está delante de mí.

Los ojos hazel de Bel me miran fijamente y aprieto mis manos hasta que mis nudillos quedan blancos. No porque este enojado sino para darme valor de hablar. Belenn me observa fijamente hasta que lo que parece ser una pequeña sonrisa se asoma en la comisura de sus labios.

—Yo...—comienzo pero ella niega lentamente.—Bel...

—No voy a reclamarte nada—comienza también. Me pongo de pie en un salto y le ofrezco la silla a mi lado. Ella no se pierde un solo segundo de mis movimientos y cuando finalmente vuelvo a mi lugar puedo darme cuenta de que aunque el color de su cabello ha cambiado un poco, ella sigue siendo la misma; y mi corazón late. Late mucho pero no late de la misma manera. Joder. Porque a pesar de que solo han pasado un poco más de dos meses, parecen una eternidad.

—De todos modos mereces una explicación de porqué no obtuviste una respuesta mía en todo este tiempo, me corresponde dártela...—murmuro sin dejar de mirarla—y quiero dártela, además estoy seguro que no vas a creer lo que te voy a decir pero perdí mi teléfono y no pude recuperar mi número hasta ahora y con él todos los mensajes que me dejaste y en serio lamento no haber respondido antes pero yo...—niego un poco—puede ser una excusa muy estúpida pero te juro que no estoy mintiendo...

—Te creo—asiente.

—Bel...—susurro.—Lamento en serio haberme ido y no haberte dado señales de vida...

—Aarón, si te pedí que no viésemos no fue para que me pidieras perdón muchas veces...—murmura sin dejar de mirarme.—sé que seguiste con tu vida porque estabas en todo tu derecho de hacerlo pero si sirve de algo, en el fondo tenías razón, cuando apareciste en el tour de Danna...se suponía que yo estaba tratando de intentar darme otra oportunidad con Thomas pero fue justo cuando Marion me ofreció trabajo como parte del equipo y yo acepté, todo lo demás se complicó y dejé de verlo y aunque por obvias razones nosotros lo dejamos, nunca lo dijimos como tal...pero lo que sentí contigo fue increíble y jamás te mentí.—hace una pausa—Thomas sí vino a visitarme pero en plan de amigos y para que ambos nos dejásemos en claro que no teníamos más un futuro juntos o algo que fuese remotamente posible...

—¿Qué...?

—Después fui detrás de ti pero Marion me dijo algunas cosas que me hicieron cuestionarme si estaba siendo egoísta...—hace una pausa—y tenía razón cuando dijo que un chico como tú no podía estar con una chica como yo...

—Pero que mierda...—niego—¿le creíste esa mierda a esa mujer que parece estar loca de remate?

—Al principio sí—asiente—pero después entendí que no se trataba de ti siendo alguien inalcanzable ni de mí siendo una soñadora nata...—me explica en voz baja—es verdad que vivimos en mundos completamente distintos pero se unieron, Aarón...dos mundos que se unieron y que crearon algo increíble como fue el amor que nosotros nos tuvimos...

—Bel...—murmuro.

—Te amo...—me dice y siento ganas de llorar. Muchas ganas de llorar.—Y creo que voy a amarte siempre, sin embargo, creo que somos de esas personas que no tienen que estar juntas para saber que nos amaremos siempre, porque sé que amas también...

—Lo hago...—confieso en voz baja.—Hazel, yo...

—Estoy embarazada.—suelta de golpe y absolutamente todo a mi alrededor se para. No existe sonido alguno, no existe ni una sola persona que no sea ella. Sus ojos hazel me observan fijamente y mi corazón da un vuelco dentro de mi pecho. Coloca una bolsa sobre la mesa y con un pequeño gesto me indica que la tome.—Es para ti.

—¿Qué?

—Ábrelo—me anima—, son algunas de las pruebas de embarazo que me hice; sé que esto cambia absolutamente todo y lo siento mucho si te complica las cosas pero estás en todo tu derecho de saberlo...porque es tu bebé, es nuestro bebé y no quiero que pienses que con esto pretendo que vuelvas corriendo a mí porque no es el caso...

—No voy a separarme de mi bebé, Bel—respondo al instante devolviendo la bolsa que me entregó.—Joder, yo jamás podría apartarme de mi bebé...y no necesito que me demuestres nada, porque te creo.

—Aarón...

—Y tener un bebé contigo es una de las mejores cosas que me ha pasado en el mundo...—murmuro lentamente y soy testigo de las primeras lágrimas rodando por sus mejillas—, joder, ven aquí...

Y cuando sostengo a Bel entre mis brazos, mi corazón explota. Explota tan fuerte como si de un fuego artificial se tratase. El olor de su cabello se cuela por mis fosas nasales, siento mis manos temblar de inmediato y unas increíbles ganas de besarla se apoderan de mí; entonces entiendo que no importa cuánto yo quiera decir que todo se ha terminado entre nosotros, no lo ha hecho y jamás va a hacerlo.

—Aarón...—murmura sin apartarse de mi abrazo.

—Vamos a estar bien, lo prometo—respondo sin más—puedes estar seguro que jamás va a faltarle nada a nuestro bebé, Bel...que desde ahora es lo que más amo en el mundo y joder...¿te puedes creer que dentro de ti hay alguien más...?

Los ojos de Belenn finalmente me miran. Una pequeña sonrisa aparece en la comisura de sus labios y con sus pulgares acaricia mis mejillas con tanta lentitud que se siente como una caricia eterna.—No te estoy pidiendo que vuelvas conmigo...—niego un poco—, no pretendo que dejes tu vida y que vengas a la mía...

—¿Qué cambió, Bel?

—Lo que yo siento por ti, nada—responde lentamente—Pero tenías derecho a seguir con tu vida, Aarón...

—Bel...

—Aarón...

—Conocí a alguien—suelto finalmente pero ella ni se inmuta, de hecho, es como si en el fondo, ella ya lo supiera.—Bueno, no conocí a nadie en realidad; hace mucho tiempo que llevamos conociéndolos, solo nos dejamos de ver por un tiempo y yo...—suspiro—siento algo fuerte por ella...también...

—Lo sé—asiente y mi corazón se frena de inmediato.—Y no quiero que pienses que yo vine con intenciones de hacer que tu vida sea jodidamente complicada, mucho más de lo que va a serlo, quiero decir...

—Hazel...—suspiro—, no miento cuando digo que te amo, lo hago...no ha cambiado en nada pero..es que yo...

—También la amas a ella...

(...)

—¿Qué va mal?—pregunta Danna apenas me ve de pie delante de la puerta de su apartamento. Mis ojos se llenan de lágrimas sin que pueda evitarlo y un segundo después, los brazos de mi hermana están rodeándome con mucha fuerza. Siento sus labios sobre mi cabeza pero no me suelta ni un poco.—¿Qué es lo que pasa, amor?

—Voy a ser papá...—susurro apartándome un poco para poder mirarla. Sus ojos se abren con sorpresa pero no se aleja ni un solo centímetro.

—Yo...—niego un poco y ella se queda en silencio un breve momento.

—Estoy jodidamente feliz...—confieso—, pero también estoy jodidamente asustado, Dan. ¿Y qué pasa si no soy un buen padre...? ¿O qué pasa si Belenn se llena de miedo y termina sin querer tenerlo?—Danna inspira con fuerza—No puedo obligar a no tener a nuestro hijo sino quiere pero también es mi bebé y joder...

—Hey, mírame...—susurra acunando mi rostro entre sus manos—, estoy completamente segura que vas a ser el mejor padre del mundo para mi sobrinita o sobrinito, ¿y sabes por qué?—niego de inmediato—Porque eres un gran hermano, porque siempre has estado detrás de mí y me has cuidado; y si eso puedes hacer por tu hermana ¿te puedes dar una idea de todo lo que puedes hacer por tu bebé...?—me sonríe

—Amo a Bel...—comienzo—la idea de tener un bebé con ella me parece increíble y para esta hora ya tengo novecientos escenarios en mi cabeza en donde somos una familia, ella, nuestro bebé y yo...—ella asiente lentamente—, pero también amo a Sofía. La amo, Danna. No concibo la idea de no tenerla en mi vida y me aterra que eso pase...

—Hermani...

—¿Y quién putas dijo que el amor debe ser solamente entre dos personas?—suelto entre lágrimas—¿Quién jodidos dijo que hay que limitarse? ¿Qué amar a dos personas está mal? ¿En dónde está escrito que el amor solamente puede ser entre dos personas y que no te debe de importar si hay alguien más? ¿Quién dijo que debemos elegir uno entre dos amores cuando se puede tener los dos...?—niego bajo la atenta mirada de Danna que parece haberse quedado sin palabras.—Quiero tener a mi bebé con Belenn pero también quiero estar con Sofía.—niego—¿Por qué está mal, Danna?

—No creo que esté mal...—susurra mirándome fijamente.—Sólo que a muchas personas eso no les parece normal, pero hermani, eso no quiere decir que sea malo, que no se pueda o que en efecto, no sea correcto—explica lentamente—, todas las personas deberían amar libremente sin importar que es lo que piensan los demás...

—Pues todos se pueden ir al carajo—decido.

—Hermani...—murmura lentamente.—Creo que lo primero que tienes que hacer es tranquilizarte, después me cuentas todo para poder aconsejarte y cuando tengas la cabeza bien fría, entonces vas a poder pensar con claridad y tomar una decisión, ¿no lo crees?

—No quiero perderlos, Dan...—inquiero y me doy cuenta que mi voz suena más como a una suplica.—Ni a mi bebé, ni a Sofía ni a Bel...

—Ven, es hora de que vayas a descansar, ha sido mucho para un solo día ¿no crees?—pregunta tomando mi mano y conduciéndome al pasillo que llevan a las habitaciones.—Mañana con la cabeza fría y las ideas despejadas hablaras con ambas y todo va a ir mejor, Aarón...

—¿Por qué me pasa esto a mí...?—cuestiono pero ella niega lentamente al tiempo que abre la puerta de la habitación de huéspedes para mí.

—No todo tiene que ser malo, amor—responde dándome una pequeña sonrisa que ni siquiera llega a sus ojos.—Tal vez en este mismo momento se vea así...—suspira--, Aarón, el amor es complicado, sí.—asiente—pero no es imposible de manejar; sólo debes tomarlo con calma y decirlo claro, todo se acomodará después, lo prometo...

—Al final cumplí tu deseo...—nuestros ojos se encuentran y una pequeña sonrisa se abre paso en sus labios.

—Ahora debes llamarla como yo si es una nena—decide y yo me echo a reír sin ganas. Mi cuerpo pesa y apenas tengo fuerza para mantenerme en pie. Llorar cansa, definitivamente.

—Suena, Danna Allye—murmuro dejándome caer sobre el colchón.—¡Eso no va a pasar!

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