O4.
Hoseok, quien se había quedado dormido en la cafetería, corrió lo más rápido que sus débiles piernas le permitían para alcanzar su primera clase, la cual por cierto iba con 30 minutos de atraso.
Miró su celular que no dejaba de vibrar en su mano, su alarma atrasada sonaba como loca, tuvo que contener un poco más el aliento hasta que sus ojos lograron alcanzar a ver la tan dichosa puerta del salón, aunque su vista logró ver a otro estudiante en la puerta, quizás igual de atrasado que el. Bueno, ahora no se sentía tan mal.
─¿Qué pasa, el profesor Choi no te dejó entrar?─ Habló temeroso acercándose al desconocido.
No podía reprobar de nuevo la clase del molesto profesor Choi, ya estaba repitiendo semestre en su clase, no podía hacerlo una tercera vez o su padre lo colgaría de la torre Eiffel.
─No es eso, el profesor Choi suspendió la clase. Parece que dos alfas están teniendo una disputa dentro, nadie quiere acercarse─ frunció el ceño mirando la puerta.
Para Kim Seokjin se le hacía demasiado injusto que por dos alfas ricos se suspendieran la clase, si bien sabia que estos eran poderosos, no le daban el derecho de hacer lo que quisiesen en la universidad.
Pero Jin también era demasiado inteligente como para no atreverse a entrar en ese salón, dos alfas furiosos no eran una buena combinación, menos para un simple beta becado como el.
─Hey ¿Acaso eres sordo? No entres─ advirtió Jin tomando el brazo del pelirrojo que se dirigía decidido a abrir la puerta ─Dos alfas están dentro, quizás arrancándose la garganta─ habló de manera clara.
El pelirrojo alzó sus hombros de manera desinteresada.
─No seas exagerado, además mi alma de periodista me llama─ soltó sin preocupación, mirando la ceja fruncida del castaño.
─Debes ser un suicida, uno muy tonto.─ soltó su brazo, Hobi soltó una pequeña risa.
─Se le llama profesionalismo─ habló sacando de su mochila una pequeña libreta, si no tenia clases al menos aprovecharía ese tiempo para escribir en el periódico de la universidad, vamos, necesitaba dar vida a ese aburridísimo periódico, algún chisme picante, que él por supuesto tendría la exclusiva ─Por cierto ¿sabes los nombres de los estudiantes?─ Preguntó sosteniendo la manija de la puerta a punto de abrirla.
─Park Jimin y Jeon Jungkook.
Se detuvo abruptamente bajando la mano de la manija, su cuerpo petrificado sin color y sin ganas de moverse.
Dios, aún recordaba las amenazas que había recibido de ambos alfas después de lo del baño. Jimin por supuesto fue más tranquilo y amable, solo recibió una pequeña charla, consistía prácticamente en el alfa aclarando que no le convenía que soltara la lengua de lo que había visto soltando una generosa cantidad monetaria en sus manos. Por otro lado Jungkook fue un caso completamente diferente, recibió una generosísima patada en la entrepierna y una amenaza que prácticamente lo había obligado a no decir nada sobre Jimin o él si no quería que sacara su riñón con los dientes.
Y Hoseok apreciaba que todos sus órganos estuvieran completos.
─Sabes que, tienes razón, tal ves soy un suicida y este destinado morir pero.... not today─ se giró posando sus brazos en los anchos hombros del castaño moviéndolo para apartarlo de la puerta.
─Oye, espera, yo si tengo que volver─ se soltó del agarre ─Mi celular está allá dentro.
─Vamos, te comprare una hamburguesa muy rica Brad─ tomó su mano de nuevo arrastrándolo con el por el pasillo.
─Me llamo Jin─ protestó.
─Eso mismo Brad.
Soltó un bufido aún caminado, después de todo su celular podía esperar un rato más, la comida gratis nunca se desperdicia.
[🔪]
Si bien Jimin no hacía ejercicio podría presumir sin problemas de su magnifico físico, dios bendiga los genes.
Hace pocos minutos todo el salón había salido y ahora el espacio estaba reducido en ellos dos inundados de sus feromonas, no eran peligrosas pero si amenazantes, un ser simple ya estaría mas que muerto del susto y sumiso como un cachorro.
El alfa mayor era bueno controlando a su lobo, sus feromonas, pero su lobo y el mismo enloquecían con la presencia del pelinegro.
Pero su lado racional aún estaba ahí, manteniéndolo en control para mantener a raya a Jeon, Jimin había logrado doblegar al presumido pelinegro.
Ahora estaba encima de él, sujetando con sus manos largas el cuello de Jungkook sin piedad contra el frio suelo, pero aún así el pelinegro no dejaba de quitar esa horrible sonrisa de su cara que comenzaba a fastidiarle, apretó sus colmillos.
─Te mataré, lo juro─ habló gruñendo, ahora marcando con más fuerza su cuello.
─Aprieta mejor si lo quieres hacer bonito, más duro─ habló de manera ronca por el poco oxigeno que entraba en su garganta, sonrió al ver los ojos del castaño cambiar a un leve rojo las manos comenzaban apretar más su cuello, asfixiándolo y marcándolo con sus uñas, sentía el ardor en su piel, quemando ─Oh, así lindo─ soltó un gemido riendo al ver la cara de Jimin. El alfa estaba molesto, es que era totalmente jodido como lo desquiciaba, el maldito lo estaba disfrutando.
─Eres un pervertido de mierda─ soltó cuando sintió debajo de el la erección del pelinegro que comenzaba a rozar con su pantalón.
El pelinegro aprovecho para deslizar sus manos hacia su redondo trasero apretándolo más sobre si mismo, justo como quería.
Sus manos fueron apretadas con brusquedad alzándolas sobre su cabeza mientras los ojos furiosos del alfa lo miraban con molestia soltado su cuello.
Jimin se estaba cansando de perder su tiempo en un inútil alfa como él, tenia cosas más importantes que hacer que perder su tiempo con un idiota que solo parecía pensar con su otra cabeza.
─¿Qué es lo que realmente quieres?─ Preguntó sin disimular su molestia levantando la barbilla para mirar directamente a sus brillantes remolinos grises, sabia que no iba a bajar la mirada ─¿Qué eres Jeon?
Él se inclinó más cerca, sonriendo cuando Jimin no se inmutó ─Soy todo lo que no puedes domesticar, señor control y sonrisa bonita.
Se burló Jimin soltando una risa ronca ─He domesticado leones mucho más obstinados que tú.
Sonrió. ─No lo creo─ negó con la cabeza.
Jungkook siguió hablando ante el silencio del alfa ─No soy un león, no me anuncio con un rugido. Ese no es mi estilo─ Susurró, liberando su muñeca del agarre mientras rodeaba su cuerpo lentamente quedando encima de Jimin ─Yo, vengo sin avisar.
Jimin se quedó callado sintiendo la mano de Jungkook sobre su mandíbula.
Jungkook se inclinó al nivel de su oído. ─Lentamente, constantemente, ni siquiera te darás cuenta hasta que yo quiera que lo hagas. Me deslizo alrededor de ti, envolviéndome alrededor de tus enredaderas, aplastándote, manteniéndote cautivo hasta que dejes de luchar─ se burló en su oído que lo hizo estremecerse. Satisfecho con su reacción, apretó sus manos en su cintura ─y luego, beso, suave, gentilmente, vertiendo mi veneno a través de tus bonitos labios, dejando que mi intoxicación se apodere de todos tus demás sentidos. Hasta que seas todo de mí y nada de ti mismo.
Jungkook lo besó, sin darle el tiempo de pensar al castaño. Estaba ansioso por obtener lo que quería, su cuerpo ardía y ansiaba por algo que siempre supo que era suyo. Ahora...ahora solo deseaba reclamar lo que por derecho le pertenecía, suyo.
Comenzó lento pasando su lengua por sus labios, reclamándolos, mordiendo y chupando, dulce que parecía una tortura, gruñendo Jimin apartó al alfa de su cuerpo para poder sentarse ahorcajadas, siguió el beso abriendo su labios dándole paso al pelinegro en su boca, envolvió su lengua con la contraria sin separarse sintiendo la falta de oxigeno, de manera salvaje agarró las hebras del cabello del pelinegro acercándolo más a él, profundizando el beso. Jungkook sonrió en medio del beso siguiendo el ritmo del castaño.
Si Jimin quería ser un salvaje sin control, el le permitiría eso y mucho más.
Jungkook comenzó a morder esos labios que poco a poco comenzaba robarle la cordura, esta vez sin la escusa del celo de por medio, estaba consiente de lo que hacia y lo que quería, y eso era a Jimin.
Bajó sus labios hacia su cuello, deslizó su lengua gentilmente escuchando el jadeo de Jimin, sus colmillos rozaron levemente su cuello conteniéndose, distrayéndose volvió a subir a sus labios donde el castaño le recibió gustosamente.
Lo que parecía el cielo paró de golpe cuando Jimin pareció cobrar sentido y conectar los cables en su cerebro o cuando sintió como la mano atrevida de Jungkook se metía lentamente por detrás de sus pantalones.
Separó sus labios y respiró de manera agitada ─No esta vez Jungkook─ gruñó de manera ronca.
Jungkook miró el brillo de sus labios, rojos e hinchados, las mordidas que había hecho en sus lindos labios estaban ahí adornados por el leve sonrojo en sus pómulos mientras su cabellos despeinados caían sobre su frente, Jimin estaba hecho un desastre y él era el responsable de todo eso, solo él ─¿Tu quieres meterla?─ pasó su pulgar lentamente sobre sus labios, como un cachorro el castaño asintió dejando ver un brillo en sus ojos, Jungkook perdió el control por un segundo, casi caía bajo sus encantos. ─Debes quedarte con las ganas─ se burló sobre sus labios.
Jimin rodó los ojos levantándose del regazo del pelinegro. Jungkook tomó su muñeca evitando que se fuera. El alfa apartó su agarre ─Aún no me voy idiota─ gruñó mirando con molestia su erección, claro que no podía irse, no así.
─¿Te prendió la idea de poner tu polla en mi trasero?─ rio de manera descarada.
El castaño apretó sus dientes moviendo las manos a su cinturón, aflojando la hebilla se acercó al pelinegro que aún estaba sentado en el suelo.
Los ojos de Jimin se oscurecieron tomando la barbilla de Jeon para que lo mirase ─Es tu culpa. Arréglalo─ ordenó con voz ronca.
Jungkook se puso de rodillas pasando su lengua sobre sus labios, alzo su cara encontrándose la mirada oscura de Jimin sobre él, comenzó a sentir las leves caricias en sus orejas sin dejar de mirarle, la verdad es que era uno de sus lugares que no sabia que eran tan sensibles hasta que Jimin lo hizo. Los dedos largos del castaño comenzaron a jugar con su mentón hasta llegar a sus labios donde pasó su pulgar metiéndolo dentro de su boca. El pelinegro pasó su lengua por su pulgar humedeciéndolo, lo chupó de manera lenta bajo la atenta mirada del alfa, Jeon detestaba recibir ordenes pero ─comienza─ admitía que quizás le gustaba un poco escuchar a Jimin siendo duro con él.
Estaba mal, todo de ahí estaba mal en todos los puntos de vista.
Un alfa con otro alfa, ambos de familias diferentes con una gran rivalidad de décadas encima, en un lugar publico en medio de sillas y mesas de propiedad de la universidad y el hecho que uno de los alfas esté de rodillas siendo dominado por otro alfa el cual detestaba era una situación demasiada peligrosa.
Después de todo el peligro hacia que la fruta sea más dulce.
Jeon bajó los pantalones de Jimin de un tirón junto con su ropa interior, su dura polla estaba rozando contra su cara. Tragó duro.
Comenzó a humedecer sus labios oliendo las feromonas de Jimin, el chocolate combinado con menta era varonil y demasiado afrodisíaco, pasó la punta de su lengua por su cálida piel desde la punta hasta la base, Jimin dió un leve jadeo. Abrió su boca comenzando a meter toda su longitud, llenando por completo su boca escuchando un gruñido como respuesta.
Sonrió y continuo moviendo su cabeza sin parar jugueteando con su lengua, escuchando de manera baja los jadeos del alfa.
Se estaba conteniendo, lo sabia, quería ver hasta donde llegaba su compostura.
─Hazlo bien o de verdad me cabrearé─ soltó entrecortadamente.
─¿Lo hago pésimo?─ preguntó de manera inocente pasando de manera lenta su mano alrededor de su pene.
─Lo haces terrible─ gruñó Jimin dejando su control de lado, apartó los cabellos de Jungkook de su frete para sujetarlos fuertemente en una coleta con su manos, empujó su pene en la boca de Jeon sin importarle si podía respirar comenzó a mover sus caderas frenéticamente, bueno, al fin la boca de Jungkook estaba teniendo un buen uso, según Jimin ─Jungkook─ sintió las manos del alfa en su Trasero apretándolo mientras succionaba su pene ahuecando sus mejillas.
Jeon se sentía mareado, excitado y jodidamente caliente.
Se estaba ahogando sin aire en sus pulmones, pero aun así no paró, apartó sus manos del redondo trasero de Jimin para darse alivio a su propia erección que estaba aún presa en sus pantalones.
Un zapato aplastó su mano deteniéndolo, alzó su mirada encontrando la sonrisa de Jimin.
Jimin jaló el cabello de Jeon de manera brusca hacia atrás haciendo que su polla saliera de la boca del alfa ─¿Quien ha dicho que puedes tocarte?─ se inclinó a su oído mordiendo su oreja ─Se un buen chico...
El castaño tomó su miembro masturbándose sobre los labios de Jungkook, mientras movía su pie sobre la entrepierna de Jungkook, torturándolo cruelmente.
─Jimin─ suplicó.
─Aún no me corro, usa bien tu boca y tendrás tu recompensa.
Mierda, Park estaba siendo un manipulador de mierda, y le encantaba demasiado.
Jungkook metió de nuevo el pene de Jimin en su boca pero fue engañado siendo atrapado con la mano del alfa en su cabeza, aferrándose en el sin poder apartarse, Jimin se había corrido en su boca. Trago todo casi ahogándose, probando el espeso sabor en su boca, por segunda vez.
─Bien hecho─ sonrió, subió su ropa interior junto con sus pantalones, Jeon lo veía de manera confusa.
─¿Qué estas haciendo?─ preguntó levantándose con temblor en sus rodillas y dolor en sus bolas, aún tenia su erección.
─¿Ya me la chupaste no? ─ soltó de manera tranquila recogiendo sus cosas ─ gracias por tus servicios─ lanzó un billete de cien en su cara.
─Serás hijo de puta, no me puedes dejar así─ rompió el billete y furioso caminó hasta Jimin.
─Quiero y puedo.─ sonrió tomando el pomo de la puerta.
─Lárgate, de todas formas tengo material que me puede entretener─ el castaño se detuvo volteando hacia Jeon quien tenia un celular en su mano ─Pero como dije, eres libre de irte si aún quieres─ observó cuidadosamente la cara de Jimin.
La pantalla mostraba al alfa dormido siendo cubierto levemente con la chaqueta de Jeon, dejando al descubierto sus muslos y su pecho acanelado.
─¿Estas jugando? ¡Bórralo ahora mismo! ─apuntó a su pecho empujándolo.
─Tranquilo, solo estará en mi colección privada, soy una persona muy cuidadosa y responsable.
El rojo de la cara de Jimin comenzó a subirse, no era por sentirse avergonzado, era por rabia.
Jeon lo estaba hartando.
─Solo eres un imbécil con la polla caliente─ le pegó un golpe en la mejilla, Jungkook se quedó quieto mirando a Jimin─No estoy para tus juegos, eres un Jeon, compórtate como uno y madura─ vio la marca roja que había dejado en Jeon.
─Yah, seguro que tu eres muy maduro siguiendo todo lo que te dice tu padre ¿no es así?─ escupió Jeon empujando su lengua en su mejilla.
A el también le estaba molestando la actitud de Jimin.
─¿Cómo dices─ retó el castaño.
─Dije que eres el maldito chupamedias de tu propio padre, como un estúpido perro que espera atención─ dijo, mirando con el rojo en sus ojos, su lobo también estaba cabreado por la humillación que recibió por parte de Jimin, su lado animal era muy orgulloso frente al rechazo ─¿Y sabes que? Siempre finges ser el chico perfecto, el alfa modelo de revista. Pero te diré algo Jimin, solo eres un pobre idiota en busca de atención de otros que tu padre nunca te dio.
Jimin guardó silencio haciendo que el ambiente se torne sombrío, una oscura risa rompió el silencio.
─Hablas muy confiado ¿no es así?─ Jimin se acercó hasta quedar cara a cara ─ Pero te daré un consejo Jungkook─ el semblante de Jimin cambió por uno más serio, uno que Jeon no había visto antes─No vuelvas hablar sobre mi o mi padre.
─¿Y si no quiero qué?
Jimin dio una sonrisa ladina, acercándose lentamente a Jungkook, acarició sus orejas, su mirada se detuvo en sus labios.
Por instinto Jeon cerró sus ojos sintiendo el fresco y mentolado aliento de Jimin sobre sus labios, ansiando probarlos de nuevo y perderse en ellos.
Park sostuvo sus hombros alzando su rodilla dando un golpe justo en las bolas de Jungkook quien abrió los ojos y chilló de dolor ─Suerte haciéndote una paja, maldita mierda.
Jeon se retorció en el suelo, era horrible tener las bolas azules pero más doloroso era también sentir ese golpe, dolía mil infiernos.
Solo pudo ver la espalda de Jimin alejándose y desapareciendo tras la puerta.
─Park, Park, Park...─ sonrió
Estaba claro que uno de ellos estaba jugando de manera sucia, pero ¿Quién de los dos realmente lo hacia? Después de todo los dos mentían, solo tenían un objetivo.
Sexo, dinero y poder.
Las cartas ya estaban en juego pero no todas estaban sobre la mesa y ninguno de los jugadores iba a jugar limpiamente, porque en el amor y los negocios todo era válido.
Todo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top