T 2: Capítulo 20: Ups
Ha pasado un tiempo, pero todo sigue tal como lo recuerdas. Tanto lo bueno como lo malo. Una ciudad repleta con perros que caminan en dos patas y humanos de todos los colores y tamaños, el río en la distancia aún lado de el malecón. Es un marcado contraste con los desiertos polvorientos, las imponentes mesas y las brillantes luces de la ciudad que a sido el foco de tu último viaje. Pero San Javier sigue siendo tu hogar y la familiaridad de su entorno es reconfortante.
Dejas tu equipaje aún lado y contemplas la escena. Sí, realmente es tal como lo recuerdas desde que lo dejaste para salir de vacaciones. Cuando llegas a tu hogar, te percatas de una gran bola de pelos que aun descansa en tu sofa. ¡Parece que su siesta tradicional de media tarde no ha cambiado! Alguien que realmente no conocia bien a esta bola de pelos podría llamarla perezosa, y en muchos casos eso sería cierto, pero tu sabes la verdadera razón por la que duerme a estas horas. Ella trabaja en uno de los kinders como ayudante, es normal que descanse tan pronto como tenga un tiempo donde una cantidad de niños humanos y cachorros no estén gritando o jalando cosas que no deberian.
Te llevas los dedos a la boca y silbas, lo que hace que una perra de raza pastor australiano, se sobresalte y voltea su cabeza en tu direccion. Ella sonríe y su cola comienza a sacudirse de izquierda a derecha tan pronto como tus ojos se encuentran con los de ella, en un sólo movimiento ella se baja del sofá y va a hacia a ti para recibirte con un abrazo.
"¡Volviste!" grita, separándose un poco de ti y viendote de arriba para abajo.
"Síp, ya volvi", repites, saludando a tu perra con una sonrisa propia. "Acabo de llegar hace poco, en realidad"
La perra rápidamente inclina la cabeza hacia aun lado para comprobar el reloj digital colgado en la pared. "Huh, no pensé que llegarias tan pronto. Bueno, vamos Miguel, ¡no me dejes esperando! ¡Cuéntame cómo fueron tus vacaciones! ¿Te la pásaste bien en Las Vegas?"
Te ríes. "Sí. Fue sorprendentemente menos caótico de lo que pintan las peliculas, pero aún muy divertido"
Ella asiente, resistiendo de alguna manera el impulso de expresar algunas preguntas sobre tu comentario.
"Te dire todo sobre como me fue más tarde", le dices, tomando asiento en el sofa. "Primero quiero escuchar todo lo que me perdí mientras estuve fuera. ¿Cómo fue tu cumpleaños? Apuesto a que la fiesta fue tan loca como siempre, ¿eh?"
"¡Con el dinero que me dejaste, puedes apostar!" exclama, mientras camina y se sienta aun lado tuyi. "¡Lo celebre en el kinder y eso realmente lo mejoró mucho! ¡Había una piñata del tamaño de un humano adulto, y cuando los niños y cachorros la abrieron había tantos dulces por todas partes que incluso ahora aún batallamos para limpiarlos todos!"
"¡Oh hombre, eso debió haber sido la bomba! Desearía haber estado allí con todos esos engendros"
"Si, fue bastante genial, Migue, pero todo el mundo necesita unas vacaciones de vez en cuando. Tendrás que dejarme ir contigo la próxima vez, ¿okey?", Ella te dijo golpeándote juguetonamente en el hombro.
"Lo pensare. Pero oye, no es como si me hubiera olvidado de ti ni nada", Buscas en tu bolsa de viaje y rebuscas, luego sacas una pequeña caja envuelta para regalo de entre el desorden de ropa desplegada en el interior. "Sé que es un poco tarde, pero ten".
Sus ojos se iluminan inmediatamente. "¡Me compraste algo! ¡Lo sabía! ¡No me importa lo que digan los demás perras en el kinder, eres el mejor mono que hay!"
Sonríes ante el comentario mientras la ves levantar la caja con sus patas delanteras y hacerla sonar, con las orejas atentas y la lengua un poco de afuera en concentración mientras intenta adivinar qué hay dentro. Por un momento, su mente se remonta al día en que, hace unos pocos años, de repente su mente se aclaró y de repente podia caminar y hablar ... un minuto ella estaba comiendo de su tazon de croquetas, y en el siguiente, de repente ella estabas tratando de pensar en una manera para no asustar a su humano cuando este encontrará que ahora podia camimar y hablar.
Afortunadamente, cuando Miguel lo descubrió, este trato de mantener la calma en todo momento y escucho todo lo que tenia que decir sin tener un ataque de panico. Y así fue como habia iniciado ese extraño capítulo de la vida de Miguel y, sorprendentemente, su perra sigue a su lado desde entonces, leal más allá de lo razonable, y es divertido estar con ella más allá de toda descripción.
El sonido de ella rasgando el papel de regalo devuelve a Miguel al presente, y se asoma para ver cómo comienza a abrir la caja. Es cierto que tiene curiosidad por saber qué hay dentro, ya que la noche que compro su regalo el estaba un poco mareado luego de haber salido de algunos bares y casinos. Resulta que Las Vegas tienen cosas realmente buenas, y el alcohol fuerte tradicional que uno puede encontrar en San Javier simplemente no se puede comparar.
Ella abre la tapa, levanta el artículo y lo sostiene con sus patas delanteras, y obtienes una buena vista mientras su sonrisa emocionada se desvanece en una expresión de incómoda confusión. Lentamente, voltea el objeto en sus patas, examinándolo desde todos los ángulos, luego aplica la más mínima presión, resultando en un chirrido agudo que rompe el ahora incómodo silencio que se ha instalado en la sala.
"¿Tú... me compraste un JUGUETE MASTICABLE para mi cumpleaños...? ¿En serio? "
Su voz contiene a partes iguales incredulidad e ira, y te mira fijamente, sus ojos plateados exigen una explicación.
Oh Dios ...
Rápidamente intentas reconstruir los eventos de esa noche salvaje en tu mente, tratando desesperadamente de juntar una cadena de pistas o lógica que podría resultar en cualquier tipo de respuesta plausible.
Sí, en ese momento estabas pensando en ella. Ella es una perra, en el sentido biologico. Le gusta jugar, le gustan los niños y moverse mucho porque tiene una energía que parece casi ilimitada. Los perros de San Javier pueden alternar entre caminar sobre cuatro patas y dos, y estos aun tienen el tamaño aproximado de un perro grande, entonces, ¿por qué no querría ella un juguete para masticar para su cumpleaños? Eso tiene mucho sentido, ¿verdad?
Sí, en ese momento, en medio de tu euforia de jugador borracho, probablemente lo hizo, tener sentido. Desafortunadamente, la sobriedad tiene sus inconvenientes, como situaciones como estas en las que de repente tienes que explicar lo inexplicable.
"Yo... eh... ¿supuse que te gustaría?" respondes con sinceridad. Dadas las circunstancias, fue lo mejor que se te ocurrió.
Sus ojos se estrechan. Oh Dios, eso no puede ser bueno ...
"¡¿Pensaste que me gustaría ?! ¿Qué diablos crees que soy? ¿Que acaso no te sirven los ojos? ¡¿Me parezco a un perro salvaje para ti o algo así?!"
Ella te arroja el juguete, con fuerza, que de alguna manera torpemente atrapas, luego se levanta del sofa y te observa luciendo bastante enojada, entrecerrando los ojos aún más si eso es posible. Evitas su mirada y, en cambio, diriges tu atención al objeto que tienes en las manos.
Sí, es un juguete para masticar, está bien, hecho con la forma de un lindo puercoespín que viste una camisa con la bandera estadounidense. Está hecho de un material suave pero resistente y, según lo que escuchaste antes, hay un chirriador escondido en algún lugar dentro. Estás 100% seguro, sin sombra de duda, de que a un perro le encantaría esto.
Sin embargo, la criatura que esta frente a ti definitivamente no escualquier perro. No, ella es un tipo conpletamente diferente de perro que puede hablar, tiene trabajo, y definitivamente está muy ofendida por esto, y cuyo ceño fruncido exige que le des una mejor explicación en este momento.
"Mira, Daisy, sé que fue una idea tonta y entiendo por qué estás enojada. Oye, ya sé... ¿qué-que tal si me deshago de esto y pretendemos que esto nunca sucedió? ¡Sí, va-vamos hacer eso!"
Sin más vacilación, casualmente arrojas el juguete al otro lado de la sala, tienes suerte de tener una sala bastante grande y espaciosa. Daisy gira y mira con gran atención mientras el juguete masticable navega por el aire y aterriza en el suelo, y aprovechas la oportunidad para intentar armar una disculpa algo decente en tu cabeza.
"Listo-calisto, problema resuelto", le dices, ofreciéndole una sonrisa algo cautelosa. "Lo siento por esto... puede que haya habido mucho alcohol involucrado cuando fui a recoger tu regalo, así que no estaba pensando bien. Te prometo que...
Y luego, sucede en un instante: Te cuesta creerlo, y sientes algo de melancolía.
Tu mente no reaccióna, hasta que escuchas un chirrido y la sensación de que algo rebota en contra de tu pie.
Miras hacia abajo para encontrar el lindo juguete para masticar rodando hasta detenerse en el suelo a tu lado, pero eso no puede ser correcto. ¿Que? Que esta-.
Pero cuando te vuelves hacia Daisy para preguntarle qué acaba de pasar, las palabras mueren de repente en tu garganta. La mirada que tiene en su rostro... es como si hubiera visto un fantasma o algo así. Su mandíbula está floja y sus ojos están muy abiertos, pero desenfocados.
"¿Daisy?"
Te acercas y chasqueas los dedos frente a su cara, lo que parece sacarla de su trance.
"¿Eh? ¿Qué?"
"Te quedaste viendo al espacio. ¿Estás bien?"
Ella te ofrece una sonrisa débil que no acabas de comprar. "Je. Sí, nunca mejor." Su ira de antes también está extrañamente ausente.
Sí, algo raro está pasando aquí, pero ni siquiera sabes cómo empezar a averiguar qué. La naturaleza de este mundo de perros inteligentes aún se las arregla para sorprende constantemente. ¿Podría haber algún tipo de algo extraño en juego aquí también? ¿Es esto algún tipo de intervención divina o algo así?
Te estiras distraídamente y recuperas el juguete para masticar mientras reflexionas, y luego sucede algo realmente extraño. Los ojos de Diasy se fijan rápidamente en el, sus orejas están conpletamente paradas, y siguiendo cada uno de sus movimientos. Por curiosidad, haces chirriar el juguete una vez y, para tu sorpresa, cada músculo de su cuerpo se tensa con el sonido.
... Y luego arrojas el juguete a la distancia otra vez.
Ella no gira la cabeza para seguirlo como antes. En cambio, sus ojos se encuentran con los tuyos y te mira con enojo como si tuviera algo que decir. Le devuelves la mirada, esperando que comience la diatriba, pero nunca llegan las palabras. En cambio, su máscara de ira se desvanece lentamente a medida que comienzan a formarse gotas de sudor en su frente. Pronto está temblando, usando cada gramo de fuerza de voluntad que tiene para luchar contra el impulso que ahora sospechas que está comenzando a apoderarse de ella.
Sí, es un esfuerzo valiente, pero se nota que solo será cuestión de tiempo. Independientemente, decide acelerar las cosas con un pequeño empujón. Lentamente te inclinas hacia adelante, la miras a los ojos y susurras...
"Vamos chica, ve a buscarlo"
Ella sale disparada en cuatro patas con una velocidad increíble. Un par de segundos después, sientes que el juguete rebota en tu rodilla y aterriza en tu regazo. Daisy una vez más se sienta en cuclillas frente a ti, con una mirada mortificada en su rostro.
"Yo... yo... ¿q-qué...?" ella tartamudea.
Para ser honesto, normalmente estarías tan confundido como ella sobre este extraño giro de los acontecimientos, pero algo que sucedió antes de que te fueras de vacaciones ha aparecido en tu mente, proporcionando una pieza muy necesaria para este rompecabezas. :
Fue en un reportaje en el noticiero. Donde decían que los perros aún conservaban ciertas partes y costumbres de sus lados salvajes. Cuando habias escuchado eso, no lo creiste. Pensaste que era muy poco probable, por que Daisy siempre parecía tan en control de sus acciones.
Pero, tras ver lo que acaba de pasar ...
Tal vez ese reportaje tenia mas razón de lo que parecia, y todo lo que te tomo para darte cuenta de eso, fue el juguete chillón arrojado que habia causado una compulsión irresistible en Daisy para recuperarlo.
Obviamente, necesita recopilar más datos aquí. Por la ciencia claro, ella nunca te perdonaría si no lo hicieras, por lo que ni siquiera tratas de resistir la tentación de acercarte y acariciar a Daisy en la cabeza mientras simultáneamente levantas el juguete, haciendo que sus mejillas se pongan de un bonito tono carmesí. y sus orejas se plieguen hacia atrás con ira mientras te frunce el ceño.
Aww, que lindo ...
En este punto, no hay duda de que ella también entiende lo que está pasando, y si sigues tentando a tu suerte con esto, probablemente te va a dar una paliza. No, es más como que definitivamente lo hara aunque te detengas. Tal vez incluso ya hayas ido más allá del punto de no retorno.
Pero el abrumador deseo de jugar con ella solo un poco más, significa que no podrías contenerte aunque quisieras. Con un brillo maligno en los ojos, lanzas el juguete al aire y observas cómo sus iris plateadas se mueven con él. El juguete vuelve a chirriar cuando detras de el y lo atrapa, lo que hace que otro escalofrío recorra su cuerpo y no puedes evitar reírte al verlo.
"Estás muerto, Migue", gruñe en respuesta a tu risa, su ira se acumula una vez más.
Todavía sonriendo mientras te pones de pie, giras el hombro para prepararte para el lanzamiento.
"Si lo se. Pero como ya estoy muerto, eso significa que no tengo nada que perder, ¿verdad?"
Empiezas a dar cuerda...
... su cuerpo se agacha contra el suelo, moviendo la cola de un lado a otro con emoción...
... y por tercera vez, el juguete navega por el aire, tu perra persiguiéndolo, dejandote recordar los momentos en los que hacían cosas como esta cuando ella aún no caminaba en dos patas o hablaba.
Esos eran buenos tiempos.
Tan pronto como te devuelva el juguete, lo vuelves a tirar, pero esta vez las cosas son un poco diferentes. Para decirlo sin rodeos, ella empezó a dar saltos mientras intenta atraparlo en el aire en menor tiempo. Pero en este intento, en lugar de ir directamente hacia el juguete como antes, realiza dos giros rápidos en el aire antes de atraparlo sin esfuerzo con la boca y deslizarse hacia ti con una sonrisa orgullosa en el hocico.
Y es en ese momento que comprendes que si se ve obligada a seguir la compulsión de jugar este tonto juego de buscar, te demostrará que es la mejor en eso. Ella va a demostrar que es la mejor perra que ha existido, que es y que jamás será... y va a recalcar ese punto hasta que no tengas más remedio que reconocer su superioridad.
Supones que eso es lo que llaman el espíritu de un campeón, y su feroz resolución se te contagia instantáneamente.
Pronto ambos deciden seguir jugando en el patio, sólo hay tanto que pueden hacer dentro de la sala antes de terminar rompiendo algo, y ninguno de los dos quiere eso.
Ya en el patio, en lugar de lanzar el juguete más o menos paralelo al suelo como lo has hecho, comienzas a arquearlo en el aire, dándole una gran oportunidad de demostrarte como ella es la mejor en esto de atrapar.
Pronto estarás animándola, el único miembro de la audiencia del espectáculo canino que se lleva a cabo sobre un patio vacío. Sin embargo, a pesar de que solo eres tú, puedes decir que ella lo está dando todo... esforzándose hasta el límite para realizar increíbles marometas que casi te dejan sin aliento.
En algún momento a medida que avanza la tarde, sientes que tu brazo comienza a fallar. Una mirada rápida a ella revela que solo está comenzando a calentarse. Sí, esto realmente no es nada para ella ... te caes de espaldas, jadeando y riéndote de tu propia derrota, mientras que el vencedor del juego se para de nuevo sobre sus traseras cerca, ella ni siquiera esta sin aliento.
"¿Estás listo para la venganza?" pregunta, esa sonrisa diabólica pero orgullosa todavía presente.
"Sí, okey", respondes sin dudarlo, tu propia sonrisa nunca vacila.
~~>>(Corte)<<~~
Después de que todo termina, los dos miran perezosamente el cielo anaranjado tirados en el suelo del patio.
No hace falta decir que ella desató una retribución casi apocalíptica sobre él, cuando todo estaba dicho y hecho, y para ser honesto, se lo merecía. Aún así, no pudo evitar reírse un poco mientras lo miraba retorcerse debajo de sus patas mientras le entregaba coscorron tras coscorron con extremo prejuicio. En cualquier caso, entendió el mensaje: si alguna vez habla de lo que sucedió aquí con otra alma, también podría darle un beso de despedida a su estúpido cuero cabelludo de mono.
Ella se ríe un poco ante la idea, solo para sobresaltarse un poco cuando él se acerca y juguetonamente alborota sus orejas con una de sus manos, su corazón late un poco más rápido cuando esta disfruta del contacto.
"Sé que es un poco tarde para decir esto, pero... feliz cumpleaños, Daisy".
Él se da vuelta y le sonríe mientras ella sostiene el tonto juguete para masticar de forma segura en sus patas delanteras.
"... Gracias, Migue", responde ella, con una leve sonrisa que no puede ocultar del todo.
Hace un gesto hacia el juguete. "Oye... sabes que realmente me desharé de esa cosa y te daré un regalo de cumpleaños real si quieres, ¿verdad?"
Daisy rápidamente niega con la cabeza, acercando el regalo a su pecho y poniendo un ceño fruncido. "Síiii, no. No creo que te confíe esto. Esto se queda conmigo", Su tono se relaja junto con su expresión. "Pero ya hablando enserio, no te preocupes por eso. Estamos bien, y sé que no lo decías en serio. Solo tráeme un regalo de verdad la próxima vez, ¿okey?
Él se ríe. "Sí, okey".
La luna finalmente comienza a salir y los dos regresan de regreso a casa. Ella regresa a su habitacion, y él al suyo, el aún tiene que desempacar sus cosas para poder estar listo para el trabajo mañana. Tomando con cuidado el juguete para masticar, se ponde de nuevo en pie y se dirige a su cierto en el segundo piso.
"Cuarto dulce cuarto", ella declara mientras camina por la puerta. Ella enciende las luces, de camino a su cama, ella pasa junto a una mesa llena de los lindos regalos de cumpleaños que le dieron sus amigas y niños y cachorros en el kinder, ella decide que masticara una de las galletas con forma de hueso cuando se recueste en su cama más tarde.
Pero antes de acostarse, se detiene frente a un estante especial. Se toma un momento para admirar las cosas que se guarda allí: sus trofeos de competencia canina, una foto de ella y Miguel cuando ella era apenas una cachorra, e incluso su antiguo collar ...
Con cuidado, coloca el juguete masticable en el estante de cosas preciadas y luego se aleja para darse una ducha rápida antes de decidir acostarse.
Con una última mirada al estante y una sonrisa satisfecha, se desliza hacia la el baño de su habitación para bañarse. Su sesion de atrapar el juguete la habia dejado bastante sucia.
~~>>(Continuara)<<~~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top