Forzándola a Florecer.

Era un día hermoso en el pueblo Sadida, las flores se veían hermosas, los niños jugaban y las mujeres reían. Incluso el rey Sadida se veía más feliz de lo usual, toda esa energía positiva estaba afectando a todos, hasta el hermano de Amalia estaba animado así que decidió dar un paseo. ¿Porque todos estaban tan felices? No había ningún motivo especial para tener tanta felicidad, simplemente este día era para regenerar tus energías, hacia un sol tan cálido y a la vez hacían una fría brisa, lo que causaba que él pueblos Sadida disfrutara del sol sin tener que sudar tanto.

Las aves estaban cantando mucho ese día, parecía que directamente le cantaban al reino ya que algunos estaban en las ventanas y techos de algunas personas, no había insectos molestos que pudieron picarte, el amanecer era increíble, en pocas palabras era un día perfecto, algunos lo aprovecharon para pasear, otros para reunirse con sus seres queridos y ver la belleza de la naturaleza y otros vieron buena idea hacer un picnic. 

Amalia junto a Evangelyne fueron juntas a hacer un picnic fuera del reino Sadida, ellas se dirigían a un hermoso campo de girasoles, Amalia llevaba una camisa, unos lentes de sol y una falda, como de costumbre iba descalza para sentir el césped. Evangelyne traía un vestido blanco junto a un sombrero para protegerla del sol, unos lentes oscuros y también llevaba unas sandalias. Amalia llevaba también una canasta que traía una manta y algunas comidas para el picnic.


-¿porque tengo que venir contigo? Quería quedarme en casa...- habló Evangelyne 

-eres mi guardaespaldas- respondió Amalia 

-tu sabes que no es por esa razón- respondió Evagelyne algo molesta -No me gusta que las personas sepan sobre esto.

-tranquila Eva, esto será nuestro pequeño secreto- respondió Amalia mientras sujetaba la mano de Evangelyne 

-odio hacer esto.- respondió Evagelyne quitando la mano de Amalia


Amalia se desilusionó un poco, pero siguió caminando junto a Eva. Pasado unos minutos por fin lograran llegar a un gran campo de girasoles, era un campo hermoso y grande donde pegaba una refrescante brisa. 


-ahí está, un hermoso campo de girasoles 🌻- Dijo Amalia -¿y que te parece?

-solo es otro campo más de girasoles- respondió Evagelyne molesta -No tiene nada de especial.

-hmmm... solo vamos a comer si- respondió Amalia - y pórtate bien ¿ok?.

Evangelyne se amargó aún mas de lo que estaba y soltó un gran suspiro de fastidio

-Como sea, Amalia-

Bajaron de la colina hacían el campo y pasearon un rato a ver qué lugar iban a ponerse. Después de unos minutos encontraron un pequeño lugar del tamaño de una mesa que estaba ausente de girasoles. Amalia sacó su manta que era roja con cuadros blancos y lo puso en el suelo para que la tierra no las molestara. Evangelyne solo estaba en el suelo de rodillas esperando a que su "novia" terminara de preparar las cosas. La rubia intentaba no ver a la peli verde porque aún seguía molesta por lo de ayer.

-Bien, todo está terminado- hablo Amalia -¿que te gustaría comer primero?

Evangelyne solo se quedó callada un rato sin mirar a Amalia, al final ella solo respondería que no tenía hambre.

-por favor Eva, prepare esto con cariño al menos dale una mordida- suplico Amalia mientras tocaba el hombro de Evangelyne.

-No. no quiero comer ya desayune en mi casa- respondió Evagelyne sin mirar a Amalia. -come tu, yo te esperare.

Amalia soltó un quejido mientras fruncía el ceño y apretaba por un momento sus puños. Solo se quedó callada unos segundos hasta que decidió comer una galleta que ella preparó. Tambien desvió su mirada de Evangelyne. 

Amalia se le ocurriría una divertida idea para que su querida Eva comiera al menos una galleta. Como si se tratara de una madre a su hija Amalia acercó una galleta a Eva y dijo lo siguiente "aquí viene el avión" Evangelyne estaba algo confundida así que simplemente apartó la galleta y dijo que la dejara en paz. 

Amalia se le ocurrió otra cosa y decidió hacerle cosquillas a Evangelyne. La rubia aún más confundida no sabia que hacer pero por tanto cosquilleo soltó una pequeña carcajada  provocando que una galleta entrara rápidamente en su boca.

-haha eres tan adorable cuando te ríes- Dijo Amalia -y ¿qué te parece mi galle...

Amalia no pudo terminar su frase porque Evangelyne le dio un fuerte empujón por hacerle comer esa galleta. Amalia tan confundida como molesta solo le grito "¿¡que demonios pasa contigo!?" Provocando que Evangelyne respondiera que no la tratara como su novia, que solo hace esto porque está forzada. "¡Quiero que tengas limites hacia mi!" Fue lo último que Grito Eva.

-tu... atacaste a la princesa del reino Sadida- Dijo Amalia -¡sabes lo grave que es eso pueden cortarte la cabeza!

-solo... no te me acerques a mi- respondió Evagelyne.

-pero eres mi novia quiero estar cerca de ti- respondió Amalia -por favor ya sé que esto no te gusta pero dale una oportunidad, te puedes llegar a encariñar conmigo.

-hmm... no estás loca, si dejo que me llames novia es porque me tienes amenazada con quitarme este trabajo- respondió Evagelyne -no puedes esperar a que olvide lo que paso como si nada.

Amalia solo estaba molesta por lo ocurrido, se sentó en posición indio cruzó los brazos y vio al suelo. Esperando a que Evangelyne al menos se disculpara. Por otro lado Eva solo seguía de rodillas viendo los girasoles y en silencio. Era algo incomodo.

-podrías comer al menos un poco para irnos- hablo Amalia - me tomó horas cocinar todo esto.

Evangelyne soltó un suspiro para luego tomar una galleta de Amalia.

-esta bien, solo quiero irme rápido-

Y así paso el tiempo, Amalia y Evangelyne comían las galletas otros postres que hizo Amalia. Y aunque Eva no quería admitir que todo estaba deliciosa Amalia ya sabía eso por los gestos de su "novia". Luego de un rato de comer y reposar la comida Evangelyne le recordó a Amalia que tenían que irse.

-Bien, fue bueno mientras duró- Dijo Amalia.

Si, si- respondió Evagelyne con un tono amargado

-¿hmm? ¿Dijiste si?- preguntó Amalia 

-¿ah? ¡Digo, NO!- responde Evangelyne gritando 

-¡jaja! Parece que tengo una oportunidad- Dijo Amalia soltando una carcajada

-¡no! ¡Ya no digas tonterías y vámonos!- Grito Evangelyne levantándose 

-Como quieras...- respondió la peliverde -Oh Eva... mira ¿quieres ganarte 10 kamas?

-¿solo diez?- preguntó la rubia 

Bueno, es algo sencillo- Dijo Amalia algo apenada -hmm no es un beso, realmente no me sentí bien forzándote a eso... ¿pero podríamos regresar al reino tomadas de las manos?

-¿qué? ¿Eso por diez kamas?- preguntó Evangelyne -¿parezco una prostituta que le puedes pedir cualquier cosa por algunas monedas?

-¡está bien! Que tal si te doy 30 kamas ¿aceptas?- preguntó Amalia algo ofendida

-No. ya cuidándote gano lo suficiente- respondió Evagelyne con un tono frío -ademas aún tengo algo de dinero que me diste... ayer. Solo vámonos ya al reino ¿quieres?

-¡no quiero!- Grito Amalia -¡si no voy tomada de tu mano te despido!

-¡ah! ¡Bien niña berrinchuda!- Grito Evangelyne -¡solo toma mi mano y vámonos!

Evangelyne simplemente tomó la mano de Amalia como si fuera la de un niño y la llevó prácticamente arrastrando por su acelerada caminata, hasta que Amalia se quejó.

-¡ay ya! ¡Mira toma mi mano pero camina despacio!- exigió Amalia 

-hmm... sabes Amalia... estoy es difícil para mi... amar a alguien que no quiero... a alguien de mi mismo sexo- hablo Evangelyne desanimada -solo vámonos.

Amalia les deprimió las palabras de Eva, pero simplemente se quedó callada caminando tomada de la mano de su "novia" con un silencio no tanto incomodo sino más bien un silencio de lastima. Y aunque Amalia disfrutaba tomar la mano de su amada no la satisfacía del todo. Después de todo Amalia sabe que le está haciendo daño a su novia. Un daño psicológico diría yo.

Ya llegadas al reino y a la habitación de Amalia simplemente Eva se sentó en la cama de la peliverde y se puso a leer algún libro que tenía Amalia. La morena simplemente se sentó también a leer en su cama pero más lejos de Eva, para no fastidiarla tanto. Así estuvieron, sin decir ninguna palabra, sin dirigirse la mirada, simplemente leyendo hasta que Evangelyne terminó su turno y fue a su casa.

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