C17. Nos pertenecemos.


Abro los ojos lentamente y automáticamente una amplia sonrisa involuntaria se abre paso en mis labios; y entonces me doy cuenta que acabo de entrar en la fase en la que sonríes de la nada y por la nada sin que puedas evitarlo pero lo haces solamente porque esa persona está a tu lado. Inspiro con fuerza y dejo un pequeño beso sobre la cabeza de Bel que descansa cómodamente sobre mi pecho sin terminarme de creer que ella realmente esté aquí, pero ella ni se inmuta. No es que esta sea la primera vez que dormimos juntos, antes lo hicimos, pero esta vez el sentimiento es jodidamente fuerte, tan fuerte que no sé cómo podría explicarlo.

Sin embargo, ella está aquí. Siendo la cosa más jodidamente preciosa que puede existir en mi mundo y sin temor a equivocarme, queriendo que ella sea la cosa más jodidamente preciosa que exista en él.

Nunca fui del tipo de chico que se detuvo a pensar en cómo quería que fuese su vida, en como quería que salieran las cosas, no fui el tipo de hombre que soñó con tener una esposa, hijos, una casa y hasta un perro; siempre había preferido vivir al día porque siempre tuve la fiel creencia que la vida era mejor así, sin tener tanta expectativa para no tener que padecer de desilusiones pero ahora que ella existía en mi mundo, tal vez, sólo tal vez, podía comenzar a permitirme en pensar cómo es que quería que fuese de ahora en adelante y aunque aquello me diese un poco de pánico, definitivamente Belenn Crusoe estaba contemplada en esos planes. En todos y cada uno de ellos.

—Buenos días, Hazel—susurro cuando finalmente sus ojos somnolientos me observan unos cuantos segundos. Bel se acurruca contra mi cuerpo y su respiración choca contra mi cuello y automáticamente mi piel se estremece de inmediato. No puedo parar de pensar que acabo de compartir una de las mejores noches de mi vida con la mujer más jodidamente perfecta que he conocido alguna vez.

—Hace mucho frío...—murmura y me rio por lo bajo.

—Claro que hace frío, mi amor; hubo una tormenta anoche y no ha parado de llover, sumado con la tormenta de nieve de ayer esto es un infierno de frío...

—¡Bienvenido a Nueva York!—se ríe y un segundo después me uno a su risa. ¿Alguna vez has pensado en lo impresionante que es que una persona tenga el poder de hacerte temblar sólo con reírse? ¿Alguna vez has pensado en lo impresionante que es que una persona te haga estremecer con solo aparecer? ¿Alguna vez te has puesto a pensar en el poder que le concedes a los demás sobre ti? Y es que...observando a Belenn Crusoe, soy consciente que es la primera vez que le doy realmente a una chica el poder de hacer conmigo lo que quiera. Sus ojos hazel enmarcados por esas largas pestañas que para mí es un milagro que no se enreden con cada parpadeo, sus labios rosados –que me dan ganas de besarlos cada vez que respiro- y esa sonrisa que parece llevar todo el tiempo de alguna manera me vuelve loco en el mejor de los sentidos.—¿A qué hora debemos volver al hotel?—cuestiona trayéndome de regreso a la realidad.

—No tenemos que volver al hotel—decido sin más.

—Pero Danna tiene una entrevista importante y...—comienza pero mi voz la interrumpe.

—Exactamente, mi hermana tiene una entrevista importante—asiento—, nosotros no, Hazel.

—¿Alguna vez vas a llamarme por mi nombre?—quiere saber.

—No realmente—decido—, porque ahora quiero llamarte mi amor...

—¿Sabes?—comienza—Siento que esto es un sueño...un sueño jodidamente increíble...—pausa—y algo que me dice que cuando despierte va a doler...

—Bel...—susurro apartándome de ella para poder mirarla a los ojos.—no va a doler.—le prometo—pero si duele, es porque es algo real y las relaciones reales a veces duelen; pero puedes estar completamente segura que yo no te quiero lastimar, jamás querría eso...

—Aarón...

—Sé que esto puede dar miedo pero quiero que confíes en mí—le pido tomando su mano y entrelazándola con la mía.—puedes tener la seguridad de que puedes lanzarte a un vacío y yo siempre voy a estar ahí esperándote para sostenerte o por lo menos para amortiguar tu caída y sé que suena como un jodido cliché pero es de esa manera como me siento...—pauso—, así que puedes estar segura que voy a tratar de que esto jamás duela...

—Te amo—murmura sin dejar de mirarme—, joder, te amo muchísimo.

—Te amo muchísimo, Hazel. Y estoy muy seguro que te voy a amar por un largo tiempo...

(...)

—¿Sigue nevando?—pregunta Bel acercándose con pasos lentos hasta mí. Me hago a un lado para que ella se acerque y cuando pega su nariz en el frío cristal de la ventana, me echo a reír. —¡Dios, esto es impresionante!

—Lo es—asiento—, creo que no podemos salir de aquí por ahora...—sus ojos me miran automáticamente y le ofrezco mi mejor sonrisa—, tranquila, le envié un mensaje a Danna para avisarle que estamos bien pero que no podremos volver al hotel por el día de hoy; ¿y qué crees que dijo?

—¿Qué dijo?

—Que le hagamos muchos sobrinos—las mejillas de Belenn se tiñen de rojo y yo me echo a reír.—Tranquila, no le vamos a hacer sobrinos a menos que quieras que los hagamos—bromeo y ella suelta un pequeño jadeo. La envuelvo entre mis brazos y dejo un beso sobre su cabeza.

—¿De cuántos bebés estamos hablando?—cuestiona alzando una de sus cejas.

—Once—asiento solemnemente y ella suelta un gemido de sorpresa.

—¿Once?—muevo mi cabeza en afirmación—¿Quién de los dos va a pujar? ¿Tú o yo?—bromea y luego los dos nos reímos.

—Podemos comenzar por uno, ¿no?—soy testigo de la manera en la que las mejillas de Bel se tiñen de rojo pero no aparta sus ojos de los míos; entonces me basta dos segundos para cuestionarme si esta mujer realmente se dará cuenta de la manera en la que me afecta tenerla cerca de mí.

—Comencemos por uno—susurra antes de besarme.

Nuestros labios se juntan y antes de que me pueda dar cuenta de lo que estoy haciendo, estoy completamente perdido en ella. Mis manos, que repentinamente tienen vida propia, las deshacen de su abrigo pero ella no se queja, ella solamente se deja llevar sin apartarse de mí ni un solo segundo de mi boca y mentalmente le agradezco porque tampoco quiero que lo haga.

Realmente no soy consciente de cuánto tiempo pasamos besándonos -y la verdad es que tampoco me importa-, cuando finalmente me aparto para poder mirarla a los ojos me doy cuenta que sus irises han oscurecido por lo menos un par de tonos, sus mejillas están completamente ruborizadas y sus labios están tan rojos como una manzana recién pulida. Una amplia sonrisa se abre paso en sus labios y cuando hago la pregunta silenciosa pidiendo su permiso para poder seguir, ella simplemente asiente.

Sus frías manos se deshacen de mi camisa y soy testigo de la pequeña oleada de aire gélido que invade mi espalda pero eso de inmediato queda en el olvido, porque no importa absolutamente nada más que no sea Hazel.

Mi Hazel.

Ruedo entre mis dedos el botón de sus jeans y antes de que pueda ser consciente de lo que estoy haciendo, ya yacen lejos de nosotros. Sus ojos me miran de nueva cuenta y una pequeña sonrisa se abre paso en sus labios, la misma que muere en los míos mientras me despojo sutilmente de su sostén. No soy capaz de imaginarme la manera en la que luce ella delante de mí pero las imágenes en mi cabeza me dan la idea de que Belenn Crusoe es la criatura más perfecta de mi universo, que no importa que lleve puesto o que no lleve puesto y siempre va a serlo; porque ella es completamente perfecta de pies a cabeza.

Nuestros cuerpos finalmente se encuentran y siento mi piel arder en el proceso, pequeños gemidos escapan de los labios de Bel y siento mi cuerpo temblar de una manera tan jodidamente abrumadora que por un breve momento siento que estoy soñando pero son sus manos recorriendo mi espalda y es su cuerpo recibiendo al mío lo que me hace ser consciente que no es un sueño. Entonces me permito observarla, sus ojos hazel están cerrados suavemente y pequeños y bajos gemidos escapan de sus labios entreabiertos, dejo un pequeño beso sobre su cuello y cuando vuelvo mi atención a su rostro sonrojado, me encuentro con sus ojos que me observan con lo que creo que es fascinación y amor. ¿Cómo lo sé? Porque yo también la observo de la misma manera.

Oficialmente soy suyo.

Ella es mía.

Nos pertenecemos.

Belenn hace un pequeño gesto y moviendo su cuerpo junto al mío me indica que es ahora ella la que pretende llevar el mando, nos giro a ambos con cuidado y cuando finalmente mi espalda está en el colchón de la cama, una pequeña sonrisa picara aparece en sus labios. Apoya sus manos en mi pecho y comienza a moverse en pequeños círculos que me hacen delirar; dejo mis manos sobre sus caderas para ayudarla suavemente con sus movimientos y entonces nuestros ojos vuelven a encontrarse solo para volver a hacerme consciente de lo perfecta que es.

Mi respiración es agitada y el frío ha desaparecido por completo aunque afuera de la habitación sigue cayendo nieve, todo lo que puedo sentir es calidez. La calidez que solamente esta mujer ha podido darme.

—Dios...—susurro y ella me observa sin perder la sonrisa un segundo antes de inclinarse sobre mi besarme, me dejo llevar por sus labios y cuando abandonan los míos y buscan mi cuello, me siento desfallecer.

—Estoy aquí...—murmura sobre mi oído.—, hazlo.

Y lo hago. Mi cuerpo llega al climax y apenas tengo fuerzas para respirar como debería de ser, mi pecho sube y baja de manera descomunal, Belenn se recuesta sobre mi pecho y brazos se envuelven en su espalda mientras beso su cabeza.

—Te amo, Belenn Crusoe—susurro.

—Te amo, Aarón Silvetti.

(...)

—¡Por dios, Aarón!—se queja Danna apenas atravieso la puerta de su habitación. La observo un momento, le lanzo un beso al aire y luego me recuesto a su lado en la cama.—¿Y esa sonrisa tan preciosa a que se debe?

—¡A que estoy feliz!—exclamo sin más.

—Eso es lo que puedo ver—anuncia—, ¿me quieres contar?

—No seas cotilla—me quejo y ella me lanza una mala mirada. Me echo a reír y niego débilmente colocando una almohada sobre sus piernas para poder poner cómodamente mi cabeza en ella.—Estoy feliz, Dan...—comienzo—, ¡Bel me hace feliz!—pauso—dios, por años vi a Christopher ir y venir contigo y para ser honesto, no lo entendía...pero hoy lo entiendo porque creo que acabo de conocer a la única chica que no es de mi familia por la cual iría...

—¡Estás jodidamente enamorado!—responde.—Y eso es algo increíble, Aarón, el amor es precioso.

—El amor da miedo.—asiento—, pero no te puedo negar que amo la manera en la que me siento, me encanta saber que ahí hay alguien que se siente de la misma manera que yo porque siento profundamente que Bel es completamente sincera cuando dice que lo siente. La manera en la que...—me quedo callado y los ojos ámbar de Danna me miran;—¡muchos detalles para niñatas!

—¡Oye!—se queja alzando una de sus cejas—, espera... ¿Belenn y tú...?

—Dije que ya son muchos detalles para niñatas.

—¿Me hiciste un sobrinito?—pregunta con una amplia sonrisa expendiéndose en sus labios.—¡Necesito un sobrinito!

—Ya cierra la boca, niñata—me burlo.

—¡Aarón, no seas cruel!—replica—, tener un sobrinito es considerado un derecho humano y por si no lo sabes, los derechos humanos son para todo el mundo, por lo tanto, exijo, requiero y necesito un sobrinito al cual malcriar, amar y cuidar—explica a toda velocidad—, además creo que se parecerá a mí, ¿te imaginas los genes de ese bebé, por Dios santísimo?—me echo a reír y la atraigo a mis brazos dejando un beso sobre su cabello.—¡Va a ser perfecto igual que yo!

—Vaya—me burlo pero en realidad, pensar en un futuro con Belenn en donde ambos tengamos un bebé, lo amemos a él y nos amemos a nosotros no me disgusta en absoluto, de hecho, me encanta pero Danna no tiene porque saber esas cosas—, cuánto humildad hay en ti, estrellita— completo y ambos nos echamos a reír como dos bobos.

—¡Estrellita!—se queja dándome un suave golpe en el bíceps—, no me digas así, me llamo Danna.

Musita con fingida indignación pero yo la ignoro porque molestarla es mi pasión. En su lugar me río y me limito a responder.

—Claramente mi hijo va a ser perfecto por mí...

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