Capítulo 1:La niña del bosque
Dos señores mayores caminaban lentamente por el bosque a la noche. Hacía ya un decalustro que vivían allí. A la señora se la veía en buen estado, llevaba unos zapatos azules oscuros y unos pantalones azul marino. Vestía una camisa morada y con mangas cortas que dejaban ver su flacidez en los brazos y sus arrugas. Llevaba un anillo de oro que hacía hoy 50 años que lo había recibido de manos de su querido esposo. También llevaba un bolso morado grande y voluminoso.
En su otro brazo llevaba un reloj de agujas marrón.
Su cuello tenía grandes y voluminosas arrugas acumuladas.
Portaba una preciosa sonrisa. Su pelo era castaño oscuro y sus ojos eran marrones oscuros.
Estaba muy emocionada.
Cruzaba su brazo con su querido marido.
Su marido tenía zapatos negros, pantalones marrones con un cinturón y, finalmente, tenía una camisa marrón claro. Contaba con una gran sonrisa, unos ojos negros y profundos y su poco pelo blanco, aunque la mitad de su cabeza no portaba cabellera.
Se decía que el pobre señor solo aguantaría poco más que 2 años, (y alargandolo) por lo que la señora apreciaba cada segundo con él.
Ambos estaban emocionados, hoy cumplían 50 años casados, un decalustro llevaban juntos y era bastante. Hoy se iban a reunir donde el marido le pidió salir a su mujer.
Aquel día tenían 18 años y todo era distinto, ellos dos pasaban todas las tardes juntos sentados en los árboles del bosque, observando riachuelos y caminando. Las risas y las historias no faltaban
Ambos recordaban las tardes:
"-¡Lentoooo!, ¡corre!- Gritaba la chica siempre. Estaba muy delgada y tenía unos zapatos sucios, unos pantalones cortos y una camisa azul. Su pelo estaba recogido en una coleta y era oscuro tirando a negro además no cabía la menor duda que la chica estaba llena de emoción.
-¿¡Para que correr!?,¡si tengo todo el día!- Replicaba el chico cansado que llevaba las zapatillas sucias, unos pantalones vaqueros y un jersey de rayas azules.
Ambos se subían a un árbol, era robusto y con ramas largas.
-¿Sabías lo que me contó el loco del pueblo?, me contó que aquí, en Galicia existe un árbol mágico de Elfericos.
Ambos se miraron asombrados, pero se comenzaron a reír a más no poder...
-Jajajaja.... ese señor está loco....- Rió la chica
-Incluso dice que él es un humano floreado... un humano que lee la mente....
-Jajajaja...."
Pero de repente esa plácida tarde dió un vuelco inesperado.
"-Te tengo que preguntar algo- Dijo el chico
-¿Si?
-A ver... ¿¡Por dónde empiezo!?... a ver- Empezó a colorarse -Sé que no soy el chico más rico del pueblo, ni el más guapo, ni el más gracioso ..., ¡ni siquiera el más listo!, pero cada vez que mis ojos encuentran los tuyos algo mágico sucede. Sé que... sé que no sé nada de amor... pero...- Al chico se le secó la garganta, ¿qué estupidez estaba cometiendo?, se preguntó, ¿¡qué le iba a decir, que quería vivir con ella siempre en una granja y verla despertarse cada mañana por el resto de su vida!?, tenían 18 años y la mayoría de adolescentes de su época ya estaban casados. Algunos por fuerza y por escasez, pero con ellos no tenía que ser lo mismo.
-¿Te quieres casar conmigo?- La última palabra ya estaba ahogada... No quería perder a su mejor amiga... pero necesitaba preguntárselo... Ahora ya lo había hecho, no era capaz de levantar la mirada, por eso fue la chica quien le obligó a levantar el mentón. El chico se esperaba cualquier cosa viniendo de la chica, era poco previsible, y, (aunque eso le encantaba), ahora lo llenaba de miedo.
El chico observo los ojos de la chica clavados en los suyos y las lágrimas contenidas en sus ojos. El chico observó su boca que estaba feliz y abrazó con fuerza la chica al chico dando un sí quiero como respuesta"
Ambos ancianos de ya 68 años los dos sonreían por dentro. Habían pasado muy buenos momentos desde que contrajeron matrimonio y eran muy felices los dos juntos, juntos como dos almas gemelas con el mismo destino en la vida.
Ambos entraron en el bosque, la anciana ya estaba emocionada aunque seguía sujetando con fuerza el brazo de su marido. Tardaron tiempo en llegar.
-No recordaba que estuviera tan lejos- Dijo el hombre sudando.
-"Imos vellos"- Dijo la señora en gallego
-Que bonito el cielo- Dijo el señor, la verdad es que era un cielo precioso, un cielo violeta oscuro.
-Precioso
...
...
...
...
Después de atravesar árboles, rocas y riachuelos ambos estaban listos. Los dos con ojos empapados llegaban al árbol, pero una sorpresa les deparaba, algo que sería muy importante y cambiaría su vida por completo. Allí, envuelta en unas mantas mal arropadas se encontraba una recién nacida.
La niña gritaba de alegría como si le encantará el bosque.
La mujer la vió, primero sintió una rabia profunda, ¿¡cómo podían abandonar a un bebé tan hermoso recién nacido!?, se podría decir que era eso más que un delito. Después sintió una conexión... como si, de alguna forma ella fuera como ella, que le encantaba el bosque y que era misteriosa. A continuación sintió ganas de llevársela y de cuidarla. Innumerables veces había deseado tener un/a hij@ con su marido pero debido a su síndrome del ovario poliquístico no podía engendrar descendientes y eso era lo peor. Necesitaba cuidarla, porque sabía que nadie lo haría mejor que ella.
El hombre en cambio la miró a sus ojos, eran violetas oscuros, misteriosos y daban mucho miedo.
En ella veía un reemplazo que su mujer remplazaría a él por la niña.
No veía rastro de pena ni pensaba adoptarla.
Nunca se lo había dicho a su mujer pero en parte no quería tener hijos, le parecían ... demasiados problemas.
Ambas se veían que tenían una conexión, que eran parecidas y ¿cuál sería su lugar?
-¿Podemos ?
-No
-¿Por qué no?, mira sus mágicos ojos, ella es especial y siempre quisimos tener hijos, recuerdas- Dijo la mujer cojiendo a la niña en brazos
-No lo permitiré
-¿Y quién crees que nos cuidará cuando seamos mayores?- Dijo la señora alzando la voz.
-Por supuesto que ella no
-Cariño... por favor te lo ruego...
El marido miró a la mujer, después de todo sería imposible negarle y decirle lo contrario... sería... un intento fallido.
Él cogió a la niña y esta se giró contra su pecho y levemente sonrió parecía una recién nacida de 1 día o menos, de unas horas
El hombre la miró con cariño y cordura observando sus ojos violetas oscuros.
-¿Y como la llamaremos?- Preguntó lentamente la señora muriéndose de dulzura de cariño y de amor, aquello era un regalo del cielo.
-¿Está más que claro no?- Preguntó pasándole el brazo por el hombro a su mujer
-La llamaremos Violeta.-Dijo acariciando lentamente a la niña y observándola como si fuera una especie de ángel caído del cielo
Y Violeta rió con una gran carcajada.
....
....
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Violeta, ya con 8 años, se encontraba en un gran árbol, sí, su "árbol de nacimiento", exactamente en la rama robusta de donde su "padre" y su "madre" se habían declarado el matrimonio.
Hacía poco tiempo que se lo habían dicho, ella era adoptada. Le habían explicado con detalles todo lo que había ocurrido, mas a Violeta le parecía de lo más normal del mundo. "Nacida de un árbol"..... así la llamaban las niñas de la escuela o "La niña del bosque" la llamaban los niños.
No tenía amigas, pero le daba igual la verdad, comprendía perfectamente que las respetaban pero no más.
Sus pies estaban colgados del árbol porque estaba sentada, llevaba unos zapatos azules marinos, un vestido morado clarito y un cinturoncillo morado oscuro.
Su color de piel era clarito tirando a pálido. Su pelo era oscuro, tirando a negro, que, con el aire que soplaba en Galicia, el pelo volaba para atrás y dejaba al descubierto su cara infantil.
Sus labios eran rojos y sus mejillas estaban rojas de vez en cuando. Eran muy gorditas. Su nariz era fina y larga pero muy cuca. Su cara era muy redondita y bonita... pero lo más exótico que en su cara eran sus exóticos y naturales ojos violetas oscuros.
Eran la envidia de las niñas de las granjas.
Los padres de Violeta la amaban mucho más que a cualquiera persona, incluso más que a ellos mismos.
Su madre todos los días la levantaba, la peinaba, la llevaba al colegio y a la tarde la llevaba al bosque.
Su padre la arropaba, la cuidaba y los sábados y domingos cultivaba con ella en la huerta y daba de comer a las vacas en la granja.
Sus padres tenían ya 76 años y ya eran mayores pero como una fuerza natural la ayudaba.
Violeta se había dado cuenta antes.
No suponía nada de lo que podría ocurrir ese día.
Violeta había bajado del árbol con un gran y enorme salto.
Entonces paseó por el bosque, ella era muy pequeña y se sentía muy feliz cada vez que iba al bosque.
El bosque era inmenso y caminaba ella por él, cantando y recordando la clase de la mañana:
"-Violeta, así no son las divisiones- Criticaba la maestra.
La clase era pequeña había 18 niños, (que eran los que existían en las granjas de alrededor de su casa y que estaban empadronados allí)
La clase tenía bastantes pupitres de madera a los lados y era de color blanca.
Delante de el pupitre de Violeta, que estaba situado por lo fondo de la clase, se podía ver una pizarra semi rota verde.
La profesora tenía una cara hosca, una gran nariz altiva, unas gafas elegantes y un moño alto.
Pese a todo la profesora era muy vieja, aunque utilizaba toneladas de maquillaje para intentar ocultarlo.
Su carácter era horrible ya que llevaba ya muchos años dando clase y estaba hasta el moño de tanto niño.
Las niñas se sentaban a la izquierda y los niños a la derecha, para no mezclar.
Todas sabían que algún día se casarían con un niño de los de al lado y seguramente no por amor... más bien por obligación, bueno, todas lo sabían menos... menos Violeta que andaba constantemente en las nubes, o se podría decir... en los árboles.
-Maestra, lo siento mucho.... Perdóneme.- la chica miró a las niñas y niños que se reían, en especial a Celeste que era la que hacía que las demás se rieran de Violeta.
Celeste de una forma u otra era la niña más popular y la manda más de la clase ya que sus padres eran unos de los más ricos del pueblo y podía conseguir cualquiera cosa solo con pedirla.
Pues bien Violeta, cansada y un poco humillada, cerró los ojos e hizo crecer levemente la planta de las espinas e hizo que se le enredara en el cabello rubio de Celeste.
Después se desmayó y despertó tiempo después.
Ella recordaba el suceso.... Lo ocurrido, ¿habría sido ella?, ¿qué eran esos superpoderes? Soltó una carcajada y salió del aula de enfermería, donde estaba después del desmayo, para dirigirse a su casa y no preocupar a sus padres:
-Superpoderes...¡ja!"
Qué bien lo pasó a la mañana, ahora seguía caminando por el sendero entonces observó un pequeño árbol, el árbol estaba dañado por una ranura de una sierra, el leñador iba a cortarlo, mas decidió que no y le dejó aquella cicatriz.
Era extraño pero la niña parecía que hablaba con los árboles.
-Oh... dios mío.... pobrecillo.- La niña le quebró la voz, era el árbol donde había visto la sombra de una niña hacía ya mucho tiempo.
Pensó en lo ocurrido a la mañana, se sentía fuerte y tenía ganas de por lo menos intentarlo.
Violeta acercó sus manos a la corteza del árbol... inspiró, expiró, notaba energía por sus manos, por su pelo, por sus brazos, literalmente por todo el cuerpo.
La magia fluía por sus manos lentamente...Se sentía elevada, como si volara... La naturaleza, la energía, todo canalizado...
...
...
...
Abrió los ojos lentamente, estaba apoyada en el suelo, le dolía la cabeza bastante pero la corteza del árbol estaba recuperada.
Asombrada pasó la mano por toda la corteza de ese árbol.
Con expresión de sorprendencia.
Aquel árbol... aquel árbol era especial en cierta medida, lo adoraba simplemente, le parecía perfecto y precioso, más que cualquier árbol.
Aquel árbol...
-¡Violeta!-Gritaba la señora
-Mamá, ¿que ocurre?- Dijo Violeta, en parte estaba bastante nerviosa, ¿¡que le pasaría!?, se ajustó el vestido y rogó que no la hubiera visto.
La señora con desesperación la miró
-Se ha escapado una cabra y una vaca, ¿las has visto?- Preguntó la madre mirando por todas partes.
-No mamá, lo siento.- Dijo la niña con una felicidad inmensa y sintiéndose feliz porque no la había visto pero por fuera estaba disimulando estar triste, para que su madre no se enterara.
Dio gracias a dios y se fué por su camino.
-No pasa nada cielo...
La mujer corrió y la niña comenzó a ver las virtudes de su poder y empezó a controlarlo.
...
...
...
...
En otro lejano lugar...
-A desatado su poder, bueno, parte de él- Dijo una voz.
-¿¿Crees que será una amenaza??, ¿¿crees que la profecía se cumplirá??- Replicaba otra voz
-Ahora no es una amenaza, y cuando sea mayor tampoco lo será.
-Pero... mi lord.... no será una....
-No- Cortó la voz- Todo saldrá como lo previsto.
...
...
...
...
..........
Vale, lo admito, aquí ha habido mucha descripción pero que se le va a hacer.
Después habrá menos, prometido ;)
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