XXXII.
Residencia Forger, 4:52 pm
Presionó los audífonos en su oreja para escuchar con claridad el informe del agente que hablaba al otro lado.
"Hemos asegurado el lado este"
—Nightfall ¿puedes escucharme?
Hace un tiempo que había intentado localizarla pero no había sabido de ella, sabía que comunicarse en plena acción, pero era la tarea de Franky el ver quien seguía vivo, que agentes estaban heridos, muertos o si necesitaban apoyo, enviarlos.
Además que había civiles lastimados y el asegurar un área permitía que servicios de ambulancias fueran al área, él debía estar pendiente de todo y mover los hilos desde su lugar de ser necesario, lo cual era una tarea agotadora mentalmente, había tantos hombres, tantos lugares, que coordinar todo era una tarea monumental, pero Twilight confió en él.
No escuchó una respuesta de Nightfall lo cual lo tenía nervioso, porque ella debía proteger al ahora presidente de Ostalis y si fallaba... nada de lo que habían hecho durante todo ese tiempo tendría sentido.
—Nightfall... —Repitió de nuevo, con la ansiedad en el punto cumbre de su cuerpo.
Esperó en silencio, unos segundos, esperanzado.
"He asegurado a Wallace."
Aquella respuesta lo tranquilizó, se apoyó en el respaldo de la silla, echó su cabeza hacia atrás con pesadez y dejó salir un suspiro profundo.
Las cosas que hasta hace unas horas eran absolutamente destrozas, parecían tomar un camino diferente. La fuerza de la oposición era demoledora, una clara desventaja debido a que se encargaron de cazar a miembros importantes de WISE y del mismo SSS, Sværd se había encargado de destruir a su enemigo, un objetivo que tenía desde hace años, debilitandolos.
Habían sido demasiado inteligentes para eliminar los cimientos de su organización.
Algo a lo cual habían intentado oponerse, no enviaban agentes solos a misiones, pero el enemigo era fuerte y lograba atraparlos. Wise nunca fue una organización con un gran número de elementos, quizá unos cincuenta, por lo que sus números pequeños, se volvieron mínimos. Pero tenían el apoyo de la SSS lo cual era un buen respiro.
Aun así las cosas parecían estar a favor del Partido de Unión Nacional en el campo de batalla, hasta que escuchó que Garden se unió a la pelea, aquella organización secreta y bajo el agua, que eran apenas unos diez elementos, diez contando a la esposa de Twilight, capaces de erradicar a un solo gobierno con sus elementos.
Lo cual subió el porcentaje de éxito en la pelea y todo se colocó a su favor, las cosas se habían volteado favorablemente hacia ellos, quizá no estaba todo perdido.
Escuchó un lloriqueo y alzó la mirada, viendo a Alain en el sillón, aguantando las lágrimas. Dejó sus auriculares y se acercó hasta él, lo abrazó pasando un brazo por sus hombros.
—¿Qué sucede?
El niño volteó a verlo con esos ojos carmesí y algunas lágrimas cayendo por sus ojos.
—¿Cuándo volverán mis padres?
Franky presionó su mandíbula, porque aunque quería reconfortar al niño, no quería mentirle, porque él mismo no lo sabía. No había logrado comunicarse con Loid lo cual eran noticias realmente desfavorables.
Todo ese plan era de Loid y aun así, cuando se vieron la última vez pudo notar que él no estaba seguro de su destino, si regresaría con vida. Habían fumado un cigarrillo juntos, algo que el espía no había hecho desde que empezó la operación Strix, por lo que cuando lo sugirió fue tan extraño pero aún así aceptó.
Confiaba en que Yor estuviera a salvo, Loid se encargó de que fuera así.
Contempló el rostro infantil, ese niño era lo suficiente fuerte. Hora atrás, cuando las bombas sonaron tan cerca, Franky se acercó cuando Alain se despertó asustado, lo abrazó fuertemente, cubriéndolo contra su cuerpo, temeroso de que ese fuera su fin.
La localización de las bombas estaba mal, no sería una sorpresa que las hubieran colocado en la zona civil. Franky permaneció cubriendo a Alain con su cuerpo un largo tiempo, hasta que no hubo ninguna otra detonación. Cuando se alejó se quedó a su lado, acariciando su cabello, con el fin de tranquilizarlo, pero el niño no lloró en ese momento.
Ni después, cuando Franky regresó a la mesa que estaba justo a lado, solo se mantuvo en silencio. Pero el tiempo pasó, él sabía que su familia completa estaba ahí, luchando en esa guerra y quizá el tiempo transcurrido le hizo concluir que quizá ellos no regresarían y el miedo de perderlos fue insoportable.
A Franky le dolió el corazón de pensar en lo que ese niño sufría, porque vio reflejado a Twilight, que le contó que él perdió a sus padres en una guerra y que por eso se unió a WISE.
—Ellos regresaran, no te preocupes, ellos vendrán por ti cuando todo esto termine.
Franky sabía que no debería hacerlo, pero mintió, con el fin de reconfortar al menor de los Forger. Estaban en una maldita guerra, no podía arrebatarle la esperanza, eso era lo último que quedaba al final, aquello a lo cual se aferraba uno cuando todo estaba perdido.
Schloss Burg, 5:17 pm
Anya observó a su alrededor, evaluando todo el lugar, algo importante a la hora de pelear para determinar elementos que podrías utilizar a tu favor. Estaba al centro y el hombre bloqueaba la salida, dejando en claro que no los dejaría salir.
Pero era un científico, no tendría ni una cualidad física, por eso mismo utilizaba un arma para detenerla ahí.
Sabía que si ella daba un paso hacia él, no dudaría en disparar a ninguno de los niños a su espalda, lo había demostrado en su último disparo. Aunque ¿Cuántas balas le restaban? deberían quedarle cinco, una vez que desperdiciara sus balas, podría atacarlo. Sin embargo ¿cómo podría distraerlo para que así fuera? sabía que no habría una forma de hacerlo sin consecuencias, podría dañar a los niños.
Por lo que desechó esa idea.
Se movió ligeramente y el hombre apuntó el arma hacia ella, siguiendo cada uno de sus movimientos.
—Tú no me matarás.
—No, por supuesto que no, pero puedo dejarte incapacitada —Anya lo miró fijamente ¿cuál serían sus habilidades con el arma? no creía que fuera excelente, pero su forma de tomar el arma dejaba en claro que tenía algo de familiaridad. —Solo necesito tu cabeza.
—No encontrarás nada ahí, no tengo ni una habilidad, se ha esfumado.
El hombre sonrió divertido, como si fuera el mejor chiste que le hubieran contado.
—Anya, ambos sabemos que eso es mentira. —Movió el arma en su mano con descuido.—No te acordarás, pero yo estuve ahí, cuando tú fuiste creada. —Su mirada parecía enloquecida, como la de un científico loco. — No era el científico principal, por lo que nunca interactúe contigo, pero registraba tu comportamiento, eras realmente fascinante, a pesar de querer ocultar tus habilidades, pero cuando escapaste y llevaste al fracaso todo el proyecto, lo supe, que tú estuviste todo este tiempo estudiando a todos, leyendo su mente, todo para poder salir de ahí, una niña pequeña fue más lista que todos los científicos en el lugar, fue increíble.
Anya intentaba no recordar sobre esa época, eran cosas que había bloqueado en su mente, pero de manera inevitable quería comprobar lo que aquel hombre estaba diciendo. Se metió a su mente y dejó salir una exclamación cuando vio las imágenes del hombre, de ella misma tan pequeña, con aquella bata blanca, siendo un simple experimento.
Y recordó cómo había salido de ese lugar.
════ ◦❁◦ ════
Anya estaba sentada en una silla de metal, aquella que había relacionado con malas noticias y con la corriente corriendo por su cuerpo. Ella era demasiado pequeña, pero aún así se resistió, moviendo su cuerpo con fuerza, intentando escapar, correr y huir tan rápido como pudiera.
Sin embargo, era tan pequeña y débil, que pronto fue atada a aquella silla, con las lágrimas corriendo por sus mejillas y llorando tan fuerte como podía, suplicando que la dejaran tranquila, que ella no podía hacer nada.
Nadie escuchó sus palabras, por lo que vio a los científicos tomar su distancia y centrándose en una máquina, ella dejó de llorar tan estridente y sollozó, viendo a esos hombres de blanco moviendo cosas en esa máquina y el miedo escalando con fuerza en su cuerpo. Ella lo supo antes de sentirlo, lo mucho que dolía, cuando la electricidad entró por su cuerpo y sus ojos se abrieron por completo, su boca por completo abierta, gritando por la corriente.
Su pequeño cuerpo temblaba y se agitaba en el lugar, cerró los ojos, deseando tanto no estar ahí, escapar. Había planeado irse, había estudiado la salida en la mente de los científicos, sabía cómo podía moverse a pesar de nunca haber salido de ese pequeño cuarto. Tenía todo hecho, solo necesitaba una distracción.
Aquel día tenía intención de hacerlo, pero cuando la llevaron a ese cuarto, supo que todo su plan se había ido al drenaje, que todo iba a salir realmente mal.
Los gritos fueron arrancados de su boca, mientras los pensamientos no dejaban de acudir a su mente ruidosa.
"Deténganse, deténganse, deténganse, duele, duele tanto ¡paren ya!"
Todos los cristales de ese cuarto, escuchando los gritos de los científicos, pero más importante, la máquina se detuvo. Anya no fue consciente de qué fue lo que sucedió, pero cuando la máquina se destruyó, las ataduras en la silla cedieron y esa era su oportunidad.
Sabía que si no lo hacía, nunca podría salir de ahí, por lo que corrió tan rápido como pudo, siguiendo las indicaciones en la cabeza de los científicos y una vez que alcanzó la salida, siguió corriendo más y más, sintiendo la lluvia mojar su ropa delgada y lanzar escalofríos en su cuerpo.
A la pequeña Anya no le importó, lo único que podía pensar es que era libre, que ella había salido de ahí y no pensaba regresar bajo ningún motivo. Se refugió en los juegos de un parque después de horas de correr y se quedó ahí, hasta que alguien se acercó preguntando a esa niña sucia por sus padres y pronto la policía y trabajo social llegaron, llevándola al orfanato.
════ ◦❁◦ ════
Pero Anya se adentró a la mente de aquel hombre y lo escuchó, Bastian había presenciado aquella explosión o al menos él juraba que había sucedido... aunque una parte de él mismo no estaba seguro, pensando que pudo ser un sueño. Los que sobrevivieron no recordaban nada y después de ello, el proyecto Apple se perdió.
Bastian estaba seguro de lo que había visto o intentó aferrarse durante años, intentó encontrar a la niña, pero parecía que la tierra se la había tragado, como si de verdad nunca hubiera existido o hubiera muerto al no poder subsistir al estar por su cuenta. Los años pasaron y él se olvidó de aquello o al menos lo intentó, siguiendo su vida en los laboratorios, hasta que ingresó a trabajar en farmacéuticas Eplatre.
Hasta Demetrius Desmond se acercó a él y mencionó el proyecto Apple.
Todo lo que había reprimido salió a la luz, su esperanza, su anhelo y su mayor sueño, por lo que aceptó sin dudar. Había llegado tan lejos, siendo el líder del proyecto, recreando lo que había hecho hace años, a pesar de no ser el director de ese entonces, sintiendo como si estuviera saliendo a la superficie del océano.
Las cosas no podrían mejorar o eso pensaba, hasta que Demetrius Desmond se presentó ante él, luego de terminar el reclutamiento.
—La he encontrado. —Bastian esperó en silencio. —Al sujeto 007.
Bastian dejó caer un tubo de ensayo con sangre que tenía en sus manos y las imágenes de una niña de cabello rosado vino a su mente y sus dedos hormigueaban ¿ella...seguía con vida? fue el mejor día de su vida, al fin la tendría en sus manos y podría averiguar qué sucedió aquel día.
Anya vio todos esos pensamientos y recuerdos en su mente, sintiendo nauseas, asco de la manera en que ese hombre había disfrutado tratar a niños como simples sujetos de prueba que podría desechar. Se alejó de la mente de ese hombre, lo quería tan lejos como fuera posible.
Aunque... Anya no recordaba esa explosión, solo recordaba que todo había estallado y a ella misma corriendo fuera de ese lugar. Pero en ese momento, una idea se formó en su cabeza, una alternativa para darle aquello que tanto quería y evitar que utilizara el arma.
Fue de manera instintiva, guiada por un instinto de protección de evitar que ese hombre abominable pudiera hacerles daño y al mismo tiempo un sentimiento de furia por su pasado y ahora el pasado de aquellos niños que lidiarían con esos recuerdos, imborrables.
Hasta ahora proyectar su pensamiento solo lo había usado para comunicarse con Damian, pero en este momento uno de sus pensamientos impactó a aquel hombre igual que haber recibido un puñetazo. Bastian cerró los ojos al recibir el impacto, buscando en vano cubrirse con sus manos de un ataque incesante de recuerdos, pensamientos y emociones proyectadas desde la mente de Anya.
Uno tras otro y creciendo cada vez más en intensidad, golpes mentales sin piedad. Esto era similar a cuando ella se sentía abrumada en una multitud, asegurándose que ese monstruo fuera capaz de revivir en cada sentimiento de miedo, cada recuerdo donde les había hecho daño, cada razonamiento de desolación, le hizo pagar en carne propia.
Lo vio abrir los ojos por completo, descolocados, a la par que su boca, retrocedió conmocionado, intentando acallar esos pensamientos, esas voces en su cabeza y su respiración se agitó, la sangre corrió su nariz.
Caminó hacia atrás, los pensamientos eran más fuertes y perturbadores, golpes mentales imposibles de detener o de huir de ellos, sentía que su cabeza iba a explotar.
Anya caminó un paso por cada paso que Bastian retrocedía, sintiendo la energía invadirla y finalmente dejó salir un grito, al igual que esa fuerza acumulada. Los cristales del lugar estallaron en un despliegue de poder impresionante, que lanzó el cuerpo de Bastian hacia atrás, estrellándose con la pared y los cristales cayeron encima de él.
Anya se quedó quieta, respirando, sintiendo su cuerpo débil, pero esperó para ver si aquel hombre se levantaba, pero estaba quieto, demasiado. Se acercó hasta él para asegurarse, lo movió con su pie, pero el cuerpo tenía los ojos abiertos, estaba muerto,
Su cabeza zumbaba y se sentía mareada, se llevó la mano al rostro sintiéndose aliviada y percibió la sangre salir de su nariz, se la limpió con la palma de su mano y se giró, observando a los niños que estaban pegados a la pared, cubriéndose de lo que sea que había sucedido. Anya les sonrió.
—Es hora de irnos.
Estiró la mano y vio a los niños levantarse y acercarse hacia ella, Anya debía sacarlos de ahí, ponerlos seguros y regresar, necesitaba encontrar a su padre y... la idea de que Damian estaba demorando mucho tiempo no la dejaba tranquila.
Él debía estar bien, no podía dejarla, no ahora que todo parecía terminar.
Damian Desmond sabía que las cosas podrían salir de sus manos con facilidad, pero estaba tan cerca de descubrir a su hermano que no retrocedió.
Había encontrado, unas noches atrás, que las Farmacéuticas Eplatre estaban intentando recrear el proyecto Apple, pero ¿porque Demetrius estaba involucrado en ello? es algo que debía descubrir, por lo que decidió seguirlo hasta encontrarlo.
Lo siguió después de la escuela, le hubiera gustado faltar, pero sabía que no podría explicar tantas faltas. Lo hizo lo mejor que pudo durante una semana, sin éxito, hasta que el fin de semana llegó y le permitió dedicarle todo su día a Demetrius.
Los días anteriores su itinerario había sido del más normal, juntas, reuniones y demás cosas relacionadas con las elecciones que estaban tan cerca, él mismo se conocía su rutina a la perfección. Sin embargo, ese fin de semana, Demetrius tomó otro camino.
Damian lo siguió por las calles con su motocicleta y tomó toda la distancia posible sin perder el auto. Hasta que llegó a una edificación en el lado oeste de la ciudad, lo vio entrar y demoró el tiempo suficiente para que él mismo se acercara a averiguar qué era ese lugar.
Se descubrió cuando se acercó de manera discreta, Farmacéuticas Eplatre, por supuesto que ese era su centro de operaciones. Sabía la relación extraña que tenía Demetrius, pero aún quedaba averiguar sus motivaciones. En su tiempo ahí se aseguró de averiguar sobre el lugar, encontrando los filtros y como poder entrar sin ser detectado.
Tendría que hacerlo por un disfraz, él era muy bueno debido a las enseñanzas de Twilight, por lo que una vez que recabó la información necesaria durante un par de días, se aventuró, ingresando como un médico que se encargó de salir de la oficina a causa de unas fuertes y dolorosas evacuaciones, debido a que Damian colocó un fuerte laxante en su café, al ingresar como guardia de seguridad antes.
Debía entrar de guardia para evaluar el movimiento interior antes de actuar contra su víctima.
Una vez dentro siguió sus movimientos, ingresando a zonas restringidas y en el laboratorio principal, mezclados entre el resto de los científicos, hasta que lo vio. Su atención fue reclamada por algo más importante, algo que lo tomó por sorpresa y que le costó disimular por una leve fracción de segundos.
Damian, vestido de científico, se acercó hasta donde estaba el resto, viendo hacia abajo, al acercarse vio que había un cuarto debajo con paredes y techos de cristal, lo cual te permitía mirar adentro y ver que sucedía. En el centro de la habitación había una silla y en medio había un hombre sentado, resistiendo a las descargas de electricidad.
Los científicos que estaban a su alrededor monitoreaban su actividad cerebral, signos vitales y las imágenes iban encajando en su la pantalla. Fue cuando Damian percibió el expediente abierto y lo que sus ojos vieron y no podían creerse estaba ante él.
Expediente 010
Sujeto: Demetrius Desmond
Proyecto Apple inicial.
Antes de que Damian pudiera leer sobre eso, fue empujado por uno de los científicos.
—Thomas ¿no te sentías mal?
Damian abrió la boca, pero de reojo observó al científico que estaba personificando entrando al laboratorio, maldijo y se apartó, caminando rápidamente, cruzándose con Thomas, pero salió de ahí tan rápido que esperaba que no hubiera sido descubierto.
Sin embargo, sabía que no podría utilizar el mismo truco, no había logrado saber todo con claridad, pero tenía una idea clara de que es lo que sucedía.
Demetrius era un sujeto del proyecto Apple, uno exitoso, él tenía una habilidad.
¿Cuál? no tenía ni idea, intentó pensar en haber visto algo en algún momento, pero nada vino a su mente, no tenía ni una pista. Por supuesto que es algo que mantendría oculto, su mayor secreto y la incertidumbre de que podía hacer Demetrius nunca lo abandonó, debía actuar con aquella incógnita, algo que no le gustó para nada a Damian.
Schloss Burg, 4:42 pm
Vio la espalda del hombre que estaba enfrente que tenía la mano en su oreja, escuchando lo que sea que le estuvieran diciendo en el comunicador y finalmente aquel hombre dio la vuelta, mirándolo a los ojos y negó.
—Garden se unió al enfrentamiento.
Donovan Desmond frunció el ceño ante esas palabras, porque sabía que era lo que eso significaba, aún así, escuchó el reporte de su subordinado.
Él había salido de la mansión Desmond cuando el anuncio de la pérdida de su primogénito a nivel nacimiento lo decepcionó, porque aquella derrota era culpa de Demetrius y él debía solucionar las cosas. Había confiado demasiado. Regresó a su escondite que había sido desde hace un tiempo, a Schloss Burg, para dar el anuncio que desplegaba las fuerzas paramilitares. Habían perdido, por lo que venía el plan b.
Si quería que los Desmond tomaran el poder en Ostalis, debían deshacerse del candidato electo y todas las fuerzas que se oponían y subir al poder a la fuerza, si era necesario con tal de salvaguardar Ostanis y la plaga que era Westalis y sus habitantes.
Por lo que sus fuerzas desataron la guerra contra la SSS y el propio WISE y los pocos agentes que quedaban, algo en lo que Donovan se había encargado. Le había ordenado a Demetrius y a los agentes de Sværd destruir a WISE o matar a cuantos agentes pudieran, para deshacerse de los obstáculos más fuertes que tenían. La SSS era buena, pero no lo suficiente.
Se mantuvo en ese lugar todo ese tiempo, tomando algunas copas y escuchando la noticias de que sus fuerzas estaban superando en fuerza y número a sus enemigos, la victoria era suya. Donovan sólo aguardó ahí, esperando a que todo cayera y tomara el poder como debería ser hace años, estaban tan cerca...
Hasta que las noticias cambiaron y de pronto sus fuerzas comenzaron a disminuir, retrocediendo y siendo erradicados. Al inicio Donovan no entendió aquel cambio radical en la noticias, hace una hora todo iba a favor de ellos ¿y ahora estaban perdiendo?
Solo habían recibido noticias a medias, porque el informante murió antes de decir algo más, por lo que se vio obligado a esperar, algo ansioso pero intentó relajarse, ellos tenían una clara ventaja.
Todo parecía ir a su favor, a pesar de que agentes de WISE habían atacado la fiesta o eso había escuchado, erradicado a los hombres que habían estado de su lado en todo ese tiempo, sin embargo, ya no los necesitaba, estaba a nada de sentarse en aquella silla.
No obstante, las palabras que su subordinado dijo cambió absolutamente todo.
Garden.
Aquella organización secreta de asesinos que operaba en el bajo mundo y de la cual era muy difícil tener acceso, pero que un solo de sus elementos era capaz de erradicar a un ejército mediano.. Él mismo había pedido sus servicios para erradicar a algunos agentes de WISE pero de alguna manera se habían negado, algo que Donovan no dejó que le afectara. Sabía que su negativa era porque Garden se mantenía al margen e indiferente a todo ese conflicto, sin querer intervenir.
¿Y ahora Garden se había aliado con WISE?
Pronto se enteró que fue Garden quien erradicó a sus patrocinadores y amigos en su residencia y después se unieron a la batalla en el centro. Maldijo interiormente, Garden había tomado un bando y no lo habían elegido a él, lo cual dejaba en claro porque sus fuerzas estaban siendo erradicadas. Eso no tenía una imagen positiva, iban a perder.
Iban a perder esa pelea, pero no la guerra.
No podía quedarse más tiempo ahí, debía moverse, salir de ahí, tomar distancia y reconsiderar las cosas, su plan de acción. Las cosas se habían complicado de una manera que no previno y eso elevaba su frustración ¿Dónde estaba Demetrius y con que estaba perdiendo el tiempo? estaban perdiendo, debían unirse y salir de eso. Lanzó la copa a la pared lleno de ira, se levantó y se arregló el traje.
—Es hora de irnos.
Caminó por la mansión, considerando sus opciones, salir de ahí era complicado, con el fin de mantener el sitio en el anonimato. Debía caminar un par de minutos por el bosque para poder llegar a una carretera privada, donde estaba su auto estacionado, debía moverse, tenía un lugar pensado donde esconderse hasta reconsiderar su plan y volver a atacar.
La ira lo invadió más cuando se enteró que Wallace no había sido asesinado ¿qué demonios se suponía que estaban haciendo? Hace unas horas que todo empezó ¿y no pudieron rebanar una garganta? eran como cucarachas, imparables.
Debía enviar a Demetrius a hacer ese trabajo, pero tal parecía que no podía confiar en nadie, todos terminaban siendo unos inútiles. Esperaba que su primogénito no terminara siendo igual de inutil que su segundo hijo que desconocía.
Salieron de la mansión por la parte trasera y siguieron un sendero deshabitado, oculto entre los árboles que mantenían en secreto esa residencia. Había tres caminos diferentes que podían llevarlos a: una carretera principal, un campo que atravesándolo y caminando mucho más podría acercarse a los límites de la ciudad y el último donde se encontraba su auto. Se encaminó con lentitud, no le gustaba el tener que esforzarse para salir, pero eso le permitió no ser encontrado por WISE durante todo ese tiempo.
Por suerte lo acompañaba sus guardaespaldas, un hombre corpulento, el mejor agente de Sværd, eso servirá para llegar a su destino. Solo le tomaría un par de minutos, además que sabía que no es como que fueran por ello, el enemigo tenía las manos lo suficiente llenas para preocuparse por él.
Estaba cerca, pero el hombre a su lado se detuvo y con su brazo anteponiendo enfrente de él lo hizo detenerse. A Donovan le pareció extraño su comportamiento cuando había dejado en claro su urgencia de salir de ahí, no quería ser atrapado, aún tenía mucho que hacer.
Siguió la mirada de su guardián y comprendió que era lo que estaba viendo o lo que había llamado su atención al grado de detenerlo.
Ante ellos estaba Twilight bloqueando su camino, dispuesto a no dejarlos pasar vivos y terminar con aquella guerra infernal.
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