CAPÍTULO 18: estrellas

Desperté, viendo el gran techo del hotel.

Me senté y me quedé mirando a un punto fijo

- Que pasó?

- Te desmayaste

Miré a quién lo dijo, era Lucifer, estaba sentado en una mesa mirándome, no había nadie más, suponía que estarían haciendo sus cosas

- Águeda, escuchame atentamente, si de verdad era Roo, que te dijo

- no lo recuerdo bien, que se tenía que deshacerse de mi porque sabía su plan, que me veía con una cara de odio pareciendo demoníaca, amm, no me acuerdo de más

- Ojos demoníacos....

- Ocurre algo?

- Creo que la mejor opción es que vuelvas al cielo Águeda

- Porque no quieras hablar conmigo más no signifique que me tenga que ir

- No es por eso, que es verdad, me equivoqué, y lo si, mmm

- quiero escucharlo

- Lo...

- Lucifer, dilo

- Lo siento! Ya, lo dije

- bien

Le miré con una sonrisa y luego suspiré, miré mis heridas que ya estaban curadas

- No te creas que fuiste tú, te las cure yo

- No lo entiendo, entonces por qué está tardando en curarme las heridas?

- Eso es lo que no sé, pero está situación me recuerda a mi yo de hace años

- Cuando te estabas volviendo

- En lo que soy

- ya..., entonces...

- Por eso te estoy diciendo que te vayas de aquí

- .... Lo tengo que pensar, os he cogido cariño, y siento que no me importaría quedarme aquí, me he sentido más viva en los dias que llevo aquí que la vida que llevaba en el cielo

- Estás segura? Aquí lo único que existe es todo lo malo, renunciar a una vida feliz por estar aquí

- mi vida feliz está con vosotros...

Lucifer me miró con una pequeña sonrisa, después se acercó a mí agarrando mi mejilla

- demasiado segura te veo

- Lucifer, ya lo pensaré, pero los ángeles no lo saben, así que tendré que seguir aquí con mi trabajo

Lucifer miró a otro lado suspirando

- Entonces, ella era Roo, en donde está Lilith

- No puedo contártelo Lucifer, es información privada, enserio la sigues queriendo después de dejarte solo?

- ya.. ya no lo sé

- Supongo que no soy la única de aquí que tiene que aclararse las ideas

Me levanté débilmente.

- iré a comer algo

Le di una sonrisa cálida a Lucifer y salí de la habitación lentamente, fui poco a poco hacia la cocina

Llegué a la cocina y me senté en una silla apoyada en la mesa, Alastor me miró, me hizo un café y me lo dejo en la mesa sentándose enfrente mía

- Te veo cansada querida, deberías dormir más

- Me dice el que me acaba de dar un café

- descafeinado, y denada por hacerte el café

- Gracias Alastor

Bebí un sorbo de café y miré a Alastor con una sonrisa

- Alastor, ser un demonio se siente bien?

- Y esa pregunta?

- Es por saber nada más

- Bueno, pues si te soy sincero, yo estoy bastante bien, tengo la libertad de hacer lo que quiera, controlo a muchísimos demonios de aquí y soy bastante poderoso

- Se ve bien pero a la vez mal

- A la vez, si no eres nada aquí, sufres mucho, ya lo puedes ver por las calles de aquí

- entiendo

Miré al café pensativa, no sabía que hacer, si irme, quedarme, seguir como estaba, era una decisión que no quería tomar.

- Eliss

Suspiré y miré a Alastor

- Si?

- Si quieres, para calmar tus pensamientos raros de ángel, quieres cenar esta noche conmigo?

- Me estás proponiendo una cita?

- Puede que si, puede que no, pero es para que te olvides de esos pensamientos, o por lo menos calmar la situación de todo lo que está pasando y calmarte a tí.

- Si ese es tu pensamiento, pues entonces acepto

Alastor me sonrió y se levantó de la silla.

- Nos vemos esta noche en mi habitación querida

- espera Alastor

- Si?

- Qué hora es?

- las 5 de la tarde, vente a las 10

Asentí, Alastor se fue de la cocina dejándome sola, me tomé el café y me quedé dormida en la mesa unas 5 horas.

Me desperté gracias a Nifty, que estaba matando mientras reía a unas cucarachas que había, miré a Nifty, ella me miró, nos quedamos callados, después me levanté y mire a arriba donde había un reloj, no me daba cuenta que llegaba tarde hasta que miré que eran las nueve de la noche.

Abrí los ojos como platos y después miré a Nifty

- que puedo hacer por tí?

Lo dijo Nifty con una sonrisa, me agaché mirándola.

- Tú conoces muy bien a Alastor, me ayudas a arreglarme para cenar con él

Nifty asintió y me llevo rápido a mí habitación, en cuanto llegamos a mí habitación, me senté en la cama y la miré como sacaba un pequeño libro con diferentes vestidos, arrancó las hojas de los vestidos que le gustarían a Alastor verme.

- Elige el que más te guste!

Comencé a ver los vestidos, se veían demasiado provocativos, de repente encontré uno que me gustó, era sencillo, nada provocativo, adecuado para un ángel.

- Este me gustó

- perfecto! Ahora create el vestido, eres un ángel, puedes hacer lo que quieras no?

- que listilla Nifty

Sonreí, y mirando el vestido me lo cree con magia angelical. Nifty estaba encantada viendo cómo lo creaba, cuando termine de crearlo, cogí el vestido y me lo llevé al baño para ponérmelo, cuando me lo puse y se lo enseñe a Nifty, ella quedó el doble de encantada, su elección fue perfecta.

- Ven! Voy a maquillarte!

- Sabes maquillar?

- Si!....

Se quedó mirándome con una sonrisa, el silencio inundó la habitación hasta que asentí a que me maquillara, si le hacía ilusión, por qué no?

Me senté de nuevo en la cama y ella se puso enfrente mía, comenzó a maquillarme pasó a paso, no quería verme en el espejo porque capaz me hacía un destrozo en la cara.

Cuando terminó, me dio un pequeño espejo, me miré y quedé impresionada, me esperaba otra cosa, pero lo hizo muy natural, se notaba que llevaba maquillaje, pero me gustaba

- Vas a llegar tarde! Ve a la habitación del señor, ve ve

Me incorpore y sonreí a Nifty

- Muchas gracias

Me fui de la habitación hacia la habitación de Alastor, por qué era tan grande el hotel?

Llegué a la habitación y llamé a la puerta, había llegado a las 10, a lo justo, Alastor me abrió la puerta mirándome de abajo a arriba con su sonrisa de siempre

- Estás guapísima querida

- gracias!

- Entrá

Entre a la habitación y vi como su habitación literalmente era un bosque al lado de la cama y demás, el cual podía adentrarme a un bosque profundo, lleno de estrellas, como en el mundo de los humanos, algo inusual y raro para mí, pues no recordaba cada visita que hacía a la tierra de los humanos.

Ahí al lado había una pequeña mesita con dos sillas

- Te gusta?

- .... Es impresionante

- Ven, siéntate

Me senté en la silla mirando las estrellas, no podía parar de mirar hacia arriba, me recordaba a los principios de todo, cuando solo era la galaxia y los ángeles divagando por la galaxia.

- Te alivia las vistas?

Asentí con una sonrisa

- Gracias Alastor

- Denada querida...

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