CAPÍTULO 22: Azrael...
- Azrael?....
- Águeda, estás en problemas muy graves
- Sorprendeme
En cuanto dije eso me senté de nuevo en el sofá mientras esperaba a que dijese el problema
- Hemos detectado que has tenido cierto roce con un demonio de aquí, padre se enfureció pues te dijimos que no lo hicieses, y no me gustaría que acabases como Lucifer por culpa de ese demonio, dime porfavor que fue que el demonio que te hizo algo y no fue algo tuyo
- .... Azrael
- ... Le amas? Enserio?
- Él me gusta, creo, no lo sé, me hace sentir bien
- no te vas a poder salvar de esta Águeda
- no hay ninguna solución que pueda..
- No lo hay, lo siento
- Azrael, sabes que llevo toda mi vida siendo un ángel, me conoces más que nadie
- Pero no puedo hacer nada para remediar lo que ocurrirá
Me levanté y me acerqué a Azrael
- Quiero hablar con padre, por favor
Azrael asintió y me ofreció la mano, acepté su mano, me llevó hacia el cielo llegando hacia las puertas del cielo, comenzó a dolerme la cabeza en cuanto llegue al cielo poniéndome la mano libre en la frente
- Estás bien?
Miré a Azrael, quite la mano de la cabeza y asentí con una sonrisa calmada, entramos al cielo, fuimos volando hacia la puerta en donde podríamos hablar con padre en persona, Azrael llamo a la puerta
- Cuando termines, avísame
Asentí, se abrieron las puertas, alcé mis alas y entré a la habitación cerrandose las puertas de golpe, llegué al centro de la habitación y me quedé parada, allí, mirando a mi alrededor.
- Padre, necesito hablar, necesito que me ayudes
De repente se escucho una voz detrás mía, apareciendo el hombre que tanto tiempo me llevé sin verle, miré hacia arriba, la luz que desprendía siempre me maravillaba, pero está vez me cegaba.
- Águeda, querida mía, sabes lo que opino de todo esto
- padre, te diría que me equivoqué, pero debo de ser sincera, me enamoré, me enamore de alguien que no debo, y debo calgar con la culpa.
- Por lo menos reconoces que lo hiciste mal
- No creo que lo hiciese mal padre, lo hice por amor, me creaste para eso no?
- Tú ya no eres el ángel que cree..
- Como?
- El mal te consumió
- Padre, pero...
- Me recuerdas a Lucifer
-....
Me quedé mirándole, de mis ojos comenzaron a salir lágrimas
- Águeda, hija mía, esto es complicado y lo sabes, he decidido que la mejor opción es que te desterremos, como hicimos con Lucifer, al menos hasta que el mal que tienes dentro desaparezca
Miré hacia abajo y asentí
- Cuándo será la ceremonia
- Está tarde
Asentí, padre me agarró de las mejillas, le miré con una sonrisa
- Dolerá, pero todo saldrá bien si?
Asentí de nuevo, padre me soltó y yo salí de la habitación viendo cómo Azrael me miraba preocupado, yo le negué con la cabeza y comencé a andar hacia adelante
Azrael fue detrás de mí agarrando mi brazo
- Águeda, que pasó
Me gire y le miré comenzando a llorar
- El tiene razón, estoy diferente, el mal me consume.
Azrael me abrazo, yo correspondí el abrazo.
- tú ya lo sabías no?
- Todos lo sabíamos, pero todo será por un bien para tí, un descanso, y cuando estés bien, volverás, si Padre lo permite
Le miré con una sonrisa entre lágrimas
- Supongo que tenéis razón
Azrael se acercó dándome un beso en la frente
- Vamos a arreglarte
Asentí y fuimos a arreglarme, ponerme la ropa adecuada para esta ocasión que se me venía por encima
Llegamos a la habitación que tenía Azrael, me dio un camisón que tenía que ponerme y se dio la vuelta esperando a que me lo pusiese.
Me lo puse y abracé a Azrael por detrás, el al notar el abrazo, al notar como mi cuerpo tocaba el suyo separando un ropaje de ropa hizo que se pusiese rojo.
- Águeda, mejor suéltame
Me solté del abrazo y me senté en la cama
- Mejor no, no me gustaría hacer algo que a ti no te gustase
- Hacer algo como el que?
- Como lo que hacíamos hace mucho mucho tiempo
- Y por qué no quieres hacerlo?
- Por qué estas enamorada no?
- Bueno, estaré en el infierno, así que ya puedo pecar, a parte, Azrael, yo te tengo mucho cariño
Azrael miró a los lados, después suspiro, cerró la puerta de la habitación y se sentó en la cama a mí lado
- Echabas de menos esto no?
- Pues sí
(+18)
Me puse enfrente suya bajando su pantalón poniéndome a la altura de su gran miembro, saqué el miembro y comencé pajearlo lentamente, iba poco a poco cambiando de ritmo, cuando noté que estaba recto y húmedo, lo metí en mi boca y comence a lamerlo lentamente, sabia como a el le gustaba asi que lo meti entero en mi boca y comence a sacarlo y meterlo.
- m-mh Águeda, voy a mmm
En cuanto lo escuché, quite el pene de mi boca y me senté encima de Azrael rozando su amiguito con mi conejo.
Comencé a moverme lentamente y a saltar, Azrael no aguanto más, agarró su pene y lo metió bruscamente en mí, yo sin esperarme lo que hizo, gemí fuertemente Comenzando a saltar rápido encima de él.
Azrael agarró mis caderas y me ayudó a saltar mientras gruñía, pues podía notar que estaba algo apretada.
Salte y salte hasta cambiar de posición, el encima mía metiéndola agresivamente.
Al final en cuanto notó como iba acabar saco su pene y fue corriendo al baño que tenía en su habitación.
Volvió colocándose los pantalones, yo miraba al techo respirando agitadamente
- Llevaba tanto tiempo sin hacer esto
- Lo pude notar, aunque no hemos acabado
- Cómo que n.. ah~?
Pude notar cómo de repente estaban sus dos dedos dentro de mí, los saco y acercó su cabeza para comenzar a lamer, besar y succionar su parte favorita, no podía parar de gemir.
Con una de mis manos la puse en el cabello de Azrael guiándolo un poco.
En cuanto Azrael notó que me había mojado, lo lamió y se separó mirándome con una sonrisa
- Yo creo que ahora sí hemos terminado
- Me has manchado la ropa
Azrael me quito la ropa dejándola a un lado y abrazándome mientras besaba mi cuello
- Todavía quedan unas horas para que vayas
- mmm
- Sabes porque lo hice no?
- Porque me quieres?
- Porque no podré hacerlo de nuevo si te vuelves en un ángel caído
- Mm ya veo...
Durante esas horas, se la llevó besando mi cuello y a veces senos, o jugando conmigo con sus dedos, no me quejaba, pues cuando estábamos juntos, en los tiempos libres que teníamos el hacía lo mismo.
(Se acabó +18)
Cuando faltaban unos minutos antes, me puse corriendo otro manto que Azrael tenía, un manto blanco, como el de Lucifer cuando ocurrió.
Me tapo los ojos con un pañuelo y me llevo hacia donde llevaban a los ángeles caídos.
Allí estaban todos los arcángeles junto a Padre, me quito la venda y me pusieron unas cadenas quedando de rodillas en el suelo.
Dijeron unas palabras alguno de ellos, lo que me ocurriría, unas palabras que no me dolieron en absoluto
- por fin te vas Águeda, hemos aguantado tanto pero por fin lo hemos conseguido, la promesa que tanto le costó a Lucifer lo has roto, que mal se tendra que sentir no?
Levanté mi cabeza y le miré cabreada, sentí como mis ojos ardían.
- Callate Miguel, tú no sabes nada
Todos estaban asustados viendo mi apariencia cuando dije eso, mis ojos se volvieron de un rojo fuerte con las pupilas del color de mi iris, me crecieron unos cuernos con forma estravagante.
En cuanto sentí como la gente me miraba, suspiré pestañeando y yéndose esos ojos de odio, llenos de mal.
Los cuernos que me aparecieron, desaparecieron, miré de nuevo hacia abajo
Miguel se acercó a mí levantándome del suelo y poniéndome en el filo del precipicio
- suerte
Cuando miré a Miguel, pude notar una sonrisa extraña en su rostro, una sonrisa que me recordó mucho a algo que vi...
Soltó mis cadenas empujándome hacia el vacío, caía velozmente, no podía parar, solo pude cerrar mis ojos y......
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