C22.Las sorpresas.
—¿Podemos pasar?—asomo la cabeza por la puerta y automáticamente los ojos verdes de Yan se iluminan, una pequeña sonrisa se abre paso en sus labios y luego asiente.
—Hola...
—Espero que esta sea la primera y la última vez que se te ocurre darme estos sustos de muerte, Yanelis Marie Colón—reclamo—me has quitado en un día treinta años de vida...
—Erick dice que Khai...—comienza pero la interrumpo de golpe.
—Está bien ¿de acuerdo...?—solloza—En verdad lamento lo que ha pasado con ella y todo lo que su familia está sufriendo pero tú estás bien, Yan; y por dios, sé que va a sonar horrible lo que voy a decir pero pudiste haber estado en su lugar y entonces ninguno de nosotros podríamos haberlo soportado...
—Lo siento mucho...—llora.—Sé que debí haberte hecho caso cuando me dijiste que no era buena idea salir con Levi pero es que yo...
—Ven aquí...—murmuro envolviéndola en medio abrazo.—Vas a estar bien, mi amor; ahora tienes que pensar que todo esto ha quedado como una enseñanza, Yan...primero a obedecer cuando nosotros te decimos algo, no queremos controlarte, solamente queremos cuidarte porque somos más grandes que tú y por lo tanto tenemos muchas más experiencias porque hemos vivido más ¿estamos?—asiente un poco.—Lágrimas fuera, tienes unos ojos preciosos para que estén tan empañados ahora mismo...
—Me quiero ir de aquí...—asiento.
—Te prometo que haré lo que esté en mis manos para que esta misma tarde te dejen irte a casa; siempre y cuando el médico diga que el peligro ha pasado...
—De acuerdo...—le sonrío—¿quién es ella...?—cuestiona llevando su mirada por encima de mi hombro. Sigo la dirección de su mirada y mi corazón da un vuelco dentro de mi pecho. Sofía está de pie en el cristal de la ventana, una pequeña sonrisa portan sus labios y entre sus manos sostiene un ramo de flores.—Me recuerda a alguien pero...
—Se llama Sofía, es la hermana de Nay—Yan ladea su cabeza—Mi mejor amiga, de la universidad ¿recuerdas cuando vino a mi cumpleaños hace un par de años?—asiente. Le hago una pequeña seña con mi mano para que entre y un par de segundos, está en la puerta.
—Hola...—saluda finalmente.—Te traje flores, espero que te gusten...
—Hola, muchas gracias de verdad, es un detalle muy lindo pero soy alérgica al polen—responde. Llevo mis ojos a Yanelis de inmediato.
—Oh, lo siento muchísimo...—murmura avergonzada y Yanelis se echa a reír.
—¡Es una broma!—se burla.—Me encantan las flores y estas son preciosas...
—Dios...—susurra—, Erick me dijo que las orquídeas eran tus favoritas así que...espero que te gusten en verdad...—pausa—soy Sofía, nos conocimos hace un par de años y bueno, pensé que te gustarían las flores...—jadea—y sólo eso, te las dejaré aquí y yo...tengo que irme...
—Muchas gracias, Sofi—responde mi hermana pequeña obsequiándole una pequeña sonrisa. La veo intercambiar un beso en sus mejillas y lanzándome una última mirada, Sofía sale de la habitación dejándonos solos nuevamente. Llevo mis ojos a las flores que ha dejado sobre la mesilla de Yan y un ligero carraspeo de garganta me trae de vuelta a la realidad.—¿Un balde para la baba?
—Payasa—replico.
—¿Qué haces aquí?—pregunta de repente.
—¿Disculpa?—cuestiono—¿Cómo que qué hago aquí?—me quejo—Pues vine a verte porque estaba preocupado por ti, grosera.
Ella se ríe—Me refiero a que qué haces aquí sentado cuando es más que obvio que te gusta y que quieres salir corriendo detrás de ella...
—Yan...—comienzo.
—Sólo digo lo que veo—se encoge de hombros. Me quedo en silencio un par de segundos y una amplia sonrisa se abre paso en sus labios.—¡Ve antes de que se vaya!
Me pongo de pie en un salto y dejo un beso sobre su frente antes de salir corriendo por la misma puerta por la que Sofía acaba de salir. —¡Sofía!—exclamo cuando la encuentro oprimiendo los botones del ascensor. Sus ojos azules me miran un pequeño segundo y me da una pequeña sonrisa.
—Hey.
—¿A dónde vas?—pregunto en voz baja.
—Vine a traerle flores a Yan porque me pareció un buen gesto para después volver a casa, Nay va a quedarse así que...
—Quédate...—murmuro lentamente.
—Aarón...
—Por favor, quédate...
Dicen que en la vida hay personas que vienen para enseñarte cosas, a veces simples, a veces importantes; dicen que cada cabeza es un pequeño mundo flotante repleto de emociones, opiniones y experiencias que te hacen ser mejor persona, otras que te dañan y te reconfortan.
Aarón Silvetti me enseñó a amar. Me enseñó que el amor desinteresado existe. Me enseñó que los sueños se hacen realidad y que los cuentos de hadas aunque fugaces que sean, existen. Que los príncipes azules son de carne y hueso porque son humanos, que los humanos se equivocan, que tienen límites y que se forjan con el carácter y con cada una de las decisiones que toman.
—Buenos días—saludo apenas entro en el comedor de mi casa.
—Hola, Belibú—responde Noah ofreciéndome una amplia sonrisa, una de esas sonrisas por las que cualquier marca de cremas dentales estaría dispuesta a pagar una cantidad monetaria considerable por tenerla en sus filas.—¿Waffles?—añade y yo niego; veo a Lucah lanzarme una pequeña mirada mientras deja su taza de café sobre la superficie de la mesa.
—¿Hasta cuándo vas a seguir deprimiéndote por un tipo que no vale la pena?—me pregunta Lucah.—Entiendo que estés lastimada pero no puedes llorar toda la vida por Aarón, mucho menos si haces el intento por estar en contacto con él y declina cada uno de los intentos que haces... ¡ha pasado un mes!—pausa fugazmente—No creo que una persona no tenga tiempo para tomar el celular y ver que tiene llamadas perdidas de la chica que se supone que ama ¿no?
—Touché—susurra Noah. —Mi amor, sé que no eres ese tipo de persona y aunque odio tener que admitir esto en voz alta; Lucah tiene razón. Si Aarón Silvetti no quiere estar presente en tu vida, entonces él se lo pierde.
—Repite eso, Noah.—pide Lucah.
—¡Sigue soñando!—se burla al tiempo que mi otro hermano le muestra su dedo medio.
—¿Podemos cambiar de tema?—inquiero sin despegar mis ojos de los suyos porque seguir hablando de Aarón me duele en el corazón. Seguir hablando de una persona que llevas extrañando cada uno de los días durante un jodido mes, duele como la mierda.—De verdad, me duele la cabeza lo suficiente para seguir con este tema...
—¡Tengo una idea!—exclama de repente.—Hagamos algo juntos.
—¿Algo de hermanos?—pregunta Noah.
—No—niega Lucah.—Hagamos algo todos juntos. Sharyl, Noah, Bel, Thomas, y quiero presentarles a un par de personas...
—Me gusta la idea—inquiere Noah lanzándome una pequeña mirada.—¿Te animas?
—No creo que yo sea una buena compañía para alguien...—susurro—, pero pueden salir ustedes y yo los puedo esperar aquí, no lo sé, quizás después podemos ver películas malas en el televisor o algo que se le parezca y así me cuentan cómo es que les fue en su día cool...
—Vamos, Belibú...—murmura mi hermano mayor—, no te hace bien quedarte encerrada todo el tiempo, además, puede resultar algo condenadamente divertido, ¿no crees?
—No.
Noah se echa a reír de inmediato y niega.—Bueno, entonces vas a venir con nosotros y no es una pregunta—comienzo a abrir la boca para replicar pero su voz vuelve a hacerse presente incluso antes de que yo pueda emitir sonido alguno—, soy tu hermano mayor y te lo estoy ordenando porque ninguna hermana mía va a quedarse con el trasero metido en el colchón de la cama llorando cuando tiene un trasero de puta madre que mostrar al mundo y antes de que pienses que te veo el trasero, joder, no, ¡qué asco!
—¡Eso es lo que parece, Noah!—se queja Lucah.
—El trasero de puta madre es de familia, atarantado.—replica—¿No ves el mío?
—No presto atención a miserias.—se burla y me echo a reír.—¡Ja, punto para Lucah!
—¿Puedo negarme?—pregunto pero ya sé cuál va a ser la respuesta.
—¡No!—replican los dos al unísono.
—¡No los soporto!
(...)
—¿A dónde tan feliz?—me giro sobre mis talones y una pequeña sonrisa se abre paso en los labios de Thomas, una que por supuesto, muere ahí mismo los dos segundos siguientes.—Lo siento, pensé que estabas de buen humor...
—Lo siento—susurro volviendo a mi postura anterior.
—No tienes que pedirme perdón por nada, Bel—me espeta sin dejar de mirarme—, ¿has hablado ya con Silvetti?
—No—niego.—Su celular me envía directamente al buzón de voz, es como si lo hubiese cambiado o no lo sé, tal vez solamente ha bloqueado mi número...—suspiro—¿y tú cómo estás?
—En verdad lo lamento—comienza de nueva cuenta.—Si yo hubiese sabido que yéndote a visitar te iba a meter en este problema tan enorme, te prometo que nunca hubiese ido a visitarte.—Thomas deja escapar todo el aire de sus pulmones y me sonríe.
—Estamos bien, Tommy—respondo sincera.—De todos modos, creo que Marion tenía razón respecto a lo que me dijo sobre Aarón...—él niega.
—No, no digas esas cosas—se queja—, Bel, eres una de las personas más extraordinarias que he conocido en mi vida y nada de lo que esa mujer diga es verdad, ella es una bruja y tú no. Yo te conozco y ella no—hace una pausa—, así que necesito que dejes de pensar esas cosas ¿estamos?
—Mjm.
Miento. Porque aunque no lo diga en voz alta, las palabras de Marion se reproducen en mi cabeza una y otra vez, como si la seguridad con la que me dijo todo aquello hubiese sido la adecuada para que todo aquello se quedase grabado en mi cerebro, tan grabado como si de un tatuaje se tratase.
—Y respondiendo a tu pregunta, estoy bien. Ahora, señora Belenn Crusoe—se ríe y es el sonido de su risa lo que me hace volver a la realidad de golpe—, Lucah me dijo que estaba planeando tener un día cool de amigos y eso es justamente lo que vamos a hacer, de hecho, quiero presentarte a alguien...
—¿A quién?—pregunto.
—A Grethel—mis ojos se abren con un poco de sorpresa y una gran sonrisa se abre paso en sus labios. Es entonces cuando me doy cuenta del brillo tan precioso que Thomas lleva en los ojos. Esas pequeñas arruguitas que se forman en las orillas de ellos. Esa sonrisa tan enorme. Esa vibra tan bonita que da y toda la felicidad que se ve reflejada en todo su semblante.—¿quieres?
—¿Estás enamorado?—cuestiono lo obvio y aunque realmente no tiene que responderme porque ya sé la respuesta, de todos modos lo hace .
—Demasiado...—susurra apartando su mirada de la mía.
—¡Me encanta!—respondo sincera—Y no hagas eso, Tommy.—me mira de nuevo—No bajes la mirada como si estar enamorado fuese un delito o como si fuese algo malo, no es malo.
—Te quiero muchísimo.—responde tomando mi mano.
—También te quiero muchísimo, eres mi mejor amigo.—él me sonríe.
—Ahora ven, vamos que te la quiero presentar, le he estado hablando mucho de ti y creo que ahora está ansiosa por conocerte...—me explica tirando de mi mano.
—¿Es por eso que estás temblando?—bromeo y él se echa a reír de inmediato.
—¡¿No crees que para ser bastante enana eres bastante cruel?!—replica sin dejar de mirarme.—¿En dónde guardas toda esa maldad?
—Oh, vamos, puedes ser el mejor abogado del mundo y puedes intimidar a cualquier persona con esa mirada pero te conozco como la palma de mi mano y esa mirada conmigo no funciona, Thomas Folgers—me burlo.—Y espero que cuando tengas seis bebés yo sea la madrina de todos.
—Te dejo ser cruel solamente porque acabo de descubrir que de ese modo la tristeza parece esfumarse en ti, eres bastante tétrica, enana—suelta en medio de una risita de diversión.—En cuanto al tema de los bebés, espero que seas por lo menos la madrina de uno.—Entorno mis ojos y camino detrás suyo.
—¡Eso es grosero!—me quejo.—Será la tía-madrina sexy y millonaria de los niños Folgers.
—Te faltó decir enana, tétrica y mal humorada también—le doy un pequeño golpe en el brazo que es recibido por una queja.—Te lo dije.
—¡Chicos!—la voz de Noah llena el aire y automáticamente mis ojos lo miran cuando estoy a punto de replicar.—Llegó por quién lloraban—anuncia y el sonido de la risa de Sharyl lo secunda.—¡Y trajimos hamburguesas!
—Esperen que quiero presentarles a alguien...—la voz de Lucah lo interrumpe, llevo mis ojos de Noah a Lucah y es cuando me doy cuenta que una pequeña figura femenina está de pie detrás de él.
—¡Esto va a ser épico!—anuncia Tommy a mi lado, lo observo un pequeño segundo mientras una pequeña sonrisa socarrona se abre paso en la comisura de sus labios.
—¿Qué sabes tú de esto?—pregunta.
—Nada.—decide.
—¿Qué pasa, Lucah?—cuestiona Noah.
—Les quiero presentar a Lizzy...—comienza y se hace a un lado. Una chica castaña queda ante nuestros ojos, ella nos observa fijamente, es linda, no puedo negarlo, parece seria y temerosa pero cuando Lucah entrelaza sus dedos con los de ella, una pequeña sonrisa se abre paso en mis labios—, mi novia.
—¡Eso!—exclama Noah y de inmediato una ronda de presentaciones comienza.—¡Pero que todo el mundo tiene sorpresas el día de hoy!
—Las sorpresas abundan, Noah. Nunca te olvides de eso.
—¿Estás seguro?—pregunta la voz de Elizabeth a mi lado. El semáforo de tiñe de rojo y aprovecho ese par de minutos para poder mirarla, sus ojos castaños me observan fijamente y sus labios forman en una fina línea como si estuviese estudiándome y mi corazón late. Late tan de prisa que por un breve segundo tengo la sensación de que se me va a salir el corazón.
—Estoy seguro—asiento—, ¿no quieres?
—No.—exclama.—Es decir, no es que no quiera, es que me da miedo... ¿Qué pasa si no les agrado?—murmura—Es complicado ¿sabes?
Me rio en voz baja, tomo su mano y la llevo a mis labios para depositar en ella un pequeño beso que espero que la calme, una pequeña sonrisa se abre paso en sus labios y niego un poco.—Belenn y Noah no son así, estoy muy seguro que les agradarás, de otro modo yo jamás te expondría ante ellos, mi amor...
—Repítemelo de nuevo...—pide en voz baja.
—Que yo jamás...—comienzo pero ella niega.—¿No? ¿Entonces?
—Lo de mi amor...—le sonrío.
—Mi amor...—susurro volviendo a besar su mano—, en verdad estoy completamente encantado y feliz de que Matt nos haya presentado ¿sabes?—pauso—Definitivamente ir a esa fiesta ha sido la mejor decisión de mi vida... y mira que al principio me negué—le explico sin dejar de mirar sus ojos.
—¿De verdad?
—De verdad, desde entonces no ha parado de ser increíble todo el tiempo que hemos compartido juntos, mi amor—me sincero.—Y me encanta que hayas aceptado ser mi novia, que vengas conmigo y que vayas a conocer a mis hermanos porque son dos de las personas más especiales que tengo en mi vida y en verdad significa muchísimo para mí que ustedes se conozcan...
—¿Por qué eres tan precioso?—pregunta de repente. Sus ojos me miran fijamente y por un segundo tengo la impresión de que estoy soñando.
Entonces el sonido incesante del claxon del auto de atrás que anuncia que el tipo tiene poca paciencia, me trae de regreso a la realidad.
—Te besaría si el impaciente tipo de atrás no quisiera perforar el claxon de su auto—anuncio y ella se echa a reír al tiempo que deja un pequeño beso sobre mi mejilla y vuelve a su posición anterior.—Eso es muy cruel, Elizabeth Benson.
(...)
—Hola—saluda Bel tomando asiento a mi lado. La miro un momento y una pequeña sonrisa se abre paso en mis labios mientras lleva sus piernas a su pecho y se abraza a sí misma. Ella no me mira en absoluto, sus ojos amielados permanecen fijos en nuestros amigos que parecen compartir un chiste interno del que no somos parte.
—Hola, amor.
—Creo que no hace falta preguntar si la estás observando porque es bastante evidente...—comienza y yo me río en voz baja—, pero si algo he de decir es que me encanta la sonrisa que llevas en los labios, Lucah. Es preciosa en verdad; y la manera en la que brillan tus ojos es increíble en verdad...
—¿Te sientes mejor?—pregunto anclando mis ojos en los suyos.
—Sí.—asiente.
—¿Me estás mintiendo?—niega.—Creo que está siendo un día increíble, no me había sentido tan bien desde hace mucho tiempo...—reflexiono al tiempo que veo a Lizzy junto a Sharyl pareciendo feliz—ella me hace feliz...
—Parece feliz a tu lado. ¿Por qué no me habías contado sobre ella?—pregunta de repente—¿Era un secreto?
—No—me río—No era un secreto y si no lo hice antes fue porque Lizzy es demasiado especial para mí y quería que cuando supieran sobre ella, la conocieran por sí mismos...—hago una pausa—es que es especial en muchísimos sentidos, Bel...
—¿Quieres que te cuente algo...?—pregunta en voz baja.
—Cuéntame lo que quieras, Belibú.
Ella inspira con fuerza y luego deja escapar el aire de sus pulmones de manera lenta. Muy lenta.—Creo que vas a ser tío...
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