CAPÍTULO 12: quiero algo más
Volé y volé hasta llegar al cielo junto a Pedro, el guardián de la puerta del cielo, allí estaba el con su libro, aburrido.
- Buenas noches Pedro, necesito tu ayuda, podrías buscar en tu libro una chica llamada Liss de los años 1920?
Comencé a darle información de la chica para que la buscase más fácil, pero negó con la cabeza diciéndome que no estaba en el libro, suspiré
- Gracias por la ayuda, el cielo hoy como ha estado
- Peor que antes, peleas y demás, yo que tú hablaría con los arcángeles, se les ve algo agobiados con este tema
- Gracias por el consejo Pedro
Entre al cielo y fui a buscar a Azrael, cuando lo encontré con los demás arcángeles hablando, me acerqué a ellos
- Qué estáis haciendo?
- El cielo se está revolucionando, ya te dije
Me contestó Azrael algo seco, todos me miraban tipo, qué haces aquí? No deberías estar ayudando abajo? Hasta que uno tuvo la valentía de preguntar, ese fue Leo
- Qué haces aquí? No deberías estar con esos demonios?
- Bueno, venía a buscar si en el cielo había una tal Liss de los años 1920
- Pero ese nombre no fue el que te pusiste en esa epoc-
Miguel tapó la boca a Azrael, yo miré a Azrael rayada
- Como?
- El no dijo nada, ya te puedes ir
- Aja, no, como que ese fue el nombre que me puse en la época..., no entiendo nada
Azrael se destapó la boca echando la mano de Miguel a un lado
- Ese fue el nombre que te pusiste en esa época porque querías enamorar a un humano que te gustó, estuviste con el hasta que te mandaron venir acá, viniste y Miguel
Miguel le tapo de nuevo la boca
- Vete ya de aquí Águeda
- Y Miguel que?
- AAA, esa historia me la se yo, Miguel te borro la memoria!
Lo dijo uno de los arcángeles, yo miré a Miguel molesta
- Por eso sentía que ya le conocía...
- No digáis tonterías por dios
Dijo Miguel destapando la boca de Azrael y mirandome con una sonrisa, me acerqué a Miguel molesta
- Tú.., tú me borraste la memoria, eres un completo, ahg!
- Ya sabes que enamorarse de un humano está prohibido
- Lo dice el primero que incumple las normas
- Qué normas he incumplido yo?
- Mentir, manipular, y estar todo el día pensando en mí, tampoco hace falta que lo ocultes
- Mm? Insinúas que yo, pff, ya te gustaría
Me acerqué más a él y puse una de mis manos en su pecho mientras le miraba
- No creo que esa noche responda lo mismo~
Miguel se quedó en blanco mirándome de abajo a arriba, yo sonreí, una sonrisa de venganza y me separé mirando a todos los demás arcángeles
- Suerte con las preguntas incómodas
Salí volando de allí lo más rápido que pude para abajo, para volver al hotel, al llegar, Alastor estaba tomándose un café en su mesita, apareci por la ventana y entre en la habitación.
- La chica está en el cielo?
Cerré la ventana y me acerqué a él
- La chica parece ser que soy yo
Alastor se quedó callado mirándome
- Pero los ángeles
- Los ángeles podemos disfrazarnos de humanos cuando queramos y parece ser que me gustaste desde un principio
- Y por qué no lo recuerdas?
- Miguel me borró la memoria
- Eso explica el porqué me sonabas tanto cuando te vi, y no te complicaste mucho con el nombre
- Eso veo, bueno, eso era todo lo que querías?
- No..., quiero algo más
- Y el que?
Alastor se acercó a mí agarrando mi cintura y juntando mi cuerpo con el suyo, después miro mis labios y seguidamente mis ojos dando a entender lo que quería
- Puedo?
Asentí algo nerviosa, él al ver que dije que sí, me beso en los labios lentamente, un beso lento y largo que acabaría dejándome sin respiración.
Me separé del beso por falta de respiración apoyándome en el pecho de Alastor
- Me encantó, querida, solo era eso
Le miré con una sonrisa y le plante otro beso haciendo que él apretase el agarre de mi cintura y correspondiese gustosamente.
También bajo lentamente hacia mi cuello besándolo y lamiéndolo, hasta el punto de hacerme algún chupetón incluso morderme, cuando me mordió sentí más dolor que gustó, pues sus dientes eran afilados dejándome una gran marca por la parte del cuello y la clavícula, después de que me mordiese, fui a darle más besos para que dejase mi cuello en paz.
Tras unos minutos de puros besos me separé de él abrazándole
- Quiero dormir
- Si quieres quedarte aquí a dormir querida
- Tampoco quiero molestarte
- No molestas querida, ven, quedate aquí
Me acurruqué junto a él y enseguida me quedé dormida apoyada en su pecho, el me acarició el pelo, seguía pensativo, no sabía si yo le mentía, o si de verdad era la chica de quien se enamoró, pero le gustaba como era después de todo.
La mañana llegó, Alastor me dejó en la cama durmiendo, se veía que estaba cansada, vio como mis muñecas estaban marcadas por esas cadenas que en su momento me hicieron tanto daño, suspiró y se fue de la habitación a hacer sus cosas
Unas horas después me desperté, mirando la habitación recordé que fue lo que pasó en la noche haciendo que me pusiese más roja de lo que estaba
Fui hacia abajo, los demás ya estaban desayunando, fui a hacerme un café, estaba molida de todo lo que pasó ayer, de repente Husk se acercó a mí viendo que mi cuello tenia unas cuantas marcas.
- Así que ayer te lo pasaste bien
- Por qué lo dices?
- Tus marcas
Husk miró a Lucifer, Lucifer estaba extrañado de escuchar eso y ver la situación, pues el no había sido
- Señor Lucifer, no sabía que eras tan violento
- Y se lo tenía bien callado
Lo dijo Ángel con una sonrisa y luego contesto Vaggie
- chicos, quiero decir que lastimosamente, no soy yo quien le hizo esas marcas
- Entonces quién fue?
Pregunto Charlie, de repente todos miraron a Alastor que estaba sumamente callado, cuando todos sabíamos que si no hubiese sido él, habría sido el primero en preguntar
- Pues no hacen mala pareja
Dijo Ángel mientras comía su desayuno, todos se quedaron callados, yo estaba sumamente roja sin saber cómo defender algo imposible de defender
- Entonces os gustáis o algo?
Pregunto Lucifer, se le veía molesto y preocupado, pero a la vez pasota ante el tema
- Fue solo un calentón, no hay nada de que preocuparse señor Lucifer
- Un calentón y una marca que se quedará durante un tiempo, si el cielo ve eso, me echarán la culpa a mí como acabáis de hacer vosotros
Suspiré, puse mi café en la mesa y les miré a los dos
- Si el cielo dice algo, asumiré consecuencias, pero no voy a dejar que te manden de nuevo a la mierda por algo que tú no hiciste Luci
Se acercó a mí y me susurro en el oído.
- Pero me molesta que el pueda hacerte eso y yo no
- Si no tuvieses esposa, te dejaría
Le susurré también separándome de él y suspirando.
- Bueno chicos, hoy voy a tener que estar en el cielo por unos asuntos, volveré por la noche más o menos.
Todos se despidieron y pues fui al cielo, a una reunión que no sabría lo que me esperaría
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