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LA MUERTE

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Un minuto de tensión pasó antes de que alguien hiciera algo, Amelie se movió hasta la cama donde estaba Brooke sentándose a su lado con una sonrisa que buscaba consolarla por lo que estaba pasando. Pero Brooke no sentía nada al respecto. No estaba triste por haber muerto, pero tampoco estaba feliz. Se sentía entumecida.

—Davina sabe quien es la bruja.

Davina aún se encontraba de pie en la entrada de la habitación, la joven bruja estaba observando a Brooke con curiosidad, casi estudiando cada movimiento de la humana. A los ojos de Brooke Davina se veía como una mujer que había pasado por el mismo infierno desde muy joven, especialmente sabiendo como eran los aquelarres de brujas que solo se interesaban en el poder sin importarles quien sufría las consecuencias. Cuando la bruja comenzó a moverse para ingresar a la habitación Brooke no fue capaz de escuchar sus pasos, era como si ella no estuviese ahí realmente, pero era de esperarse tomando en cuenta que su forma estaba desapareciendo.

—Es uno de los ancestros más antiguos—su voz sonaba suave, casi imperceptible—, es quien controla a la mayoría de las brujas, tanto vivas como muertas.

—¿Quién podría tener semejante control sobre las brujas?—preguntó Finn. —Las brujas no ceden el poder tan fácilmente.

—No se su nombre, pero las brujan la llaman muerte—Finn y Amelie compartieron una mirada—, se dice que creó un arma capaz de matar a los originales y por eso la llaman así.

—Escuché de ella—Amelie se puso de pie nuevamente—, rumores de una bruja inmortal con el poder de matar a un original llegaron cerca de 1901.

—¿No saben su nombre?—preguntó Brooke con esperanza.

—No, aún si lo saben las brujas no parecen querer divulgarlo—fue la respuesta de Davina.

—Bien, ¿Cómo hacemos que Brooke regrese al mundo de los vivos?—Finn interrumpió la conversación con un cambio de tema.

—Hay un hechizo, pero solo Vincent podrá hacerlo—avisó Davina—. Amelie y yo nos encargaremos de eso.

La castaña observó en silencio como Finn asentía y compartía una mirada con Amelie, casi como si estuvieran ocultando algo, pero ella no quería preguntar por miedo a que sea algo muy personal. Aún si claramente se trataba de ella.

Al final se separaron en dos grupos. Amelie y Davina fueron en busca de Vincent mientras Finn se llevaba a Brooke para distraerla mientras el hechizo era preparado. Mientras ellos se ponían en marcha con su plan para revivir a Brooke, en el mundo de los vivos Camille aún se estaba acostumbrando a estar viva. Su anillo de día estaba perdido en algún lugar de la mansión Mikaelson y no tenía más remedio que esperar a que Vincent le hiciera uno nuevo, y mientras esperaba solo podía esperar encerrada en el penthouse de Marcel. Josh se había quedado con ella para hacerle compañía, Marcel y Vincent habían salido para investigar lo que acababa de suceder, y evitar que aquello llegara a las brujas antes de encontrar la solución.

La rubia estaba bebiendo bourbon en uno de los sofás del penthouse cuando Vincent regresó, el hombre tenía una sonrisa que contagió a la rubia, en su mano sacudió el anillo de día que había hecho para su amiga.

—Trate de hacerlo similar al que tenías antes—el anillo fue depositado sobre la palma de su mano—, ¿Dónde está Josh?

—En la cocina—la rubia se puso el anillo sin dudarlo—, por lo menos podré salir de aquí, ya estaba comenzando a pensar que nunca lo haría.

—Sobre eso—el brujo se sentó frente a ella—, Marcel no quiere que las brujas se enteren de esto.

—Y con razón, no es normal que alguien regresé a la vida sin explicación alguna.

Justo en ese momento apareció Josh con un tazón llenó de helado, al ver a Vincent lo saludó con una sonrisa. Camille, por otro lado, se encerró en su mente tras recibir el tazón de helado, las imágenes de lo que había sucedido el día anterior no dejaban de aparecer en su mente causándole escalofríos. Aún podía sentir el dolor que le causó regresar a la vida en contra de su voluntad, el solo recuerdo le daba ganas de llorar por días. Vincent fue quien notó la ausencia de su amiga, pero decidió dejarlo pasar, pues sabía que no estaba siendo fácil para ella siquiera sobrevivir esas veinticuatro horas de regreso.

Las brujas a pesar de no saber qué había sucedido estaban algo consternadas pues el regreso de Camille a la vida y la muerte de Brooke no fueron los únicos eventos que sucedieron el día anterior. Según lo que las brujas le habían contado a Vincent, el velo entre el mundo de los vivos y el más allá había desaparecido por alrededor de cinco minutos permitiéndoles tener contacto con los muertos, pero gracias a esto Vincent descubrió lo que estaba pasando con Brooke. Incluso las brujas comenzaron a sacar sus conclusiones, todas llevando directamente a Brooke, pero él no pudo hacer nada para desmentir o confirmar esos rumores que comenzaron a esparcirse entre la comunidad. Si confirmaba lo que todos estaban pensando Brooke estaría en peligro, y si lo desmentía ellos sabrían que estaba mintiendo. No había forma de solucionarlo.

Cuando Davina y Amelie lograron llegar al penthouse Camille aún estaba sentada en el sofá, pero Josh y Vincent no se encontraban con ella, solo podían escuchar sus voces en la cocina. En el camino desde la mansión Davina había explicado que al ser revivida Camille sería sensible al otro lado por veinticuatro horas y como ya se estaba acabando el tiempo debían ser rápidas si querían hacer llegar el hechizo a tiempo. Apenas pusieron un pie cerca de la rubia esta se puso en alerta al sentir algo extraño, sus ojos recorrieron toda la habitación intentando encontrar la razón, pero no encontró nada, y cuando estaba por llamar a Vincent un escalofrío le hizo estremecerse antes de que todo se volivera negro.

Del otro lado, Amelie observó cada movimiento de Davina cuando esta se acercó aún más a Camille, notando como esto puso a la vampira en alerta. La bruja llevó una de sus manos al brazo de la mujer en el sofá y Amelie no estaba segura de lo que había visto, Davina simplemente desapareció ante sus ojos al mismo tiempo que Camille dejaba caer el tazón como si ya no tuviese la fuerza para sostenerlo. Lo que pasó después puso todas las piezas en el lugar correcto para Amelie, Camille se puso de pie y se alejó del sofá en dirección a la oficina de Marcel al tiempo que Vincent y Josh salían de la cocina llamándola, pero ella no respondió. A los ojos de Amelie su amiga parecía poseída y al ver como escribía en un papel lo necesario para el hechizo que Davina le había contado comprendió que estaba realmente poseída.

—¿Davina?—llamó Amelie algo confundida.

—No tengo tiempo para explicar ahora—fue la respuesta que salió de los labios de Camille, pero no fue ella quién respondió.

—¿Explicar?—Vincent se acercó a ella—¿Qué estás haciendo?

El brujo estiró su mano para tocarla, pero justo antes de eso Camille se desplomó en el suelo inconsciente causando preocupación entre ellos mientras que en el otro lado Amelie miraba a Davina como si le hubiesen crecido dos cabezas. No tenía palabras para describir lo que acababa de ver y mucho menos para describir cómo eso le hacía sentir, solo podía decir que estaba agradecida con la joven bruja por hacer todo eso para salvar a alguien que no conoce.