04; EL GRAN KLAUS MIKAELSON
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El Gran Klaus Mikaelson
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El silencio que se instaló en la sala del penthouse puso algo incómodo a Brooke, Marcel le había contado algo de su vida con los Mikaelson, incluyendo los traumas que esto le generó y la castaña no sabía qué decir. En esos momentos se arrepentía de haber preguntado sobre los Mikaelson, la imagen mental de los horrores que estos habían cometido en los años que tenían con vida era suficiente para generar pesadillas. La cantidad de sufrimiento que habían causado parecía sacado de un libro de terror y ella seguramente no lo hubiera creído si no supiera que los vampiros y las brujas eran reales.
—Seguro estás pensando que somos monstruos—la voz dulce del fantasma rompió el silencio.
—En este mundo todos somos monstruos—la castaña se encogió de hombros—, unos más que otros, pero monstruos en fin.
—Hubo un tiempo en el que todo lo que queríamos era ser felices y tener una familia—la mirada de Amelie se llenó de tristeza—, ahora se siente como si esa fuese una vida completamente diferente.
—Si yo tuviera mil años, también lo sentiría como una vida diferente.
Ambas compartieron una mirada y Amelie rió negando con la cabeza, del otro lado del sofá Marcel miraba a Brooke con curiosidad. Cuando Vincent le había hablado de su amiga que podía ver fantasmas no le había creído del todo, pero al verla hablar con el vació a su lado no podía negarlo, ella de verdad podía interactuar con el otro lado y él no sabía si tenerla en Nueva Orleans sería una ventaja o una desventaja. De igual forma, su prioridad era tenerla de su lado hasta que descubra si tiene alguna ventaja.
—Espero que no estén hablando cosas malas de mi—decidió intervenir.
—Solo cosas vergonzosas—le respondió Brooke.
—Hey, Brooke—Amelie llamó—¿Podrías preguntarle algo a Marcel?
La castaña asintió regresando toda su atención a la rubia sentada a su lado, Marcel se quedó en silencio observando la interacción de Brooke con Amelie, a pesar que él no podía ver a la rubia.
—Amelie quiere saber cuales son tus planes con la mansión.
El silencio volvió a caer sobre ellos, solo que esta vez Marcel parecía ser el que estaba incómodo. Para Brooke la mansión no significaba nada, pero al parecer para ellos si era algo con gran significado.
—Voy a remodelarla—respondió Marcel después de un largo silencio—, por ella.
Cuando Brooke decidió que era momento de irse a casa se rehusó a que Marcel la llevará, en cambio camino por las calles del barrio francés admirando las luces de colores que comenzaban a encenderse a medida que el sol se ocultaba. Al salir del penthouse dejó su "tercer ojo" abierto, por lo que ahora podía ver los fantasmas que se mezclaban entre los vivos, algunos se mostraron felices de saber que alguien en el mundo de los vivos podía verlos y la saludaban de forma amable.
El sol ya se había ocultado por completo para cuando la castaña se dió cuenta que no estaba caminando en la dirección correcta, a pesar de tener un día en Nueva Orleans podía reconocer el camino de regreso a la casa de Vincent, y el camino que estaba tomando definitivamente no era el correcto. Sus pasos se detuvieron casi de inmediato, su alrededor estaba demasiado silencioso como para ser parte de Nueva Orleans, pero lo que le inquietaba era la cantidad de fantasmas que salían de la casa al otro lado de la calle.
—Es la mansión Mikaelson—una voz femenina le hizo saltar en su lugar—, ¿No es hermosa?
La mujer que estaba hablando con ella se veía joven, si no fuera por el vestido que tenía puesto Brooke pensaría que era hasta más joven que ella.
—Lo es—respondió Brooke regresando la mirada a la mansión.
—Es una lastima que haya visto tantos horrores—la joven suspiro inclinando la cabeza a la derecha—, por eso hay tantos fantasmas, todos vienen a ver al gran Klaus Mikaelson.
—¿Klaus Mikaelson?—la confusión de Brooke se filtró en su voz—¿Está aquí?
—Desde hace un año—la joven tomó su mano causándole un escalofrío—, ven conmigo.
Sin miedo alguno de hacer que Brooke fuese atropellada la joven tiró de ella haciéndola correr para cruzar la calle, los fantasmas aún seguían saliendo de la mansión hablando sobre Klaus Mikaelson y lo mucho que disfrutaban verlo sufrir. Para ella ver a cualquier persona sufrir era demasiado, pero no sabía el sufrimiento por el que pasaron gracias a Klaus Mikaelson por lo que no quería juzgar a nadie. Ella ni conocía al hombre.
Por fuera la mansión se veía realmente hermosa, pero por dentro dejaba a cualquiera convencido que era el lugar perfecto para vivir antes de ser completamente destruido. En cada rincón que Brooke mirara había fantasmas riendo y hablando sobre los Mikaelson, por lo que pudo escuchar mientras era guiada por la mansión habían dos fantasmas Mikaelson que rondaban la casa. Sabía que uno de ellos era Amelie, pero desconocía quién era el segundo.
—¿A dónde vamos?
En lugar de responder la joven se detuvo en medio del jardín principal de la mansión soltando el brazo de Brooke en el proceso.
—¿Quieres saber sobre Klaus Mikaelson?—preguntó sin despegar la vista del símbolo en el suelo.
—¿Por qué quieres contarme sobre él?—Brooke escaneo el lugar con la mirada dándose cuenta que todos los fantasmas estaban mirándola.
—Para que conozcas toda la historia—la joven sonrió—, y no he hablado con nadie que no sean esos aburridos fantasmas por años.
—Eso ha de ser difícil—la castaña asintió—. Por cierto, soy Brooke.
—Yo soy Marceline—se presentó—, un placer conocerte.
—¿Cuál es su historia?—decidió preguntar.
—Hace unos mil años su madre lo convirtió en vampiro junto a sus hermanos, se supone que ellos debían ser brujos—una pausa para dramatismo—, pero su hermano menor fue asesinado por hombres lobos.
—¿Por eso fueron creados los vampiros?—preguntó con curiosidad.
—Si, pero no solo los vampiros, también los híbridos.
—Klaus era un híbrido—asumió.
—Su madre tuvo un amorío con un hombre lobo y de ese amorío nació Klaus, cuando su madre los convirtió en vampiros, la maldición de los lobos se activó y su padre se enteró de la traición de su mujer.
—Supongo que eso no acabó bien para nadie.
—Claro que no—Marceline se recostó en el pilar más cercano—, su padre le ordenó a su madre reprimir a su lobo, pero Klaus mató a su madre y entonces tuvo que huir con sus hermanos.
—Pero logró convertirse en un híbrido.
—Después de atormentar adolescentes—medio bromeó—, esa es una historia muy...
Las palabras de Marceline se cortaron, Brooke se quedó estática en su lugar viendo como la joven fantasma sostenía su pecho como si estuviera sufriendo un ataque cardiaco. Los fantasmas a su alrededor comenzaron a desaparecer de forma inmediata alertando a la castaña de que algo estaba sucediendo, pero cuando intentó moverse para huir se dio cuenta que no podía moverse. Grietas comenzaron a formarse en el rostro de Marceline dejando ver una luz blanca que se intensificó impidiendo la vista a Brooke que se vio forzada a cubrirse los ojos.
Cuando la luz dejó de brillar un escalofrío recorrió a Brooke causando pánico instantáneo en ella, nunca había sentido el miedo puro que estaba sintiendo en esos momentos y el sonido de cadenas siendo arrastradas no ayudaba. Una mano se envolvió alrededor de su muñeca, la sensación de estar siendo quemada con hielo se extendió por su cuerpo casi de inmediato, el dolor que el contacto le provocaba le hizo gritar como nunca antes lo había hecho. Por la esquina de su ojo derecho logró notar movimiento, pero su atención fue robada por el fantasma que estaba sosteniendo su mano con fuerza.
Lo ultimo que logro ver antes de desmayarse fueron un par de ojos negros y unas cadenas.
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NOTA;
Emily Rudd como Marceline Deveraux
Aviso que tal vez no pueda actualizar por un tiempo, el lunes inició las prácticas de la universidad y estaré ocupada desde las 6 am a las 6 pm todos los días por 2 o 3 semanas, sumándole a eso las tareas y demás.
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