V.

Hojeó la página del periódico una vez que terminó de leer la columna y retomó su lectura con el sonido de la televisión de fondo. Desvió la atención del periódico para ver a sus dos hijos pendientes en la televisión, viendo aquel programa que había sido el favorito de Anya desde la infancia y que se estaba volviendo recurrente para que Alain viera.

No sabía cuál era el interés de sus hijos en ese programa considerando que él era un espía real, pero no quería profundizar en ese tema.

—Anya ¿cómo te fue en el estudio? —No se lo había preguntado porque estaba lo suficiente cansado al regresar de un enfrentamiento con unos rebeldes.

—Bien, como siempre.

Loid no estaba del todo seguro de la respuesta de su hija, ahora más que nada debía cuidar sus calificaciones al ser una erudita imperial. Lo que menos quería es que perdiera el título y sus oportunidades de encontrarse con Donovan fueran reducidas.

—Damian no se bajó a saludar. —Algo extraño, porque siempre solía hacerlo, era demasiado respetuoso a pesar de las quejas de Anya sobre que era grosero, algo que a él no le había tocado ver nunca.

—No estaba con Damian.

Fue ahí que él bajo su periódico para observar a la mayor de sus hijos distraída en la televisión, acosada boca abajo en el suelo.

—Dijiste que estudiarías con Desmond.

—Si, pero no dije con Damian. —Anya miró a su padre desde su lugar. —Estudie con Demetrius.

—¿Qué?

Loid se quedó completamente quieto cuando escuchó las palabras de su hija mayor, dejó el periódico de lado y se inclinó en su asiento.

—Qué estudié con Demetrius Desmond.

—Pero... ¿cómo es posible eso? ¿habías hablado antes con él?

Anya sin moverse le explicó las dos ocasiones que había entablado conversación con Demetrius y como en una de esas dos veces le había ofrecido su ayuda. Algo a lo que Anya tomó su palabra cuando Damian no tenía el tiempo (omitió el hecho de que realmente pensaba que él no quería ayudarla a estudiar esta vez) y terminó estudiando con el mayor de los Desmond.

—Aunque debo decir que su método de estudio es diferente que Damian, realmente me ha ayudado a comprender algunas cosas. —Anya fijó su mirada en su padre que parecía realmente conmocionado. —¿Qué pasa?

—No me dijiste que irías a la mansión Desmond.

—Bueno, quería asegurarme de si Donovan estaba ahí antes de decirte cualquier cosa, pero revisé la casa y no lo encontré por ningún sitio. —Vio a su padre inquieto, por lo que se aventuró a leer su mente, como no solía hacerlo con regularidad.

"¿Eso podría interpretarse como una señal, una coincidencia o quizá él...?"

—¿Por qué sería una señal?

Loid entendió que su hija se había metido a su mente, razón por la cual él siempre intentaba controlar las ideas en su mente en su presencia. Aún así, tomó el periódico que había estado leyendo, se acercó a su hija y se lo ofreció.

Anya lo tomó sin entender que era lo que su padre quería decirle, en ocasiones no era claro y más cuando se metía a su cabeza. Los ojos esmeralda se centraron en las páginas el periódico y al leer el titular entendió la línea de pensamiento de su padre.

"Demetrius Desmond candidato del Partido de Unión Nacional"

Anya miró a su padre que estaba sentado en el sillón.

—Esto es una confirmación al hecho de que Donovan sigue moviendo los hilos detrás. —Anya puntualizó al unir las ideas que su padre le había presentado.

—No lo sé, esto ha sido sorpresivo, no tenemos mucha información de Demetrius ni de su postura con respecto a la de su padre, nuestro objetivo siempre fue Donovan.

Loid había recibido una llamada temprano para una reunión en WISE en la tarde y para ver el camino a seguir. Había muchas teorías al respecto. El hecho de que Demetrius sea el candidato del Partido de Unión Nacional, por sus antecedentes y su apellido, podría asegurar varios números en las elecciones de Ostalis a la presidencia. Pero su candidatura podría significar que Donovan lo estaba usando para tomar por fin la presidencia, o quizá que iba en contra de su padre, eran simples suposiciones, no había nada seguro y eso tenía a WISE alterado ante la incertidumbre.

Había demasiadas cosas detrás, él debía contactar a...

—¿Y necesitan información de Demetrius? —Anya visualizó a su padre que parecía inquieto.

—Si, él es bastante inaccesible, no tanto como su padre, pero se mantiene al margen, pero tendremos que acercarnos para saber qué es lo que está tramando y si Donovan tiene algo que ver con esto... —Loid comenzó a pensar en maneras en que fuera posible, pero no quería sacar conclusiones hasta ir al cuartel.

—Yo podría conseguirla, puedo acercarme lo suficiente, mantenerme cerca con el fin de averiguar todo lo posible.

Loid vio a Anya con ese gesto de determinación, siempre parecía emocionada con el hecho de participar activamente en misiones o tener una vida de espía. Algo que Loid jamás le había permitido y la había mantenido lejos, pero lograba apaciguar esos deseos con el hecho de permitirle ayudarle, como el hecho de pedirle que se quedara cerca de Damian con el fin de que sean amigos y generar un acercamiento orgánico a los Desmond y más específicamente a Donovan.

 Pero esa misión, lo que había sido la misión Strix, que se suponía que ella no sabría, era una tarea sencilla y sin peligro que involucraba solo relacionarse. Esto era similar, pero el objetivo era Demetrius Donovan, del cual no estaban seguros y más porque había sido el primer hijo y el que Donovan había criado a su imagen y semejanza ¿y si eso era un peligro para Anya?

—No quiero que te involucres en esto, podría ser peligroso.

—¿Peligroso? Solo tengo que estar a su lado e intentaré leer su mente, es sencillo, lo hice durante años contigo y con mamá y no lo supieron hasta que les dije. —Anya alardeó de la situación, con la intención de molestar a su padre como siempre con el tema, cuando él no se dio cuenta de su habilidad siendo el mejor espía de WISE.

—Esto es diferente Anya, tú...

—No te preocupes papá, puedes confiar en Starling Anya.

Loid observó la mirada determinada de Anya y sabía que no había manera de hacerla retroceder cuando se proponía algo y más cuando eso involucraba su participación en una misión, considerando que ella se aferró a Loid, en el orfanato, cuando se enteró que era espía al leer su mente.

Por lo que simplemente asintió y decidió que considerando como estaban las cosas, una fuente más de información sería de gran ayuda, aunque eso significara que aceptara que su atolondrada hija se vinculara con el primogénito de los Desmond.

Anya caminó sujetando la mano de Alain mientras su madre se adelantaba por las calles en búsqueda de los víveres que Loid le había pedido para la cena. Considerando que Loid estaba lo suficiente ocupado con WISE y todo lo que involucraba la candidatura de Demetrius, le había deslindado tareas que le correspondían a él, a Yor.

Una de esas era ocuparse de las compras y todo lo que ellos necesitaban. Por suerte Anya era lo suficiente mayor para darle un respiro a su madre y cuidar a Alain mientras ella entraba a tiendas o para poder concentrarse en lo que debía comprar. Aunque Anya igual le ayudaba a recordar cosas de la casa.

Observó a su pequeño hermano, era demasiado tranquilo para su edad y en ocasiones era abrumante lo mucho que se parecía a su padre.

—¿Tienes hambre? —Le preguntó a su hermano.

El niño la observó con sus ojos carmesí y asintió una sola vez.

—Hay una panadería aquí cerca, podríamos comprar un pan, vamos.

Anya guio a su hermano a la panadería que estaba a tres puestos, ingresaron y dejó que el niño eligiera el pan que quisiera y ella mismo tomó uno. Las compras con Yor siempre se tornaban largas, ya que ella aprovechaba para poder comprar todo lo que tenía pendiente.

Salieron de la panadería y vio el pan con glaseado que su hermano había elegido y miró el suyo que solo tenía una cobertura de chocolate.

—¿Me das?

Alain observó a su pan y luego a su hermana varias veces, como si lo considerara.

—No, tú tienes el tuyo.

—Pero yo puedo darte del mío —Anya se arrepentía de su elección, el de su hermano se veía más apetitoso. —O puedo cambiarlo por el mío.

—No, tú elegiste ese y este es mío.

Anya frunció el ceño y miró a su hermano de cerca, con firmeza, el niño le devolvió la mirada, tan fría e indiferente como su padre cuando se lo proponía. Acercó lentamente su mano hacia la de su hermano, pero él soltó su mano y se fue corriendo. ¡Era un malcriado! Le había comprado un pan y era tan malagradecido que no podía darle un pedazo, corrió detrás de su hermano con el fin de alcanzarlo aunque estaban a dos tiendas de la sastrería donde estaba su madre. Se acercó peligrosamente hasta Alain y el niño giró el rostro, la observó y le sacó la lengua.

La fémina enfureció y aceleró el paso, pero observó como su hermano terminó chocando con una persona. El niño casi caía al suelo de no ser porque aquella persona lo sostuvo. Anya se detuvo avergonzada, había sido imprudente.

—Lo siento —Ella inclinó la cabeza, disculpándose por su hermano, quien había retrocedido y se había acercado hacia ella.

—Parecían divertidos.

Anya levantó la mirada cuando reconoció la voz, encontrándose con una mirada oscura que había visto por última vez hace unos días atrás.

—Desmond.

—Te he pedido que podrías llamarme Demetrius. —Él le sonrió. —Que alegría volver a verte ¿Cómo fueron los exámenes?

Anya recordó que aquella tarde de estudio había bastado para que entendiera sus dudas de matemáticas que era la materia que más le causaba conflicto. Con el resto había bastado el estudiar en conjunto con sus amigos para aclarar ciertas cosas.

—Creo que bien, el viernes presento el ultimo. —Anya recordó sus últimos pensamientos que había inundado su mente.

Después de que su padre le dijera todo lo relacionado con Demetrius y que ella misma se había ofrecido para obtener información al frecuentar a Demetrius, Anya trazó un plan elaborado para poder llevar a cabo la recopilación de información.

Fue hasta el día siguiente, cuando quería poner en marcha su plan, que se dio cuenta que había un pequeño, gran, error que había olvidado. Que para intentar hacer cualquier cosa, debía encontrarse con Demetrius antes. ¿Cómo podría hacerlo cuando no tenían ni un lugar en común donde encontrarse? Si fuera Damian, el asunto seria sencillo, compartían clases y eran unidos. Pero a Demetrius solo se lo había encontrado en la reunión de imperiales y porque él fue a buscar a Damian a la escuela, por lo que Anya no tenía ni idea de cómo su plan tendría sentido si no lograba concretar una salida con Demetrius.

Había intentado preguntarle a Damian, pero él había estado más callado de lo normal. Por lo que Anya se sentía perdida, pensando si debería presentarse a la mansión Demetrius o convencer a Damian para que la invitara, aunque eso podría ser sospechoso.

Necesitaba alguna manera, eso es lo que había pensado hasta el cansancio y como si obtuviera la respuesta, él estaba ante ella. No podría dejar ir esa oportunidad, no cuando estaba tan cerca, solo necesitaba concretarlo.

—Y por fin seré libre de los exámenes, ha sido demasiado complicado, por lo que Anya quisiera celebrar por unas perfectas calificaciones. —Anya había apostado todo lo que tenía a esa frase, esperando que mordiera la carnada.

—Una celebración siempre ayuda a relajar el periodo después de exámenes.

Demetrius la observó sin decir nada, a lo que Anya se sintió derrotada al notar que no había dicho ni hecho nada de lo que había querido. Muchas veces sus planes no resultaban como quisiera... además que el desconocimiento de Demetrius no hacia las cosas fáciles.

—Y parte del éxito de Anya te lo debo a ti, por lo que deberíamos celebrar juntos.

Él se sorprendió ante sus palabras, aquella invitación de la erudita imperial. Sonrió de tal forma que pareció tan agradable y encantador que las mujeres que transitaban a su lado no podían dejar de mirarlo.

—Me parece una excelente idea, he estado esperando por volver a verte. —Él desvió su mirada un instante, observando a los hombres con los que iba y que se habían adelantado cuando él se detuvo a hablar con ella. —Estaré llamándote a tu residencia el viernes para que pueda pasar a recogerte.

—Anya estará pendiente.

Él la observó tan fijamente, que la mirada oscura la atravesó y la misma Anya se sintió incomoda y avergonzada, ¿Por qué la miraba de esa forma tan...cálida?

—No puedo esperar por volver a encontrarnos. —Él se acercó, acomodó su flequillo que se había desordenado por perseguir a Alain.

Anya vio como él se alejó y sintió un martilleo incomodo en su estómago ante el hecho de como él siempre se acercaba demasiado a ella, sin dudar.

—¡Anya! — Ella giró viendo a Yor llegando con varias bolsas. —Siento la demora, me entretuve con algunas cosas ¿todo bien?

—Anya tiene una cita. —Alain, que había estado de espectador en el intercambio de palabras de su hermana con ese hombre, le comunicó a su madre del resumen de las cosas.

Al menos él podía entender que eso había sucedido, aunque según tenía entendido los chicos debían invitar a las mujeres.

—¿Una cita? —Observó a Anya sorprendida.

—Yo, no lo se.

Anya realmente no podía pensar que aquello fuera una cita, ella estaba haciendo todo eso por el bien de la misión Strix y el futuro de Ostalis, además de sumar puntos para ser una espía de WISE en el futuro.

Pero la verdad es que no estaba segura de sí aquello era una cita o no, pero decidió no darle importancia, solo debía conseguir la información y podría olvidarse de Demetrius Desmond.

Cuando Anya por fin escribió la última palabra sonrió satisfecha y entregó la hoja de su examen, salió del salón hacia la cafetería, donde lo visualizó apenas ingresó. Se acercó hacia él y se sentó enfrente con su comida, sin que el resto apareciera aún. Ella estiró la mano y tomó uno de los panecillos que él había agarrado.

—¿Cómo te fue?

Él levantó la mirada de su comida y la observó un momento, mientras estiraba la mano para tomar el otro panecillo. Él por supuesto que había tomado dos ese día porque sabía cuánto le gustaban a ella y sabía que tomaría uno.

—Bien, he respondido todo.

—Anya igual, confío que todo salga bien. —Anya dio una mordida y se deleitó del relleno de queso. — El lunes te veo donde siempre, traeré algo rico.

Él no respondió, por lo que Anya se inclinó hacía él y colocó su mano sobre la masculina, algo que llamó su atención y lo hizo levantar la mirada hacia ella.

—¿Estamos bien?

—¿A qué te refieres?

—Bueno, esta semana has estado especialmente callado.

Él simplemente la vio durante un momento antes de desviar la mirada hacia otro lado ante el brillo de los ojos esmeraldas.

—Solo he tenido algunas cosas en la cabeza, es todo.

Anya pudo ver como se veía algo decaído o cansado, pero si él no le decía las cosas por su cuenta, sabía que no podía presionarlo para obtener información. Quizá solo estaba estresado por los exámenes, que habían sido particularmente difíciles y por el hecho de mantener el nombre de su familia y más ahora que era candidato a la presidencia.

—Sabes que puedes contarle cualquier cosa a Anya ¿cierto?

Él apartó la mano con un sonrojo evidente en sus mejillas, no quería que ella fuera consciente como unas simples palabras lo alteraban y lo hacían ponerse nervioso. Si ella supiera del poder que tenía sobre él...

Y de que ella era una de esas "cosas" que lo habían mantenido ocupado en la semana, sobre aquel día que la había visto en la residencia Desmond con su hermano mayor y como, a pesar de que eran compañeros de clase, amigos cercanos y alumnos imperiales, ella había preferido ir con su hermano antes que con él.

Aun recordaba cuando vio a Demetrius en la escuela ¿acaso él había ido a buscarlo, utilizando esa excusa, pero su intensión era el ver a Anya? Le parecía improbable considerando como conocía a su hermano, pero esa duda no había dejado de darle vueltas... él estaba pensando demasiado en eso, a pesar que tenía otras cosas más importantes en la cuales pensar.

—Si, lo sé —Él dijo con aire ausente. —Igual yo siempre estaré para escucharte.

Él la miró, encontrándose con la sonrisa radiante de Anya, un simple gesto que causaba un sentimiento cálido en su estómago.

—Podríamos salir hoy a celebrar... —Damian se sintió torpe al mencionar aquello, más porque no había planes para eso.

Se suponía que su ritual era en la escuela, pero la última salida que tuvieron juntos había sido tan buena que quería volver a repetirla.

—Anya no puede, hoy ya tengo planes, pero pnos reunimos como siempre aquí ¿sí?

Damian asintió, pensando en que era inevitable el tener que compartirla con Becky, pero sabia que Blackbell no permitiría que la acaparara para él solo.

Anya se despidió, mientras corría por los pasillos, con la intención de llegar al autobús. Una vez dentro se sentó hasta el final, tarareando una canción y emocionada al estar ante una misión muy importante el día de hoy. Una misión que podría determinar el futuro de todos y de la propia Ostalis y dependía de ella, la agente Starlight. Una vez que llegó a su casa, entró deprisa y se sentó junto al teléfono, decidida a esperar.

Él debería llamar en cualquier momento, por lo que se quedó quieta esperando...aunque los minutos pasaron y apoyó su cabeza en el sillón, con cierta pereza. Sus parpados comenzaron a pesar y los cerró un momento, había estudiado demasiado para esos exámenes y conservar su título de imperial.

Pronto el cansancio ganó y se sumió en un profundo sueño, donde ella tenía un gran castillo en forma de maní, donde el mismo Damian Desmond se arrodillaba ante ella. Un sonido estridente llenó todo el reino que había forjado, alertando a sus tropas. Se sobresaltó cuando el sonido se incrementó y abrió los ojos conmocionada y asustada, sin saber que sucedía, hasta que escuchó el teléfono a su lado sonar de nuevo. Lo tomó sin pensar, con susto y se lo llevó a la oreja.

—¿Hola?

—¿Residencia Forger? —Escuchó una respuesta de confirmación. —¿Se encuentra Anya?

Anya se percató en ese momento en la voz atractiva que Demetrius tenía, profunda, serena y amable.

—Si, soy yo.

El silencio al otro lado de la línea llevó a la fémina a pensar si se había colgado la llamada.

—No se si tú voz suena mejor por teléfono o en persona, pero podría escucharla siempre.

Anya se sorprendió de aquellas palabras y de alguna forma se avergonzó, sintiéndose torpe y sin saber que decir. ¿Qué había sido eso? ¿Era un halago? Claro que ella se creía merecedora de esos comentarios, era una erudita imperial y la futura mejor espía de todos los tiempos de WISE. Pero la forma en que lo había dicho, era lo que la hacia sentir nerviosa. ¿Qué es lo que él pretendía con esas palabras?

—Pasaría por ti más tarde ¿esta bien? —Él siguió hablando ante el silencio al otro lado del teléfono y adivinando que quizá había ido un poco lejos.

—Si, te estaré esperando.

Una vez que colgaron el teléfono, Anya corrió a su habitación en búsqueda de algún traje que cumpliera con su misión. Pensó en algo cómodo, digno de un traje de espía. Pero algo le decía que cualquier sitio que Demetrius eligiera, necesitaría una ropa adecuada. Aún recordaba su salida con Damian y como la había llevado a un lugar elegante ¿Demetrius iría más lejos? No podía saberlo, pero iría preparada.

Utilizó una falda negra y una blusa delicada blanca, refrescante para la época en la cual estaban. Sus padres aún no llegaban, por lo que decidió dejarles una nota cuando el auto blanco aparcó enfrente del edificio. Ingresó al auto cuando al salir unos hombres, seguramente su                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    guardaespaldas, le indicaron que subiera.

Dentro del auto se encontró a Demetrius con el cabello perfectamente peinado hacia atrás, un traje elegante de color azul oscuro y las piernas cruzadas. Se veía atractivo, algo que Anya no podría negar.

—Es bueno volver a verte.

Anya sonrió de forma automática.

—Anya igual quería volver a verte.

Él sonrió con la naturalidad que lo envolvía y el auto se puso en movimiento, avanzando por las calles de la ciudad. Anya lo observó de reojo sin saber que podría decir o hablar, considerando que solo se habían encontrado un par de veces y que la ocasión que habían hablado mucho fue porque la ayudó a estudiar, ahora habían salido fuera de todo ese ámbito, por lo que ella no estaba el todo segura.

Por eso se abstuvo de decir algo antes de que llegaran a uno de esos restaurantes elegantes de la ciudad y entraran, sin necesidad de una reservación. Anya sabia que ese restaurante siempre estaba repleto, recodaba escuchar a Becky hablar de eso alguna vez. Sin embargo, ellos habían entrado con sencillez y se sentaron en las mejores mesas, en el segundo piso donde estaban lejos del resto de las personas.

Anya se sintió tan fuera de lugar al estar en un lugar tan sofisticado y elegante, pensando que debió utilizar algo más. Y sin entender el porque Demetrius había aceptado salir con ella, considerando que apenas y se conocían. No obstante, ella sabía a que había venido y era momento de empezar si quería que esa fuera una misión exitosa.

—Es un lugar bastante elegante. —Anya miró a su alrededor para disimular. —Aunque había escuchado que nadie podía comer aquí sin reservación, que debías agendar meses antes.

—Es cierto, pero cuando vengo siempre me ofrecen esta mesa. —Demetrius tomó la copa del vino que le ofrecieron y la probó asintiendo, aunque sabía que ella no podría tomar, no con su edad.

—Las ventajas de ser el candidato al Partido hacia la presidencia ¿no? —Anya bromeó cuando el mesero rellenó su copa con agua que ella se llevó a la boca y miró a Demetrius por encima de la copa.

Él sonrió como siempre y como le resultaba más fácilmente con ella, todo parecía tan sencillo con la Forger.

—Oh si, sobre eso podría ser cierto, pero desde antes he venido a este sitio y siempre me han dado esta mesa, es la mejor del lugar. —Él dio un trago a su copa.

El mesero regresó con unos bocadillos, interrumpiendo la conversación, algo que irritó a Anya, porque esa era su oportunidad.

—Podría ser por el renombre de tu apellido, eres el primogénito del mejor líder del Partido de Unión nacional. —Anya bajó la mirada pero lo observó entre sus pestañas. — Y ahora futuro presidente de Ostalis.

Él se sorprendió ante sus palabras, y como esa mirada lo hizo aguardar la respiración un instante. A pesar de la diferencia de edades, él no era ciego a su gran belleza.

—¿De verdad confías en que ganaré las elecciones?

Anya sonrió de la forma ensayada que tenía para parecer agradable en una conversación.

—Anya está completamente segura, tú excelencia en la escuela Edén, tu familia y tu estatus están a tu favor, además que eres bien parecido. —Estaba tan cerca, tanto, solo debía conseguir un empuje más. —Aunque igual depende de los planes que tienes al tomar la presidencia o tu propuesta electoral.

—Oh sobre eso...

Lo tenía, Anya lo tenía donde quería. Había dirigido la conversación hacia el tema de interés con tanta facilidad que él no lo veía venir. A pesar de que quisiera mentir con sus palabras ensayadas, Anya podría saber exactamente cuales eran sus planes. Por lo que activó su habilidad, buscando la voz de Demetrius entre el mar de voces en su mente, que ignoró fácilmente, algo en lo cual había entrenado todo este tiempo.

Desechó todas las voces y se centró únicamente en el hombre sonriente enfrente suyo, una idea, un plan, cualquier cosa sería un inicio y ella podría moverse utilizándolo a su favor.

Pero Anya no escuchó nada, no podía adentrarse a leer la mente de Demetrius.

Tal hecho la sacó de todo balance, sintiéndose perdida ¿qué es lo que estaba sucediendo? ¿Acaso sus poderes estaban fallando? El mesero se acercó en ese momento y decidió utilizarlo como experimento.

"El candidato Desmond, él siempre deja buenas propinas"

Anya entreabrió los labios cuando lo escuchó tan claro y volvió a concentrarse en Demetrius...pero no escuchó nada, solo el más profundo silencio. Se sintió perdida por primera vez en su vida, eso era lo suyo, su ventaja, su peculiaridad en la familia Forger, eso la convertiría en la mejor espía de WISE, su habilidad de leer mentes y ¿no podía leerle la mente a Demetrius? ¡Podía leer la de su hermano!

Debía estar sucediendo algo extraño ¿Qué estaba pasando? Utilizó con gran intensidad sus habilidades, que no prestó atención a nada de lo que estaba diciendo, solo podía verlo mover sus labios, con la mano sujetando su barbilla en un gesto elegante. Se sintió mareada y aturdida.

—¿Estas bien?

Anya levantó la mirada y observó a Demetrius enfrente con un gesto preocupado, pero su atención recayó en sus manos que estaban cerca una de la otra. ¿Acaso, por alguna extraña razón, su poder no estaba estableciendo la conexión necesaria para poder entrar en su cabeza? ¿Qué podía hacer para reforzar aquella conexión? Sin pensar demasiado, Anya estiró la mano y entrelazó sus dedos con los de él, esperando una señal, una voz, cualquier cosa.

No obstante, solo recibió silencio total.

—Eso ha sido impulsivo. —Anya levantó la mirada —Aunque... prefiero las cosas de esta manera. —Él entrelazó sus dedos.

—¿De que hablas? —Anya se sentía confundida no había escuchado nada, pero algo le decía que se había perdido de algo importante.

—De mi interés por ti, sé que puede ser algo bastante rápido pero con temor a equivocarme, y si existe un interés mutuo, sería realmente agradable el seguir frecuentándonos, para que en el futuro quizá...

—Si, me parece bien —Anya habló de forma impulsiva.

Demetrius sonrió ante esa respuesta, tomó la mano de Anya y se la llevó a los labios. Pronto el mesero apareció de nuevo con los platos fuertes.

Anya no era consciente de nada de lo que estaba sucediendo, lo único en lo que podía pensar en el sentimiento perturbador y frustrante que originó el silencio en la mente de Demetrius Desmond. 


Wattpad me trolleo, aparecía que había publicado el capítulo, un poco tarde pero aquí está.

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